El hecho de tratar, con agitación incluida, a cualquier aceite vegetal con agua caliente durante un tiempo y su posterior centrifugado, si esta centrífuga es una pulidora, tendremos como resultado un aceite brillante, libre de impurezas en suspensión y un contenido en humedad aceptable pero seguirá siendo un aceite crudo pues las gomas, mucílagos, resinas, fosfolípidos, etc seguirán formando parte de este aceite.
Para el desgomado de los aceites crudos, se ha de llevar a cabo un tratamiento específico a base de: Ácido fosfórico: 0,1% + agua: 3%. Temperatura mínima: 75º C ( Si se trata de aceite de soja hay que aproximarse a los 90º C para poder extraer cualquier resto que pueda existir de lecitina). Tiempo de agitación 30 minutos si bien depende de la velocidad de esta agitación o la turbulencia formada en el interior del reactor.
Con esta fórmula nos aseguramos que el ácido fosfórico debilite la membrana de las gomas, mucílagos, fosfolípidos, etc y así pueda penetrar en el interior de la molécula el agua adicionada por lo que estas gomas aumentarán de tamaño y densidad. Hecho que da lugar a que decanten en el fondo del reactor junto con el agua al detener la agitación.
Para la centrífuga , si el aceite está a más de 70º C le será muy fácil separar al agua más mucílagos por un lado y aceite desgomado por otro.
Esta fase de adecuación del aceite para su centrifugado se puede hacer en un reactor estático o bien en una instalación continua. Por ejemplo, IKA, dispone de unos turbo agitadores tipo fresadora que, en pocos segundos de permanencia, logran muy buenos resultados en la hinchazón de las gomas.
Finalmente, hay que recordar que el aceite desgomado, si se ha de almacenar durante largos períodos , será preciso deshidratar hasta un contenido máximo en humedad de 0,04% ya que, en caso contrario, hay riesgo de que se vaya incrementando su acidez oleica.