El estrés se puede definir como una respuesta no-específica a cualquier exigencia del medio ambiente. El estrés altera la estabilidad y desafía al metabolismo. La nutrición y el estrés están íntimamente relacionados; el estrés puede producir deficiencias nutricionales en el ganado productor de carne y en otros animales. Según el NRC (2000), el manejo del estrés en el ganado de carne consta de dos componentes principales: manejo de las causas físicas de estrés y manejo nutricional de las consecuencias del estrés. Las vitaminas del complejo B son importantes para controlar el estrés en el ganado productor de carne en corral.
La tiamina, la riboflavina y la piridoxina son cofactores de muchas reacciones metabólicas que producen energía; se ha identicado que estos nutrientes probablemente disminuyen sus concentraciones en condiciones de estrés (Manore, 2000). Estudios en humanos y otros animales han demostrado que las vitaminas que son necesarias para que el sistema inmunológico funcione de manera eficiente son la vitamina A, ácido fólico, piridoxina, vitamina B12 y vitamina E (Calder et al., 2002). Solo las vitaminas A y E se proporcionan de forma rutinaria al ganado de carne al ingresar al corral de producción de carne, pero hay indicios de que las vitaminas del complejo B pueden ser benéficas.
Estudios más antiguos han demostrado claramente que el ganado que llega al corral tiene una baja actividad en el ruminal y bajos niveles de microorganismos en el rumen, lo que resultada en deficiencias de algunas de las vitaminas del complejo B (Cole et al, 1979 Gaylean et al., 1981). La suplementación con una mezcla de vitaminas del complejo B sin protección redujo el número de terneros tratados (41 vs. 56) así como el número de días de tratamiento (7,7 vs. 10,0) en animales que no habían sido destetados antes del tratamiento (Cole et al., 1979). Lauriault et al. (1990) observaron mejoras en el consumo de alimento en el ganado expuesto a forrajes contaminados o a estrés por calor y que recibieron grandes dosis orales de tiamina.
También, el almacenamiento corporal de vitaminas del complejo B es limitado, con excepción de la vitamina B12. El ganado bovino con un bajo consumo debido a estrés o a enfermedades puede sufrir deficiencias de vitaminas del complejo B a corto plazo por síntesis baja, aumento en los requerimientos y reservas limitadas de vitaminas B en el cuerpo. Dubeski et al (1996) encontraron que una infección leve en el ganado redujo los niveles sanguíneos de piridoxina, vitamina B12 y ácido pantoténico. El estrés por restringir el acceso al alimento tuvo como resultado un aumento en los niveles sanguíneos de B12 (probablemente proveniente de las reservas del hígado) y niveles más bajos de piridoxina y ácido pantoténico. El ganado transportado 1600 km tuvo concentraciones sanguíneas muy bajas de piridoxina.
Hay varios inyectables de vitaminas del complejo B disponibles en el mercado. Muchos tienen concentraciones bastante bajas de vitaminas del complejo B, o altas concentraciones de las vitaminas B menos costosas como la tiamina y la niacina; y bajas concentraciones de las vitaminas del complejo B que se ha demostrado que disminuyen en diversas condiciones de estrés, como la piridoxina y el ácido pantoténico. Además, el uso rutinario de inyectables de vitaminas del complejo B ha disminuido debido a la preocupación por las lesiones en el sitio de inyección causadas por algunos de los conservadores que se les añaden, como el fenol (Dubeski, 2000).
La suplementación de vitaminas del complejo B en la dieta es una opción, pero necesitan estar protegidas de la degradación ruminal, ya que los microorganismos del rumen las destruirán en una proporción muy alta o por completo (Santschi et al., 2005).
*R&D: Investigación y Desarrollo (por sus siglas en inglés [Research and Development]).