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Indicadores conductuales y de manejo en porcinos en el cajón de aturdimiento asociado al bienestar animal

Publicado: 20 de diciembre de 2016
Por: F. Zatarain Irigoyen, Jesús Portillo Loera, Juan Carlos Robles Estrada, Francisco Gerardo Ríos Rincón. FMVZ-Universidad Autónoma de Sinaloa, México
Resumen

Para valorar indicadores conductuales y de manejo asociados al bienestar animal en el cajón de aturdimiento de porcinos, en una planta Tipo Inspección Federal se obtuvieron 600 registros de los indicadores: ingreso voluntario, retroceso, posición en cajón de aturdimiento, vocalizaciones, palmeado, golpeado, empujado y golpeado por guillotina. Se construyeron tablas de frecuencia y se estimaron las proporciones de cada variable. En la respuesta conductual, el 93.5% de los cerdos retrocede al cajón de aturdimiento y el 100% vocaliza; en los indicadores de manejo el 92.3% fue palmeado, el 97.5% golpeado, y el 93.3% empujado; estas respuestas se asocian con estrés ocasionado por los operarios, evidenciando fallas en el manejo de los porcinos y en la estandarización del proceso. Situaciones relacionadas al diseño de las instalaciones y la capacitación del personal, se reflejan en deficientes indicadores de bienestar animal que no garantizan un manejo apropiado de los porcinos en el cajón de aturdimiento.

Introducción
Por su impacto en el bienestar animal (BA) y en la calidad de la carne, la matanza de los animales para abasto, se ha convertido en un tema de importancia científica, social y ética en la última década. En el primer caso, su relevancia está ligada al papel que se le ha reconocido al BA, como componente del concepto integral de la calidad e inocuidad de la carne y desde el punto de vista social y ético, los consumidores demandan altos estándares de BA en la producción de alimentos de origen animal, en especial durante la matanza, aspectos que en conjunto orientan las políticas empresariales y legislativas relacionadas con las nuevas tendencias de consumo (González et al., 2014).

La evaluación conductual del animal se ha convertido en una alternativa valiosa, utilizada como un método directo para valorar el BA durante la matanza de porcinos (Smulders et al., 2006); su importancia radica en que es un método práctico, poco invasivo y aplicable tanto en condiciones comerciales como científicas, que permiten calificar la eficacia del aturdimiento y desangrado.

La Unión Europea con el programa "European Union Welfare Quality" y el Servicio de Inspección de los Estados Unidos (USDA- Food Safety and Inspection Service), exigen la medición de los indicadores conductuales como requisito de auditoria a nivel empresarial, para la calificación y corrección de los procesos, lo cual se ha traducido en grandes mejoras en el aturdimiento de los cerdos (González et al., 2014).
 
Materiales y Métodos
La investigación se realizó en las instalaciones de una planta Tipo Inspección Federal ubicada en el noroeste de México (107°27’46’’ LO; 24°43’14’’ LN). Con la ayuda de formatos previamente diseñados, se registraron en 600 porcinos antes de ingresar al cajón de aturdimiento los siguientes indicadores conductuales: ingreso voluntario, retroceso, posición del animal en cajón de aturdimiento, vocalizaciones, y los indicadores de manejo por parte del operario hacia los cerdos: palmeado, golpeado, empujado y golpeado por la puerta guillotina. El cajón de aturdimiento está construido en su totalidad de acero inoxidable.

Sus dimensiones son las siguientes: 1.85 m de largo, 0.73 m de altura superior y 0.18 m en la parte inferior; el mecanismo de acción es hidráulico, automatizado y regulado mediante la operación de un interruptor eléctrico. Todos los porcinos fueron insensibilizados mediante un equipo aturdidor eléctrico (JarvisMR, modelo TL002), calibrado a 200 V utilizando para ello una tenaza específica para porcinos. Con los datos se construyeron tablas de frecuencia y se estimaron las proporciones en cada una de las variables revisadas (Steel y Torrie, 1988).
 
Resultados y Discusión
Durante la conducción a la antecámara y al cajón de aturdimiento, el 100 % de los porcinos fue arreado a base de golpes utilizando para ello diferentes objetos, incluidas entre otros la palma de la mano de los operarios, un tubo con punta, puntapiés, y las mismas pinzas eléctricas utilizadas para el aturdimiento; ningún cerdo avanzó voluntariamente. Se observó además que el 100 % vocalizaba y un 93. 5% retrocedió al entrar al cajón de aturdimiento.
En el Cuadro 1 se muestran los indicadores de comportamiento de los porcinos al ingresar al cajón de aturdimiento.
 
