La fitasa permite reducir energía en dietas de pollos sin comprometer rendimiento y mejora la rentabilidad, revela un estudio en Colombia.
Una reciente investigación presentada en la
XXVIII Reunión de ALPA y 8º Congreso AUPA (Punta del Este, Uruguay, septiembre 2025) demuestra que es posible reducir la energía metabolizable (EM) en las dietas para pollos de engorde sin afectar el desempeño productivo, siempre que se incluya fitasa exógena. El trabajo, titulado
“Effect of including phytase in diets with reduced metabolizable energy on productive performance, digestibility, and profitability in broiler chickens”, fue desarrollado por
Mayra Díaz-Vargas,
A. F. Gutiérrez y
J. A. Javierre, representantes de la Universidad Cooperativa de Colombia, la Universidad Nacional Abierta y a Distancia y Tekzol SAS. La investigación fue publicada en
Archivos Latinoamericanos de Producción Animal (2025, 33 Supl. 1), como parte de lasmemorias de la
XXVIII Reunión de ALPA y 8º Congreso AUPA (Punta del Este, Uruguay. 22-24 septiembre, 2025)
El estudio parte de un desafío clave de la nutrición avícola moderna: mejorar la eficiencia de utilización de nutrientes y reducir los costos, sin afectar el desempeño ni la sostenibilidad. Dado que el fitato —la principal forma de fósforo vegetal— tiene baja biodisponibilidad y las aves carecen de fitasa endógena, su presencia puede limitar la digestión, el desarrollo óseo y el crecimiento. Por ello, la inclusión de fitasa exógena se ha convertido en una herramienta estratégica.
Los autores evaluaron 960 pollos de engorde, distribuidos en cuatro tratamientos: un control positivo (CP) con 1000 FTU/kg de fitasa y tres dietas experimentales con reducciones de energía metabolizable de −20 (ED1), −40 (ED2) y −60 kcal/kg (ED3). Los parámetros analizados incluyeron ganancia de peso, conversión alimenticia, digestibilidad ileal aparente y rentabilidad final por ave.
Los resultados fueron contundentes. Durante la fase de iniciación, el tratamiento ED2 obtuvo la mayor ganancia de peso y la mejor conversión alimenticia. Además, al analizar todo el ciclo productivo se observó una mejoría lineal de la conversión alimenticia conforme la EM disminuía, siendo ED3 el grupo con mejor índice de conversión (p = 0.0017).
En términos digestivos, la inclusión de fitasa favoreció una respuesta positiva en varios nutrientes. La digestibilidad de proteína aumentó de manera lineal (p = 0.0189), mientras que la digestibilidad de extracto etéreo mostró un comportamiento cuadrático significativo tanto a los 21 como a los 42 días de vida, con niveles óptimos en 2970.8 y 3134.6 kcal/kg, respectivamente.
Desde la perspectiva económica —un aspecto crítico para los sistemas intensivos de producción— todas las dietas experimentales mostraron ser más rentables que el control. La dieta ED3, con la mayor reducción energética, reportó el mejor margen (USD 0.345 por ave), equivalente a un 13.1% adicional de rentabilidad.
Los autores concluyen que la inclusión de fitasa en dietas con energía metabolizable reducida permite abaratar costos de formulación sin comprometer el rendimiento, potenciando la digestibilidad y mejorando incluso los márgenes económicos del sistema.
Este estudio reafirma el rol estratégico de las enzimas en la nutrición moderna de pollos de engorde, especialmente en un contexto donde la eficiencia y la sostenibilidad son esenciales para la competitividad del sector avícola.