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Recuento de celulas somaticas en leche de tanque y ubres en vacas de raza carora en sistemas de pastoreo y estabulación

Publicado: 18 de enero de 2024
Por: Mauro Carrasco Rodríguez1, Cristófol Peris Rivera2 y Jesús Ciria Ciria3. 1Departamento Agropecuaria, Decanato de Ciencias Veterinarias, Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado” 2Institut de Ciéncia i Tecnología Animal, Universitat Politécnica de Valencia-España, 3Escuela Universitaria de Ingenierías Agrarias de Soria. Universidad de Valladolid España.
Resumen

El experimento se llevó a cabo en 10 explotaciones pertenecientes a la Asociación Venezolana de Criadores de Ganado Carora (ASOCRICA). En la mitad de ellas las vacas estaban estabuladas permanentemente, mientras que en la otra mitad los animales estaban en pastoreo. Todas las explotaciones elegidas tenían más de 80 vacas. El diseño experimental consistió en realizar tres controles (Febrero-Marzo, Junio-Julio, Noviembre) en cada explotación, de modo que en cada uno de ellos se tomaron 51 muestras de leche de ubre y una muestra de leche del tanque. Las 51 vacas muestreadas en cada control fueron elegidas según su número de lactación (primíparas y multíparas) y estado de lactación (Inicio: 7-100 d; Mitad: 101-200 d; Final >201 d) del siguiente modo: a) 21 vacas primíparas, de las cuales 7, 7 y 7 estaban al Inicio, Mitad y Final de la lactación, respectivamente; b) 30 vacas multíparas, de las cuales 10, 10 y 10 estaban  al  Inicio,  Mitad  y  Final  de  la  lactación, respectivamente. En  el  primer control los animales fueron elegidos al azar, de entre todos los que reunían las características de número y estado de lactación especificados anteriormente. En los siguientes dos controles fue necesario incorporar nuevos animales para mantener el plan de muestreo descrito. En total se tomaron 1530 muestras de leche individual procedentes de 958 vacas (406 primíparas y 552 multíparas). Para cada  animal  se  registró   la   siguiente   variable   en   cada  control: Las medias aritméticas y geométricas del RCS en la leche de tanque fueron de 593.000 y 490.000 céls/ml, respectivamente. Tan  solo  el 36 % de las muestras analizadas  tuvieron  recuentos  inferiores a 400.000 céls/ml, y solamente en 6 explotaciones, de las 10 muestreadas, la media geométrica de los recuentos fueron inferiores a 400.000 céls/ml. El factor control o época del año afectó significativamente al RCS en la leche de tanque, obteniéndose valores más elevados en el control de Febrero (847.000 céls/ml) respecto a los controles de Julio (413.000 céls/ml) y Noviembre (512.000 céls/ml). El Sistema de Explotación (Pastoreo vs. Estabulación permanente) no llegó a afectar significativamente al RCS en la leche de tanque. El principal factor que influyó sobre el RCS en leche de ubre fue el Estado de Lactación, de modo que, tanto en las ubres sanas como en las infectadas, los recuentos aumentaron significativamente al avanzar la lactación (Inicio, Mitad y Final). En las ubres sanas los recuentos fueron significativamente inferiores en las vacas primíparas respecto a las multíparas, y en el control de Julio respecto a los otros dos controles (Febrero y Noviembre); en las ubres infectadas se observaron las mismas tendencias, pero ambos factores (Número de Lactación y Control) no llegaron a tener un efecto significativo. El Sistema de Explotación y la interacción Estado de Lactación x Número de Lactación no afectaron significativamente a los recuentos. La presencia de infección intramamaria (IIM) elevó significativamente el RCS en leche ubre. En las ubres sanas las medias aritméticas y geométricas del RCS fueron de 335.000 y 141.000 céls/ml, mientras que los valores respectivos en las ubres infectadas fueron de 737.000 y 219.000 céls/ml. Las interacciones del Estado Sanitario de la ubre con el Estado de Lactación y con el Número de Lactación no resultaron significativas. Cada uno de los grupos de gérmenes aislados ocasionó una respuesta inflamatoria muy variable, de modo que los recuentos no llegaron a diferir significativamente entre estos grupos. Solamente en aquellos gérmenes que fueron aislados con mayor frecuencia (S. aureus,  ECN y  Streptococcus spp)  el RCS a nivel de ubre llegó a diferir significativamente respecto a las ubres sanas.

Palabras Claves: RCS, RCST, RCSU IIM, Mastitis subclínica, estado de lactación, pastoreo, estabulación, Raza Carora.


