Efecto inmunomodulador de los fitobióticos en la producción avícola

Se denomina inmunomodulador a cualquier sustancia que contribuye a regular el sistema inmune. La actividad y la eficiencia del sistema inmunitario pueden verse influenciadas por diversos factores exógenos y endógenos, desembocando en inmunosupresión o inmunoestimulación. Dichos compuestos, capaces de normalizar o modular procesos fisiopatológicos se denominan agentes inmunomoduladores.

El crecimiento constante de cepas resistentes a antibióticos y los diversos efectos secundarios causados por dichos fármacos, han favorecido la investigación de agentes inmunomoduladores de origen herbal como alternativa para tratar diversas infecciones. Dichos fitobióticos mejoran la resistencia natural del cuerpo contra las infecciones, y su actividad inmunomoduladora ha sido ya descrita para multitud de plantas. Además, se consideran una herramienta interesante en los programas de vacunación, utilizados indistintamente antes o después de la misma, como soporte en situaciones de desafío inmunológico.

La modulación de la inmunidad es un concepto de gran ayuda como coadyuvante de las terapias antimicrobianas y en el desarrollo de vacunas.

Recientemente, las propiedades inmunomoduladoras de las plantas se están estudiando en profundidad y con mayor interés, debido a la creciente conciencia sobre la modulación del sistema inmunológico y para lograr los efectos favorables en la prevención de enfermedades. Varios remedios vegetales ampliamente conocidos en la medicina tradicional ejercen sus efectos antimicrobianos no solo por acción directa sobre el patógeno, sino también por estimulación de los mecanismos de defensa naturales y adaptativos del huésped.

El interés de utilizar inmunomoduladores, para mejorar las funciones inmunitarias humorales y celulares y la resistencia frente a infecciones en pollos y otros animales domésticos ha aumentado en la última década.

La industria está buscando la manera de estandarizar estos preparados y alinearlos con los productos farmacéuticos convencionales. Los inmunomoduladores derivados de productos naturales se pueden clasificar como compuestos de alto y bajo peso molecular. Los compuestos activos pertenecen a cualquiera de las siguientes clases de sustancias: carbohidratos, terpenos, esteroides, fenoles, cumarinas, aminoácidos, péptidos, proteínas, glicoproteínas, alcaloides, y otros compuestos orgánicos que contienen nitrógeno.

Una de las plantas más relevantes por sus propiedades inmunoestimulantes es la Equinácea. Existen tres especies del género Echinacea (E. purpurea, E. palida y E. angustifolia). Las preparaciones a base de Equinacea aumentan el proceso de fagocitosis por los macrófagos, la activación del sistema del complemento y la producción de anticuerpos. La actividad inmunoestimulante de la Equinacea está asociada a polisacáridos solubles en agua, ácidos fenólicos libres o esterificados (equinacósido, entre otros), compuestos poliénicos e isobutilamidas. Los compuestos activos potenciales en E. purpurea incluyen polisacáridos, glicoproteínas, alquilamidas, derivados del ácido cafeico, aceites volátiles y alcaloides. Los polisacáridos, glicoproteínas, alquilamidas y derivados del ácido cafeico han mostrado propiedades inmunoestimuladoras.

Los extractos de Equinacea administrados en medicina humana al comienzo de procesos respiratorios pueden llegar a ser capaces de acortar la duración y la gravedad de las infecciones del tracto respiratorio. Es probable que, por su propio mecanismo de acción, la Equinácea muestre su máxima eficacia en pacientes cuyo sistema inmunológico está comprometido, es decir, en aquellos individuos que tienen una mayor frecuencia de episodios de resfriados u otros procesos virales. La Equinacea es rica en fibra, vitaminas del grupo C y B (como la riboflavina) y betacarotenos; además de minerales como hierro, sodio, magnesio y calcio.

El ginseng siberiano o raíz de taiga (Eleutherococcus senticosus, recientemente denominado como Acanthopanax senticosus) también se usa como tónico y se han descrito sus propiedades inmunoestimuladoras, siendo su uso muy popular como suplemento dietético. Es un arbusto espinoso de la familia Araliaceae, localizado principalmente en el sureste de Rusia, noreste de China, Corea y Japón.

En el extracto de ginseng siberiano encontramos saponinas triterpenoides, lignanos, cumarinas y flavonas, entre las cuales se encuentran compuestos fenólicos como la siringina y el eleuterósido E, que tienen varias propiedades medicinales contra la gota, la hepatitis, la hiperglucemia y la leishmania.

Es también importante por sus metabolitos secundarios, llamados glucósidos-eleuterósidos. Los compuestos de esta planta tienen una amplia gama de efectos beneficiosos sobre el organismo humano y sobre el de los animales. En particular, durante los últimos años se han publicado varios estudios que recogen que los extractos derivados de Acanthopanax senticosus, mejoran la respuesta inmunitaria, promueven una mayor eficiencia de la nutrición y modulan la salud intestinal de los lechones destetados.

En resumen, los fitobióticos podrían brindar una oportunidad única para bioprospectar formulaciones químicas diversas y sinérgicas, que conjuntamente, podrían actuar sobre múltiples objetivos y mejorar el rango terapéutico. Por tanto, para incrementar los indicadores productivos de animales de producción, es necesario mejorar sus dietas y sus programas de alimentación. Con este fin, los nutricionistas continúan investigando ingredientes nutricionales no convencionales que sean rentables y con el mismo valor biológico, o incluso mayor si es posible.

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