No todos los animales ni en todas sus edades y estados fisiológicos son capaces de producir suficiente colina endógena para cubrir sus necesidades nutricionales. La colina como componente de fosfolípidos, es esencial en la estructura celular. La síntesis del neurotransmisor acetilcolina, agente de transmisión para impulsos a lo largo del sistema nervioso, requiere de la colina.
La colina participa en el metabolismo de las grasas en el hígado. Es importante señalar que, aunque los niveles de trimetilamina en el cloruro de colina estén por debajo de los máximos indicados, el cloruro de colina, una vez en el intestino, será mayoritariamente metabolizado por la microflora, generándose trimetilamina. Sólo un tercio de la colina del cloruro de colina es absorbida y el resto es convertido en trimetilamina, se absorbe y es transportada hasta los tejidos por la circulación sanguínea.
El metabolismo hepático de las aves se podrá ver afectado por dicha trimetilamina, reduciéndose la actividad de la flavina monooxigenasa 3. Esta colina natural se presenta en forma esterificada como fosfatidilcolina y otros fosfolípidos ricos en AGPI como el fosfatidilinositol y la fosfatidiletanolamina, entre otros. La colina natural es altamente bio-disponible al tener gran afinidad por los receptores intestinales, evitándose prácticamente su transformación microbiana en trimetilamina. El cloruro de colina líquido es muy corrosivo, mientras que el cloruro de colina polvo es altamente higroscópico y debe protegerse de la exposición de la humedad. Por lo contrario, la colina natural en forma esterificada muestra ciertas ventajas ante estos inconvenientes, al tratarse de un producto no higroscópico, no acumulando agua en contacto con premezclas y/o piensos.
En los primeros 12 días de vida, la colina natural a 200 g/tonelada sería incluso más eficaz que el cloruro de colina (70%) a 857 gramos/tonelada. A edades posteriores, ambos grupos no presentaron diferencias estadísticamente significativas, confirmándose la equivalencia entre el cloruro de colina y la colina natural a 857 g/tonelada y 200 g/tonelada, respectivamente. Posiblemente la adición de niveles de aceite de soja altos, junto con los niveles utilizados de colina, aportaban las cantidades suficientes para satisfacer las necesidades de los pollos, sin necesitarse ambas fuentes de colina conjuntamente. Asimismo, se observaron algunas diferencias entre tratamientos con respecto a ciertos parámetros sanguíneos y peso del hígado.
Asimismo, más pollos del grupo de cloruro de colina presentaban niveles de creatinina altos, en comparación a los pollos suplementados con colina natural. También se analizaron los niveles sanguíneos de alanina aminotransferasa, los cuales fueron altos en un mayor número de pollos con cloruro de colina que en los pollos que recibieron colina natural. Cuando se presenta una lesión en los órganos, sobretodo en el hígado, esta enzima es liberada a la sangre y aparece elevada en los análisis. De hecho, cierta lesión hepática podría ser intuida a partir de los pesos de los hígados de los pollos.
Los animales que recibieron cloruro de colina presentaron hígados más pesados que los animales que habían consumido dietas suplementadas con colina natural. A diferencia del cloruro de colina sintética, se ha indicado que la colina natural en forma de fosfatidilcolina y otros fosfolípidos induce a la expresión hepática de varios genes que codifican diversas enzimas del metabolismo lipídico. El uso de una fuente natural de colina representa una alternativa segura y eficaz al uso de cloruro de colina en piensos para aves.
Las características químicas de la colina natural le confieren una mayor biodisponibilidad y eficacia metabólica que la que presenta el cloruro de colina, a la vez que permiten soslayar aquellos inconvenientes que las distintas formas comerciales de cloruro de colina pueden presentar a nivel tecnológico en la producción de piensos y premezclas vitamínicas.
Saludos y felicitaciones por sus aportes.
Ing. Oswaldo Seclén.