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Capítulo IV- Principales características agronómicas, utilización y rentabilidad real y simulada en la producción de carne y de leche con pasturas y forrajes en américa tropical - principales características agronómicas de las braquiarias comerciales utilizadas actualmente en América tropical

Publicado: 23 de septiembre de 2022
Por: Raúl Botero Botero MVZ; MSc.
I. INTRODUCCIÓN
Las 80 especies identificadas y 800 accesiones recolectadas de gramíneas forrajeras del género Urochloa o Brachiaria (nombre común: braquiarias), son en su gran mayoría originarias de África Tropical. Gracias a las investigaciones realizadas, nueve cultivares (accesiones liberadas oficialmente), de ocho especies, y diez cultivares híbridos (Mulatos I y II, Cayman, Cobra, Mavuno, Xaraes, Piatá, Paiaguás, Tupí, Ipyporá), están siendo comercializados actualmente en América Tropical. Estos se adaptan a muy diversas condiciones de fertilidad del suelo, topografía, drenaje, clima y sombra. Crecen vigorosamente y se adaptan bien desde el nivel del mar hasta altitudes con temperaturas medias anuales no menores de 18 grados centígrados, en áreas con precipitaciones preferiblemente mayores de 1500 mm anuales, aunque toleran bien la sequía y la quema, más no las heladas. La estrategia de mejoramiento genético que se viene realizando desde 1990, entre el CIAT y la Empresa Brasilera de Pesquisa Agropecuaria-EMBRAPA, mediante hibridación por cruzamiento entre braquiarias, consiste en reducir la susceptibilidad a plagas y enfermedades, e incrementar o mantener su alta producción y calidad forrajera y la mayor adaptación a suelos de baja fertilidad, características estas que poseen algunos de los cultivares comerciales actuales (Miles, 1993). Las pasturas de dichos cultivares se usan principalmente para pastoreo con vacunos, búfalos, ovinos, caprinos, cerdos, aves y equinos, pero pueden utilizarse bajo corte para su suministro como forraje fresco o para la producción de heno, henolaje, ensilaje o forraje amonificado. Establecidos en suelos de ladera los cultivares estoloníferos como Brachiaria humidicola, B. dictyoneura y B. ruziziensis contribuyen al control de la erosión. Por motivos que aún se desconocen la gran mayoría de los caballares, mulares y asnos normalmente no consumen el forraje del B. decumbens. Se estima que actualmente existen más de 100 millones de hectáreas de pasturas establecidas con los cultivares comerciales de braquiaria en América Tropical (Miles, 1993).
II. OBJETIVO
El objetivo de este escrito es informar, de manera sencilla y práctica a los ganaderos, técnicos y profesionales agropecuarios, sobre los cultivares de braquiaria utilizados actualmente en los países de América Tropical. Sus nombres científicos y comunes y sus principales plagas y características agronómicas se relacionan en el CUADRO 1.
III. REQUERIMIENTOS DE FERTILIDAD DEL SUELO
El hecho de pertenecer al género Brachiaria no significa que todas sus especies y cultivares logran una persistencia productiva estable en suelos de baja fertilidad, puesto que una de las especies naturalizadas en América Tropical, como es el pasto Pará o Admirable (B. mutica), y cultivares de más reciente liberación como son el Marandú (B. brizantha) y los híbridos Mulato 1 y 2, son exigentes en la fertilidad del suelo.
Los cultivares mejor adaptados a suelos de baja fertilidad natural, debida a su acidez (pH < 5.0), saturación de aluminio por encima del 60%, niveles tóxicos de manganeso (> 50%) y bajos contenidos de macro y de microelementos minerales, condiciones comunes en los suelos de las zonas de frontera agropecuaria de la Orinoquía, Amazonía, Costas Atlántica y Pacífica y en algunas zonas bajas (Pie de monte) de topografías ondulada y pendiente en los países de América Tropical son: Amargo (B. decumbens); Dulce (B. humidicola) y Llanero (B. dictyoneura).
IV. REQUERIMIENTOS DE DRENAJE DEL SUELO
Los cultivares que requieren suelos bien o mal drenados son bastante sensibles a esta condición, de la cual depende su vigor, alta cobertura, incidencia de plagas y enfermedades y persistencia productiva estable. La única excepción en los cultivares comerciales de braquiaria a este requerimiento es el B. humidicola, que soporta relativamente bien la condición de buen o mal drenaje, hasta encharcamiento o inundación estacional con agua corriente, siempre que no permanezca totalmente sumergido por un largo periodo de tiempo, o tolera suelos secos y sequías de hasta seis a ocho meses de duración.
V. SUSCEPTIBILIDAD A PLAGAS Y ENFERMEDADES
1. El mión, salivita o salivazo en los pastos
Es uno de los principales insectos - plaga que afectan actualmente al cultivo de la caña de azúcar, al arroz y a las pasturas conformadas por gramíneas, principalmente de los géneros Brachiaria, Cynodon, Panicum y Digitaria en América Tropical, es el denominado mión, meón, salivita, salivazo, candelilla, mosca pinta, baba de culebra, cigarrinhas, spittlebugs, froghoppers, etc.
Esta plaga está representada por diversos géneros y especies de insectos chupadores de la familia Cercopidae (CIAT, 1982). La ninfa, estado juvenil del insecto, se alimenta chupando la savia de las raíces superficiales de tales gramíneas al nivel del suelo y elimina una sustancia espumosa que la cubre y protege del efecto secante de los rayos solares. El daño causado por las ninfas se observa inicialmente como un marchitamiento por estrés de agua, posteriormente se presenta amarillamiento y quemazón de las hojas, formando parches secos en las pasturas afectadas. Los adultos succionan la savia de las hojas e inyectan a la planta su saliva, la cual contiene una toxina que causa quemazón y muerte de las plantas.
Entre los cultivares comerciales de braquiaria relacionados en el CUADRO 1, B. arrecta, B. decumbens, B. mutica, B. plantaginea y B. ruziziensis parecen ser hasta el momento los más susceptibles al ataque y daño causado por el salivazo. En las siembras de pasto Ruzi o Acriana (B. ruziziensis), realizadas a inicios de 1993 en el Piedemonte Amazónico del Caquetá en Colombia, se lograron establecer con rapidez (4 meses), excelentes pasturas. Estas pasturas fueron luego atacadas masivamente por el mión, y siete meses después de su siembra la braquiaria Acriana prácticamente desapareció. Las únicas plantas que sobrevivieron, en las pasturas sembradas con Acriana, fueron las de Marandú y Amargo, ya que la semilla comercializada de Acriana estaba mezclada a baja proporción con semilla de las otras braquiarias mencionadas.
Las plantas de los cultivares B. humidicola o braquiaria dulce y B. dictyoneura cultivar Llanero, se han comportado como tolerantes, en el sentido de que tienen abundantes puntos de rebrote, sufren menor daño y se recuperan más rápido, ante la misma densidad de infestación de mión, comparados con los cultivares susceptibles. Sin embargo, los cultivares tolerantes son buenos hospederos para el insecto y pueden sufrir daño severo, cuando las poblaciones del insecto son muy altas.
