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Expliquemos como se hacen las cosas en nuestras granja

Publicado: 28 de febrero de 2023
Por: Oscar Toledano-Benabarre, Director Comercial y de Inteligencia de Negocio en Rotecna
Cada día vemos ataques contra el sector porcino en medios y redes, pero no deberíamos permitir que se genere la opinión pública de que no tenemos los medios ni la voluntad para producir carne de gran calidad, con alto bienestar animal y de una forma completamente sostenible, porque no es así.
Es vital que demos a conocer nuestra versión, somos muchísimos los que nos esforzamos cada día contribuyendo a que se hagan las cosas lo mejor posible, y en que el sector no deje de mejorar, por lo que deberíamos explicar lo que hacemos, ya que conocemos de primera mano como funciona la producción porcina.
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Deberíamos contribuir a que no se demonice al sector porcino por tener un enorme impacto negativo sobre el cambio climático, porque no es así.
Según el sistema español de inventario de emisiones, las derivadas de la producción porcina representan tan solo el 2% de las emisiones totales de GEI del país (a pesar de ser el 3er productor mundial y que el sector representa casi el 2% del PIB nacional total y el 15% del PIB Industrial).
Por otro lado, hemos hecho importantes progresos en la reducción total de emisiones por kilogramo de carne producido, incluidas las de contaminantes atmosféricos como el amoniaco. Disponemos de medios para seguir haciéndolo y continuamos trabajando en el desarrollo de nuevas técnicas para ir aun más allá.
Deberíamos contribuir a que no se demonice a los purines por ser necesariamente substancias contaminantes, porque no es así.
Valorizarlos como fertilizante reduce la dependencia de los fertilizantes de síntesis química y de origen extractivo (cuya generación y transporte requiere de ingentes cantidades de energía) y su uso mejora la estructura del suelo (incrementando su capacidad de fijación de carbono). Esto tiene una significante contribución en la lucha contra el cambio climático.
Además, tenemos los conocimientos y la tecnología para hacerlo a un coste menor del que representa el uso de otros fertilizantes, pudiendo aportar ingresos extra a los ganaderos, ahorros de costes a los agricultores y sin riesgo de contaminar los acuíferos.
Deberíamos contribuir a que no se demonice a la ganadería intensiva por ser peor que la extensiva y/o ecológica, porque no es así.
La modernización, la automatización y la introducción de tecnología ha permitido una mejora significativa de las condiciones de trabajo y de vida de los ganaderos y sus animales, y con ello un aumento de la salud y bienestar animal, y la productividad por unidad de recurso utilizado. Obviamente implica la necesidad de una cantidad mínima de animales para garantizar los ingresos necesarios para hacer viables las inversiones realizadas en instalaciones. Aun así, la gran mayoría de granjas españolas siguen siendo de ganaderos particulares, parte de cooperativas, o de empresas familiares muy arraigadas a sus territorios.
Además, el tamaño máximo de una granja esta limitado por legislación siguiendo criterios medioambientales y sanitarios.
Deberíamos contribuir a que no se demonice a los ganaderos por maltratar a sus animales, porque no es así.
La Unión Europea tiene una de las legislaciones de bienestar animal más exigentes del mundo, que como está basada en evidencias científicas, nos ha llevado a conseguir uno de los niveles de productividad más altos del mundo.
Además, se ha empezado a trabajar en una nueva legislación que minimice el tiempo que los animales están dentro de una jaula, pero muchos ganaderos ya limitan su uso a breves periodos cuando es necesario para preservar el bienestar de lechones recién nacidos o trabajadores, consiguiendo resultados productivos similares que con otros sistemas.
Deberíamos contribuir a que no se demonice a la carne de cerdo como un producto de baja calidad y que contiene restos de antibióticos, porque no es así.
Nuestra carne se produce cumpliendo los más altos estándares sanitarios, sin promotores de crecimiento, y con el uso de antibióticos solo permitido bajo supervisión veterinaria, por tal de curar a los animales enfermos, cumpliendo escrupulosamente sus periodos de eliminación en el cuerpo de los animales y estrictos controles en el matadero.
España es uno de los principales exportadores de carne de cerdo del mundo a pesar de tener un coste de producción superior al de otros países, en parte, gracias al reconocimiento que tiene la calidad de nuestros productos a nivel internacional.
 Deberíamos contribuir a que no se demonice al sector por ser incompatible con otras actividades y contribuir al abandono del mundo rural, porque no es así.
No tiene porque haber incompatibilidades entre la ganadería porcina y otras actividades en el mismo entorno como el turismo, y es un hecho la importancia económica y social del sector, especialmente en zonas con graves problemas de despoblación, donde juega un papel vital generando empleos de calidad que ayudan a retener el talento joven y fomentar el empleo femenino.
Si hay algunas cosas que no se hacen suficientemente bien, la solución no es parar la modernización del sector no permitiendo la construcción de nuevas granjas, ni reducir la cabaña total y continuar haciéndolo todo como hasta ahora.
Si no, hacer las cosas lo mejor posible y garantizar que esta joya de sector que tenemos continúe su evolución de forma sostenible. Y eso lo debemos hacer desde dentro nosotros, los profesionales que formamos parte del mismo.

Trabajo publicado en el perfil del autor en Linkedin y reproducido en engormix.com por gentileza del autor (www.rotecna.com - www.tecnapur.com) 
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Oscar Toledano-Benabarre
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