Lo explicaba o intentaba explicar, este pasado fin de semana, a uno de los grupos de mis alumnos. La guerra de los aranceles (entendiendo por arancel un impuesto que se aplica a los bienes o servicios cuando cruzan la frontera de un país), que está siendo iniciada por el señor Trump, es imposible saber, hoy, hasta dónde llegará, pero lo seguro es que acabará afectando, en mayor o menor medida, a todos nosotros.
Debe tenerse muy en cuenta que los Estados Unidos de Norteamérica (EE. UU) son, nada más y nada menos, que el principal socio comercial de la Unión Europea (U.E – 27), en lo que se refiere a las exportaciones de la Unión (U.E.) y el segundo (después de China) en lo referente a las importaciones.
Como no podía ser de otra manera, la Unión Europea (U.E – 27) y los Estados Unidos (EE.UU.) mantienen una muy importante relación, tanto a nivel comercial como de inversiones. En realidad, los EE.UU. y la U.E. mantienen la relación comercial más integrada del Mundo, valorada en más de 1,6 billones de euros. La misma viene a suponer cerca del 30 por 100 del comercio mundial de bienes y servicios y más del 42 por 100 del PIB mundial.
Concretando un poco más, el año pasado, año 2024, la U.E. – 27 (U.E.) exportó mercancías a los EE.UU. por un valor de 531.600 millones de euros (algo más del 20 por 100 del valor total de nuestras exportaciones) y, a su vez, importo, bienes originarios de los Estados Unidos, por un valor de 333.400 millones (casi el 14 por 100 de todas nuestras importaciones). El comercio de mercancías alcanzo pues los 865.000 millones de euros.
En lo que atañe a los servicios la U.E. importó, de los EE.UU., en el año 2023 (últimos datos confirmados de que dispongo), 427.300 millones de euros y paralelamente exportó, hace dos años, 318.700 millones (con lo cual el monto total de este comercio ascendió a 746.000 millones de euros).
Por lo tanto, la U.E., en lo que se refiere al comercio de bienes (mercancías), tenía un excedente con los EE.UU. de 157 000 millones de euros y, en lo que respecta al comercio de servicios, un déficit con ellos de 109 000 millones de euros.
En este complejo contexto, los EE.UU. han decidido aplicar, por ejemplo, un arancel del 25 por 100 a las importaciones de aluminio y acero procedentes de la Unión Europea. Por su parte, la U.E – 27, a través de la Comisión Europea, ha aprobado una serie de aranceles que van a afectar a toda una serie de productos que nos llegan de los Estados Unidos entre los que se incluyen, por ejemplo, las carnes avícolas y vacunas.
El caso de España es notablemente distinto al del conjunto de la U.E. porque somos, con EE.UU. comercialmente deficitarios. Nuestro déficit comercial con los Estados Unidos aumentó en el año 2024 un 7 por 100 hasta alcanzar la cifra de 10.013 millones de euros. En principio, esta realidad genera un escenario menos desfavorable que en la U.E. de cara a la amenaza de la implementación de aranceles por parte de los Estadios Unidos.
En efecto, de acuerdo con los datos publicados por el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, las exportaciones de España a EE.UU. se situaron, en el año 2024, en los 18.179 millones de euros; ello supone un descenso del 3,8 por 100 respecto al año 2023, mientras que las importaciones descendieron un 0,3 por 100, hasta casi los 28.192millones de euros.
No obstante, la incertidumbre generada por este tema hace que los mercados acusen la situación que se avecina y así, en España, por ejemplo, los precios del maíz y de la soja, que son materias primas claves para la industria de los piensos compuestos, ya se han visto negativamente afectados.
España, que es el mayor productor de piensos de la U.E. (y también uno de los más dependientes de las importaciones) adquirió el año pasado en los Estados Unidos unos 6 millones de toneladas de soja y cerca de 2 millones de toneladas de maíz.
Evidentemente, el aumento en el precio de una parte importante de las materias primas que consume la industria de los piensos compuestos acabará afectando negativamente al P.V.P. de la gran mayoría de los productos generados por nuestra ganadería y esta realidad la acusará el bolsillo de todos,
Y es que una compleja “guerra” de esta naturaleza se suele saber cómo empieza, pero nunca cómo acabará.
Mal asunto.