El constante monitoreo de válvulas, así como su presión y temperatura, son parte de un buen programa de mantenimiento preventivo.
El completo entendimiento de cómo funciona su sistema de refrigeración es la lección más valiosa en el mantenimiento de estos equipos. La ignorancia puede transformar un pequeño problema en un desastre.
Por ejemplo, una mañana el técnico de mantenimiento notó que la temperatura en un congelador de almacenamiento de producto estaba cinco grados centígrados arriba de la temperatura deseada. Entró al congelador y vio que el evaporador era un sólido bloque de hielo, lo que previno que el calor fuera removido del área. Después de haber quebrado y quitado la mayor parte del hielo con un pica hielo, perforó una de las tuberías, lo que liberó amoniaco en el congelador. La subsiguiente fuga de amoniaco se convirtió en un serio problema.
Después de que el sistema fue apagado y la fuga fue tapada, al investigar más a fondo el personal de mantenimiento se percató de que el calentador de la tubería que drena la condensación no estaba funcionando, lo que hizo que se formara el bloque de hielo. El calentador no estaba funcionando porque el equipo de limpieza había apagado un disyuntor para remplazar unos focos. Si el técnico de mantenimiento hubiera entendido el sistema, hubiera de inmediato buscado la causa de la falla en el calentador, y el problema se hubiera solucionado con poca pérdida de tiempo y de producto. En lugar de eso, una fuga de amoniaco causó una gran pérdida de ambos.
El constante monitoreo de válvulas, así como su presión y temperatura, son parte de un buen programa de mantenimiento preventivo
Evite el uso inadecuado
Los sistemas de refrigeración mecánica son bombas de calor, es decir, toman el calor de un lugar y lo mueven hacia otro. Su refrigerador en casa "bombea" el calor de los alimentos en su cocina. Entonces, su sistema de aire acondicionado toma el calor de su cocina y lo "bombea" hacia afuera de su casa. Si usted deja la puerta de su refrigerado abierta, sus alimentos no estarán muy fríos y su recibo de electricidad se incrementará. Si usted continuara operando su cocina de esa manera, tendría que comprar un refrigerador nuevo más pronto de lo esperado. Es el mismo principio que dejar una puerta de carga o descarga abierta sin tener un camión listo en el sitio, o dejar una puerta abierta en la planta. Ninguna de las dos situaciones son poco comunes en las mayoría de las plantas de procesamiento de carne.
Las mismas puertas de los refrigeradores pueden ser un problema. El ser golpeados por carros de transporte o carretillas eventualmente resulta en puertas deformes que no se sellan adecuadamente cuando son cerradas, causando una pérdida de aire frío e incrementando la necesidad de energía para mantener la temperatura interna. Otro problema resulta de una reparación inadecuada del material que rodea a la puerta, que no es un buen conductor de frío. Si no existe un bloque térmico, se presenta condensación y las dos superficies se congelan juntas.
Los intentos por romper ese hielo usando mazos u otro equipo pesado de nuevo lleva a un sellado inadecuado y a la pérdida de aire frío del congelador, causando que el compresor trabaje de más para mantener la temperatura. Por suerte, los nuevos establecimientos que están siendo construidos cuentan con calentadores en el piso y alrededor de las puertas para prevenir este problema.
Maneje el amoniaco con cuidado
El amoniaco anhídrido es clasificado como un químico "extremadamente peligroso" por la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, y todas las plantas deben de contar con un sistema para seguir las regulaciones de OSHA y asegurar que los tanques de amoniaco y otros componentes del sistema de refrigeración tengan buen mantenimiento. No obstante, las pequeñas fugas en las juntas de las tuberías en el cuarto de máquinas son con frecuencia vistas como inevitables o ignoradas. Esta lenta pérdida de amoniaco tiene el potencial de causar mucho daño.
El amoniaco por lo general se entrega en la planta en un camión que pertenece al proveedor, pero el personal entrenado de la planta debe estar presente para inspeccionar la manguera y las conexiones antes de que se descargue el químico. El amoniaco está bajo presión, por lo que un pequeño orificio en la manguera puede muy rápidamente convertirse en una fuga. Para prevenir tal daño, las mangueras nunca deben ser arrastradas o aplastadas por el equipo. El grado de presión para la manguera no debe de ser excedido, y cuando los sistemas son encendidos, la presión debe ser incrementada gradualmente para prevenir oleadas que pudieran dañar la manguera. Las mangueras no deben de ser enroscadas, y se deben de inspeccionar para cerciorarse de que los insectos o roedores no las han dañado.
Otro problema potencial es el uso de mangueras no adecuadas para el trabajo. La mayoría de las plantas se aseguran de que la mangueras sean de la especificación adecuada para descargar el amoniaco, pero no son tan cuidadosos en usar las mangueras más allá de su vida de buen servicio. El fabricante de las mangueras debe especificar cuándo éstas deben ser reemplazadas. Una manera fácil de asegurar que esto se realice es marcar las mangueras con su fecha de caducidad. Las marcas deben de colocarse cada determinados metros de tal manera que siempre estén visibles y puedan sobrevivir en un ambiente hostil.
Las válvulas son otra preocupación, puesto que se pueden dañar, tapar e incluso quebrar, causando fugas de amoniaco. El constante monitoreo de las condiciones de las válvulas, su temperatura y presión debe de estar incluido en cualquier buen programa de mantenimiento preventivo. Si la presión se revisa y anota rutinariamente, los cambios pequeños serán más notables, lo que será una pauta para investigar y prevenir problemas.
Finalmente, las temperaturas en todo el sistema deben de ser anotadas y monitoreadas, los tanques deben de contar con el aislamiento adecuado y las trampas de aceite deben se ser drenadas con regularidad.
El personal de refrigeración debe de estar entrenado para reconocer un buen mantenimiento. Eso será un gran paso hacia la eliminar la tendencia de buscar una solución rápida en vez de buscar la raíz del problema. Solo cuando los operarios reconocen la diferencia e importancia de esto, podrá existir el mantenimiento preventivo.
Información publicada en CARNETEC.COM el 5/20/2009
Nota del editor: el autor de este artículo, Benton A. Vizzier, es un ingeniero profesional jubilado con décadas de experiencia en la industria avícola estadounidense.