Hace unos días, realicé una consultoría sobre la gestión del control sanitario en una planta de alimentos balanceados de un importante grupo agroindustrial, donde algunas especies de insectos de granos almacenados, coleópteros y lepidópteros, estaban presentes en todas las áreas de la planta de producción, incluidas las áreas de empaque final, por lo cual era común que algunas referencias de producto final resultaran infestadas en los almacenes de venta al público, a los pocos días de haber sido procesado. La empresa había adoptado algunas prácticas sanitarias, incluidas rutinas de barrer, recoger las barridas y desecharlas en tanques que después eran empacados en sacos de polipropileno, almacenados en un cobertizo y desde allí se los llevaba periódicamente una empresa criadora de cerdos. Durante el diagnóstico y para encontrar los puntos críticos del sistema de control, se revisaron varias de las prácticas que se estaban llevando a cabo sobre las cuales escribiré en próximas oportunidades. Una de las que cuestionamos fue el sistema de limpieza de la fábrica, tanto en la parte externa como en la parte interna.
La situación estaba relacionada principalmente con la presencia y propagación permanente de insectos de granos almacenados, (coleópteros primarios y secundarios y lepidópteros) Se apreciaron varias situaciones en las cuales durante ciertos períodos se había realizado intensos controles, barriendo, asperjando insecticidas y nebulizando el área, donde por algún tiempo se podría afirmar que ya estaban rotos los ciclos y luego, en pocos días, aparecían de nuevo insectos a pesar de los controles, aspersiones y demás.
El sistema de limpieza de esa empresa se basaba en los tradicionales recursos de la escoba, el cepillo y operarios protegidos con respiradores simples, que todo el dia deambulaban por todos los sectores de la empresa, con los mismos utensilios, barriendo, recogiendo el polvo y los desechos que se salen del proceso, a través del recogedor de basuras convencional y desechando esa basura en recipientes que luego eran descargados en sacos para su evacuación a una granja de cerdos. Para la limpieza interior, en equipos, pasarelas, tuberías y demás aditamentos de la planta, la empresa tenía establecido como norma que al finalizar la jornada o los turnos de producción, los operarios de la planta conectaban líneas de aire a presión procedentes de un poderoso compresor, para soplar sobre, dentro y fuera de las máquinas para retirar el polvo y los granos o harinas fuera del proceso y luego, con escobas, cepillos y recogedores de basura se limpiaba el área. ¿Le parece conocida la situación ?
El diagnóstico del sistema nos mostró varias situaciones que podrían estar favoreciendo a la plaga: En primer lugar las escobas y cepillos eran de uso universal, nunca eran desinfectadas y pasaban recorriendo por la planta por todos los lugares. Realizamos un trabajo de inspección detallada y una limpieza de las escobas y cepillos que se estaban usando, llevándolas al laboratorio y allí pacientemente y con otros cepillos y brochas se retiró casi todo el material retenido entre las cerdas de escobas y cepillos y el fondo de estos. Estos fueron en su mayoría polvos, harinas, restos de cáscaras, algunos granos. Este material se puso en cajas de petri cerradas en un sitio a 30ºC; Las cajas se inspeccionaron en el laboratorio de GaviAgro bajo un macroscopio
[1] al cabo de dos semanas, resultando que todas las cajas tenían larvas de insectos de granos almacenados, principalmente de polillas y algunos insectos secundarios. Esta primera alerta mostró que las escobas y cepillos de limpieza son claros vectores de insectos que se trasladan de un área a otra en las plantas en forma de huevos, larvas, pupas o inclusive adultos..