Cuadro 1. Indicadores conductuales de los porcinos al ingresar al cajón de aturdimiento (n =600).
Indicadores conductuales y de manejo en porcinos en el cajón de aturdimiento asociado al bienestar animal - Image 1
Al respecto, Boissy (1995), define al miedo como un estado emocional inducido por la percepción de una situación amenazante o asociado a una amenaza potencial. La primera respuesta de los animales a un cambio en su ambiente es acercarse o alejarse del estímulo novedoso según la naturaleza de éste y como sea percibido por el individuo a partir de sus experiencias previas. Por tal razón la conducta de acercamiento-alejamiento puede utilizarse como un indicador de miedo y, en consecuencia, como uno de los indicadores finales de bienestar. Dentro de estos indicadores, se pueden considerar los siguientes movimientos: “revolverse sobre sí mismo”, “negarse a avanzar o a retroceder” e incluso “avanzar y retroceder en poco tiempo de diferencia”. En este caso, la valoración del estado de miedo se basa en registrar la proporción animales que mostraron estas conductas durante la conducción desde los corrales de espera al cajón de aturdimiento (Dalmau et al., 2005).
La frecuencia de vocalización de los cerdos durante su movilización al área de aturdimiento es muy elevada, esto debido a manipulación brusca por parte de los operarios. Las vocalizaciones se consideran aceptables si éstas oscilan entre 1 a 5 %, y excelente, si se registra 0 % de vocalización (Grandin, 2012). Al practicar una auditoria en un establecimiento comercial, JerezTimaure et al. (2013), registraron vocalizaciones en el 50.5 % de los cerdos, lo cual fue atribuido a diferentes causales entre las que se incluyen la incorrecta utilización de arreadores eléctricos, molestias causadas por bordes afilados en la manga de conducción, mala condición corporal del cerdo, presión contra la manga de conducción, movimientos bruscos por parte del personal y golpes que reciben los animales contra la manga de conducción al momento del arreo. En el mismo sentido, González et al. (2014), registraron vocalizaciones en el cajón de aturdimiento en el 26.8 % de los cerdos; esto como una respuesta indicadora de miedo, dolor, o estrés de los cerdos ante el desafío de un ambiente nuevo, a los manejos bruscos del personal y en parte debido a propio diseño del cajón de aturdimiento (Mota-Rojas et al., 2012).
En el Cuadro 2, se presentan los indicadores de manejo de los porcinos durante la conducción al cajón de aturdimiento. El porcentaje de porcinos que sufrieron maltrato fue de 100 %, en los cuales se presentaban diferente tipo de agresión siendo golpeado un 97.5 %, empujado con 93.33 %, palmeado con un 92.83 %, golpeado con guillotina un 1.33 %.
 
Cuadro 2. Indicadores de manejo de los porcinos al ingresar al cajón de aturdimiento (n= 600).
Indicadores conductuales y de manejo en porcinos en el cajón de aturdimiento asociado al bienestar animal - Image 2
Es evidente que en esta planta de procesamiento de porcinos para el abasto de carne, los indicadores de bienestar animal relacionados con el arreo al cajón de aturdimiento son deficientes, a tal grado de que son innegables las omisiones y cuidados al proceso por parte de los operarios; de antemano, se sabe que esta parte del procesamiento de los porcinos es una etapa crucial por el impacto en los indicadores de bienestar animal, en la obtención de canales y carne de calidad (Smulders et al., 2006; Romero y Sánchez, 2012). En este sentido, las operaciones previas al aturdimiento son las que más comprometen el bienestar animal, si bien éste puede verse mejorado posteriormente en función del método de aturdimiento que se utilice (Álvarez et al., 2005).
Estos resultados muestran un grave problema de Bienestar Animal, ya que no garantiza el cumplimento de indicadores de los porcinos; con respecto a los operarios, es común percibir rudeza y malos tratos hacia los animales; se presume que son generalmente motivados por la inexperiencia o por la ignorancia.
 