Los únicos cultivares comerciales de braquiaria resistentes al mión son La Libertad y Marandú dentro de la especie B. brizantha, siendo la resistencia del Marandú más alta que la del cultivar La Libertad. Son resistentes porque no permiten daño excesivo, al mantener bajas las poblaciones del insecto, por afectar su ciclo biológico, mediante un mecanismo denominado antibiosis.
1.1 Control integrado del mión en los pastos:
El desarrollo del mión y su daño se favorecen cuando en la pastura existe un grueso colchón de hojas y tallos secos, que retiene abundante humedad durante la época de lluvias y que se forma debido a la compactación del suelo, a la baja carga animal o al no pastoreo de dichas pasturas durante la época seca. También se favorece el ataque masivo del insecto al dejar crecer las plantas de la gramínea susceptible, hasta una altura que impida la entrada de los rayos solares a la superficie del suelo de la pastura. El alto nivel freático constante en suelos mal drenados favorece igualmente, aún durante la sequía, las altas poblaciones del insecto.
El control preventivo integrado consiste, por lo tanto, en mantener una alta diversidad de especies vegetales en la pastura y evitar que se forme un grueso colchón de tallos y hojas sobre la superficie del suelo de la pastura. Esto se consigue pastoreando la pastura con cargas animales apropiadas al pastoreo continuo o cargas altas por periodos cortos de ocupación y periodos largos de descanso (30 a 45 días) en el pastoreo rotacional y racional, aún durante la época seca. Durante la época de lluvias se deberá evitar el subpastoreo de tales pasturas. Sin embargo, el sobrepastoreo intenso que se utiliza generalmente como último recurso de control, una vez se presenta el daño por ataque del mión, causa un severo deterioro a las pasturas, puesto que los animales arrancan las plantas afectadas de la gramínea y compactan el suelo, disminuyendo sensiblemente la población forrajera. Ante una baja reserva de semilla de las gramíneas forrajeras en el suelo, se estimula de este modo la invasión de arvenses (malezas); y todo ello compromete la persistencia productiva estable de las pasturas afectadas. La estrategia más apropiada parece ser la utilización de cultivares comerciales de gramíneas forrajeras resistentes o tolerantes al ataque y daño causado por el insecto.
La mezcla de dos o más cultivares o de especies de braquiaria o de diferentes géneros de gramíneas tropicales, dentro de la misma pastura, parece ser también una buena estrategia de diversificación, que puede reducir la incidencia del mión.
La asociación de las pasturas de gramíneas con leguminosas nativas, domesticadas y cultivadas e introducidas, sean estas herbáceas, arbustivas y/o arbóreas, o la fertilización estratégica han sido reportadas por algunos productores del pie de monte Amazónico del Caquetá en Colombia, como una estrategia que permite, a las gramíneas afectadas por el mión, una más rápida recuperación de su cobertura y vigor, después de un ataque masivo de la plaga. Esto quizás se deba al aporte de nitrógeno y de otros minerales, que hacen las leguminosas o a una fertilización estratégica a las gramíneas y que aumentan su vigor y agresividad. La quema racional y controlada de la pastura se puede usar como posible control preventivo del mión. Esta se debe efectuar al final de la época seca, con el fin de evitar que la humedad en el suelo transmita un calor excesivo a los puntos de crecimiento de las plantas, capaz de imposibilitar el rebrote de las gramíneas y leguminosas presentes inicialmente en la pastura.
El método de control mecánico, que se debe utilizar únicamente durante la época de lluvias, consiste en hacer uno a dos pases cruzados de rastra, rastrillo, escardillo, cincel parabólico, renovadora de pasturas o arado de bueyes, con el fin de exponer las ninfas del insecto al efecto secante de los rayos solares. Esta remoción del suelo actúa a su vez como labranza de renovación de la pastura, al eliminar la compactación de la capa superficial del suelo, debida al pisoteo del ganado, ayuda a promover la formación de plantas nuevas, mejora el drenaje, la infiltración y aireación, incorpora al suelo el colchón de hojas y tallos secos y mineraliza la materia orgánica de las excretas animales. El control mecánico del mión permite también introducir leguminosas a la pastura y resembrarla en caso necesario (Botero, 1993).
Existe la posibilidad de hacer control biológico del mión mediante la aspersión uniforme sobre las pasturas, con un cultivo del hongo Metarhizium (CIAT, 1982). Este control biológico, aunque ha sido inconsistente hasta el momento en sus resultados para el control de la plaga, es comercial en Brasil y se está iniciando actualmente su comercialización en América Tropical.
La utilización de insecticidas químicos no es conveniente, debido a su alta toxicidad para animales y humanos, a la contaminación de aguas, a la destrucción de la población de organismos benéficos, que favorecen el control biológico, y a su alto costo.
2. La chinche olorosa en los pastos
Otro de los insectos-plaga que ataca a algunos de los cultivares comerciales del género Brachiaria, entre otras especies de gramíneas forrajeras y también afecta a cultivos de cereales, es la "chinche olorosa" (Blissus leucopterus).
En América del Norte se cita como una de las plagas más serias de algunos cereales como maíz, arroz de secano, millo, sorgo, avena, centeno, cebada y pastos del género Andropogon. En Brasil su presencia fue constatada atacando cultivos de milIo y pasturas de Braquipará (B. plantaginea), Tanner (B. arrecta) y Coloniao (Panicum maximum).
En la región del Magdalena medio en Colombia ha sido detectada e identificada atacando cultivos de maíz y pasturas de Braquipará, Tanner, Amargo y Dulce. En el Valle del Cauca a sido encontrada afectando pasturas de Pará o Admirable. En la Costa Atlántica de Colombia, se ha reportado afectando cultivos de arroz de secano. En Costa Rica se encontró atacando praderas de Tanner y Braquipará. El insecto adulto es muy pequeño, puesto que solo mide cerca de 1 a 2 mm de longitud, posee una coloración oscura y las alas son plateadas, con una pequeña mancha negra en medio del borde externo de cada ala. Existen dos tipos de adultos con relación al tamaño de las alas: Macroptero, cuyas alas cubren todo el abdomen del insecto y Microptero cuyas alas apenas cubren la mitad del abdomen. Las formas juveniles del insecto son aún más pequeñas, de coloración café y sin alas (Pupo, 1980)
Aunque posee alas, el insecto no es volador sino de habito rastrero. Son extremadamente ágiles y huidizos ante la luz o cualquier ruido, siendo difíciles de observar e identificar, puesto que se esconden muy fácil y rápidamente en el suelo, debajo de las plantas atacadas.
Se ha observado como una plaga exclusiva de gramíneas, en las cuales utiliza su aparato bucal de insecto picador - chupador, causando secamiento de las plantas y culminando con su muerte en forma de manchas en las pasturas afectadas.