En los días siguientes al diagnóstico,GaviAgro le suministró a la empresa una aspiradora industrial con un motor de alta potencia y con mangueras de succión y tubos para extender la acción a zonas altas. Con el fin de probar el sistema de aspiración y de poder efectuar registros que encaminaran las acciones y la integración del sistema de aspirar en las prácticas de control de insectos de la planta, se identificaron las principales áreas críticas donde se observaba la mayor presencia de insectos ubicando trampas pegajosas GaviAgro, durante una semana y luego evaluando el número y especies de insectos atrapados en cada una de las trampas. Las trampas GaviAgro son carteles especiales, de color amarillo atractivo para insectos, que se colocan sobre superficies donde los insectos son atrapados al entrar volando o caminando a la trampa donde quedan pegados. Después de cierto tiempo las trampas GaviAgro son retiradas y analizadas
El primer sitio escogido fue un grupo de elevadores que transportan las materias primas desde la zona de almacenamiento a la planta de producción, en esta zona se encontró una fuerte presencia de polillas y de insectos secundarios como Tribolium y Cryptolestes, especialmente en los cárcamos o huecos donde están instalados los elevadores y que son de difícil limpieza por los métodos convencionales de barrer con escobas y cepillos. La otra zona donde el nivel de infestación era fuerte, fue la zona de recepción de materias primas principalmente la zona de tolvas y sus alrededores, donde además de los Lepidópteros y los insectos secundarios se encontraron algunos ejemplares adultos de Sitophilus. La tercera zona escogida fue cerca a un depósito de empaques usados , donde se llevan los empaques del maíz y otras materias primas que vienen empacadas en sacos. Los empaques se limpian y luego se agrupan en paquetes de 50 y 100 unidades y se almacenan en una bodega aparte donde son fumigados bajo carpas para luego ser enviados nuevamente a los productores o al mercado secundario. La zona de limpieza y amarrado de empaques recibe, obviamente, una gran cantidad de grano y residuos, que son barridos, recogidos y en algunos casos reintegrados a la zona de almacenamiento, quedando la zona barrida pero infestada.
A partir de una fecha y durante los siguientes 30 días, las tres áreas fueron limpiadas de manera diferente: las dos primeras áreas (los elevadores y la tolva) fueron barridas como se realizaba corrientemente. Luego que el área de tolvas fue barrida con escoba y cepillo, fue repasada con la aspiradora industrial suministrada por GaviAgro, recolectando siempre abundante material no recogido por las escobas y cepillos, especialmente en zonas de orificios de paredes, rendijas, bordes de la reja de la tolva, áreas de andenes cercanos y otras. El área cerca del deposito de empaques no fue barrida sino solamente aspirada cuidadosamente. Después de la limpieza del primer día, se colocaron nuevamente trampas pegajosas GaviAgro, en las tres áreas y se monitorearon durante el mes siguiente, al final del cual se recogieron y evaluaron. Luego en el siguiente periodo de 30 días, las tres áreas fueron limpiadas únicamente con la aspiradora. No se utilizaron cepillos ni escobas y los residuos de cada área fueron desechados en forma confinada en los sacos de evacuación para las granjas de cerdos. Las trampas GaviAgro para evaluación fueron colocadas en los mismos sitios y condiciones en que habían sido colocadas en las mediciones anteriores.
Como se puede apreciar en este cuadro, en el primer período de 30 días, el área que solo fue tratada con escoba y cepillo resultó infestada con todas las especies presentes, en un número alto, en comparación con las otras dos áreas que disminuyeron el número de insectos en las trampas en forma significativa y el área que solo fue tratada con aspiradora, mostró un avance muy significativo con respecto a las otras áreas. En el segundo período, cuando solo se utilizó la aspiración, se puede apreciar que desapareció de las tres áreas el número de insectos primarios (Sitophilus) y que persistió, pero en baja escala el de secundarios, probablemente Cryptolestes, que es de muy difícil control.
Es importante resaltar que en estas áreas no se realizó ninguna aplicación de insecticidas directamente por aspersión ni por nebulización durante el tiempo de la evaluación.
A partir de este trabajo, la empresa adoptó el sistema de limpieza por aspiración en todas las áreas, manteniendo el concepto de soplar limitadamente en algunos equipos, con asistencia cercana de la aspiración para lograr la limpieza de algunas partes imposibles de limpiar de otra forma. Se mantuvieron las escobas y cepillos en ciertas áreas, con marcas y uso exclusivo en esas áreas para evitar diseminación de insectos y sus huevos. Las escobas y cepillos son siempre des-infestadas con tratamiento insecticida después de cada uso. El consumo de pesticidas disminuyó en forma significativa y en la actualidad la limpieza se realiza en forma más eficiente y segura. Todo el material que se colecta en las zonas críticas y cuando se advierten nuevos focos de infestación, es desechado en uno de los hornos de calentamiento de aire para el secado de granos, cuando están en cosecha y cuando no lo están, se desechan de forma controlada en recipientes cerrados donde permanecen hasta que son evacuados para las granjas de cerdos, con quienes se ha coordinado una evacuación diaria para evitar almacenamiento de producto posiblemente infestado.