Mantener un sistema digestivo saludable es crucial para procesar los nutrientes de manera efectiva, lo que tiene un impacto directo en el rendimiento productivo. Las líneas genéticas de animales monogástricos de alto rendimiento a menudo enfrentan problemas de salud intestinal debido a su elevado consumo de alimentos y el sistema productivo intensivo, lo que tensiona su fisiología digestiva. El exceso de nutrientes no digeridos puede causar un desequilibrio microbiano, conocido como disbiosis, que altera la composición de la microbiota intestinal. La disbiosis, junto con otros factores de estrés (cambios ambientales, procedimientos técnicos, etc.), desencadena inflamación y compromete la integridad de las uniones celulares epiteliales, lo que resulta además en un incremento de la permeabilidad intestinal(Dukatelle R. et al, 2023).
Comprender las interacciones entre estas diversas características resalta la amplia gama de aspectos relacionados con la salud digestiva y su impacto en la producción animal. En este contexto, definiremos la salud digestiva como la ausencia o prevención de enfermedades que permitan al animal llevar a cabo sus funciones fisiológicas digestivas para resistir a los factores de estrés externos e internos.
Se entiende microbiota intestinal como la colectividad de comunidades microbianas que habitan las superficies mucosas del tracto gastrointestinal de un animal (Guarner F, 2003). Principalmente está compuesta por bacterias anaerobias, y cumple importantes funciones como:
- Digestibilidad de los alimentos: convierten hidratos de carbono complejos en ácidos grasos de cadena corta como el ácido butírico (nutriente esencial para los enterocitos), contribuyendo a mejoras en ganancia media diaria y el índice de conversión alimenticia. - Protección frente a la invasión de agentes patógenos entéricos. - Inmunomodulación. - Ayuda a disgregar compuestos o metabolitos tóxicos de la dieta. - Sintetiza vitaminas del grupo B, K, aminoácidos, ácidos grasos de cadena corta, ácido láctico (acidificación del lumen intestinal), etc.
(Yadav and Jha 2019; Aggeletopoulou et al. 2019; Rinttilä and Apajalahti 2013)
Impacto de la microbiota intestinal en el crecimiento y la salud de los animales:
El tracto gastrointestinal se considera fundamental para la digestión y la inmunidad del animal, y su correcto funcionamiento depende de la microbiota intestinal, que debe mantenerse en equilibrio y en constante cambio. De hecho, las poblaciones microbianas del microbioma intestinal varían según el área del tramo intestinal, la edad del animal, y según la condición fisiopatológica. La microbiota intestinal tiene un impacto directo en los procesos metabólicos, como la capacidad de ciertas bacterias para descomponer componentes de la dieta como la celulosa y almidón resistente (Adedokun S., 2019).
En cuanto al correcto funcionamiento e integridad intestinal, la fermentación bacteriana desempeña un papel crucial al producir ácidos grasos de cadena corta (AGCC) que sirven como alimento a los enterocitos, pero también regulan del flujo sanguíneo intestinal, la producción de mucina (protectora frente a las agresiones del tejido epitelial), y las respuestas inmunitarias intestinales.
Se ha observado que ciertas cepas de Lactobacillus producen una variedad de AGCC y bacteriocinas con propiedades bacteriostáticas o bactericidas, ya sea mediante la reducción del pH o la modificación de los receptores contra microbios patógenos.
Varios factores influyen en el mantenimiento de la salud intestinal (Linden, J. 2013):
- Cambios en la alimentación - Calidad del alimento y del agua - Presencia de micotoxinas u otros agentes nocivos - Condiciones ambientales (como la temperatura, ventilación, o densidad de población) - Condiciones de tipo de producción - Infecciones tipo vírico, bacteriano o parasitario (coccidiosis)
De entre estos factores, históricamente se ha identificado a la dieta como la más influyente en la conformación de la composición de la microbiota intestinal y el mantenimiento de su equilibrio.
Y, ¿qué estrategias nutricionales tenemos a nuestro alcance para mejorar la salud intestinal y, en consecuencia, el rendimiento zootécnico?
En este artículo vamos a prestar una gran atención a la tendencia que ha seguido la producción animal del siglo XXI respecto a la reducción del uso de antibióticos en ganadería. Las preocupaciones globales sobre el uso de antibióticos para promover el crecimiento en la producción animal han llevado a la prohibición de estos en la Unión Europea y a una reconsideración de su uso en Estados Unidosy otros países que se están sumando a esta estrategia (World Health Organization, 2017). Por tanto, la investigación actual se centra en encontrar alternativas a los antibióticos para garantizar una producción animal sostenible desde el punto de vista alimentario.
Dichas alternativas comprenden el uso de ingredientes que modulan la microbiota o incluso la morfología de las estructuras de absorción de nutrientes en el intestino (las microvellosidades intestinales), muchos de ellos de origen vegetal.
Ácidos orgánicos (AAOO):
Los ácidos orgánicos son componentes que se encuentran habitualmente en tejidos vegetales y animales. Anteriormente, se utilizaban como conservantes para prevenir el deterioro y aumentar la vida útil de los alimentos perecederos, ya que controlan la contaminación microbiana. Dentro de este grupo se incluyen ácidos como el láctico, el acético, el propiónico, o el butírico, entre otros, y desempeñan un papel beneficioso en la salud intestinal (Suiryanrayna et al., 2015).
