Siempre se habla de los manejos establecidos en las granjas lecheras, la gran mayoría diseñados e implementados por grupos de asesores de la región que trabajan en los establos, la gran mayoría de ellos, con muchos años de antigüedad con sus clientes y otros más, recomendados por técnicos jóvenes de empresas comerciales que proveen servicios de asesoría a los ranchos. Son muchos los manejos establecidos como parte del manejo diario de los hatos, varios de ellos no convencen a las nuevas generaciones de técnicos, incorporados recientemente al sistema de producción de leche, algunos refieren que son manejos obsoletos y poco eficientes ante los avances tecnológicos que ha tenido la industria con el paso del tiempo, considerando sus recomendaciones como las más viables y acertadas para mejorar la productividad y eficiencia de las granjas lecheras que visitan.
Analicemos algunas de las condiciones actuales bajo las cuales están operando este tipo de empresas para lograr el objetivo de ser sustentables, sostenibles y rentables. Además, podremos determinar si los nuevos técnicos están en lo cierto o si es que los manejos de la vieja escuela son los más indicados para obtener los resultados mostrados en la actualidad y cumplir con el dicho popular de que más sabe el diablo por viejo que por diablo o, por lo contrario, lo que no se renueva y actualiza tiende a desaparecer.
Las lactancias actuales demandan volúmenes de leche de entre 30 y 40 litros por día en los picos de producción, con porcentajes de proteína de 3.2 a 3.4 como mínimo y de 3 a 5 % de grasa con una media de 4.1, además con conteos celulares somáticos menores a 400 mil, con medias de entra 200 y 250 mil. Si tomamos estos estándares como referencia, podemos estimar que la producción de nutrientes por vaca por día es de 1,300 g de proteína, 1,600 g de grasa, 1,800 g de lactosa y 280 g de minerales.
Cumplir con este desafío no resulta nada fácil, la gran demanda de estas producciones pone a la salud de los animales en un alto riesgo, cometer un pequeño error en los manejos del ganado puede desencadenar una serie de trastornos metabólicos que afectan de manera inmediata la rentabilidad del negocio, con una caída en el volumen de leche producida, menor producción de solidos por litro o el envío de animales al corral de enfermería y en algunos casos la muerte de algunas vacas de producción.
Algunos de los trastornos metabólicos más comunes en las vacas son causados por una falla en los protocolos de manejo del hato, éstos trastornos pueden tener presentaciones sub clínicas, clínicas o agudas; siendo las de mayor impacto económico las primeras, ya que pueden pasar desapercibidas fácilmente y desarrollarse por periodos de tiempo prolongados causando mayores pérdidas.
Invariablemente los trastornos metabólicos más comunes han sido, son y serán la acidosis ruminal sub clínica, derivada siempre de una falla en el manejo de la alimentación del ganado, con la presentación de diarreas ácidas, baja del porcentaje de rumia, pérdida de la condición corporal, presentación de vacas con laminitis, baja del porcentaje de grasa en la leche de los animales enfermos y una caída del pH ruminal por debajo de 5.5.
La cetosis sub clínica es otro de los trastornos comunes, las vacas en mayor riesgo son las que están entre el día 15 y 30 en leche, importante resaltar que son animales que presentan un balance energético negativo, sus consumos de materia seca aun no alcanzan los niveles esperados para cubrir sus necesidades de producción y mantenimiento.
Finalmente es importante considerar la hipocalcemia en sus diferentes presentaciones, sobre todo en los primeros días post parto. La cantidad de calcio demandado en el periparto es enorme; indispensable para el crecimiento final del feto, el parto, la síntesis de calostro y la producción de leche.
Los manejos de elección, para mantener estos trastornos metabólicos en los niveles de presentación lo más bajo posible, sin lugar a dudas es un excelente manejo del periodo de transición, etapa en la cual se da el mayor crecimiento del feto y la regeneración del epitelio de la glándula mamaria, lo que genera un aumento en la demanda de glucosa y aminoácidos de hasta un 300 y de 200% respectivamente, además de haber una reducción del 40 % en el consumo de materia seca, que provoca un balance energético negativo difícil de corregir, con deficiencias de vitamina A y E en estos animales.
Es importante revisar el ganado durante esta etapa para poder tomar medidas preventivas, determinar las concentraciones de acetona, acetoacetato, βhidroxibutirato y ácidos grasos no esterificados en suero sanguíneo y una biopsia hepática es la mejor forma de diagnosticar la cetosis subclínica y poder tratarla. Las pruebas en orina o leche también resultan de gran utilidad en la detección, concentraciones mayores a 1.2 m mol/L en sangre o 100 µ mol/ L en leche y 15 mg/dL en orina son la referencia para el diagnóstico. El tratamiento, generalmente está basado en la administración oral de 250 a 400 g de propilenglicol oral cada 24 hrs por 3 a 5 días.
La hipocalcemia puede presentarse inmediatamente después del parto de forma aguda o hiper aguda cuando los niveles excretados en el calostro o leche aumentan de 10 a 30 g por día, las concentraciones sanguíneas alcanzan niveles por debajo de 5.5 mg/Dl, en estos casos, la mejor manera de prevenirlos es usando dietas con bajas concentraciones de Ca en el periodo seco (menos de 20 g/día), el balance negativo promoverá la movilización del Ca de las reservas corporales antes del parto y preparará a la vaca para mejores respuestas.
Como acabamos de revisar, las vacas en la actualidad están produciendo cada vez mayores volúmenes de leche y de mejor calidad organoléptica e higiénica, sin embrago los trastornos metabólicos que están padeciendo no son nada nuevo en ellas ni para los técnicos que trabajamos con y para ellas, estos desequilibrios metabólicos han estado presentes desde siempre y la manera de diagnosticarlos y corregirlos no han cambiado en nada de forma importante.
Con esto podemos concluir que los manejos realizados a lo largo del tiempo han dado sus frutos, los cuales están reflejados en estas grandes producciones. Así que ustedes tendrán la mejor conclusión sobre los manejos realizados por la vieja escuela y los agregados recientemente por las nuevas generaciones de pro de mejorar la salud, el bienestar animal y la rentabilidad de estas grandes empresas productoras de alimentos para el mundo.
Nos leemos pronto.