Leche Entera versus Remplazador en la alimentación de terneras

Los siguientes factores son considerados por el lechero cuando una decisión debe tomarse a este respecto:

 

-Nutrición

-Riesgo a enfermedades

-Conveniencia

-Costos

 

Nutricionalmente hablando, la leche entera es casi siempre más elevada que los remplazadores comerciales (la excepción seria leches enteras con elevadas SCC y leche de vacas tratadas o de desecho). Esto es debido a que la leche entera posee un mayor contenido de energía metabolizable (EM), explicado por el mayor contenido de grasa en la misma.

La leche de la raza Holstein tendría un equivalente de 26:31 veces la de un remplazador. Esta relación es muy significante, especialmente en la época de invierno, cuando las demandas de energía incrementan hasta en un 50% en ciertas regiones del planeta.

Las becerras Jersey, debido a que poseen una mayor superficie por masa corporal, necesitarían un 20% adicional a sus necesidades de mantenimiento, para estabilizar asi, la pérdida de calor en el medio ambiente al compararlas con la raza Holstein.

Remplazadores que son formulados con radios más elevados en proteína con respecto a la grasa (proteína:grasa), pueden ser utilizados en aquellos programas llamados alimentación acelerada de terneras. La funcionalidad de los mismos depende de la calidad de los ingredientes; asi como, el manejo del programa por el personal de trabajo.

El riesgo de enfermedad transmisible por leche entera contaminada, es un mayor factor a considerar por el lechero comercial responsable, aun cuando se toma en cuenta que becerras alimentadas con un plano de nutrición más elevada, como el ofrecido por la alimentación de leche entera; la cual, teoréticamente posicionaría los animales a un plano de mayor resistencia a  infecciones. Hoy en día sabemos que ningún ganadero responsable está dispuesto a tomar ese riesgo. (Brucelosis, Para tuberculosis, Micoplasmosis, Diarrea Viral Bovina y Leucosis serían algunos ejemplos serios.)

 

Es sin duda un gran motivo cuando es considerada por establecimientos comerciales donde se manejan grandes cantidades de leche entera y de desecho en la alimentación de las becerras.

Habría que tomar en cuenta el equipo de refrigeración y almacenamiento de esas leches en adición a los costos de esterilización de la misma (pasteurización). Esta situación es complicada y no libre de errores causadas por el personal de ordeno donde en ocasiones leche del hospital llega a mezclarse con la leche comercial, debido a que alguien olvido cambiar la dirección de la leche del hospital al tanque de desecho.

Con remplazadores se evitan estos problemas de almacenaje y contaminación, sin embargo es imposible culpar a los productores comerciales que ponen el argumento que la leche del hospital tiene un costo y asi mismo un valor.

Los costos de alimentación en ambos sistemas son muy variables. Por el lado de la leche entera dependería del precio que el lechero recibe en ese momento por su producto en la finca más el transporte. En cuanto al remplazador, es más que nada la calidad de los ingredientes empleados en su elaboración la que dicta el precio, ingredientes de alta calidad biológica son costosos.

La mejor manera de calcular el “valor verdadero ($)” en un programa de alimentación de becerras, ya sea con leche entera, leche de hospital y con remplazadores; seria en ponerle un precio al contenido de la Energía Metabolizable (EM) que contienen en cada libra o kilogramo de Materia Seca (MS) del mismo.

Desde luego que no podemos ignorar que también hay que considerar la calidad y viabilidad de la becerra producida por cualquiera de estos programas que impactarían “valor verdadero ($)” del mismo.

La forma más práctica es utilizando el parámetro de “ganancia de peso diaria o GDP”. Este método (que no es perfecto), es simple y permite evaluar las diferencias en los programas mencionados.

Por ejemplo, La Finca A alimenta con leche entera a un costo de $3.00/día/cabeza, la Finca B utiliza un remplazador a un costo de $2.00/día/cabeza. Finca A consigue una GPD de 0.9kg diarios promedio. Finca B consigue una GPD de 0.454kg diarios promedio. 

Los costos de GDP diario en Finca A son de $1.50 por cada 454 gramos. Los costos de GPD en Finca B serian de $2.00 por cada 454 gramos.

Adicionalmente, se podría agregar que los costos en la Finca A son menores debido a que los animales serían más viables; tanto, a corto plazo como a largo plazo, que aquellos en la Finca B. Las becerras de la Finca A mantienen estas ganancias de peso mayor que las de la Finca B, aun después de destetadas,

permitiendo una reducción en la edad al primer parto, como ha sido ampliamente demostrado en varios ensayos al respecto.

Aun asi, remplazadores no están libres de riesgo. Manejo de los mismos es esencial y el criador a cargo, deberá seguir un protocolo estricto en el manejo de los mismos, tales como: cantidad y horarios de alimentación, temperatura de la leche reconstituida e higiene. Consecuencias como: la diarrea nutricional y el síndrome de meteorismo agudo, es común en aquellos establecimientos donde no se siguen protocolos establecidos por la industria.

 

Sería irresponsable que no mencionáramos aquí la leche entera de vacas tratadas, llamadas leches de desecho o “leche de hospital” que son tan comunes en la alimentación de becerras en lecherías comerciales bien establecidas. La gran mayoría de estos ranchos pasteurizan o acidifican estas leches eliminando el gran contenido de microorganismos patógenos que podrían contener. Aun asi, los antibióticos que contienen son absorbidos por el tracto digestivo de las terneras, con el inherente problema de residuos y ulterior  resistencia a los antibióticos desde una edad temprana.