Literatura citada
  • Álvarez, D., M.D. Garrido, S. Bañón y J. Laencina. 2005. Bienestar animal y calidad de la canal porcina según el sistema de aturdimiento. An. Vet. (Murcia). 21:77-85.
  • Boissy, A. 1995. Fear and fearfulness in animals. Quartely Review of Biology. 70:165-191.
  • Dalmau, A., P. Rodríguez y A. Valverde. 2007. Valoración del bienestar del cerdo. Parámetros evaluados al matadero. Sistema de monitorización EUROCARNE. Disponible en: www.recercat.cat/bistream/handle/2072/4707. Fecha de acceso: 05 de julio de 2016.
  • Grandin T. 2012. Recommended Animal Handling Guidelines & Audit Guide: A systematic Approach to Animal Welfare. AMI Foundation, Washington DC, USA.
  • González, L.M., M.H. Romero y J.A. Sánchez. 2014. Evaluación de la eficacia del método de insensibilización por electronarcosis en porcinos. Arch. Med. Vet. 46:149-143.
  • Jerez-Timaure, N, MT Sulbarán, L Arenas de Moreno, A Rodas-Rodríguez, J. Trompiz, J Ortega. 2013. Determinación de defectos de calidad en la canal y carne de cerdo mediante uso de auditorías. Rev. Mex. Cienc. Pec. 4:13-30.
  • Mota-Rojas, D., M. Bercerril-Herrera, P. Roldán-Santiago, M. Alonso-Spilsbury, S. Flores-Peinado, R. Ramírez-Necoechea, J.A. Ramírez-Tellez, P. Mora Medina, M. Pérez, E. Molina, E. Soni y M.E. Trujillo-Ortega. 2012. Effects of long distance transportation and CO2 stunning on critical blood values in pigs. Meat Sci. 90:893-898.
  • Romero, M.H. y J.A. Sánchez. 2012. Bienestar animal durante el transporte y su relación con la calidad de la carne bovina. Rev. MVZ Córdoba. 17:2936-2944.
  • Smulders, D., G. Verbeke, P. Mormède, y R. Geers. 2006. Validation of a behavioral observation tool to assess pig welfare. Physiol. Behav. 89:428-447.
  • Steel, R.D.G. y J.H. Torrie. 1988. Bioestadística: principios y procedimientos. Segunda Edición. Editorial McGraw-Hill, México, D.F. 622 pp.
Temas relacionados
Autores:
Francisco Gerardo Ríos Rincón
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Jesús Portillo Loera
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Juan Carlos Robles Estrada
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Isaías Acuña Idrogo
7 de diciembre de 2020
Las carnes PSE (Pale, soft, and oxidative) como las DFD (Dark, firm and dry), tienen su origen en el estrés experimentado por animales vivos antes o durante el beneficio. Un estrés intenso (a corto plazo) próximo al momento del sacrificio, conduce a carnes PSE por la estimulación, del grado de acidificación de los músculos inmediatamente post mortem, alcanzándose valores de pH bajos en el músculo cuando la temperatura de la canal aún es alta. Los genotipos de porcinos sensibles al estrés, son mucho más susceptibles que los animales normales a producir carnes PSE; en estas carnes, la combinación de pH bajo y alta temperatura conduce la desnaturalización de algunas proteínas musculares, provocando una reducción de la cantidad de agua ligada. El acortamiento de los componentes miofibrilares (red de miofilamentos) expulsa el fluido resultante al espacio extracelular (entre fibras musculares) aumentando su volumen. Cuando el músculo se corta, el fluido extra se elimina y produce el exudado (goteo) que se aprecia en todas las carnes, pero que se asocia fundamentalmente a carnes PSE de cerdo. La gran cantidad de exudado refleja la escasa capacidad de retención de agua por parte de las proteínas.
Daniel Alva Duran
12 de enero de 2017
Hay estudios de hace mas de 8 años que ya estudiaban y daban evidencia de que el manejo en la matanza repercutía negativamente en la calidad de la carne (carne dura, color mas opaco,sabores amargos, etc),las legislaciones en México hasta la fecha muestran normas que prevén el sacrificio humanitario, pero no el transcurso entre corrales y área de sacrificio que es donde mas estrés se sufre. Debe haber campañas para adiestrar al personal y adecuar las instalaciones desde una vista etológica del animal.
Jose Dario Giraldo Arango
INVIMA Colombia
12 de enero de 2017
estos procedimientos son comunes y lo que hay que entrar a evaluar es la cascada hormonal que se desata en los animales y las consecuencias en el consumidor final. Digo que comunes por cuanto no hay investigaciones claras sobre la conductividad de los animales hacia las la sala de proceso. hay sistemas de conducción mecánicos de arrastre o por rampas ascendentes y descendentes, la distancia desde los corales juega un papel importante y el tipo de piso por donde son conducidos. si son mojados o bañados de inmediato o si van secos desde los corrales.
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