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Propuestas de desarrollo sostenible en producción porcina para garantizar competitividad

Publicado: 31 de octubre de 2017
Por: Rodolfo Oscar Braun, Facultad de Agranomía, UNLPam. Santa Rosa (6300), La Pampa. Argentina.
Resumen

Los pequeños criaderos informales conllevaban un gran costo de producción debido a la baja productividad, tienen poca o nula sanidad animal y se encuentran trabajando por fuera del mercado legal. Es recomendable afianzar propuestas de producción, comercialización y faena que mejoren la vía formal productiva. Las inversiones requieren capacidad financiera por diversas vías crediticias. El productor debe tener una formación adecuada para garantizar una producción sustentable, y para ello se deben potenciar políticas asociativas con el fin de que el productor porcino salte al dominio de la industria. Hay que abarcar áreas del conocimiento que apunten a la sanidad animal, seguridad alimentaria, calidad de carne, educación de los consumidores, bienestar animal, condiciones adecuadas de medio ambiente y fomento de la integración horizontal en el sector.

Palabras clave: Eficiencia productiva, bienestar animal, trazabilidad, legislación ambiental.

Introducción
Las preocupaciones de los consumidores de carne porcina del mercado externo e interno en el campo de la salud, bienestar animal e impacto ambiental son objeto de nuevas regulaciones para los sectores productivos y ponen nuevas condiciones al comercio internacional. El etiquetado y la trazabilidad son una parte de las respuestas a estas exigencias y por tal marcan nuevos contratos para ofertar los productos cárnicos. En Argentina el 66% de la producción porcina está en manos de pequeños y medianos productores que realizan su actividad en sistemas productivos mixtos con algún grado de tecnificación.
Las tecnologías para la crianza porcina especializada exigen elevados insumos para una explotación eficiente y la aplicación de rigurosos sistemas de gestión. Señala Braun (2016) que para el desarrollo sostenible y competitivo del sector  porcino nacional es prioritario tomar medidas para revertir procesos productivos ineficientes, fortalecer la gestión empresarial de toda la cadena de valor, garantizar normas ISO,  asegurar la representatividad y viabilidad del producto en el mundo, implementar legalmente los procesos de trazabilidad de productos porcinos; capacitar a productores, industriales y profesionales y realizar una evaluación continua de los procesos de mejora e innovación en toda la cadena de valor.
Las políticas hacia el sector en cuanto a falta de protección sanitaria de importación de carnes que contraen la producción interna en la actualidad, la ausencia de una cultura de la calidad, y las indisciplinas tecnológicas que aún subsisten, comprometen seriamente la efectividad de nuestro sistema de explotación primario e industrial, tanto en el sector empresarial como en otros estatales. El objetivo de este informe es establecer propuestas de cambio para las empresas, frigoríficos e industrias de carne porcina respecto a un desarrollo sostenible de la actividad.
 
Diagnóstico de la situación
En la producción porcina nacional hay restricciones en cuanto a tipo de suelos y clima y tenencia de la tierra; los niveles de eficiencia reproductiva son bajos; la infertilidad estacional es un grave problema en sistemas al aire libre; se requiere de personal capacitado, bien motivado y dispuesto a trabajar bajo condiciones climáticas muchas veces rigurosas. Los sistemas en confinamiento requieren cuidados intensivos en aspectos sanitarios, ambientales, instalaciones y planificación. De acuerdo a Braun, et al. (2014) otras causas condicionantes de la eficiencia que preocupan al sector son la falta de mataderos de acceso público, monopolios en la industria, servicios de faena costosos y de baja calidad, competencia desleal de la faena clandestina, informalidad de los operadores, falta de una política nacional de apoyo al sector, ausencia de acceso al crédito, falta de capacitación de operarios y productores, atomización y debilidad en la comercialización, necesidad de promocionar el consumo, escasez de capones en cantidad y calidad, ausencia de regulación de precios, poca organización social de los productores pequeños, inexistencia de asesoramiento, deterioro de caminos, necesidad de simplificar legislación para traslado de animales, alto índice de robo de animales, falta de cámaras de frío, mala calidad genética y producción inestable dependiendo del precio del maíz.
 