2.1 Control integrado de la chinche olorosa en los pastos
Se debe hacer un control integrado de la plaga, empezando con un corte o pastoreo de la pastura a baja altura. De ser posible, provocar una o varias inundaciones controladas, de corto tiempo y/o la aplicación racional y localizada de un insecticida o de un desinfectante yodado altamente diluido en agua (10 cc de Tintura de Yodo/litro de agua), que desinfecta las heridas en las raíces, evitando su pudrición.
Todo esto con el fin de reducir la población y daño del insecto. Posteriormente, con la población de la plaga reducida, identificar, propagar y liberar a sus enemigos naturales, con el fin de mantener al insecto - plaga en equilibrio con su control biológico.
Se puede probar la renovación o la rotación de las pasturas afectadas, con cultivos como el cáñamo (Crotalaria juncea), que actúa como repelente de plagas similares, como la chinche de la raíz de la yuca, o con otros cultivos no atacados por dicha plaga. Esta, además de la quema controlada y oportuna de la pastura, podría ser una de las opciones para reducir la población del insecto.
3. Hormigas cortadoras de hojas
Las hormigas cortadoras de hojas parecen no afectar las pasturas de los cultivares comerciales de Brachiaria. Los estudios realizados han demostrado que esta resistencia se debe a que el forraje de las braquiarias inhibe el crecimiento de los "jardines" del hongo del que se alimentan las hormigas. Esto se ha demostrado en el laboratorio, donde los extractos acuosos crudos de las hojas de las diferentes braquiarias afectan el crecimiento del hongo y en el campo, pues el forrajeo de las hormigas se restringe a otros géneros de gramíneas (CIAT, 1993).
4. El barrenador del tallo del Brachiaria mutica
En pasturas de pasto Pará establecidas en los valles de los ríos Cauca y Risaralda y en la zona cafetera central de Colombia, se está presentando un insecto-plaga cuya larva perfora internamente el tallo de esta gramínea forrajera, hasta causar el secamiento y muerte de las plantas atacadas. Hasta el momento, no ha sido identificado el insecto causante. En el punto de la penetración activa de la larva (inserción de las hojas sobre el tallo), se presenta una colonización por hongos, que tiñen el sitio de color negro, haciendo inconfundible la presencia de la plaga.
5. Defoliación causada por el falso medidor (Mocis latipes)
La larva de ciertos lepidópteros, como el falso medidor o "mide cuartas", como lo denominan los campesinos, ataca masivamente y consume el follaje, defoliando severamente algunas braquiarias como el Tanner, el Humidicola, el Pará y el Braquipará, los demás cultivares comerciales no se han visto aún consumidos masivamente por este u otros insectos.
El ataque del gusano se detecta al encontrar, además de la larva, el consumo de la lámina foliar, sin consumo de la nervadura central, en las hojas de las gramíneas. Se debe realizar un pastoreo con alta carga animal, pero por corto tiempo, para reducir al máximo posible la disponibilidad de hojas.
Esta medida ayuda a romper el ciclo del insecto, evitando así los ataques masivos que se presentan anualmente, generalmente al inicio del periodo de lluvias.
6. La quemazón de los pastos causada por el tizón (Rhizoctonia sp.)
El hongo Rhizoctonia afecta severamente entre otros vegetales a las plantas de braquiaria del cultivar Marandú de la especie B. brizantha. Los demás cultivares comerciales de braquiaria se han mostrado, hasta ahora, tolerantes al hongo.
Este hongo produce inicialmente quemazón de los bordes de las hojas y culmina con la pudrición y muerte de las plantas de la braquiaria comercial antes mencionada. El cultivar Toledo de la B. brizantha, por su alta resistencia al encharcamiento, tolera bien el ataque de tizón.
Como se relaciona en el CUADRO 1, las braquiarias comerciales susceptibles al tizón, no persisten en suelos mal drenados o con alto nivel freático, condición esta que favorece la mayor incidencia del hongo patógeno.
7. La quemazón marginal causada por Helminthosporium sp.
La presencia de este hongo patógeno fue diagnosticada en el Laboratorio de Fitopatologia de Forrajes del CIAT, en una pastura de B. dictyoneura asociada con la leguminosa D. ovalifolium CIAT 350, en una finca privada contigua a la Granja Experimental del CIAT en Santander de Quilichao, Cauca, Colombia. El daño fue temporal, muy leve, y aparentemente no afectó la producción ni el consumo de forraje de la gramínea mencionada.
CUADRO 1. PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS AGRONÓMICAS DE LOS CULTIVARES COMERCIALES DE BRAQUIARIA EN AMÉRICA TROPICAL
PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS AGRONÓMICAS DE LOS CULTIVARES COMERCIALES DE BRAQUIARIA EN AMÉRICA TROPICAL
8. Roya del braquiaria dulce
En las plantas del cultivar comercial actual de B. humidicola se encuentran pequeñas manchas inicialmente negras y posteriormente de color habano que salpican la hoja. Estas manchas se conocen como roya y son producidas por el hongo patógeno Uromyces setariae - italicae (Lenne, 1990). Normalmente, el hongo no se encuentra presente en las hojas nuevas de la gramínea, pero las manchas aparecen a medida que las hojas maduran. Su efecto nocivo consiste en que se disminuye la eficiencia fotosintética en las hojas manchadas por el hongo. Dependiendo de la humedad ambiental relativa en cada ecosistema y de la época climática, la roya puede llegar a constituir una serie limitante (Provincia del Napo - Amazonia Ecuatoriana y Zona Atlántica de Centroamérica), para la persistencia productiva estable de las pasturas de este cultivar.
Su daño se reduce mediante un manejo del pastoreo, que limite la maduración de un número excesivo de hojas de las plantas del braquiaria dulce. En la selección de plantas forrajeras que se realiza en el CIAT se ha encontrado, hasta el momento, un ecotipo de B. humidicola resistente a roya.
VI. TOLERANCIA AL SOMBRÍO
En áreas con alta población de árboles nativos o en las que se desee establecer silvopasturas, los braquiarias con mayor tolerancia a la sombra son La Libertad y Marandú dentro de la especie B. brizantha.
Los cultivares más afectados por la sombra en su rapidez de establecimiento, cobertura y rebrote son el Dulce (B. humidicola) y el Llanero (B. dictyoneura). La alta nubosidad diurna, constante durante la época de lluvias, momento en el que generalmente se siembran las pasturas, causa una marcada disminución en la radiación solar y por ende en la eficiencia fotosintética de los vegetales. A ello quizás se debe su más lento establecimiento, comparado con el de otras gramíneas tropicales (Botero, 1992). Los demás cultivares comerciales de braquiaria poseen una tolerancia media al sombrío.
En suelos de topografía plana, los arbustos y/o los árboles deben ser conservados o sembrados, orientados en líneas o en tresbolillo, en dirección al recorrido del sol (de oriente a occidente), para evitar su sombra refleja y permitir la mayor incidencia de luz sobre el estrato inferior o cobertura forrajera de las silvopasturas.