Introducción

En Venezuela existe actualmente un gran interés en mejorar la producción de leche de vaca, tanto en términos cuantitativos, ya que Venezuela es un país deficitario en leche, como en los aspectos relacionados con la calidad de la leche. No obstante, las condiciones ambientales tropicales que existen en nuestro país dificultan la explotación, en régimen de pastoreo, de razas especializadas en la producción de leche, como la Holstein y el Pardo Suizo, dado que estas razas presentan graves problemas de adaptación a las altas temperaturas, humedades y cargas de parásitos. Por este motivo, la mayor parte de la leche que se obtiene en Venezuela procede principalmente de vacas mestizas con cebú y, también, de razas autóctonas que, si bien tienen menores niveles productivos, poseen una buena adaptación a las extremas condiciones ambientales tropicales. Sin embargo, en la actualidad apenas existe información sobre la calidad higiénico-sanitaria de la leche producida en las granjas que explotan la raza Carora y, más concretamente, sobre la presencia de mastitis en los rebaños. Esto se debe a varios motivos. En primer lugar porque la industria paga la leche a los ganaderos solamente en función del contenido,  en grasa y del volumen de leche comercializada, En segundo lugar en los laboratorios de análisis (de las propias industrias) no se realiza el recuento de células somáticas electrónico. En tercer lugar, porque no se desarrolla un programa de control de mastitis que incluya análisis bacteriológicos de muestras de leche, en las explotaciones de la citada raza. 

Materiales y métodos

El experimento se llevó a cabo en 10 explotaciones pertenecientes a (ASOCRICA). En la mitad de ellas las vacas estaban estabuladas permanentemente, mientras que en la otra mitad los animales practicaban el pastoreo. Todas las explotaciones elegidas tenían más de 80 vacas.Con objeto de poder separar los efectos “estación” (época del año), “estado de lactación” y “número de lactación” de las vacas, se planteó un diseño experimental que consistió en realizar tres controles (Febrero-Marzo, Junio-Julio, Noviembre) de 51 animales de cada explotación distribuidos de acuerdo a la Tabla 1. En el primer control los animales fueron elegidos al azar, de entre todos los que reunían las características de número y estado de lactación especificados en la citada Tabla I. 
TABLA 1 Numero de vacas muestreadas en cada control, según el número y estado de lactación
TABLA 1 Numero de vacas muestreadas en cada control, según el número y estado de lactación
Número de vacas muestreadas en cada control, según el número y estado de lactación

Número de vacas muestreadas en cada recuento de células somáticas 

En el segundo control, cuatro meses después del primero, inicialmente se intentaron muestrear las mismas vacas del primer control. Sin embargo, también fue necesario incorporar nuevos animales para sustituir a los que ya no se encontraban en lactación (secas o eliminadas) o ya no estaban al inicio de la lactancia, y así mantener el plan de muestreo explicitado en la tabla anterior. Esta misma planificación del muestreo se siguió en el tercer control. En total se tomaron 1.530 muestras de leche individual (51 x 10 explotaciones x 3 controles), procedentes de 958 vacas (406 de 1 parto y 552 ≥ 2 partos; Tabla 2 y 3), para llevar a cabo el análisis del RCS.

Variables registradas

Para cada animal, las muestras de leche para determinar el RCS se tomaban siempre tras la recogida de las muestras para el análisis bacteriológico y la limpieza de los pezones, e inmediatamente antes del ordeño. Mediante ordeño manual se recogía una única muestra de cada vaca, de unos 40 ml de leche, procedente de la mezcla de leche de los cuatro pezones (unos 10 ml de cada pezón; Figura 4). Los envases utilizados eran de material plástico de 50 ml de capacidad, a los cuales se añadían un conservante (4% de Bronopol + 1% de Azul de Metileno) para mantener las muestras en buenas condiciones antes de su análisis. En cada control también se tomaba una muestra de la leche del tanque de la explotación, a la que también se añadía el mismo conservante comentado anteriormente. Las muestras permanecían en Venezuela, bajo refrigeración (4 ºC), durante un Periodo máximo de 2 a 5 días. Posteriormente se remitían dentro de caja isotermas (Figura 1), con placas de refrigerante, al laboratorio lácteo de la Universidad Politécnica de Valencia utilizando una empresa de transporte urgente (2-3 días). Tras su recepción en el laboratorio, las muestras se analizaban inmediatamente o  eran almacenadas a 4 ºC un máximo de 24 h. En general, la determinación del RCS se llevó a cabo entre 5 y 8 días tras la recogida de las muestras.
Antes de llevar a cabo el análisis del RCS las muestras se calentaban a 40º C en baño María. A continuación la leche se mezclaba por inversión del frasco y era analizada mediante el método fluoro-opto-electrónico, utilizando un equipo automático (Fossomatic 5000; Foss Electric, Hillerod, Dinamarca; Figura 2), de acuerdo a la metodología propuesta por ISO/IDF (2008). En este equipo se mezcla una alícuota de la muestra con un colorante fluorescente (Bromuro de Etidio), el cual se une al ADN del núcleo de las células somáticas. El recuento se realiza por citometría de flujo, de forma que una parte de la mezcla se “inyecta” formando un flujo de alta velocidad por el interior de un capilar. Debido a la aceleración, las células se alinean en el centro del flujo y son contadas mediante un microscopio de fluorescencia.

