INTRODUCCIÓN
Si en un sistema de producción animal se rebasa un umbral de consanguinidad (F) promedio (entorno al 6,25%), pueden comenzar a surgir una serie de anomalías, como la aparición de malformaciones congénitas, disminución en la capacidad de respuesta inmune y en las medias poblacionales para variables de interés productivo, fenómeno conocido como depresión endogámica. Este problema puede verse magnificado en sistemas de producción en los que la mejora genética se realiza a través de inseminación artificial (IA) pues, en países como Chile, se ha informado de elevados grados de parentesco familiar entre toros de inseminación pertenecientes a una misma raza (Cancino y Piñeira 2016). En el presente estudio se exponen los resultados de la simulación de una estrategia para el control de la consanguinidad en rebaños productivos de la raza Aberdeen Angus, basada en la gestión de registros genealógicos de toros de inseminación.
MATERIALES Y MÉTODOS
Para la implementación de la simulación se construyó un registro genealógico ficticio constituido por 50 vacas no emparentadas y sus ascendientes, las cuales fueron inseminadas, durante 5 temporadas, con distintos toros, comercializados entre los años 2015 y 2020 por dos empresas proveedoras de semen existentes en Chile. Se implementaron dos tratamientos. En el primero, la totalidad del rebaño fue inseminado con un toro cada diez vacas. Dichos toros fueron seleccionados aleatoriamente de entre el total de toros disponibles cada temporada, cuyas pruebas de progenie (EBVs) fuesen iguales o superiores a la media de la raza para los rasgos de facilidad de parto directa (CED) y peso al destete (WW). El sexo de las crías se asignó de forma aleatoria en cada una de las 10 réplicas realizadas anualmente. El segundo tratamiento fue similar al anterior con la diferencia de que la selección de los toros no fue aleatoria entre el total de toros mejorantes, sino que se buscó a aquellos sementales mínimamente emparentados con los toros utilizados temporadas anteriores. El parentesco entre toros se estimó mediante la construcción de una matriz de parentesco aditivo (A) a partir de los registros genealógicos de cada animal, utilizando el algoritmo propuesto por Quaas (1976). La estimación de la consanguinidad (F) media anual del rebaño se obtuvo promediando la F de cada individuo vivo del rebaño, la que a su vez fue estimada utilizando la metodología propuesta por Meuwissen y Luo (1992). Para la simulación se definieron los siguientes supuestos: 1) todas las vacas del rebaño son fertilizadas vía IA, 2) el porcentaje de preñez es de un 100%, 3) todas las hembras poseen el mismo mérito genético y la mejora se realiza únicamente vía toro, 4) el porcentaje de reemplazo es de un 20% anual manteniendo constante un número de 50 vacas por temporada y 5) las vacas eliminadas y las vacas seleccionadas para la reposición se eligen de forma aleatoria anualmente. Todas las estimaciones se realizaron utilizando la aplicación ENDOG 4.0 (Gutiérrez y Goyache, 2005) mientras que el contraste entre tratamientos se realizó mediante una prueba H de Kruskal-Wallis.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
A partir del año 2017 se observa un aumento de la F media anual con tendencia polinomial (R2=0,98) en ambos tratamientos (Figura 1). También se observa que las medias de F anual tienden a separarse a partir del año 2017, tornándose significativamente distintas (P= 0,023) el año 2021.
Este resultado indica que, si las empresas proveedoras de semen mantuviesen bases de datos con los registros genealógicos de los toros de inseminación comercializados históricamente en Chile, se haría posible la realización de sugerencias técnicas personalizadas, dirigidas a mejorar la gestión genética de la masa ganadera, evitando el surgimiento de anomalías como enfermedades congénitas y depresión endogámica.
CONCLUSIONES
Los resultados del presente estudio indican que, en teoría, es posible implementar programas de control de la consanguinidad en planteles productivos de bovinos de carne sometidos a IA, a través de una estrategia que no dependa de la existencia de registros genealógicos prediales, sino que de los registros de los toros de inseminación. Dicha estrategia dependería únicamente de la información proporcionada a los productores por parte de las empresas proveedoras de semen. Sin embargo, el método propuesto no es aplicable a criaderos de reproductores, los cuales no pueden prescindir de registros genealógicos intraprediales y de un control de la consanguinidad que considere apareamientos de mínimo parentesco.