Para evitar la erosión en suelos de ladera, los árboles se deben conservar o sembrar en curvas de nivel por el sistema de distribución de tresbolillo o diamante (Botero, 1992). En el caso extremo de tener que intervenir bosques nativos o silvopasturas de regeneración natural, se debe hacer una tumba selectiva, dejando en pie árboles de valor comercial, y manejando la regeneración natural y la poda de forma tal, que permita mantener una población arbórea distribuida apropiadamente, para no afectar con excesiva sombra a las pasturas (Botero, 1992).
VII. CAUSAS DE TOXICIDAD DEL FORRAJE
1. Intoxicación por nitratos
Un estudio de campo y de laboratorio (Andrade, et al., 1971), hecho en Brasil con 681 vacunos y con 41 equinos, demostró que el pasto Tanner (Brachiaria arrecta) produjo intoxicación a bovinos y equinos que lo pastoreaban, cuando la gramínea forrajera se encontraba produciendo semilla.
Esta condición se presenta durante los veranos cortos (veranillos) o al inicio de la época de lluvias. Los vacunos en general parecen ser más susceptibles que los equinos a la intoxicación por nitratos, causada por esta y por otras gramíneas forrajeras tropicales. Su principio tóxico son los nitratos, qué al ser reducidos a nitritos por la flora ruminal o gastroentérica, y ser absorbidos por el organismo, producen hematuria (orina con sangre) y muerte por anemia y "shock" en los animales afectados. La necropsia permite observar a simple vista, tanto en vacunos como en equinos, hemorragias en forma
El tratamiento preventivo de la intoxicación por nitratos se basa en el suministro de azul de metileno (3 gramos por cada 100 litros o kilogramos) en el agua de bebida o en la sal mineralizada, ofrecidas permanentemente a los animales. El azul de metileno actúa como agente reductor de los nitritos, que se pudieran formar en el aparato digestivo, a partir del exceso de nitratos presentes estacionalmente en el forraje de la gramínea consumida.
Adicionalmente, se debe suministrar aceite vegetal como laxante y puede ser necesario realizar una transfusión de sangre (30 ml/kg de peso vivo), para evitar la anemia, ocasionada por la hematuria.
2. Intoxicación por consumo de Brachiaria decumbens
Se han observado casos de intoxicación en pasturas de braquiaria amargo (B. decumbens) pastoreadas por bovinos y ovinos jóvenes, principalmente desde el nacimiento hasta los tres años de edad. La intoxicación se atribuye al consumo continuo de una toxina producida por el hongo Pithiomyces chartarum, el cual coloniza generalmente sobre las plantas de B. decumbens. Sin embargo, el consumo de algunas malezas de hoja ancha como la venturosa (Lantana camara), también puede producir fotosensibilización. Se puede presentar uno solo o simultáneamente varios de los síntomas de la intoxicación, pero todos ellos están asociados con degeneración hepática; los síntomas son:
(1) Secamiento y caída de trozos de piel (fotosensibilización)
(2) Edema frío o hinchazón de la papada, orejas y cara
(3) Pérdida gradual de peso
Para controlar esta intoxicación se sugiere llevar temporalmente el animal afectado hacia una pastura de una gramínea diferente; raras veces se hace necesario retirarlo definitivamente de la pastura de B. decumbens. Cuando se presenta la fotosensibilización es conveniente mantener al animal afectado en un sitio sombreado y aplicarle antisépticos y repelentes de insectos sobre las partes erosionadas de su piel, además de administrarle antihistamínicos y protectores hepáticos (Botero, 1989). Por su posible toxicidad, la alta susceptibilidad al mión y el bajo consumo de su forraje por los equinos, no se debe sembrar toda la finca con B. decumbens.
VIII. SERVICIOS ECOSISTÉMICOS DE LAS ESPECIES DEL GÉNERO BRAQUIARIA
En investigaciones preliminares realizadas entre el Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria – INTA y la Corporación de Fomento a la Ganadería – CORFOGA, con base en el modelo de ganadería sostenible, se validó y difundió una metodología para la evaluación de servicios ecosistémicos en fincas ganaderas de Costa Rica. Los resultados preliminares indican que, en los suelos arcillosos, rojos, de mediana fertilidad natural, en fincas de zonas de vida de Bosque Tropical Húmedo Premontano, con pastoreo rotacional, las praderas de especies como Brachiaria brizantha y Brachiaria decumbens con cinco años de establecidas, mantienen en el suelo 7,82 ton/ha de carbono orgánico total, comparadas con las 7,31 ton/ha que almacenan los suelos en bosque secundario de la zona, con igual tipo de suelo (INTA, 2012). Se determinó además que los pastos del género Brachiaria retienen 2,4 ton de CO2 equivalente/ha en su biomasa remanente (después del pastoreo). Sin embargo, los niveles de compactación son ligeramente mayores (0,79 g/cm3 en el pasto VS 0,59 g/cm3 en el bosque) y los contenidos de materia orgánica menores (1,7% en pasto VS 2,2% en bosque). Con relación a la biodiversidad se observaron hasta 14 especies de árboles en los potreros, con una densidad promedio de 8,5 árboles/ha, reteniendo 10,34 ton de CO2 equivalente/ha de pastura. Mientras en cercas vivas, se observaron 9 especies de árboles, que resisten la poda, en diferentes combinaciones y distanciamiento, para una retención de 7,16 kg de CO2 equivalente/metro lineal de cerca viva. Mientras las emisiones por fermentación y excretas de los rumiantes se estimaron en 0,93 ton de CO2 equivalente/UA/año (UA ═ Unidad animal ═ 450 kilogramos de peso vivo), la emisión en términos de CO2 equivalente por combustible fósil en cada finca fue de 11,5 kg/día, llegando a un acumulado anual de 4,4 toneladas métricas. (INTA, 2012).
VIII. PRODUCCIÓN DE SEMILLA DE LAS BRAQUIARIAS COMERCIALES
Según Skerman y Riveros, 1992 entre los cultivares comerciales utilizados actualmente en América Tropical, la única especie de braquiaria de la que no se menciona su producción de semilla sexual es del Tanner (B. arrecta), los demás cultivares se mencionan como potenciales productores de semilla. Sin embargo, en América Tropical existe entre los ganaderos la tradición de sembrar la mayoría de los cultivares estoloníferos de braquiarias, preferiblemente por material vegetativo, y los cultivares macolladores como La Libertad y Marandú y algunos estoloníferos como B. decumbens y B. ruziziensis, por semilla sexual. Esto último, debido a que la siembra por semilla agiliza el establecimiento de áreas grandes y se requiere menor cantidad de mano de obra que, en las zonas de frontera agropecuaria, es costosa, escasa y generalmente no capacitada.
IX. CALIDAD DE LA SEMILLA COMERCIAL DE LAS BRAQUIARIAS
Debido a la existencia de múltiples fuentes comerciales y a la calidad variable de la semilla (grano) de especies forrajeras, es conveniente que los ganaderos conozcan previamente la germinación de la semilla disponible, para lograr un establecimiento exitoso de las pasturas. La prueba de germinación o de emergencia para la semilla de gramíneas o de leguminosas consiste en:
-Mezclar lo mejor posible toda la semilla a sembrar (cada especie por separado).