RCS en leche de tanque

De las 30 muestras de leche de tanque tomadas en las explotaciones (10 granjas x 3 controles) tan solo se analizaron 25, dado que las 5 restantes llegaron deterioradas o sufrieron algún accidente en el laboratorio. El RCS en la leche de tanque presentó bastante variabilidad, presentando un valor mínimo de 193.000 céls/ml y un valor máximo de 1.926.000 céls/ml. Las medias aritméticas (± DS) y geométricas de las 25 muestras de leche de tanque analizadas tuvieron analizadas fueron 593.000 (± 409.000) céls/ml y 490.000 céls/ml, respectivamente La variabilidad de los recuentos también puede apreciarse en la Figura 5, donde se observa que el 36% de las muestras analizadas tuvieron recuentos inferiores
Tabla 2. RCS (céls/ml) en las muestras de leche de tanque tomadas en cada una de las granjas muestreadas.
Tabla 2. RCS (céls/ml) en las muestras de leche de tanque tomadas en cada una de las granjas muestreadas.
Figura 1.Distribución de las muestras de leche de tanque (n=25) según el RCS (x1000 céls/ml).
Figura 1. Distribución de las muestras de leche de tanque (n=25) según el RCS (x1000 céls/ml).
En la Tabla 2 y en la Figura 3 se recogen las medias aritméticas (MA) y geométricas (MG) del RCS en cada una de las granjas muestreadas. Considerando la MA, se observa que en cuatro granjas los recuentos medios fueron relativamente bajos, inferiores a 400.000 céls/ml (granjas nº 1, 2, 3 y 8), mientras que en otras cuatro granjas (nº 4, 6, 9 y 10) los recuentos medios fueron bastante elevados, superiores a 600.000 céls/ml. 
Respecto a la MG, podemos destacar que en tan solo 6 granjas (nº 1, 2, 3, 5, 7 y 8) los recuentos medios fueron inferiores al umbral establecido por la UE (400.000 céls/ml)
Figura 3.Medias aritméticas (x1000 céls/ml) y geométricas del RCS en la leche de tanque en cada una de las diez granjas muestreadas.
Figura 3. Medias aritméticas (x1000 céls/ml) y geométricas del RCS en la leche de tanque en cada una de las diez granjas muestreadas.
Al agrupar las muestras de leche según el sistema de explotación utilizado (estabulación vs. pastoreo) se observó que en las granjas en estabulación los recuentos medios (MA: 541.000 céls/ml; MG: 447.000 céls/ml) fueron ligeramente inferiores respecto a los obtenidos en inferiores respecto a los obtenidos en las granjas en pastoreo (MA: 633.000 céls/ml; MG: 524.000 céls/ml), si bien las diferencias no llegaron a ser significativas (Tabla 3  
Finalmente, el factor control o época del año llegó a afectar significativamente al RCS en leche de tanque (p< 0.05; Tabla 4), dado que en el control de Febrero (MA: 847.000 céls/ml; MG: 724.000 céls/ml) los recuentos fueron significativamente más elevados a los obtenidos en el control de Julio (MA: 413.000céls/ml; MG: 355.000 céls/ml). En el control de Noviembre los recuentos fueron intermedios (MA: 512.000 céls/ml; MG: 457.000 céls/ml) aunque sin diferir significativamente respecto a los otros dos controles.
Tabla 3. RCS (céls/ml) en leche del tanque según el sistema de explotación utilizado
Tabla 3. RCS (céls/ml) en leche del tanque según el sistema de explotación utilizado
Finalmente, el factor control o época del año llegó a afectar significativamente al RCS en leche de tanque (p< 0.05; Tabla 4), dado que en el control de Febrero (MA: 847.000 céls/ml; MG: 724.000 céls/ml) los recuentos fueron significativamente más elevados a los obtenidos en el control de Julio (MA: 413.000 céls/ml; MG: 355.000 céls/ml). En el control de Noviembre los recuentos fueron intermedios (MA: 512.000 céls/ml; MG: 457.000 céls/ml) aunque sin diferir significativamente respecto a los otros dos controles.
Tabla 4.RCS (céls/ml) en leche del tanque en cada uno de los controles realizados.
Tabla 4. RCS (céls/ml) en leche del tanque en cada uno de los controles realizados.

