Pegarse un tiro en el pie

Si no estoy confundido, creo que, a lo largo de las cerca de 300 notas que llevo escritas en los últimos casi 6 años destinadas a los boletines digitales con los que he colaborado y colaboro, he abordado la temática a la que voy a dedicar las presentes líneas no menos de una media docena de veces y es que nuestra especie es la única en este Mundo que tropieza varias veces con la misma piedra.

Entrando en materia: debe tenerse en cuenta, hablando en términos generales, que el sector ganadero español depende económicamente de una forma muy importante del éxito de sus exportaciones.

En efecto, España, según los datos publicados por el Centro de Comercio Internacional (ITC, por sus siglas en inglés) es uno de los líderes mundiales en lo que se refiere a las exportaciones pecuarias (la carne es el noveno producto más importante de nuestras exportaciones suponiendo un 3 por 100 del monto total de las mismas, cuyo valor se acerca a los 320.000 millones de euros anuales).

Concretando, el valor de nuestras exportaciones de carne está muy cerca de los 9.000 millones de euros anuales destacando en este contexto las exportaciones del sector del porcino de carne blanca con unos 7.200 millones en el año 2021.

Lamentablemente, se han vuelto a encender las luces rojas en la industria cárnica española. En esta oportunidad unas delegaciones gubernamentales de Corea del Sur y de México han detectado importantes deficiencias higiénico – sanitarias en plantas de transformación y sacrificio. Las inspecciones efectuadas por las delegaciones de estos dos países tenían como objeto homologar a nuevos centros y/o renovar las licencias de exportación a empresas ya homologadas (en España había, antes de estas inspecciones, 317 empresas autorizadas para exportar).

Lamentablemente, los auditores mexicanos han señalado que todo apunta a que los veterinarios oficiales no han actuado adecuadamente ante casos de condensaciones, de presencia de insectos en las canales, de utensilios con limpieza deficiente o de productos en proceso sin lote de identificación. Por su parte, los inspectores de Corea del Sur han detectado problemas de listeria en productos elaborados y listos para el consumo humano.

La listeriosis es una infección grave generalmente causada por el consumo de alimentos contaminados con la bacteria Listeria monocytogenes. En España La carne mechada, elaborada por la empresa Magrudis S.L., en el año 2019, bajo la denominación comercial “La Mechá”, ha sido ha sido hasta el momento la responsable del mayor brote por listeria ocurrido en España en los últimos 10 años, con 196 afectados y 2 fallecidos. En el Mundo suelen darse unos 1.600 casos anuales con unos 250 fallecidos.

Como consecuencia de los resultados de las mencionadas inspecciones (donde solo dos de las empresas inspeccionadas pasaron las mismas sin ningún problema, renovando su autorización para exportar durante tres años más) se ha retirado la licencia de exportación a cinco plantas y otras 17 deben solucionar, a corto plazo, las deficiencias detectadas.

En nuestro país somos actualmente y por desgracia, bastante proclives a pegarnos un tiro en el pie (es decir, en no hacer, en algunos casos como los aquí señalados, las cosas de una forma adecuada, eficiente y eficazmente) y sólo “nos acordábamos de Santa Barbara cuando truena”.

Ahora, vistos los resultados de las inspecciones referidas, la patronal y el propio Gobierno de la Nación, han llamado a arrebato con el fin de solucionar en el sector los problemas antes de las próximas inspecciones que, seguramente, tendrán lugar en el primer cuatrimestre del próximo año 2023.

No hace falta hacer mención a las consecuencias que podrían tener unos malos resultados de auditorías de esta naturaleza en los países que nos compran productos generados por nuestras industrias cárnicas (pensemos no sólo en los otros Estados de la Unión Europea, sino también en China o en los Estados Unidos, por citar a dos Países Terceros).

Confío en que lo acontecido sirve para que todos, todos, en este país llamado España, “nos pongamos las pilas”, hagamos las cosas como corresponde hacerlas y procuremos evitarnos disgustos y no generar problemas; no va a ser fácil, ante la carencia de suficientes líderes con enjundia de que adolecemos, pero no es imposible.

Lo que tenemos que tener claro es que nos estamos jugando, de entrada, unos ingresos de 9.000 millones anuales. Los daños colaterales que se pueden generar, por un “efecto dominó”, pueden ser perfectamente otros tantos y, probablemente, me quede corto.