31 de enero de 2021
La radiación solar y su impacto en la agricultura
Generalmente, el rendimiento y funcionamiento de los cultivos está determinado por factores externos que afectan el desarrollo de las plantas. De esta forma, uno de los más importantes es la radiación solar.
Así, es un curso fundamental en el sustento y producción vegetal.
Si bien, es un tema de mucha importancia para agricultura. Muchas veces se olvida la relevancia que tiene la radiación solar durante el proceso de plantación.
El sol es una fuente primaria de energía radiante, caracterizada por propagar sus ondas o pulsaciones a través del espacio.
Por su parte, las plantas teniendo la capacidad de sintetizar todas las sustancias esenciales para su metabolismo a partir de sustancias inorgánicas, actúan como excelentes captadores de la radiación solar.
Por ello, mediante la fotosíntesis son capaces de transformar la energía radiante en energía química. Así, quedan asociadas a los compuestos orgánicos de la biomasa.
¿Qué efectos tiene la radiación solar en los cultivos?
Las plantas utilizan la luz solar para producir carbohidratos a partir dióxido de carbono y agua. Por ello, son capaces de convertir compuestos inorgánicos en compuestos orgánicos más complejos.
Sin embargo, hay factores externos que muchas veces condicionan este proceso, disminuyendo el rendimiento de los cultivos.
La cantidad de sombra es el primero de ellos. Pues, la falta o baja disponibilidad de luz solar tiende a ser un agente estresor para las plantas. Esto, a su vez, dificulta el crecimiento y desarrollo de los cultivos.
Igualmente, si las plantaciones se encuentran en ecosistemas con climas áridos, el sobrecalentamiento puede producir daños en su desarrollo.
Para ello se recomienda que los mismos se encuentren en áreas con suficiente sombra.
Al reducir el sobrecalentamiento, la transpiración excesiva y la fotoinhibición que se presentan en las plantas al estar en zonas calientes, sin la protección adecuada, se impide que haya una reducción de la fotosíntesis por exceso de calor.
Cabe señalar que ambos aspectos son igualmente importantes para la agricultura; y en vista de que el estrés en las plantaciones debilita sus funciones, todo agricultor debe informarse sobre las necesidades y requerimientos particulares de cada especie según las condiciones ambientales de cada región.
¿Cómo influye la calidad la luz para la producción agrícola?
La calidad de luz o energía radiante que reciben los cultivos es otro de los factores que inciden en el proceso agrícola.
Estas características van a variar siempre en función del ambiente y de acuerdo al tipo de producción (si es de campo o de invernadero).
Considerando que, a mayor altitud las plantas estarán expuestas a mayores longitudes del espectro de luz azul y ultravioleta, si éstas se encuentran en regiones que se ubican al nivel del mar habrá una disminución en la captación de energía solar que perjudicará el crecimiento de la planta.
Una planta en estas condiciones puede tener un crecimiento mucho más extenso, pero con tallos delgados, y tasa fotosintética baja. Si en cambio la intensidad de la luz fuera excesiva, se reduciría el crecimiento vertical.
¿Entonces, qué intensidades de radiación solar permiten un crecimiento óptimo?
Cada planta tiene requerimientos específicos cuando se trata de determinar la intensidad de la luz.
Una planta con necesidades de luz baja puede prosperar con entre 10 y 15 watts. Así, la planta de luz alta, requiere al menos 20 vatios por pie cuadrado, en función del espacio de crecimiento.
Igualmente, se promueve el crecimiento mientras estén expuestas a niveles de radiación solar un poco por encima de la media. Pero siempre cuidando que no sea excesivo y se produzca un deterioro que seque la planta.
La intensidad, al igual que la calidad de energía solar va a variar dependiendo del día, la estación del año y la región.
Durante el verano es cuando se produce la mayor intensidad en cuanto a la radiación solar. De este modo, es aprovechado por los cultivos para aumentar el crecimiento. Por su parte, en las temporadas de mucha sombra, las plantas se pueden ubicar en niveles por debajo del nivel de compensación.
Dado que se esto reduce la actividad fotosintética, la planta perderá su coloración, crecerá con tallos delgados, alargados, hojas que no alcanzan su máxima expiación, y un sistema reticular atrofiado.
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Impacto de las altas temperaturas sobre los frutos
La radiación solar no solo afecta el desarrollo de la planta, sino que también puede afectar el crecimiento y calidad de los frutos.
Y es que, las altas temperaturas que produce la radiación solar sobre el campo en la etapa de producción, pueden alcanzar hasta 15°C por encima de la temperatura del aire, (sobre todo en zonas templadas con climas secos).
Estas temperaturas tan elevadas no solo provocan estrés térmico en la planta, sino que deterioran la calidad los frutos, causando las llamadas escaldaduras o quemaduras solares.
La aparición de escaldaduras solares va depender del potencial evaporativo y de refrigeración del tejido.
Hasta el momento se ha demostrado que los frutos verdes tienden a conducir menos el calor que los coloreados. Esto quiere decir que aquellos como, por ejemplo, el tomate, pimiento, durazno y manzanas, son más propensos a sufrir quemaduras a causa de la radiación solar.
Sin embargo, los frutos que crecen desde el inicio expuestos a altas temperaturas, pueden presentar un mayor nivel de resistencia.
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Consejos para proteger los cultivos de la radiación solar
Procure en lo posible, ubicar las plantaciones en zonas donde reciban suficiente sombra, pero también suficiente luz natural.
– Los invernaderos: el cultivo en invernaderos le permite al agricultor tener un mejor control de los factores ambientales que inciden en la producción. Tales como la lluvia, el sol, la sombra, insectos etc.
– Si se decide optar por la producción en invernaderos, es necesario tener en cuenta los requerimientos puntuales del tipo de planta, y aprovechar los meses de mayor actividad solar.
– Si se prefiere un sombreado natural, la orientación de las hileras debe estar en dirección Norte a Sur. De este modo se aprovecha el máximo de sol y se les protege del calor a partir del medio día.
– Las mallas de sombra son otra opción útil. Se encuentran tejidas en polietileno y son fáciles de manipular. Las mismas se pueden conseguir en una variedad de tipo y colores según la utilidad.
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