RCS en leche de ubre

De las 1530 muestras de leche de ubre tomadas en las explotaciones (10 granjas x 3 controles x 51 muestras por control), tan solo en 1063 muestras se pudo analizar el RCS, debido principalmente a problemas con el transporte de las muestras. Las medias aritméticas (± DS) y geométricas de todas las muestras analizadas fueron 507.000 (± 1.062.000) céls/ml y 166.000 céls/ml, respectivamente.
En la Tabla 5 podemos observar los valores medios en cada una de las 10 granjas muestreadas. Vemos que las granjas 1, 2, 7, 8 y 9 tuvieron recuentos inferiores a los valores medios (media aritmética), mientras que en el resto de granjas los valores fueron superiores. Así mismo, en la Figura 4 se ha presentado la distribución de los recuentos en las muestras procedentes de ubres sanas y de ubres con IIM. 
En el primer caso, el 65% de las muestras tuvieron menos de  200.000 céls/ml y el 73 % menos de 300.000 céls/ml, aunque también podemos destacar que el 12% de las ubres bacteriológicamente sanas tuvieron recuentos superiores a 900.000 céls/ml.
En las ubres con IIM, el 24% de las muestras superaron las 900.000 céls/ml, pero también podemos apreciar que el 33% de las muestras tuvieron recuentos entre 200.000 y 300.000 céls/ml.
Figura 4. Distribución de frecuencias del RCS (céls/ml) en las ubres muestreadas, separadas según el resultado del análisis bacteriológico (sanas o infectadas).
Figura 4. Distribución de frecuencias del RCS (céls/ml) en las ubres muestreadas, separadas según el resultado del análisis bacteriológico (sanas o infectadas).
Tabla 5. RCS (céls/ml) en las muestras de leche de ubre en cada una de las granjas muestreadas.
Tabla 5. RCS (céls/ml) en las muestras de leche de ubre en cada una de las granjas muestreadas.

Factores no infecciosos

Los resultados de los análisis estadísticos realizados se han recogido en la Tabla 6. El principal factor que influyó sobre el RCS fue el Estado de Lactación,
siendo su efecto significativo (p< 0.001) en los tres análisis estadísticos llevados a cabo (ubres sanas, ubres infectadas y en el total de las ubres). También el factor Granja afectó significativamente al RCS en las ubres sanas (p< 0.001), ubres infectadas (p< 0.05) y en el total de ubres (p< 0.01). Los efectos del Control y el Número de Lactación fueron significativos  en  las ubres sanas  (p< 0.01 y p< 0.05, respectivamente) pero ambos factores no fueron significativos al considerar solamente las ubres infectadas. El resto de factores (Sistema de Explotación, interacción Número de Lactación x Estado  de Lactación y el resto de interacciones)  no afectaron significativamente al RCS en ninguno de los tres análisis estadísticos realizados.
Tabla 6. Valores de F y niveles de significación en los diferentes factores considerados en los tres análisis estadísticos realizados del RCS en muestras de ubre (solo ubres sanas, solo ubres infectadas o el total de ubres).
Tabla 6. Valores de F y niveles de significación en los diferentes factores considerados en los tres análisis estadísticos realizados del RCS en muestras de ubre (solo ubres sanas, solo ubres infectadas o el total de ubres).
