En un sector donde la innovación tecnológica, la genética, la nutrición y la eficiencia productiva ocupan la conversación diaria, rara vez nos detenemos a hablar de lo esencial: las personas que hacen posible todo eso.
Porque detrás de cada resultado, cada avance técnico y cada logro en la industria pecuaria, está el trabajo de equipos que sienten, piensan, colaboran… o se desgastan.
¿Por qué no hablamos más del capital humano?
Quizás porque es más fácil hablar de números, protocolos o resultados.
Pero la verdad es que un equipo motivado, acompañado y reconocido puede transformar más la rentabilidad de una empresa que cualquier tecnología de punta.
Hoy quiero invitarte a reflexionar sobre esto:
1. ¿Cómo estamos liderando a nuestras personas en la industria?
2. ¿Qué tanto espacio damos al diálogo, al reconocimiento, al desarrollo personal?
3. ¿Estamos formando equipos diversos que se potencien en sus diferencias?
Durante la reciente edición de Tarde con Expertos de AMVESUS, tuvimos conversaciones reales sobre liderazgo intergeneracional, empatía activa y la importancia de adaptar nuestras prácticas para crear equipos sostenibles.
El capital humano no es un recurso: es el motor que mueve a nuestras empresas. Y merece estar en la agenda de las conversaciones importantes.