-Sacar y contar, sin escogencia, cuatro grupos de 100 semillas cada uno.
-Disponer de cuatro recipientes (platos o macetas plásticas), cuyo fondo tenga pequeñas perforaciones para drenaje y llenarlos con suelo o con arena fina.
-Distribuir cada grupo de 100 semillas, sobre la superficie del suelo de cada uno de los recipientes, y tapar superficialmente las semillas con el mismo suelo.
-Colocar los cuatro recipientes con la semilla sembrada, a la luz, pero fuera del alcance de los niños, aves domésticas o silvestres, roedores, insectos y de animales domésticos en general.
-Regar suavemente y todos los días el suelo de cada recipiente con agua limpia.
-Contar, anotar y retirar del recipiente, cada siete días, las plántulas con desarrollo normal.
-A los 28 días de iniciada la prueba se realiza el último conteo y se calcula el porcentaje de germinación.
-Sumar el número de semillas germinadas en cada recipiente, durante los cuatro conteos, de cada siete días, obteniéndose así cuatro porcentajes, los cuales a su vez se pueden promediar entre sí.
-La misma prueba debe realizarse a cada lote de semilla de distinta procedencia.
X. DENSIDAD DE SIEMBRA DE BRAQUIARIAS CON SEMILLA SEXUAL
La densidad de siembra de semilla de gramíneas debe ser de 1 kg/ha de semilla pura germinable (SPG), es decir, semilla en grano, que ha sido limpiada (sin basura), está llena (no vana), y su embrión está vivo y con capacidad para germinar en corto tiempo (hasta un mes) después de la siembra (Botero, 1991). Según las normas oficiales establecidas por el ICA y vigentes en Colombia en 1989, la semilla sexual comercial de B. decumbens debe contener un mínimo de 35% de SPG. Para B. humidicola esta debe contener 22% de SPG; B. brizantha cv La Libertad, cv Marandú y B. dictyoneura deberán contener un mínimo de 10 % de SPG. La semilla comercial clasificada y de buena calidad contiene normalmente entre 50 a 20 % de SPG, por lo tanto, se pueden sembrar entre 2 a 5 Kg de semilla comercial clasificada por hectárea.
La cantidad de semilla de gramínea, indicada para el establecimiento exitoso de las pasturas puras de braquiarias, se puede reducir hasta en un 30 %, cuando las pasturas se siembran en asociación con leguminosas, siempre que se utilice semilla sexual de la calidad ya mencionada.
En el caso de optar por Braquiaria Dulce (B. humidicola) se recomienda usar material vegetativo para la siembra. La producción de semilla sexual de esta especie ha sido muy baja en Colombia, debido aparentemente al bajo potencial del cultivar comercial actual (CIAT 679) para producir semilla, al ataque de insectos a la panícula durante la floración, y a la localización central de Colombia con respecto al trópico.
Aunque existe la posibilidad de importar la semilla de braquiarias, producida masivamente en países situados hacia el sur, como Brasil, se corre el riesgo de introducir enfermedades, plagas y malezas que no existan en los países que las importan.
Cuando la semilla de las braquiarias se ha producido en la finca, es necesario almacenarla, después de la cosecha, en un ambiente fresco y seco (en una zona de altura o fría), durante seis a ocho meses, para romper la latencia o dormancia fisiológica, que le impide germinar en pocos días, por falta de madurez.
Una vez rota esa latencia, la semilla se debe limpiar, clasificar y luego escarificar (ANEXO 1), para remover parcialmente su cáscara, rompiendo así la dormancia física de la semilla y luego es necesario sembrarla rápidamente.
Previamente a la siembra se debe hacer una prueba de germinación o de emergencia a la semilla disponible, para saber qué cantidad se necesita, de esa misma semilla, para establecer bien cada hectárea de pastura. Si la semilla no se siembra pronto, su germinación empieza a declinar, a menos que se almacene refrigerada (no congelada) y con baja humedad o en un sitio con clima frío y seco. De todas maneras, no es conveniente guardar en la finca la semilla de plantas forrajeras, durante más de un año.
XI. SIEMBRA DE BRAQUIARIAS CON SEMILLA SEXUAL
Bajo las condiciones climáticas tropicales, la época de siembra más conveniente son los meses iniciales de cada periodo lluvioso. La siembra se puede realizar una vez que el suelo mecanizado este asentado y húmedo (al menos una lluvia fuerte) y se tengan listas las semillas, a las que se les midió previamente la germinación, el fertilizante requerido, según el análisis previo del suelo del lote a sembrar, la maquinaria y la mano de obra que se requieran. Es importante reservar hasta un 10 % de la semilla para las resiembras, ya que estas, casi siempre, son necesarias.
Si se dispone de una sembradora de surcos o encaladora se debe preferir, ya que permite fertilizar únicamente la semilla de los pastos sembrados y disminuir así la incidencia de malezas. La distancia entre surcos debe ser de 50 a 60 cm.
Con una encaladora se pueden sembrar las semillas de la gramínea y de la leguminosa, bien sea sobre el mismo surco o bien en surcos o franjas individuales, mediante la división interna de la tolva. Cualquiera que sea la sembradora (voleadora o encaladora), se debe calibrar previamente con la mezcla preparada (semilla + fertilizante fosfórico), con el fin de que tanto las semillas como el fertilizante queden uniformemente distribuidos sobre el lote. Al momento de la siembra, nunca se deben mezclar las semillas con fertilizantes nitrogenados o potásicos, puesto que estos nutrimentos queman la plántula, una vez germina la semilla. No se recomienda mezclar la semilla con cascarilla de arroz para darle volumen, ya que contiene semillas de malezas y atrae a las aves domésticas y silvestres. La roca fosfórica, que se debe utilizar como fuente de calcio y de fósforo en suelos ácidos (pH < 5.5), cumple además con la función de darle volumen a la semilla. En el caso de siembras de braquiarias asociadas con leguminosas forrajeras, con excepción de la semilla de Mani Forrajero Perenne {Arachis pintoi), cuya cáscara es delgada y frágil, y por ello se debe sembrar muy cuidadosamente, es posible mezclar ambas semillas con la roca fosfórica, y esparcirlas simultáneamente con la voleadora o con la encaladora.
Al efectuar la siembra se deben amarrar unas ramas de árboles, que no recojan suelo durante el arrastre, un tronco liviano, unas cadenas o un eje con llantas viejas, a manera de rodillo compactador giratorio, detrás de la sembradora, para conseguir que las semillas y el fertilizante sean ligeramente tapados y adheridos al suelo. Esta práctica impide, además, dejar la semilla expuesta al efecto secante del sol, o al alcance de hormigas, que se llevan la semilla al hormiguero y de algunas aves domésticas y silvestres, que la consumen.
XII. PROPAGACIÓN DE BRAQUIARIAS CON MATERIAL VEGETATIVO
Debido a la escasa disponibilidad de semilla en algunas de las gramíneas forrajeras mencionadas, a la frecuente baja calidad de este insumo en el mercado y a su alto precio comercial, la siembra con material vegetativo, a pesar de su mayor demanda de mano de obra, en una alternativa para el establecimiento de tales cultivares.