En la Tabla 7 se presenta el RCS obtenido según el estado de lactación de las vacas. En las ubres sanas los recuentos aumentaron al avanzar la lactación siendo las diferencias significativas entre los tres niveles estudiados: Inicio, Mitad y Final (log RCS: 4.94, 5.15 y 5.32, respectivamente; MA: 259.000, 337.000 y 418.000 céls/ml, respectivamente). Lo mismo ocurrió en el análisis estadístico realizado solamente con las ubres infectadas (log RCS: 5.07, 5.33 y 5.62, respectivamente) y en el análisis de todas las ubres (log RCS: 5.02, 5.24 y 5.44 respectivamente). Respecto al efecto del número de lactación, tal y como ya se ha comentado los resultados fueron diferentes al considerar las ubres sanas respecto a las infectadas (Tabla 8). En las primeras, los recuentos fueron significativamente (p< 0.05) más bajos en las vacas primíparas que en las multíparas (log RCS: 5.08 y 5.19, respectivamente), mientras que en las ubres infectadas los recuentos no llegaron a diferir significativamente entre ambos grupos de animales (log RCS: 5.31 y 5.38 en las vacas primíparas y multíparas, respectivamente). Considerando todas las ubres, con independencia de su estado sanitario, se observó nuevamente que las vacas primíparas presentaron recuentos significativamente inferiores respecto a las vacas multíparas (log RCS: 5.18 y 5.29, respectivamente).
Tabla 7. RCS (céls/ml) en leche de ubre según el estado de lactación de las vacas.
Tabla 7. RCS (céls/ml) en leche de ubre según el estado de lactación de las vacas.
Tabla 8. RCS en leche de ubre según el número de lactación de las vacas.
Tabla 8. RCS en leche de ubre según el número de lactación de las vacas.
En la Figura 5 se recogen las medias geométricas según el estado de lactación en las vacas primíparas y multíparas cuyas ubres estaban sanas (Figura5a), infectadas (Figura 5b) o todas las ubres (Figura 5c). En las tres gráficas se aprecia que el RCS aumentó al avanzar la lactación, observándose una tendencia similar tanto en las vacas primíparas como en multíparas, lo cual explica que la interacción Estado Lactación x Número de lactación no fuera significativa en los tres análisis estadísticos realizados (Tabla 6).
En relación al efecto del Control, tanto en las ubres sanas como en las infectadas los recuentos en el mes de Julio tendieron a ser inferiores respecto a los controles de Febrero y Noviembre; por el contrario los recuentos en estos dos últimos controles fueron muy similares (Tabla 9). No obstante, el descenso del RCS en el mes de Julio tan solo fue significativo (p< 0.001) en el análisis estadístico de las ubres sanas (log RCS: 5.21, 5.02 y 5.18, en los controles de Febrero, Julio y Noviembre, respectivamente) y del total de ubres (5.30, 5.12 y 5.28, respectivamente), mientras que en las ubres infectadas las diferencias no llegaron a ser significativas (5.40, 5.26 y 5.36, respectivamente; Tabla 9).
Finalmente, en la Tabla 10 se presentan los recuentos obtenidos según el Sistema de Explotación de los animales. Tal y como ya se ha comentado anteriormente este efecto no fue significativo, de modo que los recuentos medios fueron similares en las vacas explotadas en sistema de pastoreo que en las explotadas en estabulación, tanto al considerar solo las ubres sanas (log RCS: 5.16 y 5.11, respectivamente), como solo las ubres infectadas (log RCS: 5.35 y 5.33) o en el total de ubres (log RCS: 5.25 y 5.21; Tabla 10).
Figura 5. Media geométrica del RCS (céls/ml) en leche de ubre en vacas primíparas y multíparas, según su estado de lactación (Inicio: 7-100 días; Mitad: 101-200 días; Final: > 201 días). Resultados obtenidos considerando solamente ubres sanas (a), ubres con IIM (b) o todas la ubres (c)
a) Ubres sanas.
a) Ubres sanas.
b) Ubres infectadas.
b) Ubres infectadas.
c) Todas las ubres.
c) Todas las ubres.
Tabla 9. RCS (céls/ml) en leche de ubre en cada uno de los controles realizados.
Tabla 9. RCS (céls/ml) en leche de ubre en cada uno de los controles realizados.
Tabla 10. RCS (céls/ml) en leche de ubre según el sistema de explotación utilizado.
Tabla 10. RCS (céls/ml) en leche de ubre según el sistema de explotación utilizado.

