El Referente Diego Braña Varela, desde su enfoque como veterinario clínico y especialista en fisiología y ciencia de la carne, plantea una hipótesis disruptiva: la carne porcina no debería reducirse a proteína y grasa, sino entenderse como una matriz nutricional integral. Su composición que incluye vitamina B6/B12, hierro hemo, taurina y carnitina tiene implicaciones profundas en metabolismo energético, salud cardíaca y función cognitiva. El 31% menos de riesgo de depresión en personas que consumen más creatina dietética no es anecdótico, es un dato publicado. Y la carne de cerdo es una de sus fuentes principales. Este no es un argumento carnívoro: es evidencia fisiológica.