¿Sabías que hasta el 70 % de la huella climática en una granja porcina intensiva proviene del uso de pienso y agua? Mejorar la eficiencia alimentaria no es solo ahorro económico, es sostenibilidad en estado puro. Oscar Toledano-Benabarre, experto global en producción porcina, explica cómo pequeños ajustes nutricionales —como la optimización de la proteína según fases de crecimiento— pueden tener un enorme impacto en la reducción de emisiones y purines. Además, alerta sobre la responsabilidad técnica en cuanto al manejo del nitrógeno residual: si no se absorbe a tiempo, contamina los acuíferos que abastecen tanto a animales como a humanos.