Nutrición, sanidad, manejo, mano de obra, gestión y sucesión familiar son algunos de los desafíos diarios de la producción de leche. Las altas temperaturas, junto con fenómenos como la sequía e incendios en todo el mundo, se convierten en el obstáculo más reciente que debe enfrentar el productor.
Para tener una idea, a finales del mes de julio, el Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea indicó que el mundo tuvo el día más caluroso jamás registrado, cuando la temperatura media global alcanzó los 17,09 °C. El récord anterior había sido registrado en julio de 2023, cuando la media global fue de 17,08 °C. El último mes de junio también registró el decimotercer mes consecutivo de récords de calor en la Tierra.
Para el mes de agosto, por ejemplo, se proyecta que en Alemania las temperaturas alcancen sus niveles más altos, ocho grados Celsius por encima del promedio de los últimos 30 años. En los Estados Unidos, más de 30 millones de personas estarán en regiones donde las olas de calor prometen intensificarse.
En Brasil, el escenario no es diferente. Estamos viviendo un invierno más cálido con máximas preocupantes, superando los 35 °C en muchas ciudades, algo poco común para esta época del año. Una ola de calor elevó las temperaturas en diversas regiones del país y datos meteorológicos recientes indican que esta tendencia al alza se intensificará, alcanzando potencialmente hasta 38 °C en algunas localidades en pleno invierno.
El año pasado entró en la historia como el más cálido. Y la proyección es que 2024 pueda superar esa marca. Todos estos datos muestran que las olas de calor extremo que hemos experimentado en los últimos años deben permanecer y este cuadro tiene un impacto especialmente importante en la agricultura y, sobre todo, en la producción animal.
El desempeño productivo y las funciones metabólicas de las vacas lecheras se ven fuertemente afectados por el estrés térmico (Prathap et al., 2016). Caída de la productividad, aumento de las pérdidas embrionarias o pérdidas gestacionales y trastornos metabólicos debido a la lucha contra el estrés causado por el calor son algunos de los efectos de los días más calurosos en los animales. Entonces, ¿cómo identificar los signos de una vaca bajo estrés térmico? Bueno, la señal de alarma puede encenderse cuando observemos síntomas como: aumento de la frecuencia respiratoria, aumento de la salivación del animal, reducción de la ingesta de alimento y comportamiento de mantenerse de pie durante mucho tiempo, reduciendo así su ingesta de alimento y el tiempo de rumia. Cuando se observan estos síntomas, es importante actuar porque ya se están produciendo pérdidas productivas.
En este escenario, el ambiente es un factor primordial para reducir este impacto negativo que el calor ejerce sobre los animales. Esto requiere mejoras en la calidad del alojamiento, garantizando confort. El suministro de sombra, ventilación y aspersión de agua son algunas de las técnicas de enfriamiento más utilizadas. La disponibilidad de agua, en calidad y cantidad, también es primordial.
Además del ambiente, la nutrición también puede ser un aliado de primera línea ante este cuadro. Una estrategia nutricional bien dirigida puede reducir los efectos negativos del calor en el desempeño del rebaño. Un ejemplo es la suplementación con DL-Metionina protegida. El modelo de acción de esta herramienta reduce los efectos del estrés térmico a través de un incremento de los agentes antioxidantes, de una reducción de la inflamación y de la mejora de la función inmunológica de la vaca. Lo que ocurre es que el estrés provocado por el exceso de calor aumenta las concentraciones de radicales libres circulantes con potencial efecto perjudicial en diversas funciones fisiológicas. La inclusión de DL-Metionina protegida contribuye con un aumento de los agentes antioxidantes y la consiguiente reducción de los radicales libres.
Un estudio realizado durante el período de verano en una granja comercial del suroeste de Brasil, en colaboración con la Universidad Federal de Lavras (UFLA), demostró que la suplementación de la dieta con DL-Metionina protegida mejoró el rendimiento de las vacas lecheras bajo estrés térmico. En esta investigación, el objetivo fue evaluar los efectos de la metionina protegida ruminal (MPR) en la producción y composición de la leche, así como en las respuestas fisiológicas de vacas lecheras lactantes durante la estación más calurosa.
Ingredientes (% de materia seca):
- Silaje de maíz de la cosecha: 41,0%
- Silaje de maíz fuera de época: 11,1%
- Harina de soja (46%): 16,9%
- Pulpa de cítricos: 8,9%
- Silaje de granos de maíz rehidratado: 7,6%
- Granos secos de destilería: 4,4%
- Cáscara de soja: 2,3%
- Algodón entero: 4,2%
- Grasa de palma: 1,0%
- Minerales + aditivos: 2,5%
Diseño experimental y mediciones
En este estudio, 80 vacas primíparas de raza Holando (43,7 ± 4 kg de leche y 182 ± 63 días en lactación) fueron divididas en dos grupos experimentales, pareados por producción de leche y días en lactación. Fueron alimentadas con una dieta sin (control) o con 0,75 gramos por kilo de materia seca de DL-Metionina protegida (85% de DL-metionina; MPR) mezclada en una dieta totalmente mezclada basal durante 9 semanas. Las vacas fueron alojadas en un sistema de Compost Barn equipado con ventiladores y aspersores. La temperatura del aire y la humedad fueron registradas diariamente cada 10 minutos para el cálculo del índice de temperatura y humedad (ITH). La producción de leche también se registró diariamente y se tomaron muestras de leche para análisis de proteína, grasa, lactosa, urea y recuento de células somáticas en las semanas 3, 6 y 9. Durante estas semanas, la temperatura intravaginal (TI) y la frecuencia respiratoria (FR) se midieron en 15 vacas por grupo; la TI se registró cada 5 minutos durante 4 días a la semana y la FR se estimó a las 10h y a las 17h, contando los movimientos del flanco durante 30 segundos durante dos días.
Resultados
Las vacas que recibieron la dieta suplementada con DL-Metionina protegida tuvieron un aumento significativo en la producción de leche (+2,0 kg/d, P< 0,01), proteína (+50 g/d, P=0,03), lactosa (+108 g/d, P=0,03) y sólidos totales (+176 g/d, P=0,03) durante el período de estrés térmico. La conversión alimenticia también fue mejor en el grupo que recibió la dieta suplementada con DL-Metionina protegida en comparación con el grupo control (1,74 vs. 1,62). Esta suplementación con metionina no afectó la ingestión de materia seca de los animales. A pesar de que la temperatura intravaginal (TI) no se vio afectada por el tratamiento, hubo una tendencia al aumento del tiempo por encima de 39°C con el uso de metionina en comparación con el grupo control. La frecuencia respiratoria (FR) también mostró una tendencia a aumentar para el grupo MPR en comparación con el grupo control. En resumen, podemos concluir que la suplementación de vacas lecheras con DL-Metionina protegida durante la estación más calurosa contribuye al aumento de la producción de leche, proteína y sólidos totales. Los resultados demuestran que la DL-Metionina protegida es una herramienta valiosa para enfrentar el estrés térmico en sistemas de producción de leche.