INTRODUCCIÓN
En la producción porcina actual, la alimentación capta más atención que la bebida de los cerdos. El agua representa del 50 a 80% de la composición corporal de los animales, con innúmeras funciones fisiológicas para la supervivencia. Cuando no se logra atender las exigencias de consumo de este nutriente, podemos observar una disminución del consumo de ración, deshidratación, intoxicación por sal y cambios en el comportamiento, tornándose los animales más agresivos, mostrando un retraso en el crecimiento y finalmente una peor conversión alimenticia.
La huella hídrica es un indicador del agua utilizada que tiene en cuenta, tanto el agua directamente utilizada por el productor o consumidor, como el agua usada de forma indirecta para todo el proceso de producción. Así, la huella hídrica de un producto es la cantidad de agua utilizada para producir el producto a lo largo de toda la cadena de producción. En la huella hídrica de un producto animal (carne, leche, huevos...), se deberá considerar la parte correspondiente a la huella hídrica asociada a los productos vegetales que el animal ingiere, Babot et al., (2020).
La elección del tipo de bebedero en granjas y su adecuada instalación (ubicación, ángulo, altura y presión del circuito de agua), pueden tener un efecto directo en los índices productivos, en los consumos de agua (uso y desperdicio) y en el volumen de los efluentes generados.
El monitoreo permanente del consumo de agua en las diferentes categorías es fundamental para prevenir diversos eventos negativo.
El uso de caudalímetros mecánicos o digitales es una manera objetiva de evaluar este parámetro, aunque en la mayoría de las granjas no se cuenta con estas herramientas. Por lo tanto, la observación de los diferentes signos en los animales se vuelve indispensable para realizar dicho monitoreo. Entre ellas podemos mencionar: consistencia de heces, características de la orina y elasticidad de la piel, recordando que los animales pueden soportar varios días sin consumir alimento pero no así agua.
La abundancia, el bajo costo y la imposibilidad de volver a este recurso un producto comercial, son posiblemente algunas de las causas por las cuales no se desarrollan muchas investigaciones que reflejen la importancia de la calidad fisicoquímica, calidad microbiológica, uso racional y responsable, como la posible interacción entre diversos componentes con las cuales interactúa.
El objetivo de este trabajo fue generar una curva real de utilización de agua diaria, comparando dos tipos de bebederos (chupetes vs cazoletas) y el efecto de estos sobre el desempeño de lechones de 22 a 70 días de vida.
MATERIAL Y MÉTODOS
Un ensayo fue conducido en las instalaciones del Centro de Investigación Biofarma S.A., en la provincia de Córdoba – Argentina.
Se seleccionaron 240 lechones machos y hembras para deposición de tejido magro (Naima x P81 - Choice
Genetics), los cuales fueron distribuidos en 2 tratamientos con 12 repeticiones y 10 animales cada uno, siendo el corral considerado como la unidad experimental.
Los tratamientos fueron:
- TRATAMIENTO 1: Lechones con acceso al agua a través de chupetes;
- TRATAMIENTO 2: Lechones con acceso al agua a través de cazoletas.
Las dietas experimentales fueron formuladas para atender y/o exceder las exigencias nutricionales para cerdas reproductoras, de acuerdo con ROSTAGNO et al., (2017) y siguiendo el programa de alimentación de la línea Perfecto de Biofarma S.A, Argentina. Los alimentos fueron administrados en comederos secos, con una superficie lineal de 3,30 cm por animal de comedero.
Fueron evaluados parámetros tales como: peso inicial y final (kg), consumo de ración total (CRT, kg), consumo de ración diaria (CRD, kg) y conversión alimenticia en animales de 22 a 70 días de vida.
La medición del consumo de agua se hizo por tratamiento a través de lecturas diarias de caudalimetros mecánicos (Itrón - Unimag) y digitales (Maximus-Canada) para establecer una curva real de utilización de agua diaria, su relación con el peso de los animales y los variables ambientales para cada sistema de bebederos.
RESULTADOS
En la tabla N°1 se presentan las medias generales, P-valor y el coeficiente de variación de cada tratamiento en lechones de 22 a 70 días de vida.
