Paresis del tren posterior en bovinos por traumatismo lumbar o sacro-iliaco: reporte de tres episodios

La paresis del tren posterior puede tener múltiples orígenes. En la práctica veterinaria, ante la ausencia de una anamnesis completa, la aparición de varios casos simultáneamente puede desorientar, e incluir como diagnóstico diferencial a patologías infecciosas (listeria, tétanos, rabia), metabólicas (deficiencias minerales), entre otros. Las traumáticas inicialmente no son incluidas. Se realiza el reporte de tres episodios de paresis de tren posterior en terneros, donde finalmente se confirmó traumatismo lumbo-sacra-iliaco.

El caso A ocurrió en septiembre del 2020, en dos rodeos compuestos en total por 370 terneros de 1 año de edad, en pastoreo y a corral, respectivamente, ubicado en el sudeste de la provincia de Buenos Aires. El caso B ocurrió en julioagosto del 2021, en un rodeo de 170 terneros en pastoreo, ubicado en el centro-este de la provincia de La Pampa. El caso C ocurrió en abril del 2022, en un rodeo de 400 terneros en corral, ubicado en el noreste de la provincia de La Pampa. Se revisaron clínicamente los animales afectados y se practicó eutanasia para realizar necropsia.

En el caso A, dos días después de ser encerrados para vacunar, se observaron 3/370 terneros (2 de un lote y 1 de otro) con paresis del tren posterior: decúbito, imposibilidad de incorporarse (Figura 1.A), posición “antiálgica” y estado de alerta. Se realizó necropsia a una ternera, observando luxación (y hematoma) de la articulación sacro-ilíaca derecha; en la región ilíaca se observaron plexos nerviosos con hematomas circundantes. La vejiga se encontraba pletórica (“neurógena”) (Figura 1.D). El caso B se registró en dos momentos. El primero en julio cuando luego de ser destetados y transportados a otro establecimiento, aparecieron 2/170 animales con ataxia e incoordinación del tren posterior (Figura 1.B). El segundo, en agosto, cuando otro ternero apareció con igual signología, luego de ser castrado. Se practicaron 2 necropsias observando en ambas, fracturas de cuerpos vértebras lumbares, con consiguientes hematomas circundantes (Figura 1.E). El caso C ocurrió en animales recién arribados (traslado de 60 km). El 3,0% de los animales llegaron débiles con signos de haber sido pisados, y 1 muerto. Hasta 1 semana después, en que aparecieron en total un 5,0% de terneros afectados, con paresis del tren posterior (Figura 1.C) y en alerta. Se realizaron dos necropsias, observando edema perirrenal y vejiga pletórica, lesiones en fosa acetabular y músculos circundantes con edema, y fracturas de vértebras lumbares (Figura 1.F).

En base a la anamnesis, hallazgos clínicos y patológicos se confirmó que el cuadro clínico era producto de un trauma en la región lumbo-sacra-iliaca, seguramente producto de las maniobras realizadas previamente. Esta clínica es frecuente ante traumas de esta región: secundario a distocias en vacas, con la consiguiente compresión nerviosa (Poulton et al., 2019) o por traumas lumbares con fracturas dañando la médula (Hwa 2004). Se menciona una mayor susceptibilidad en animales jóvenes debido a una menor concentración de Ca++ óseo (Fantner et al., 2005). Estas lesiones óseas pueden generar daño de las raíces del plexo lumbosacro, que posteriormente da origen a los nervios ciático y obturador, que se correlaciona con la incapacidad del animal de mantenerse en estación (Poulton et al., 2019), con un mal pronóstico (Kim et al., 2019).

Si bien los cuadros de paresis con decúbito prolongado de origen traumático suelen ser casos individuales y ocasionales, la aparición simultánea de varios afectados suele confundir en la práctica veterinaria. Deberían tomarse todas las medidas necesarias para prevenir este tipo de episodios, siguiendo normas de manejo apropiadas, con instalaciones adecuadas con el objetivo final de no alterar el bienestar y el futuro productivo de estos animales.