27 de abril de 2021
Interesante como la discusión creada sobre proceso de laminación para alimentación animal, terminó en el proceso similar, pero no igual (y ya ha sido suficientemente explicado el porqué), que es para alimentación humana, y específicamente el de harina precocida de maíz, tema que por cierto, ha ganado mucho auge últimamente en Venezuela, y ya podemos decir también, fuera de Venezuela (basta con ver lo que está pasando en el mercado español con las harinas precocidas de maíz, y como eso está moviendo el cultivo de maíz en Europa hacia el consumo humano, en fin, mucha tela para cortar. Sin embargo, de algo podemos estar seguros en Venezuela: fuera de las marcas lideres del mercado (son solo tres), existe muy poca capacitación especifica sobre el tema, y eso se evidencia en las consultas que se han generado en esta discusión, donde realmente no ha ocurrido un debate técnico, si no mas bien, un esfuerzo desesperado por conocer, por aprender, y que afortunadamente, los especialistas han hecho un excelente trabajo, pero que al final del día, son orientaciones generales, porque eso es lo mas que se puede hacer por estos medios
Como recomendación general (para los nuevos molineros venezolanos), es que se debe entender el contexto cultural que rodea a los productos finales elaborados con harina precocida de maíz, de formal tal, que puedan aprovechar mejor las recomendaciones de los foristas, ya que muchos están fuera de Venezuela, y aunque exista harina precocida de maíz en esos países, no necesariamente se parezca a las harinas venezolanas que se han producido desde 1959 hasta la fecha.
Yo tuve oportunidad de trabajar en un molino ubicado en Facatativa, Colombia, y habían pequeñas diferencias (mas que todo en el rango de granulometría), donde por cierto, para esos años (2010-2012), el consumo de harina precocida no era muy alto, ya que la arepa lista, elaborada con maíz pilado, es preferida en Colombia (o al menos así era, no se como va ese mercado, creo que depende también de la zona).
El reciente auge de las harinas de maíz en Venezuela nace con los problemas de abastecimiento, donde cualquier solución era bienvenida... pero eso ya cambió. Ahora podemos ver al consumidor frente al anaquel, seleccionando aquellas marcas que son realmente precocidas, que tiene la textura que el consumidor conoce de toda la vida, que brinda el amasado suave, y el rendimiento alto (menos harina para la misma cantidad de masa), y que luego de varias horas la masa aun esta suave (pregunten a los que venden empanadas, que atributos esperan de su harina).
Eso es lo que los emprendedores, técnicos y fabricantes de equipos aun no entienden, no ven hacia donde va el mercado: el mercado va de vuelta hacia las marcas lideres, a menos que los emprendedores, le presten atención a los atributos de la calidad, a los hábitos de consumo, a la preferencia de los usuarios, y no solo al volumen de producción... y eso empieza por entender el producto, su uso, sus usuarios, sus atributos de calidad, para luego definir los parámetros de control de proceso que garantizarán ese objetivo, y logren finalmente: producir harina precocida de maíz venezolana.
Yo celebro mucho lo que está pasando, porque todos los comienzos son así: llenos de errores, pero si no aprendemos, no habrá legado, no habrá crecimiento... y si por el contrario, hacemos las cosas bien, dentro de algunos años, quien sabe, tengamos alguna marca de laminadores aquí, tal vez algún modelo de secadora para hojuelas, o la cocina, pero hay que invertir en capacitación, en investigación, y debe ser un proceso sistemático y científico. Se que lo haremos.
Saludos.