El nudo gordiano del sector lácteo español

Lo he comentado muchas veces en mis notas publicadas en el boletín de ÁGORA TOP GAN, pero no me resisto a volverlo a tratar dado que lo que acontece, desde hace mucho, pero mucho tiempo, en el sector lácteo español, es para hacérselo mirar y, desde luego, constituye, metafóricamente hablando, un verdadero nudo gordiano.

No me cabe duda de que se trata, en este caso (aunque no es el único, ni mucho menos), de un claro y evidente ejemplo del desorden que hay en la cadena alimentaria, en lo que atañe directamente a su faceta económica. Esta realidad, en primer lugar, es una consecuencia directa de no existir la tantas veces mencionada y reclamada, cadena de valor.

Y se llega así a la triste realidad de que, en este caso de la producción láctea (me refiero en este caso concretamente a la producción de leche de vaca) no hay manera, por una parte, de poder armonizar, desde una perspectiva económica, a los tres principales eslabones de la cadena: producción, industria y distribución y, por otra, tampoco hay forma de que se cumpla adecuadamente la Ley de la Cadena.

La primera consecuencia, para las ganaderías de leche de nuestro país, de la mencionada situación ha sido la reiterada producción a pérdidas (en base a una contabilidad analítica). La segunda ha sido la lógica e imparable desaparición de granjas. Así, mientras a finales del año 2016 había en España unas 15.000 explotaciones que entregaban leche; a finales del presente año 2022 apenas si quedan 10.000. No hace falta indicar el perjuicio geo – económico que esta realidad supone para el medio rural de nuestro país.

Ello ha comportado, a pesar de la significativa mejora en la productividad, la correspondiente bajada en el nivel nacional de la producción, incrementándose así nuestro déficit estructural, a pesar de la reducción de los consumos.

Es verdad que, en estos últimos tiempos, el precio de la leche al ganadero ha subido, según zonas, del orden de unos 18 – 24 cts. /litro a unos 0,54 – 0,58 cts. /litro (lo cual, ante la brutal escalada de los costes que soportan nuestras ganaderías, sigue sin poder garantizar, en la gran mayoría de los casos, un adecuado tercer margen bruto), pero, paralelamente, en los lineales, según zonas, la leche ha subido cerca de 29 – 30 cts. /litro (en enero del presente año el precio medio de la leche en los lineales estaba alrededor de los 0,65 – 0,68 euros/litro y hoy puede estar sobre los 0,93 – 0,96 euros/litro).

Lo que no se sabe, dado que no son conocidos, los precios de cesión de la industria a la distribución, con que que parte de esta última subida mencionada se ha quedado cada uno de los dos eslabones implicados de la cadena.

Lo cierto es que, actualmente, los primeros compradores se niegan a seguir subiendo, en la medida que les es posible, los precios a los ganaderos aduciendo que el precio a los ganaderos en Francia está, en estos momentos, unos 4 – 6 cts. /litro más barato que en España y amenazando con traer leche del país vecino (aunque ello suponga, en primer lugar, unos costes de trasporte, según zona de origen, de unos 6 a 10 cts. /litro y comportar lógicamente una nueva subida en los lineales).

Y todo ello cuando estamos inmersos en una compleja situación inflacionaria que no deja de presionar sobre los consumos, complicado aún más el nudo gordiano del sector (nuestra inflación oficial, de enero a noviembre, es de prácticamente un 7 por 100, aunque, en mi opinión, en el caso de los alimentos es claramente superior).

Y no se olvide aquí que, según cuenta la leyenda, nadie supo deshacer el nudo gordiano original, que se encontraba en la ciudad de Gordión, en la península de Anatolia, antes Frigia. Tampoco pudo Alejandro Magno, pero éste resolvió la cuestión cortando el nudo con su espada.

Vamos a ver quién, cómo y cuándo, se deshace, si se deshace, el nudo gordiano del sector lácteo español.