1. Material para propagación vegetativa
Cuando la pastura se va a sembrar por medio de material vegetativo, este se puede producir en lotes dedicados exclusivamente a ese propósito, o en una pastura que esté vigorosa, recién cortada o pastoreada y en buenas condiciones sanitarias. Se necesita tener una hectárea de "semillero" para cada 10 a 30 hectáreas de pastura de gramínea por establecer, lo que depende del sistema de siembra. Durante una estación de lluvias se pueden obtener, del mismo semillero, dos cortes con un intervalo de 3 a 4 meses.
Muchos de los semilleros de braquiarias observados en diferentes países de América Tropical, no son de especies puras. Debido a su similitud normalmente los semilleros de Braquipara (B. plantaginea) se encuentran mezclados con pasto Tanner (B. arrecta), lo cual no representa ningún problema. El material vegetativo para la propagación debe estar recién pastoreado, en crecimiento activo (material tierno) y provenir de plantas maduras (con estolones leñosos verdes). El material vegetativo debe poseer pocas hojas, para disminuir su transpiración, conservarse más fresco y evitar el transporte de grandes cantidades de material, ya que, además, las hojas no rebrotan.
Para obtenerlo no es necesario destruir el semillero o pastura, si se usa uno de los siguientes métodos:
a) Cortar la gramínea a ras del suelo con machete o con guadaña manual. Este método es apropiado para especies estoloniferas como Brachiaria arrecta; B. decumbens; B. dictyoneura; B. humidicola; B. mutica; B. plantaginea y B. ruziziensis.
b) Efectuar, dos pases cruzados con un rastrillo, escardillo o cultivadora sobre el semillero; así se obtiene un material de siembra con raíces (cepa), que es útil tanto para especies estoloníferas como macolladoras.
c) Arar, por medio de un arado de discos, el cual se acondiciona dejándole solamente el último disco trasero y la rueda loca, fajas de terreno en contra de la pendiente del lote, alternadas con fajas sin arar. Este método, que es útil para todo tipo de especies, permite obtener el material de siembra con raíces y con suelo (cespedón), sin destruir el semillero.
d) En el caso de las especies macolladoras (como B. brizantha) y estoloniferas (como las demás braquiarias), también se pueden extraer las plantas grandes con su raíz (cespedones), con la ayuda de un azadón, teniendo el cuidado de cortarles las hojas, si no se han cortado o pastoreado previamente.
e) Estos cespedones se dividen en plantas más pequeñas, de tal manera que queden provistas de raíces, denominadas cepas.
f) Si se tiene una baja disponibilidad de semilla sexual o en grano, esta se puede sembrar en el germinador de un vivero, y una vez que las plantas alcanzan un tamaño mediano (20 centímetros de altura), pueden ser trasplantadas directamente al campo.
2. Siembras con material vegetativo
Después de que el material vegetativo se ha cosechado, se debe sembrar preferiblemente el mismo día del corte. Si esto no fuera posible, la siembra se puede retardar solo dos a tres días, en cuyo caso el material se debe almacenar a la sombra, esparcido sobre el piso en una capa delgada, para evitar que se caliente internamente y mojarlo diariamente con un poco de agua.
El éxito en la propagación de las gramíneas por medio de material vegetativo depende de la humedad constante en el suelo durante las semanas siguientes a la siembra, aunque las lluvias excesivas también pueden ser perjudiciales.
Cuando las lluvias no son abundantes y frecuentes, los materiales de siembra provistos de raíces (cepa y cespedón) tienen mayores probabilidades de éxito en el establecimiento de la pastura.
En el caso de gramíneas estoloníferas, el material vegetativo usado para la propagación se debe cubrir parcialmente con suelo y compactarlo de inmediato, con el fin de facilitar el flujo de humedad hacia las raíces o los estolones y evitar el riesgo de muerte de estos por deficiencia o por exceso de humedad. En las gramíneas macolladoras el material de siembra debe plantarse en forma vertical (parado), compactando bien el suelo alrededor de las raíces. La siembra con cespedón no requiere hoyado ni compactación. Estos pueden colocarse sobre el suelo o tirarse desde un remolque, ya que por su peso siempre caen bien colocados.
Cuando la gramínea a propagar vegetativamente se va a establecer en asociación con leguminosas, se puede plantar a distancias de 1 m entre plantas para sembrar inmediatamente después la semilla de la leguminosa, bien sea al voleo o en surcos intercalados entre los surcos de la gramínea.
Si la pastura de gramínea se va a establecer pura, el material vegetativo se puede plantar a 50 cm de distancia entre plantas, con el fin de disminuir la incidencia de malezas y lograr un establecimiento más rápido (de unos cuatro meses). La propagación vegetativa puede ser manual o mecanizada.
2.1. Siembra manual con material vegetativo
Una vez preparado el terreno se pueden abrir los hoyos para la siembra, a la distancia seleccionada. En cada hoyo se coloca una cepa o dos a tres estolones, y se tapan parcialmente, compactando el suelo enseguida.
Cuando se dispone de abundante material vegetativo, este se puede sembrar en forma continua sobre los surcos. Para este propósito se surca el lote con una cultivadora, una surcadora, un arado de cincel o un arado de discos provisto de un solo disco (el último) y la rueda loca, a la distancia seleccionada y en contra de la pendiente del lote. Luego se coloca el material vegetativo distribuido de manera uniforme en el fondo de los surcos y se tapa parcialmente con suelo, con la ayuda de una pala o azadón; enseguida se compacta el suelo mediante pisoteo, o pasando sobre cada surco las ruedas de un tractor o vehículo o bien arreando un lote de bovinos o de caballos adultos que recorran varias veces todo el lote.
2.2. Siembra mecanizada con material vegetativo
La siembra mecanizada generalmente requiere mayor cantidad de material vegetativo que la siembra manual. El método más sencillo para hacerla consiste en distribuir el material sobre la superficie del lote, en forma manual o desde un vehículo o remolque, de manera que quede uniformemente esparcido. Inmediatamente se realizan una o dos pasadas cruzadas de rastrillo sin traba, o únicamente pasando con un tractor o vehículo sin implemento, para que las llantas adhieran o peguen el material al suelo y lo compacten.
Otro método consiste en surcar, a través de la pendiente, el lote previamente mecanizado o preparado, y distribuir en el fondo de los surcos el material vegetativo, colocándolo en forma continua o a distancias de 50 cm entre estolones y entre surcos.
La operación se hace con un tractor o vehículo de carga que pasa por en medio de los surcos llevando obreros sobre un remolque, quienes van depositando el material vegetativo dentro de los surcos, al mismo tiempo que se realiza el tapado y se compacta el suelo. Esto último (tapada y compactada) se logra mediante un madero atado a la parte posterior del vehículo, por medio de cuerdas o varas laterales, que recoge el suelo y lo deposita y compacta sobre los surcos.