Propuestas de cambio
Podemos revertir la situación y construir modelos productivos sustentables desde una visión dirigida a cambiar actitudes frente al nuevo escenario de producción y comercialización de los nuevos mercados regionales e internacionales. Un primer elemento es el diseño de estrategias para el crecimiento del sector y políticas sectoriales a largo plazo que integre un proyecto nacional competitivo e involucre suficiente formación de líderes en el sector privado; importancia de la actividad exportadora para agregar valor a la ganadería nacional y actitudes activas de los actores del sector. El confinamiento como tal no sólo implica alta inversión sino también manejos productivos diferentes, formación de recursos humanos y material genético especializado para estos ambientes; y potenciar políticas asociativas para que el productor porcino salte al dominio de la industria. La investigación en producción porcina también ha sido erosionada durante la última década, es pertinente amalgamar la política productiva al desarrollo científico.
Es necesario que los productores participen de las políticas macro del país, en especial con los socios comunitarios del sur. Frente al escenario mundial, y por ser Argentina un país granario, la producción porcina será trascendente para incorporarla al mercado mundial, pero se debe enfocar hacia la oferta de carne fresca de calidad y competitiva, porque eso requiere el mercado internacional, los embutidos son historias de estas latitudes. No malgastar recursos en desarrollar una demanda interna que ya está satisfecha.
El objetivo es carne de calidad y trazable. Si no lo hace Argentina, otros lo harán y en nuestro propio territorio, en especial por ser este país poco garante de leyes que conserven el ambiente. Hay que producir calidad para exportar carne fresca al mundo.
En cuanto a la posibilidad de extender el suministro eléctrico rural para incorporar tecnología en los sistemas productivos porcinos se pone en tela de juicio aspectos que tienen que ver con inversiones en el sector energético nacional y con la potencialidad que ofrecen las empresas distribuidoras. No se está recorriendo el mejor momento en este punto. 
Es imprescindible establecer un plan y un cronograma de inversiones en el sector  que destrabe la baja rentabilidad que hoy tienen aquellos que distribuyen la energía, aunque a nivel nacional el crecimiento del sector energético en los últimos años no ha sido significativo.
En otro orden, las normas de estandarización de fabricación, comercio y comunicación para todas las ramas industriales de productos y seguridad de empresas (ISO 9000) y las normas de gestión ambiental (ISO 14000) aseguran beneficios económicos a las industrias que se comprometen con una serie de estándares legales, técnicos, comerciales e industriales con el fin de mejorar el comportamiento ambiental en sus procesos de producción. La calidad de un producto no nace sólo de controles eficientes, sino de un proceso productivo y de soportes que operan adecuadamente. Este es el espíritu en que están basadas estas normas y que aseguran a los clientes que la calidad se mantendrá en el tiempo y en un contexto donde se respete el ambiente. En política ambiental, poco existe en el país. Implementar normativas ISO probablemente requiera de ajustes previos de cuestiones legales y ambientales. Aunque estén estandarizadas, los aspectos generales deben circunscribirse a esa estandarización. En esto hay mucho por trabajar.
 
Conclusiones
Corresponde abarcar áreas del conocimiento que apunten a la sanidad animal, seguridad alimentaria, calidad de carne, trazabilidad, carne orgánica vs agroquímicos, productos diferenciados, educación de los consumidores, bienestar animal, medio ambiente, integración vertical vs horizontal, incorporación de tecnologías para mejorar la eficiencia productiva, nichos de mercado y posibilidades de crecimiento de los pequeños productores. El mercado interno es el sustento de la producción de carne argentina, pero la exportación juega un rol fundamental en la determinación de los precios. Además, con un mercado interno saturado a un nivel relativamente alto de consumo per cápita, los resultados de la exportación determinarán el nivel de crecimiento del sector, por lo tanto todo análisis del comportamiento futuro deberá necesariamente incluir una interpretación de las perspectivas del mercado internacional.
La integración de tecnologías de insumos dentro de tecnologías abarcativas de procesos que exigirá un nuevo escenario de producción, mejorará la transferencia de tecnología en el sector. Deberán diseñarse metodologías de capacitación productiva y gerencial con un enfoque sistémico para lograr resultados de impacto significativo. En la medida que la competitividad continúe ligada al mejoramiento productivo se agrega tensión sobre las posibilidades de los mercados de absorber niveles mayores de oferta. Esto significa que juntamente con las estrategias de intensificación e incremento de la productividad deben paralelamente llevarse a cabo estrategias de desarrollo de mercados para la colocación de volúmenes productivos más altos y mayores valores agregados en los productos. Es decir que bajo el marco general de las tecnologías de procesos, deberán desarrollarse tanto las tecnologías gerenciales referidas a la producción, como el producto mercado.
El único camino para mejorar la competitividad es ajustar los modelos productivos porcinos, hacerlos más eficientes y más rentables y apoyar los esfuerzos para lograr una expansión de los mercados de exportación. Para ello, se hace necesario en el corto plazo, profundizar conocimientos necesarios para el desarrollo de nuestra producción ganadera, alcanzando así, sistemas de alta rentabilidad, máxima salud y reparadores del deterioro de los recursos naturales.
El mejoramiento de la capacidad formativa de los productores del futuro, fortalecerá el desempeño de integraciones para la producción sostenida, y será un claro ejemplo de la relación entre el sistema educativo y el sector productivo. Potenciará el desarrollo sustentable de actividades, mercado de trabajo periurbano y rural, transferencia e integración de unidades académicas en el nivel medio y universitario local, servicios a usuarios, desarrollo de tecnologías granjeras y finalmente, alternativas de vida digna para resolver la migración interna de productores desde regiones con escasa posibilidad de formación y desarrollo tecnológico.
 
Bibliografía
Braun, R.O.; Cervellini, J.E.; Pattacini, S.H.; Scoles, G.E. y Muñoz, M.V. (2014). Situación socio-económica de los productores porcinos y características productivas de sus explotaciones en la provincia de La Pampa. En: Resultados Finales: Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica, Orientados al Desarrollo Productivo provincial. EdUNLPam: Argentina: (pp. 62 – 89).
Braun, R.O. (2016). Producción Porcina: El complejo educativo – productivo de la actividad en Argentina. 272 pp.
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Autores:
Rodolfo Oscar Braun
Universidad Nacional de La Pampa - Argentina
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