Melaza de caña y oligofructosa en la dieta de gallinas ponedoras mejoran el contenido mineral de los huevos y la carne

Los alimentos avícolas contribuyen a la salud humana gracias a su alto valor nutricional. Previamente, se demostró que los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) producidos mediante la fermentación intestinal in vitro de una mezcla de melaza y oligofructosa (M-O) estimulaban el transporte de hierro y calcio a través del epitelio colónico de gallinas ponedoras. Sin embargo, aún no se había demostrado el impacto real de la inclusión de la mezcla M-O en la dieta sobre el contenido mineral de los productos avícolas.

En un estudio publicado por investigadores argentinos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) t el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), gallinas Leghorn Hy-Line W-36 se dividieron en dos grupos que recibieron una dieta convencional o una dieta suplementada con melaza de caña y oligofructosa, durante un período de 42 días. Se determinó el peso de los animales y sus huevos, los parámetros sanguíneos y la integridad del epitelio intestinal. También se evaluaron las bacterias intestinales, sus productos de fermentación y el contenido mineral de los huevos, los huesos y los músculos.

La dieta experimental demostró ser segura, favoreció la proliferación de bacterias productoras de AGCC en los intestinos, condujo a una mayor concentración de ácidos (principalmente AGCC) en la digesta e indujo la elongación de las microvellosidades en el extremo apical de los enterocitos. El contenido mineral de los huevos y la carne mejoró después de cuatro semanas de alimentación con la dieta experimental en comparación con la convencional.

Se observó un mayor contenido de hierro en la porción comestible de los huevos y el músculo de la pierna, y un mayor contenido de calcio en la porción comestible del huevo y la cáscara en las gallinas alimentadas con la dieta suplementada. Esta estrategia de alimentación podría ser útil para mejorar el contenido mineral de los productos avícolas y, por lo tanto, la nutrición humana, a la vez que diversifica las aplicaciones de la melaza.

El trabajo deja como conclusión que la melaza y la oligofructosa incluidas en la dieta de las gallinas ponedoras en cantidades iguales no afectaron la salud de los animales y que su inclusión favoreció el desarrollo de géneros bacterianos productores de ácidos grasos de cadena corta en el intestino. La alimentación con la combinación Mmelaza y oligofructosa no provocó daños en el tejido intestinal, que mostró una apariencia normal, pero aumentó la longitud de las microvellosidades en la superficie apical de las células epiteliales y aumentó la absorción de calcio y hierro en la dieta. Esto condujo a un mejor contenido de calcio en la parte comestible de los huevos y sus cáscaras, y de hierro en los huevos y los músculos. Esta modificación de la dieta podría ser útil para mejorar el contenido mineral de los productos avícolas y, por lo tanto, la nutrición humana. Además, diversificar el uso de la melaza en la avicultura podría ser una estrategia para reducir el impacto ambiental del descarte de este valioso subproducto.