3. Siembra de pasturas por estolones con enraizamiento inducido
La propagación vegetativa de gramíneas o de leguminosas forrajeras de crecimiento estolonifero (braquiarias, estrellas, maní forrajero, desmodio, etc.), es una opción para el establecimiento de especies forrajeras, cuya disponibilidad comercial o local de semilla sexual o de material vegetativo es baja.
Se pueden cortar los estolones a propagar, con tres a cuatro entrenudos o 30 a 40 cm de longitud, retirando todas las hojas presentes. Seguidamente se forman manojos, amarrados o atados, de entre diez a veinte estolones cada uno, con todos los tallos orientados en el mismo sentido. Los manojos se introducen parados y con las bases hacia abajo, entre un balde o recipiente plástico, que puede llenarse con los manojos, sin que estos queden muy ajustados.
Por último, se agrega agua limpia al recipiente hasta obtener una lámina de agua no mayor de diez centímetros, en el fondo del recipiente. Esta lámina de agua debe mantenerse constante, cambiando el agua diariamente, por un mínimo de ocho y un máximo de doce días, con el fin de inducir el desarrollo de raíces y evitar la pudrición de los estolones.
Una forma práctica, para mayor área de siembra, se logra llenando sacos o empaques plásticos de polipropileno con los estolones deshojados, poniéndolos luego a flotar, amarrados a la orilla, dentro de un riachuelo o laguna. A la semana, los estolones estarán enraizados y listos para ser sembrados. Los estolones enraizados permiten establecer un área grande con poco material vegetativo disponible, colocando hasta dos estolones por sitio de siembra, y cubriéndolos luego parcialmente con suelo, que de inmediato se compacta con el pie.
XIII. RESIEMBRAS
Donde resulte necesaria la resiembra, se puede hacer aproximadamente un mes después de la siembra, cuando ya deberán haber germinado las semillas o rebrotado el material vegetativo. Estas se pueden hacer en forma manual, esparciendo sobre las áreas menos pobladas la semilla sexual, que se había reservado previamente, o reemplazando el material vegetativo que no haya rebrotado.
XIV. MANEJO DEL PASTOREO
El primer pastoreo se puede realizar entre cuatro a seis meses después de la siembra exitosa de la pastura o después de dos a tres meses de la renovación, con una carga animal alta, pero durante corto tiempo
Esto evita la selección de forraje tierno por parte de los animales, puesto que la gran mayoría del forraje, acumulado desde la germinación o del rebrote, estará sobremaduro. Se recomienda hacer el primer pastoreo, después de que las gramíneas sembradas, y que produzcan semilla fértil, hayan florecido y su semilla haya madurado y se haya cosechado parcialmente o haya caído al suelo (cuatro meses después de la siembra en las braquiarias). Cuando la pastura se ha sembrado con material vegetativo, el primer pastoreo debe ser tardío. Como mínimo, cuatro meses después de la siembra, ya que las plantas provenientes de material vegetativo, aunque crecen y cubren más rápido la pastura, no producen raíz pivotante que les proporcione un anclaje fuerte al suelo, y las radículas que producen durante el establecimiento son fácilmente reventadas por los animales, que arrancan las plantas cuando el pastoreo es muy temprano.
Una vez establecida la pastura, se debe utilizar en forma tal que, al menos cada tres a cinco años, después de una fertilización que supla las deficiencias minerales detectadas en el análisis foliar, se le permita producir semillas fértiles y abundantes, para garantizar la persistencia productiva estable de las especies forrajeras deseables. Esto implica, después de un pastoreo fuerte, un descanso, generalmente por tres a cuatro meses, durante la época de lluvias para las braquiarias y durante la época seca para las leguminosas nativas e introducidas.
XV. TOLERANCIA A LA QUEMA
Aunque, todos los cultivares comerciales actuales de braquiaria soportan bien la quema, el uso frecuente de esta práctica, (al no permitir la acumulación de semilla de reserva en el suelo), o la quema inoportuna (inicio de época seca o presencia de excesiva humedad en el suelo), puede afectar severamente la población, la cobertura y el vigor de las plantas de braquiaria, estimular una alta población de malezas y alterar la biodiversidad de la flora y fauna benéficas en las pasturas en las que ocurra la quema, sea ésta programada y controlada o accidental.
XVI. CALIDAD FORRAJERA DE LOS CULTIVARES DE BRAQUIARIA
Algunos de los cultivares comerciales de braquiaria como el Pará, Braquipará, Ruzi, Marandú, La Libertad y los braquiarias mejorados genéticamente (Mulatos 1 y 2, Caymán, Cobra, Mavuno, Xaraes, Piatá, Paiaguás, Tupí, Ipyporá) poseen un mayor potencial genético de calidad, expresada por el mayor contenido de minerales, proteína cruda y digestibilidad del forraje seleccionado por los rumiantes en pastoreo. Sin embargo, esta condición es manipulable con la fertilidad natural del suelo, fertilización, riego, renovación oportuna, carga y presión de pastoreo, o periodos de ocupación y descanso en el pastoreo alterno o rotacional de la pastura, lo cual ha sido demostrado por la productividad similar obtenida en las pasturas de los diferentes cultivares de braquiaria (Botero, 1995).
XVII. RENOVACION DE PASTURAS DE BRAQUIARIAS
Cuando se detecta una perdida notoria en el nivel de producción de los animales que pastorean la pastura o una reducción de su duración en pastoreo y en la capacidad de carga animal, o una disminución en el vigor, abundancia, cobertura y rapidez de rebrote de las gramíneas, o una invasión creciente de malezas, o una reducción en la capacidad de infiltración de aguas lluvias o de riego, que se manifiesta por escorrentía o por encharcamiento prolongado de la pastura, sin ocurrencia de lluvias excesivas o inundaciones, como causas aparentes, es muy probable que se esté iniciando el proceso de degradación de la pastura.
A lo primero que se debe recurrir, es a tomar una muestra de suelo, compuesta por varias submuestras de sitios variados, que representen a la pastura global. Además, se debe tomar una muestra de forraje, compuesta igualmente de varias submuestras, que representen, lo más fielmente que sea posible, el forraje que seleccionan y consumen los animales durante el primer día de pastoreo, después del descanso normal que se le da a la pastura. Ambas muestras se envían a un laboratorio competente, para un análisis completo de macro y microelementos minerales.
Se solicita luego, su interpretación por un profesional competente y con amplia experiencia en pasturas, para que recomiende las fuentes, dosis y frecuencias racionales de los fertilizantes más convenientes y económicos que se deban aplicar.
Al inicio del periodo de lluvias, y simultánea o inmediatamente después de la aplicación del fertilizante, se debe realizar una labranza que elimine la compactación de la capa superficial del suelo e incorpore el fertilizante recién aplicado.
Existen en el mercado en los países de América Tropical, una gran cantidad de implementos de labranza denominados renovadores de pasturas. En su ausencia se puede recurrir a: un pase de arado de cincel parabólico o de arado de bueyes, o dos pases cruzados de rastra, rastrillo, cincel vibratorio o de escardillo pesados.
La pastura se deja entonces en descanso (sin pastoreo), por un periodo de entre 60 a 90 días, durante la época de lluvias.
