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De bebitos, lechones y guachitos. Cuestiones generales

Publicado: 31 de mayo de 2013
Por: Daniel C. Besso

A ninguna mamá se le ocurriría darle a un bebé de 15 días alfajores de maicena. No tiene el bebe los reflejos masticatorios, la insalivación ni los paquetes enzimáticos desarrollados para poder ingerir y digerir ese alimento. Hace muchos años hicimos algunas pruebas exitosas utilizando papillas. Con el tiempo y leyendo antiguas publicaciones, pude saber que mi descubrimiento ya había sido inventado con mucha anterioridad. También pude recordar vagamente, haber visto a mi abuela preparar un pasticho de maíz remojado y cocido con semitín, para las gallinas. Si a ninguno de nosotros se nos ocurriría pretender que un bebé nuestro, coma galletitas secas antes de los 6 o 7 meses en el mejor de los casos; ¿porque entonces insistimos en que un lechón de pocos días adopte un alimento de esas características, por más aromatizantes y saborizantes que tengan? Los destetes precoces basan su éxito en la anticipación de la toma de alimentos sólidos, más allá de la composición de estos. Además de la limitación física y/o fisiológica que tiene la toma de alimentos sólidos a una edad muy temprana (falta de insalivación, por ejemplo), nos encontramos con otro inconveniente de carácter metabólico: a edades muy tempranas, nuestros animalitos no siempre segregan las enzimas en cantidad y calidad como para digerir los alimentos que les damos. Para esto conviene que nuestras materias primas hayan sido extrusadas, cocidas o pre gelificadas, de modo que sean más digeribles. Hoy en día contamos en plaza, con una cantidad importante de complejos enzimáticos para añadir a nuestros alimentos y raciones, lo que nos favorece bastante en ese sentido. No debemos perder de vista que el alimento más apropiado para los lactantes, es la leche de sus madres (chocolate por la noticia). Es nuestro apuro por destetar a los lechones, terneros o corderos o lo que fuera, para dejar la madre libre y apta para otro servicio. No podemos pretender tampoco que de un día para el otro pasen de recibir un alimento líquido (la leche) a uno sólido, por mas pequeñito que sean los pellets. La práctica de elaborar papillas para los lechones o terneros, es talvez un poco engorrosa, pero es en general muy exitosa, al hacer que los animalitos adopten el alimento varios días antes. Luego se les va disminuyendo la cantidad de agua a la masa hasta que directamente comen alimento seco. En el caso particular de los lechones, es tanto más importante la adopción de la papilla lo antes posible, que la composición nutricional de esta. El destete precoz depende de la adopción temprana de alimentos sólidos, por ello es tan importante que se inicien en ese consumo; luego y a los muy pocos días tendremos tiempo de corregir la composición nutricional. Conviene en ese caso que estas contengan una cantidad importante de azúcar común como así también de leche en polvo. Si bien existen en el mercado, muy buenos edulcorantes y saborizantes, resulta ser que por muy poca diferencia de costo, en lugar de “dar olor a leche”, le ponemos leche en polvo, directamente, que siempre nos aportará, proteínas animales, azúcar de leche y grasas naturales. El azúcar, además de edulcorar, incorporará energía metabolizable de altísima disponibilidad. Siguiendo la premisa ética de no dar a los animales, alimentos para seres humanos, debemos restringir este uso a unos pocos días, solo a los lechones neonatos. A medida que diariamente la papilla se la preparemos con menos agua, irán pasando de alimento líquido a seco. Bastarán solo unos pocos días para realizar el pasaje, al igual que el cambio de composición nutricional. Para lograr la toma de la papilla por parte de los lechones, conviene disponer de ella en el pequeño recinto de la paridera, a donde la cerda no tenga acceso. Se deberá ensuciar profusamente el hocico con papilla tibia (dulce, por supuesto); instintivamente se va a lamer e inmediatamente reconocerá el sabor agradable. Conviene preparar siempre cantidades pequeñas de estas papillas, de modo que no sobren y debamos desecharlas. Paralelamente se debe ofrecer el mismo alimento, seco; si se quedan con ganas, que hagan el esfuerzo de comerlos secos (cosa que por lo general ocurre al cabo de algunos días). Traten de hacer sus propias experiencias, cuidando lo higiene, claro está. Luego nos cuentan como les fue. Ing.agr. Daniel C. Besso

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Autores:
Daniel Carlos Besso
CADIA - Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos
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