Para comenzar, ejercen efecto sobre la actividad enzimática, pues son capaces de reducir el pH del quimo, incrementando la actividad de la pepsina. Los péptidos resultantes de la proteólisis de la pepsina desencadenan la liberación endocrina de gastrina y colecistocinina, contribuyendo a mejorar el crecimiento, puesto que se mejora la digestión de proteínas. Otro mecanismo de acción corresponde a la reducción de patógenos como enterobacterias o Salmonella spp. (Saki AA et al, 2012) La suplementación de ácidos orgánicos afecta al equilibrio de la membrana celular bacteriana o las macromoléculas celulares o interferir con el transporte de nutrientes y el metabolismo energético, lo que lo que conduce a la destrucción. Igualmente, su eficacia dependerá de su capacidad de disociación y su hidrofobicidad, por ello su suplementación debe hacerse en cantidades adecuadas o podría ejercer efectos perjudiciales contra las células propias del organismo.
Botánicos:
La tendencia más innovadora de las empresas dedicadas a nutrición animal ha sido incorporar ingredientes derivados de origen vegetal con propiedades históricamente estudiadas, expuestas por literatura científica, para el control de las disbiosis intestinales o la mejora de los parámetros zootécnicos.
Los botánicos contienen anillos aromáticos policíclicos clasificados como polifenoles, alcaloides, terpenoides, compuestos orgánicos de azufre y compuestos nitrogenados. Los polifenoles constituyen el grupo más numeroso, y se ha estudiado su capacidad para disminuir la inflamación debido a su capacidad de captación de radicales libres de oxígeno que surgen en procesos de oxidación celular, así como sus propiedades estimulantes del crecimiento de microbiana saprófita (por ejemplo, en pollitos de 7 días se demostró el incremento de la población de bacterias acidolácticas, así como reductoras de microbiota patógena (Viveros A, et al. 2020)).
En animales monogástricos se ha estudiado la capacidad que tienen estos compuestos de controlar la disbiosis intestinal, donde se ha visto que aumenta prevalencia de varias especies de bacterias beneficiosas y su diversidad, al tiempo que reduce la abundancia de bacterias oportunistas. ¿Cómo se consigue? La hidrofobia de los derivados vegetales les permite penetrar en la pared bacteriana, generando una disrupción: incrementan la permeabilidad y producen la liberación de material intracelular bacteriano. Las membranas citoplasmáticas bacterianas están compuestas de fosfolípidos y proteínas. Tras la exposición a agentes botánicos, ciertas proteínas se desnaturalizan, muchas de ellas involucradas en la generación de energía. Otros compuestos generan estrés oxidativo a la bacteria por medio de la oxidación de la membrana externa, lo que provoca su destrucción. En este respecto, los bótanicos pueden actuar de manera sinérgica junto con los ácidos orgánicos, y habitualmente se administran juntos, puesto que unos alteran la membrana bacteriana y esta, una vez alterada, es permeable a ácidos orgánicos capaces de interactuar con el material genético de la bacteria, incrementando el poder de destrucción (Rifat Ullah Khan et al, 2022).
Probióticos y prebióticos:
Por último, algunas premezclas y piensos complementarios incluyen probióticos y prebióticos en sus composiciones. Los probióticos son microorganismos no patógenos que, administrados en cantidades adecuadas, benefician la salud intestinal y general. Las especies bacterianas utilizadas incluyen bacterias ácido-lácticas y bifidobacterias, hongos y levaduras vivas. Los probióticos promueven la exclusión competitiva, la maduración intestinal, regulan el sistema inmunológico y mejoran el metabolismo y el crecimiento. Sin embargo, su efecto puede variar dependiendo de la cepa y la cantidad administrada; también hay que destacar que varios estudios han determinado la combinación de múltiples cepas puede ser más efectiva que una sola. Además, pueden influir en la diversidad de la microbiota intestinal y mejorar la respuesta inmune.
Por otro lado, los prebióticos son ingredientes no digeribles que afectan selectivamente la composición y el metabolismo de la microbiota intestinal. Los prebióticos, como fructooligosacáridos (FOS) y monooligosacáridos (MOS), promueven el crecimiento de bacterias beneficiosas, en detrimento de aquellas perjudiciales. Su uso en combinación con probióticos puede tener efectos sinérgicos en la salud intestinal y el rendimiento de las aves (Yadav, S, 2019).
La inclusión de cualquiera de estas estrategias mejora la eficiencia nutricional (digestión y absorción de los nutrientes de la materia prima) y por tanto los rendimientos zootécnicos, conceptos coligados a mayores beneficios económicos en situaciones de producción. Desde LIPTOSA, animamos al público general y experto en producción animal a conocer más sobre este tipo de compuestos que cuentan con una enorme base científica sobre sus beneficios, observándose grandes resultados visibles a corto, medio y largo plazo, y que suponen un paso más para alcanzar una mejor rentabilidad económica en nuestras explotaciones, así como en el bienestar de los animales y una mayor reputación frente al público puesto que se reduce el uso de antibióticos u otros ingredientes sintéticos.
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