Micotoxinas y Salud Intestinal en Monogástricos

Las micotoxinas son metabolitos secundarios producidos por algunas especies de hongos toxigénicos que pueden afectar a todos los tipos de cultivos. La infestación puede ocurrir en cualquier momento o etapa del ciclo de producción de los granos, incluso después de la cosecha puede haber contaminación durante las etapas de procesamiento.

La contaminación del alimento por micotoxinas representa una amenaza importante para la salud de los animales de producción. Incluso niveles bajos pueden tener un efecto negativo en la salud intestinal, también pueden ser un factor predisponente para otro tipo de afectaciones ya que se debilita el sistema inmune.

La homeostasis a nivel intestinal consta de una serie de mecanismos en donde la interacción entre las células epiteliales, la microbiota, las células de la inmunidad local y la nutrición se da de forma continua y dinámica; cuando ocurre alguna interrupción en esta homeostasis puede haber una pérdida en la permeabilidad intestinal, también un proceso inflamatorio y disbiosis. La ingesta de micotoxinas, aunque se trate de una baja concentración, representa un daño en la homeostasis intestinal.

La función de barrera intestinal está formada por las células epiteliales alineadas una con la otra, esta conformación permite que nutrientes y agua pasen del lumen intestinal al torrente sanguíneo, a su vez, impiden el paso de antígenos y microorganismos nocivos con sus respectivas toxinas.

La presencia de micotoxinas en el tracto intestinal ocasiona un daño en la función de barrera y se presenta la condición de “intestino permeable”.

En varios estudios in vitro y ex vivo se han medido y analizado la resistencia eléctrica transepitelial (TEER) y la expresión de genes que codifican las proteínas que componen las uniones estrechas (ocludina, zónula occludens-1, claudina-1) con resultados indicando que micotoxinas como fumonisina (FUM), deoxinivalenol (DON) y ocratoxina A (OTA) son capaces de afectar la permeabilidad intestinal de aves y cerdos. La proliferación de células epiteliales puede reducirse por la acción de las micotoxinas.

Otro punto para destacar es que las micotoxinas no solo dañan a las células epiteliales intestinales, sino que también impactan negativamente en la capa de moco y en la secreción de péptidos antimicrobianos, de citocinas y de quimiocinas, así como también promueven el estrés oxidativo.

Las micotoxinas DON y/o la zearalenona (ZEN) pueden disminuir la cantidad de células caliciformes (células secretoras de moco), incluso las dosis bajas de DON pueden reducir la producción intestinal de mucina a través de la disminución de los niveles de mARN asociado a mucosas.

Estudios histopatológicos han demostrado que OTA puede provocar una disminución de tamaño en las vellosidades intestinales, así como procesos necróticos y apoptosis de las células epiteliales.

La microbiota intestinal es una parte muy importante del proceso de asimilación de nutrientes y energía, forma una relación simbiótica sumamente compleja y dinámica con el hospedador y contribuye en varios procesos fisiológicos de tipo estructural, de protección y metabólicos.

Los desbalances en el ecosistema intestinal afectan a la microbiota, sobre todo en aquellos animales enfocados en la producción, esto puede aumentar el riesgo de que contraigan enfermedades. Existen pocos estudios que se enfoquen en el efecto negativo de las micotoxinas en la microbiota intestinal, sin embargo se han registrado algunas familias bacterianas cuya abundancia puede variar por la presencia de micotoxinas (Lachnospiraceae, Ruminococcaceae, Lactospiraceae, Faecalibacterium, Clostridiaceae, Enterobacteriacea y Roseburia). Estos cambios pueden asociarse a los efectos ya mencionados anteriormente sobre la fisiología digestiva, sobre los enterocitos y en la producción de moco.

Se ha demostrado que dietas contaminadas con DON o con FUM representan un factor predisponente para el desarrollo de Clostridium perfringens causante de enteritis necrótica en las aves. De igual forma, DON puede influir en una infección por Campylobacter jejuni resultando en una grave pérdida de la permeabilidad intestinal en el caso de los cerdos y pollos de engorda.

Las micotoxinas pueden impactar de forma negativa incluso con bajas concentraciones. Son causantes de la condición del intestino permeable provocando una respuesta inflamatoria y alteran la composición de la microbiota, predisponiendo a los animales a otras alteraciones.