Efecto de la infección intramamaria.

El factor Estado Sanitario de la ubre (sanas vs. infectadas) afectó significativamente al RCS, de modo que las ubres con infección intramamaria presentaron  un RCS significativamente más elevado respecto a las ubres sanas (log RCS: 5.34 y 5.15, respectivamente; Tabla 11). Así  mismo, las   medias aritméticas y geométricas del RCS en las ubres sanas fueron 335.000 y 141.000 céls/ml, respectivamente, mientras  que  los  valores  correspondientes para las ubres infectadas fueron 737.000 y 219.000 céls/ml, respectivamente. Por el contrario, las interacciones del Estado Sanitario de la ubre con el Estado de Lactación (Inicio, Mitad y Final) y del Estado Sanitario de la ubre con el Número de Lactación (primíparas y multíparas) no resultaron significativas. Esto se explica porque las ubres infectadas tuvieron recuentos superiores a las ubres sanas en cada uno de los tres estados de lactación considerados (Inicio, Mitad y Final; Figura 6) y tanto en las vacas primíparas como en las multíparas (Figura 7).
Tabla 11. RCS (céls/ml) en leche de ubre según su estado sanitario.
Tabla 11. RCS (céls/ml) en leche de ubre según su estado sanitario.
Por otra parte, en la Tabla 12 se presentan los valores medios del RCS para cada uno de los grupos de gérmenes aislados. En relación a las medias aritméticas, los recuentos más elevados se obtuvieron en las ubres infectadas de Streptococcus spp (1.014 x 103 céls/ml), coliformes (951 x 103 céls/ml) y otros gram-negativo (878x 103 céls/ml), mientras que las corinebacterias (764 x 103 céls/ml) y los ECN (653 x 103 céls/ml) tuvieron valores intermedios y, finalmente, los gérmenes contagiosos S. aureus (480 x 103 céls/ml ) y Str. agalactiae (381  x 103 céls/ml) presentaron valores menores (335 x 103 céls/ml).
Figura 6. Media geométrica del RCS en ubres sanas e infectadas, según el estado de lactación (Inicio: 1-100 días; Mitad: 101-200 días; Final: 201-300 días)
Figura 6. Media geométrica del RCS en ubres sanas e infectadas, según el estado de lactación (Inicio: 1-100 días; Mitad: 101-200 días; Final: 201-300 días)
Figura 7. Media geométrica del RCS (céls/ml) en ubres sanas e infectadas, según el número de lactación (primíparas y multíparas).
Figura 7. Media geométrica del RCS (céls/ml) en ubres sanas e infectadas, según el número de lactación (primíparas y multíparas).
Tabla 12. RCS (céls/ml) en leche de ubre según el tipo de germen aislado.
Tabla 12. RCS (céls/ml) en leche de ubre según el tipo de germen aislado.
Sin embargo, también podemos destacar que, para cada germen, hubo una elevada variabilidad en los recuentos. Así mismo, solamente en aquellos gérmenes que fueron aislados con mayor frecuencia (S. aureus, n=67; ECN, n=88 y Streptococcus spp, n=89), el RCS presentó diferencias significativas (p< 0.05) respecto a las ubres libres de IIM, puesto que en estos casos los errores estándar de la media del log RCS fueron menores (0.06-0.07) que en el resto de gérmenes que fueron aislados con baja frecuencia  ( n≤10;  error  estándar  0.26-0.40).  Así mismo, los recuentos no llegaron a diferir significativamente entre los siete grupos de gérmenes identificados (Tabla 12).
Finalmente, podemos destacar que, al considerar solamente las infecciones provocadas por los gérmenes más frecuentemente aislados (S. aureus, ECN y Streptococcus spp), las interacciones entre el Tipo de germen x Estado de Lactación y Tipo de germen x Número de Lactación tampoco resultaron significativas. Así, los tres tipos de gérmenes elevaron los recuentos, respecto a las ubres sanas, de forma similar en los estadios Inicial, Mitad y Final de la lactación (Figura 8), y en las vacas primíparas y multíparas (Figura 9).
Figura 8. Media geométrica del RCS (céls/ml) en ubres sanas e infectadas por S. aureus, ECN y Streptococcus spp, según el estado de lactación (Inicio: 7-100 días; Mitad: 101-200 días; Final: > 201 días).
Figura 8. Media geométrica del RCS (céls/ml) en ubres sanas e infectadas por S. aureus, ECN y Streptococcus spp, según el estado de lactación (Inicio: 7-100 días; Mitad: 101-200 días; Final: > 201 días).
Figura 9. Media geométrica del RCS (céls/ml) en ubres sanas e infectadas por S. aureus, ECN y Streptococcus spp, según el número de lactación (primíparas y multíparas) de las vacas.
Figura 9. Media geométrica del RCS (céls/ml) en ubres sanas e infectadas por S. aureus, ECN y Streptococcus spp, según el número de lactación (primíparas y multíparas) de las vacas.

