Cuando la barba de tu vecino veas afeitar, pon la tuya a remojar (I)

Sinceramente, no es fácil explicar a un selecto grupo de altos ejecutivos que, en su gran mayoría, no están profesionalmente vinculados al mundo agrario, la muy compleja y problemática situación medioambiental en que está inmersa la Unión Europea (U.E. – 27) y, en su seno el iceberg del nitrógeno donde, actualmente, los Países Bajos, son la punta más visible del mismo.

Es obvio que la problemática del exceso de nitrógeno en el territorio y el de la elevada emisión de Gases Efecto Invernadero (GEI) no sólo afecta a los Países Bajos, también está presente, en mayor o menor medida, en muchos otros Estados de la Unión, por no decir en todos (y de otras regiones del Mundo, por ejemplo, de LATAM).

Lo que sucede, como explicaré en los próximos párrafos, es que los Países Bajos, con una S.A.U. de unos 2,2 millones de hectáreas (sobre 4 millones de hectáreas totales), es un enorme productor agrario que les lleva a ser el segundo exportador agrícola mundial; poseyendo una cabaña ganadera que supera los 100 millones de cabezas (muchas avícolas) y teniendo cerca de 11.000 hectáreas de invernaderos.

Esta enorme intensidad productiva ha conducido, esta es la realidad, a una situación medioambiental general realmente muy compleja e incluso insostenible en ciertas zonas del país. Ello exige la toma de una serie de medidas drásticas y, por supuesto, dolorosas, para muchos agriculto5es y, sobre todo, para muchos ganaderos.

Debe tenerse en cuenta, por ejemplo, que mientras la emisión anual de Gases Efecto Invernadero (GEI) se sitúa en los Países Bajos alrededor de las 10 toneladas per cápita, en España esta cifra es la mitad; por otra parte, el balance de nitrógeno (Kg de nitrógeno por hectárea agrícola) es unas cuatro veces superior en los Países Bajos que en España.

Fruto de esta situación, en el año 2019, el Tribunal Administrativo de este Estado de la Unión publicó un dictamen por el que establecía que el existente Programa Estatal de Acción sobre el Nitrógeno no cumplía con la Directiva de Nitratos de la Unión Europea. Esta sentencia paralizó estructuralmente de manera muy importante al país.

En este ámbito, el año pasado, año 2022, el Gobierno puso en marcha un nuevo Plan Nacional que tiene un especial efecto en las zonas subyacentes a las zonas protegidas Natura 2000 (que ocupan un 16 por 100 del territorio). En estas zonas, para el año 2030, la reducción en deposiciones de Nitrógeno deberá reducirse nada menos que en un 74 por 100.

Se estima que, para alcanzar el objetivo del nuevo Plan a nivel nacional, será preciso reducir en un 30 por 100 las cabezas de ganado. Para ello se ha creado un fondo específico de 25.000 millones de euros, con el fin de compensar económicamente a los ganaderos afectados (lo que, evidentemente, no se podrá compensar son los daños personales, morales y sociales que se van a generar, se están generando)

Por otra parte, con el fin de lograr cumplir los objetivos en las zonas protegidas y cercanas, se ha establecido un programa de expropiaciones forzosas de ganaderías ubicadas en sus cercanías dotado con 7.000 millones de euros. Los primeros 1.500 millones pagados ya han sido aprobados por la Comisión Europea y han abierto el camino a la mencionada reducción ganadera.

La respuesta del sector, que supone el 2 por 100 de la fuerza laboral del país, ha sido contundente. En las elecciones provinciales neerlandesas del pasado mes de marzo un nuevo partido campesino de corte populista: el Movimiento Campesino – Ciudadano ganó las elecciones en todas las provincias.

Este partido (BoerBurgerBeweging, BBB) rechaza, entre otras cuestiones, la legitimidad de la normativa de la Unión Europea sobre el Nitrógeno y, paralelamente, pide, con carácter de urgencia, rediseñar el mapa de zonas protegidas Natura 2000, con el objetivo de reducir sustancialmente su tamaño.

El éxito del partido BBB también pone en cuarentena la ejecución de los mencionados planes nacionales dado que la responsabilidad de su aplicación recae precisamente en los gobiernos provinciales.

Además, el papel que tienen las provincias en la elección de sus representantes en la Cámara Alta va a aumentar muy probablemente la influencia directa del BBB en lo referente a las futuras leyes nacionales de corte medioambiental.

Nos encontramos pues ante una situación extremadamente compleja. Con ella es muy difícil ver a dónde va a llevar la eclosión el BBB a los Países Bajos a medio plazo.

En mi opinión, la situación que se acaba de generar en este Estado y que se puede reproducir en otros Estados, debe hacer reflexionar profundamente a todos los Estados de la Unión, entre otras cuestiones, porque, el éxito del BBB no se ha limitado al mundo rural sino que ha sido, en cierta medida, transversal ya que también ha recogido votos de las zonas urbanas y periurbanas.

La próxima semana me permitiré hacer una serie de reflexiones complementarias a lo expuesto en la presente nota de esta semana.

¡Gracias por leerlas!

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