La importancia de los números propios

La importancia de actuar según los números propios y no los ajenos…

Dicen que…

El tambo es una actividad especialmente compleja tanto desde el punto de vista física como del económico, representa un sistema en el cual entran en juego múltiples variables.

Y según va pasando el tiempo, las condiciones del negocio han ido teniendo alternativas cambiantes: mejores, intermedias, peores, alternadas una y otra vez. Me animaría a decir que pocas veces ha habido largos períodos en que todo se mantuvo igual, sin grandes modificaciones.

Ahora bien, eso lleva a escuchar el comentario, a veces de parte de los mismos productores acerca de que: "dicen que el negocio del tambo está mejorando…", o, por el contrario "se comenta que las cosas están siendo cada vez más difíciles para los productores de leche…".

Y si hay un ítem estrella del tambo, que suele aparecer en los medios una y otra vez, es el valor de venta de la leche, generalmente marcando cual debería ser el valor base, de modo de cubrir los costos de producción. Y a continuación se suele referir cual es en cambio su valor real y actual que están cobrando las empresas tamberas por su producción. Y ese valor real muchas veces es inferior al precio mínimo necesario para cubrir los costos. En ese caso, se refleja entonces el hecho de que la empresa tambera esta operando a pérdida, lo cual sería altamente alarmante para cualquier empresa que pretenda seguir existiendo.

Es decir que, para emitir esa opinión de tanta importancia para la situación del tambo, alguien ha estado sacado cuentas detalladas y ha llegado a esa conclusión que luego aparece publicada. Si luego uno se tomara el trabajo de multiplicar esa pérdida en centavos por cada litro de leche producida por la cantidad total de litros de su empresa, llegaría a conocer el monto que esta perdiendo semanalmente, mensualmente, y si se lo proyectara a los doce meses, a la importante cifra que totaliza en todo un año. Y los valores calculados son de cientos de miles de pesos…

Lo propio y o que no lo es…

En estas estimaciones periódicas, por un lado se plantea el precio medio de venta. Sobre cómo calcular su valor para mi empresa no hay mayores secretos. Es muy simple: se trata de tomar las liquidaciones, sumarle las notas de crédito, restarles las de débito por aguado, presencia de antibióticos o calostro, y dividirlo por los litros entregados.

El tema complicado aparece cuando pasamos a plantear el tema del costo de cada litro de leche producido en MI tambo. Y no porque el dato promedio que se publica en los medios esté mal calculado o no sea válido y actual. Sino porque está calculado tomando valores y parámetros promedio. Y generalmente, no se menciona con lujo de detalle cuáles han sido los valores promedios considerados para llegar a ese cálculo. Y si en todo caso así fuera, ese valor de costo sería representativo para nuestro tambo en caso de que cumpliéramos con todos esos valores promedio, cosa algo improbable…

La actividad tambera, como decíamos al principio, es compleja, ofrece múltiples variables. Ya el hecho de que en nuestro país convivan simultáneamente diversos sistemas de producción hace que haya una gama importante de escenarios productivos, propios de cada empresa, con sus respectivos costos de producción.

Y eso referido por un lado a los costos propios de producción, es decir los costos directos. Pero no podemos obviar el hecho de tener que considerar además los costos indirectos. Y no es ese un tema menor ya que, en el análisis que venimos realizando en las empresas tamberas, estos costos indirectos hacen que el costo final se incremente entre un 10 y un 30 por ciento, cifra nada despreciable…Y lo digo en base a experiencias concretas…

¿Y por casa..cómo andamos..?

Ahora, la pregunta siguiente sería: ¿he sacado yo cuentas en MI empresa, para tener una idea acabada de cómo están las cosas en MI negocio tambero, con MI sistema productivo tal o cual, con MI sistema de alimentación, con MI producción individual de leche promedio/año, con los valores de MI reposición de hacienda, con MI carga, con MI sistema de doble o triple ordeñe, con MI porcentaje al tambero, con MI diferencia de inventario entre el inicio y el cierre, con MI raza utilizada, con MI estacionalidad de producción, con MIS gastos de sanidad, con MI porcentaje de vaca en ordeñe sobre vaca total, con MI proporción de campo alquilado y con MI arrendamiento?, entre otros tantos factores a considerar en este complejo sistema del tambo…

Es decir, por un lado ¿he calculado yo el costo directo total de cada litro de leche de producida, y por otro, el valor final del costo incluyendo también los costos indirectos? Y eso referido a MIS honorarios de administración, MIS gastos de energía, MIS gastos de oficina, MIS costos de arrendamiento, los retiros empresariales pactados en MI empresa, etc., etc., etc.