DISCUSIÓN

RCS en leche de tanque

Los valores medios del RCS en la leche de tanque obtenidos en 10 explotaciones de raza Carora (medias aritméticas y geométricas de 593.000 y 490.000 céls/ml, respectivamente) son totalmente novedosos, dado que hasta el momento nunca se había estudiado este parámetro en la citada raza. En Venezuela, tan solo se dispone de un trabajo anterior, realizado  en vacas mestizas Holstein, pero los recuentos encontrados fueron mucho más elevados a los hallados en este trabajo (entre 724.000 y 1.400.000 céls/ml; [31].
Aunque los recuentos medios de la leche de tanque fueron bastante variables entre explotaciones (medias aritméticas de 295.000 a 1.227.000 céls/ml), en general estos valores fueron superiores a los observados en otros países que están desarrollando, desde hace bastantes años, estrategias para disminuir la prevalencia de infecciones intramamarias y el RCS de la leche. En estos países se ha conseguido reducir el RCS en base a tres importantes acciones: a). desarrollar conjuntamente entre técnicos y ganaderos programas de control de mamitis; b). la administración ha fijado un límite máximo de RCS en la leche de tanque para que ésta pueda ser comercializada y c). La industria paga la leche a los ganaderos en función del RCS (penalizaciones y bonificaciones; [15]. Los menores recuentos publicados se han obtenido en Noruega (MA: 140.000 céls/ml; MG: 115.000 céls/ml; [20] y Finlandia (MG: 130.000 céls/ml; [24], mientras que en muchos países de la Unión Europea (límite administrativo de 400.000 céls/ml; media geométrica de 3 meses, con un valor al menos al mes), los valores medios de los recuentos suelen estar entre 200.000 y 300.000 céls/ml. Por ejemplo, en Suecia los recuentos son ligeramente inferiores a 200.000 céls/ml [15], en Holanda y Dinamarca se sitúan en tono a las 230.000 céls/ml [28, More,15] y en Irlanda la media geométrica se sitúa en 240.000 céls/ml [2]. En Canadá (limite administrativo de 500.000 céls/ml) los recuentos son similares a la UE. (250.000 céls/ml; [30], mientras que en EE.UU (limite administrativo de 750.000 céls/ml) los valores medios suelen superar las 300.000 céls/ml [40, 9].
En cualquier caso, si en las explotaciones consideradas en este trabajo se aplicaran estrategias similares a las citadas anteriormente es previsible que también se produciría un descenso de los recuentos hasta situarse por debajo de 400.000 céls/ml, tal y como ya ha ocurrido en otros países de Sudamérica. Por ejemplo, en Chile los recuentos disminuyeron de 420.000 a 311.000 céls/ml entre los años 1996 y 2002 [10], y en Uruguay el descenso fue de 546.000 a 350.000 céls/ml entre los años 1996 y 2004 [3]. 
Otro aspecto a destacar es que los recuentos obtenidos en el control de Febrero fueron muy elevados, llegando a duplicar a los obtenidos en el control de Julio. En este sentido, debemos precisar que en muchos países existe una clara estacionalidad en el RCS de la leche de tanque, de modo que los máximos recuentos suelen producirse en los meses de verano (julio a septiembre). Es probable que este incremento tenga un origen infeccioso, ya que las temperaturas más elevadas del verano (y en ocasiones la elevada humedad) favorecen que aumente la incidencia de IIM [7], o las infecciones de ciertos patógenos ambientales (Str. uberis, coliformes,[18, 8, 14] o las infecciones crónicas [6]. Esta estacionalidad se ha observado en países como EEUU [16, 17, 13], Holanda [39, 1, 18], el Reino Unido [6] y Francia [27]. No obstante, los máximos recuentos también pueden aparecer en los meses de otoño (septiembre a noviembre), tal y como se ha observado en Canadá, máximo recuentos en septiembre-octubre, [30] y en Irlanda máximos recuentos en noviembre, [2]. En este último país la estacionalidad puede explicarse por la elevada concentración de partos que existe hacia final del invierno y principios de primavera, de modo que en otoño la mayoría de la vacas están hacia final de la lactación, lo que hace aumentar los recuentos en la leche de tanque (Berry et al., 2006).
Sin embargo, los aspectos señalados anteriormente no permiten explicar porque los recuentos fueron tan elevados en el control de Febrero. Debemos precisar que este mes es considerado en Venezuela como verano, dado que forma parte de la época en que habitualmente hay pocas lluvias. Sin embargo, no se encontró que la prevalencia de IIM fuera más elevada en este control que en los controles de Julio (mes considerado como invierno, por ser época de lluvias) y Noviembre (ver punto 1.1 en Resultados y Discusión de la presente Tesis Doctoral). Así mismo, en el manejo habitual de las explotaciones estudiadas no se lleva a cabo ninguna estrategia para concentrar los partos en una época del año, por lo que también podríamos descartar que estos elevados recuentos del control de Febrero tuvieran un origen fisiológico (alto porcentaje de vacas a final de la lactación). Por tanto, parece conveniente que la estacionalidad en los recuentos de la leche de tanque sea nuevamente estudiada en futuros trabajos.