En el siguiente ensayo, el tipo de bebedero (chupetes y cazoletas) no afectó significativamente (P>0,05) a ninguno de los parámetros analizados en el período de estudio.
En la tabla N° 2 y 3 se presentan los valores resumidos de la utilización de agua por semana y su relación con el peso promedio de los animales en dicha fase, en lechones de 22 a 70 días de vida, dependiendo del tipo de bebedero.
La utilización promedio de agua en lechones de 22 a 70 días de vida fue de 6,67 y 5,11 litros por día cuando se usó bebedero tipo chupete y cazoleta respectivamente.
Existe un marcado ahorro de agua cuando los lechones utilizan el bebedero tipo cazoleta. Comparado a bebedero tipo chupete, el resultado arroja 250,36 vs 327,02 litros en todo el período de recría. Este ahorro es de 23,44% y
1,56 litros diarios en valores relativos y absolutos respectivamente.
Los beneficios sobre el ahorro de agua ya fueron demostrados en un estudio realizado años anteriores en nuestro Centro de Investigación en animales de engorde de 70 a 175 días de vida, donde los animales que accedían a chupetes y cazoletas utilizaban 14,78 y 9,80 litros por día respectivamente en el período estudiado. Este ahorro fue de 33,69% y 4,98 litros, en términos porcentuales y absolutos respectivamente, a favor del bebedero tipo cazoleta.
En el gráfico N°1 se presenta la curva real de utilización de agua en lechones de 22 a 70 días de vida con diferentes sistemas de bebederos.
La utilización de agua por parte de los lechones que beben de la cazoleta nos permite observar de forma marcada y continua el ahorro generado. Cuando se colocan pulsos de antibióticos que se caracterizan por su baja palatabilidad como son la tilmicosina y la norfloxacina como ocurre en los días 41 a 46 y 54 a 59 de vida respectivamente, se manifiesta una reducción de la utilización de agua para el tipo de bebedero cazoleta comparado al bebedero chupete, debido al mecanismo de funcionamiento del mismo ya que los animales hasta no utilizar el agua que se mantiene en el reservorio no podran extraer más, y esto responde a que los animales se asfixian en el intento de hacerlo. Caso contrario ocurre cuando los lechones acceden a bebederos tipo chupete y debido a la baja palatabilidad de las drogas generan un mayor desperdicio del agua y consecuentemente de principio activo generando un error en la dosificación de los mismos.
CONSIDERACIONES FINALES
En el siguiente ensayo concluimos que el uso de bebederos tipo cazoletas en lechones de 22 a 70 días, es una forma eficaz de generar grandes ahorros de agua sin afectar el desempeño productivo de los animales, lo cual trae diversos beneficios tales como:
• Ahorro de agua: simulando una granja de 1000 madres, con un stock aproximado de 15000 animales de 21 a 175 días de vida, tendríamos un consumo mensual de 5516 m3 cuando utilizamos beberos tipo chupetes, y 3800 m3 cuando utilizamos beberos tipo cazoleta. Para este ejemplo, el ahorro sería de 1.715.643 litros por mes (1715 m3);
• Enfoque financiero–ambiental: a través del ahorro en la utilización del agua, también reducimos costos en el canon de esta, como así en costos referidos al manejo y la gestión de los efluentes conforme la región geográfica de cada granja;
• Enfoque sanitario: en el caso de utilizar medicación vía agua de bebida, el uso de cazoletas nos permitirá un aprovechamiento más eficiente de esta estrategia, por el cual mitigará el desperdicio de agua y, consecuentemente, del principio activo, evitando una subdosificación de los antibióticos sobre los animales y la posible resistencia a los mismos que puede generarse.
REFERENCIAS
1.- Babot Daniel y colaboradores. Guía para la gestión del agua en explotaciones porcinas. DOI 10.21001/gestion. agua.explotacion.porcina.2020
2.- Souza Jean Carlos Porto Vilas Boas. Gestão da água na suinocultura / autores.
3.- Concórdia: Embrapa Suínos e Aves, 2016. 32p.;27cmX29,7cm.
Agradecimientos especiales por su colaboración en este ensayo a Tomas Porcel y Catalina Torres.