Y pido disculpas al lector por la reiteración una y otra vez del término "MI", pero es necesario no perder de vista que, una y otra vez, los parámetros a considerar son particulares, los de mi tambo. Que puede que algunos sean similares a los de otros tambos, pero difícilmente podamos encontrar dos tambos que puedan tener las mismas combinaciones de parámetros, los físicos, los económicos, los reproductivos y los humanos. Por eso que se aplicaría muy bien aquella frase que dice: "cada tambo es un mundo".

Alguien podría argumentar que para qué realizar todo ese cálculo si ya existe tal o cual institución que lo viene calculando, y además lo publica periódicamente…

Pero recordemos que el escenario tan cambiante en el que se desarrolla el tambo. Hay muchas variables en permanente reacomodamiento. Desde el precio de tal o cual suplemento, como han quedado las cosas luego del ultimo ajuste de sueldos, como incide por litro la creciente retribución de mi tambero. Y, yendo a los costos indirectos, podemos mencionar, solamente a modo de ejemplo, además de cómo incide el total, también analizar la incidencia que ha tenido aumento de la red vial y del impuesto inmobiliario en cada litro de leche producida.

Es decir que, aunque podemos tomar alguna referencia de los valores que suelen publicarse periódicamente, pero al hacer el ajuste fino, es imprescindible contar con los números propios del negocio. Es crucial entonces conocer mi propio sistema, no solamente desde el punto de vista físico, sino además llegar al económico. Y eso implica llevar a cabo sistemáticamente la gestión económica.

El hecho de tomar en consideración solamente eso números promedio que suelen publicarse, y correspondientes a valores promedios de producción individual, de incidencia de tal o cual rubro de costos, puede ser una referencia no del todo válida para algunos tambos. A medida que en una empresa los valores tanto de los parámetros físicos como los económicos se desvían –ya sea hacia valores inferiores o superiores- con respecto a los promedios según los que se han confeccionado esos datos que luego se publican, mayores serán las diferencias que tengan esos promedios con mi sistema en particular.

Me animaría a decir que hasta puede resultar peligroso el hecho de guiarse exclusivamente por esos números promedio que se publican periódicamente.

Una cosa es la foto...otra es la película.

Si utilizáramos lenguaje de las artes visuales, podríamos equiparar esa información periódica, con datos promedios, de cómo va la situación de la empresa tambera. Se van publicando cada tanto "fotos" de la actividad.

Pero recordemos que el negocio del tambo no es una "foto" o un conjunto de ellas sino toda una "película". Y es importante entonces tener la visión de cómo se va desarrollando esta última. Porque las fotos pueden ser de las mejores, o de las peores, pero el asunto es mirar en perspectiva cómo van las cosas.

En pocos momentos resulta lo más indicado mirar fotos: y es para confeccionar el balance patrimonial. Es decir contar con las dos fotos, la del inicio y la del cierre del ejercicio, de modo de evaluar, tanto en el activo, como en el pasivo, y finalmente en el patrimonio neto resultante, cómo han ido evolucionando las cosas en MI empresa. Para el resto, es necesario ver y analizar la película de los doce meses del ejercicio. Y lo cambiante de las condiciones de la actividad se refleja en el hecho de que, en lo que va de esta década, por lo menos, nunca un ejercicio ha terminado en la forma en que comenzó. Es decir que siempre ha habido condiciones que se fueron modificando a lo largo de los doce meses.

En algunos casos el ejercicio comenzaba en forma promisoria pero terminaba en situación preocupante. En otras ocurría todo lo contrario. Pero la regla de la situación cambiante entre comienzo y final del ejercicio se verificaba año tras año.

Y a la hora de mirar la película, la de nuestra propia empresa, que sea con valor, sin cortes, y que no la miremos por el ojo de cerradura, siguiendo solamente la evolución del precio de la leche cobrado. Que sea a pantalla completa, en la que se vean en perspectiva, todo lo que estamos haciendo, llevado a números: desde lo que cuesta hacer la vaquillona, cuánto inciden los gastos de estructura de la empresa, qué porcentaje del cheque de la liquidación representa la alimentación, por nombrar solamente algunas de los múltiples aspectos a "mirar".

Conclusión

La importancia de contar con datos PROPIOS es fundamental para conocer las luces y sombras de cada empresa, las fortalezas y las debilidades. Lo que hay que consolidar, y lo que hay que mejorar, y en qué proporción.

Y para todo ello hace falta medir constantemente. De allí la utilidad la herramienta que constituye la gestión económica, complementada por el balance patrimonial.