RCS en muestras de leche individual

Los recuentos medios en las ubres sanas (medias aritméticas y geométricas de 335.000 y 141.000 céls/ml, respectivamente) fueron ligeramente inferiores a los encontrados por [31] en Venezuela con vacas Holstein y mestizas (media aritmética de 425.000 céls/ml). Sin embargo, la mayoría de trabajos realizados en Europa y EEUU encuentran que las ubres libres de IIM presentan recuentos inferiores a los hallados en el presente estudio, con medias geométricas inferiores a las 100.000 céls/ml [41, 11, 35, 29]. Así mismo, en nuestro caso solamente el 65% de las ubres libres de IIM tuvieron unos recuentos inferiores a 200.000 céls/ml, mientras que en otros trabajos este porcentaje es del 80% [7]. También podemos destacar que el 12% de las ubres aparentemente sanas tuvieron recuentos extremadamente altos (> 900.000 céls/ml), lo cual es muy probable que fuera debido a que eran falsos negativos [12] o a que estas ubres habían sufrido con anterioridad una IIM y, tras su curación bacteriológica, los recuentos aún permanecían elevados [34, 27, 4].
En este trabajo se ha encontrado que, tanto en las ubres sanas como en las infectadas, el RCS aumenta significativamente con el estado de lactación (comparando los tres niveles considerados: inicio, mitad y final) y con el número de lactación (primíparas y multíparas). En la bibliografía existe unanimidad en que, cuando no se separan los animales según el estado sanitario de la ubre, el RCS también aumenta al avanzar la lactación (tras haber alcanzado el pico de producción de leche) y al aumentar el número de lactación [ 32, 36, 37, 7, 38], debido principalmente a que en ambos casos tiende a aumentar la prevalencia de IIM, como consecuencia de la mayor exposición de las ubres a los patógenos mamarios [22]; además en el caso del estado de lactación, los recuentos también aumentan a medida que desciende la producción de leche, ligado a un fenómeno de concentración celular [7, 22, 27. Así mismo, varios trabajos han demostrado que, en las vacas infectadas, también se incrementan de forma importante los recuentos al avanzar el estado y el número de la lactación [ 32, 26, 7], lo que sugiere que aumenta la intensidad y duración de la reacción inflamatoria frente a la IIM [ 25]. Sin embargo, en las vacas sanas este incremento del RCS es de menor orden [ 32, 33, 19, e incluso, en ocasiones no llega a diferir significativamente según el número y/o estado de lactación [ 11, 31], aspecto que difiere de nuestros resultados. 
Por otra parte, también podemos destacar que en las vacas sanas la interacción estado de lactación x número de lactación no resultó significativa, es decir, que la evolución del RCS con el estado de lactación fue similar en las vacas primíparas y en las multíparas. Sin embargo, en otros trabajos en los que el RCS se registraba mensualmente a lo largo de toda la lactación, encontraron que al avanzar la lactación los recuentos aumentaban en mayor medida en las vacas multíparas que en las primíparas { 33, 11].
Los recuentos fueron superiores en los controles de Febrero y Noviembre, respecto al control de Julio, resultado que también había sido observado en la leche de tanque. Nuevamente es difícil encontrar una explicación a este hecho dado que esta tendencia también ocurrió en las ubres sanas. Por ejemplo, los trabajos que han estudiado el efecto de ciertas condiciones ambientales estresantes (elevadas temperaturas, cambios bruscos, reagrupamientos etc..) han encontrado que, en ausencia de IIM, el RCS apenas se incrementa [ 21, 26]. Por tanto, el aumento de los recuentos en las épocas con elevadas temperaturas y/o lluvias parece que se produce, principalmente, por un aumento de la prevalencia de IIM, principalmente por los denominados patógenos ambientales (coliformes y ciertos estreptococos) que se caracterizan por su elevada virulencia [7](Harmon, 1994). 
Tal y como cabía esperar, la presencia de IIM elevó significativamente el RCS a nivel de ubre, con independencia del número y estado de lactación de los animales, lo cual coincide con la práctica totalidad de trabajos publicados [26, 7]. Por ejemplo, la media aritmética de los recuentos en las ubres infectadas por ECN fue el doble que en las ubres sanas, lo cual coincide con lo encontrado en otros trabajos (Series, 1985; Harmon, 1994). No obstante, no se pudo demostrar que los recuentos llegaran a diferir entre los distintos grupos de gérmenes aislados. En algunos casos (Str. agalactiae, Corynebacterium spp, coliformes y otros gérmenes Gram-negativo) probablemente se debió al bajo número de aislamientos realizados (n≤10). Sin embargo, el hecho de que los recuentos de las bacterias ECN no llegara a diferir significativamente respecto a S. aureus o el grupo de Streptococcus spp (en los tres casos con más de 60 aislamientos) difiere de lo encontrado habitualmente en otras publicaciones. Así, en el ganado vacuno lechero los ECN y las corinebacterias son considerados como patógenos menores, dado que los recuentos (entre 100.000 y 500.000 céls/ml) suelen ser inferiores que en los denominados patógenos mayores (S. aureus, Str. agalactiae, otros estreptococos, micoplasmas, coliformes; [26] y cuyos recuentos suelen superar el millón de céls/ml [ 7, 31, 29, 5]. 
En nuestro trabajo, los recuentos obtenidos tanto en los ECN como las corinebacterias (MA de 653.000 y 764.000 céls/ml, respectivamente; MG de 224.000 y 195.000 céls/ml, respectivamente) fueron de similar orden a los descritos en otros estudios llevados a cabo  en muestras de cuarterones [5] o en muestras de ubre [ 41]. Por el contrario, el resto de gérmenes (patógenos mayores) presentaron unos recuentos sensiblemente inferiores (MA de 380.000 a 1.014.000 céls/ml; MG de 209.000 a 389.000 céls/ml) a los encontrados habitualmente en otros experimentos [41, 5]. 

AGRADECIMIENTOS:

Los autores agradecen a la Asociación Venezolana de Criadores de Ganado Carora, por la información suministrada para este estudio y al Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico Tecnológico de la Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado” por el apoyo en la realización de la Tesis Doctoral del primer investigador nombrado.

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Autores:
Mauro Rafael Carrasco Rodriguez
Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado
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Jesus Armando Quintero
15 de marzo de 2024
Estimado Mauro te felicito por este interesante trabajo que hiciste con estas fincas en Carora y con vacas de la raza Carora.Ese estudio junto con otros que se tienen que ejecutar en todo el país nos van a dar una información certera de la situación de la producción de leche en las diferentes regiones de nuestra geografía nacional. Hay que seguir investigando a nivel de las facultades de veterinaria para tener más datos estadisticos y epidemiologicos de la producción láctea.He querido hacer esta reflexión ya que estamos necesitados de información científica sobre este tema.Nuevamente Mauro te felicito por tu interes en este tema y ojalá se motiven otras instituciones a seguir tu ejemplo.Saludos desde Maracaibo.Venezuela.
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Angel Alberto Pernalete Pernalete
14 de marzo de 2024
Bastante bueno el estudio pero creo que influye mucho el manejo de cada finca. Le propongo al Colega Mauro que haga ese mismo estudio en la finca de El Tunal por un año completo para eliminar el manejo como una variable influyente en el estudio. La finca tiene la cantidad de animales para realizar ese estudio
Saludos
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