De ser posible, es conveniente permitir su semillamiento. Esta renovación permite la completa recuperación de la pastura, por un lapso de tiempo que dependerá del manejo al que sea sometida, hasta que se haga necesaria la siguiente renovación. La renovación no excluye la posibilidad de aplicar ocasionalmente o en secuencia, y después de un análisis foliar de macro y microelementos minerales, fertilizaciones nitrogenada, fosfórica o potásica, con microelementos o con abonos orgánicos.
La labranza, fertilización y el descanso utilizado para la renovación permiten asociar un cultivo de ciclo corto (maíz, arroz, sorgo, caupí, canavalia, cucurbitáceas, etc). La venta del producto obtenido permite cubrir los costos de la renovación. El fertilizante residual en el suelo favorece el vigor, capacidad de carga, productividad y persistencia de la pastura, además de poder asociar leguminosas forrajeras nativas herbáceas, arbustivas, arbóreas o palmas introducidas en la pastura.
XVIII. INTRODUCCIÓN DE LEGUMINOSAS U OTRAS PLANTAS FORRAJERAS HERBÁCEAS, ARBUSTIVAS, ARBÓREAS O PALMAS EN PRADERAS ESTABLECIDAS DE BRAQUIARIAS U OTRAS GRAMÍNEAS DE PASTOREO
Se pueden utilizar herbicidas de contacto (Gramoxone®), sistémicos como Glifosato, o un sustituto actualizado, aplicado con pantalla, en surcos dirigidos de oriente a occidente, o bien hacer surcos, a un metro de distancia y con 60 a 80 centímetros de anchos, con un arado de cinceles parabólicos y sembrar sobre estos surcos semillas o material vegetativo de diversas especies forrajeras herbáceas, arbustivas, arbóreas, bambúes y/o palmas, cuyo establecimiento se logra fácilmente, dentro de una pastura donde la gramínea ya está bien establecida. Otra opción consiste en introducir leguminosas u otras plantas forrajeras sembradas por material vegetativo encima de las heces o boñigas dejadas por los animales que realizaron el pastoreo anterior a su siembra inmediata.
XIX. GUSTOCIDAD DE LAS BRAQUIARIAS
Todos los cultivares comerciales son bien consumidos por los rumiantes. Sin embargo, los equinos, mulares y asnos no consumen bien el forraje del B. decumbens, por razones que actualmente se desconocen. Esta situación se debe aprovechar para pastorear con equinos, que son menos selectivos generalmente, durante los periodos de descanso de las pasturas de dicho cultivar, con el fin de controlar la invasión de malezas y de otras gramíneas y leguminosas cuya dominancia se quiera evitar.
AGRADECIMIENTOS
A los cientos de trabajadores de campo, productores, estudiantes, técnicos y profesionales agropecuarios, quienes, durante los 45 años de investigación con especies forrajeras en fincas, realizada a través de los programas de Ganado de Carne, de Pastos, y de Forrajes Tropicales del CIAT y de consultorías privadas, en varias regiones y países de América Tropical, han compartido con el autor sus experiencias en la planificación, siembra, establecimiento, manejo, utilización y renovación práctica de pasturas de las diversas especies forrajeras nativas e introducidas.
Capítulo del libro Manejo y alimentación de vacunos y de búfalos con forrajes tropicales de Raúl Botero Botero MVZ, MSc. Para ver todos los capítulos ingresar al perfil del autor. 

Andrade, S.O., Peregrino, C.J.B. y Aguilar, A.A. 1971. Estudos sobre Brachiaria sp. (Tanner Grass). I- Efeito nocivo para bovinos. Arq. Ins. Boiei. Sá o Paulo, Brasil (38). pp 135-150.

Botero, R. 1989. Manejo de explotaciones ganaderas en las sabanas bien drenadas de los Llanos Orientales de Colombia. Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), Programa de Pastos Tropicales, Serie Boletines Técnicos No.2, Cali, Colombia. 100 p.

Botero, R. 1991. Establecimiento, manejo y utilización de pasturas mejoradas en las sabanas bien drenadas de los Llanos Orientales de Colombia. Trabajo presentado en el Ciclo de Conferencias de la Asociación de Ganaderos del Estado Cojedes. San Carlos, Cojedes, Venezuela. Agosto 8 al 11 de 1991. 50 p.

Botero, R. 1992. Estrategias para la alimentación de rumiantes con forrajes tropicales en sistemas de producción sostenible. Trabajo presentado en el foro sobre "Estrategias para la Producción Animal en el Proceso de Integración Colombo - Venezolana", evento organizado por la Asociación Venezolana de Producción Animal (AVPA) en conjunto con las Universidades Nacional Experimental del Táchira y Francisco de Paula Santander. San Cristóbal, Edo. Táchira, Venezuela. Julio 15 al 17 de 1992. 20 p.

Botero, R. 1993. Papel de las especies forrajeras tropicales en la conservación y recuperación de suelos ácidos de ladera. Industria & Producción Agropecuaria, Asociación de Zootecnistas de Antioquia (AZOODEA). Medellín, Colombia. 1 (4): 14-23

Botero, R. 1995. Potencial de producción de carne en pasturas de braquiarias puras y asociadas con leguminosas en suelos ácidos de América Tropical. En: D. Plasse, N. Pella de Borsotti y J. Arango (Eds.). XI Cursillo sobre Bovinos de Carne. Universidad Central de Venezuela, Facultad de Ciencias Veterinarias. Maracay, Venezuela. 22 p.

CIAT. 1982. Cercópidos plagas de los pastos en América Tropical. Biología y Control. Guía de Estudio para ser usada como complemento de la Unidad Audio-Tutorial sobre el mismo tema. Contenido Científico: Mario Calderón, Guillermo Arango y Fernán Varela. Producción: Carlos A. Valencia. Cali, Colombia. CIAT. 51 p. (Serie 04SP-03.02).

CIAT. 1993. Informe Bianual 1992-1993. Programa de Forrajes Tropicales. Documento de Trabajo No. 136, 1993. P 3-4

Instituto Nacional de Innovación y Transferencia de Tecnología Agropecuaria – INTA, 2012. Memoria Institucional 2012. San José, Costa Rica.

Lenne, J.M. 1990. A World List of Fungal Diseases of Tropical Pasture Species. International Mycological Institute, An Institute of C.A.B International and International Center for Tropical Agriculture (CIAT). Phytopathological Paper No.31. 162 p.

Miles, J.W. 1993. Genetic manipulation in Brachiaria. Resumen, Seminario Interno, Programa de Forrajes Tropicales, Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT). Cali, Colombia.

Pupa, N.I.H. 1980. Pastagens forrageiras: pragas, doenças, plantas invasoras e tóxicas, controles. Campinas, Brasil: Instituto Campineiro de Ensino Agrícola. 311 p. Skerman, P.J. y Riveros, F. 1992. Gramíneas tropicales. Organizaci6n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Colección FAO: producción y protección vegetal. No. 23.

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Autores:
Raúl Botero Botero
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