¿Necesitamos enfriar mismo a las vaquillas ?

Las vacas lactantes adultas reciben más atención cuando se trata de los efectos negativos del estrés por calor, en comparación con las vaquillas. Esto se debe a que las vacas lactantes necesitan disipar más calor, agotando la producción de leche y el consumo de alimento y la digestión para sustentarlo. Las pérdidas, causadas por la exposición de vacas adultas a condiciones de estrés por calor, incluyen caída en la producción y composición de la leche, la fertilidad, la salud y el rendimiento de la vaca en la lactancia posterior, cuando se exponen a condiciones de estrés por calor al final de la gestación. Las vaquillas no producen leche, por lo que su producción de calor es menor, lo que las hace menos sensibles a la exposición al calor. Por lo tanto, se sabe que el umbral de carga de calor a partir del cual entran las vaquillas a estres por calor es mayor (ITH 72 - 74), en comparación con 68 en las vacas lactantes.

Las vaquillas expuestas a condiciones de estrés por calor pueden verse afectadas en su tasa de crecimiento durante todo el período de crecimiento, su fertilidad puede verse afectada por la exposición a condiciones de estrés por calor alrededor del momento de la inseminación, y también la exposición de las vaquillas a tales condiciones al final de la gestacion, puede afectar su productividad después del parto. En este artículo, traeré información relevante de estudios realizados en los últimos años, que abordan el efecto del estrés por calor en las vaquillas en estas etapas. También se discutirá la posibilidad de reducir estas pérdidas mediante enfriamiento y su viabilidad económica.

El impacto del estrés por calor en el crecimiento: un estudio realizado en los EE. UU. Evaluó las pérdidas económicas causadas al sector animal luego de su exposición a condiciones de estrés por calor en diferentes partes del país. (St. Pierre et. al. 2003). Con respecto a las vaquillas lecheras, el estudio presenta datos que muestran que la exposición de las vaquillas a condiciones de estrés por calor ralentiza su tasa de crecimiento, siendo la extensión de las pérdidas directamente proporcional a la duración del período de crecimiento con un umbral de ITH superior a 72. Aumento de peso de las vaquillas en el primer año se reduce de 0,5 a 7,9 kg por vaquilla/año, en los estados del norte y sur de EE. UU., respectivamente, mientras que en el segundo año de vida de las vaquillas, se reduce de 1,0 a 17,4 kg por vaquilla/año, respectivamente, en las mismas regiones. Los autores de este estudio encontraron que el impacto negativo del verano en las vaquillas "cuesta" a la industria láctea estadounidense casi $ 50 millones cada año. Las pérdidas anuales totales para el sector lácteo de EE. UU. Son de alrededor de $ 1,5 mil millones por año, por lo que las pérdidas causadas a las vaquillas son relativamente insignificantes y no superan el 3% de las pérdidas totales para la industria láctea de EE. UU.

El efecto del estrés por calor en la tasa de concepción - naturalmente, el impacto negativo del estrés por calor en la fertilidad de las vaquillas es menor que el de las vacas lactantes adultas. Sin embargo, datos recientes publicados por "SION" (la cooperativa de IA más grande de Israel), muestran una caída de 10 a 15 unidades porcentuales, en la tasa de concepción de vaquillas inseminadas en los últimos veranos, en comparación con las inseminadas en el invierno. Enfrenté los mismos resultados en algunos de mis proyectos realizados en los últimos 10 años en regiones extremadamente cálidos como Vietnam, el sur de China y América Central. ¿Puede el enfriamiento mejorar la fertilidad de las vaquillas, como ocurre con las vacas adultas? Se dio una respuesta a esta pregunta en un estudio reciente (Maghaddam et. al. 2009), que estudió la posibilidad de reducir la disminución de la fertilidad de las vaquillas en verano enfriándolas por un período corto alrededor del momento de la inseminación. Noventa vaquillas en el momento de la inseminación en el caluroso verano de Irán se distribuyeron en tres grupos de 30 vaquillas cada uno. El primer grupo recibió solo sombra, mientras que los otros dos grupos recibieron sombra más sesiones cortas de mojado, provistas en la línea de alimentación, o sombra más sesiones cortas de mojado, combinadas con ventilación forzada en la línea de alimentación. Las vaquillas se enfriaron solo unas pocas horas antes, durante y después de la inseminación, y más tarde se juntaron en el mismo galpón, solo con sombra. La temperatura corporal, inmediatamente después de la inseminación fue de 39,7, 39,3 y 38,9 C, en los tres tratamientos, y la tasa de concepción fue del 23%, 40% y 56%, para las vaquillas en los mismos grupos de tratamiento, respectivamente. A pesar del número limitado de vaquillas que participan en este experimento, se pueden aprender algunas ideas de él. Primero, las vaquillas también pueden sufrir estrés por calor en el verano en regiones extremamente calientes. En segundo lugar, el tratamiento de enfriamiento, que combina humectación y ventilación forzada, permite que las vaquillas mantengan la temperatura corporal normal en condiciones de estrés por calor y, finalmente, que el enfriamiento a corto plazo, alrededor del tiempo de inseminación dado en condiciones de verano extremadamente caluroso, puede mejorar significativamente la tasa de concepción de las vaquillas. Las condiciones y el número de animales en los que se llevó a cabo este experimento son limitados para llegar a conclusiones claras. Por tanto, es recomendable ampliar el conocimiento sobre este tema en estudios con un elevado número de animales. En caso de que estos resultados se repitan, entonces también valdría la pena examinar el aspecto económico de implementar dicha tecnología. Esto se hará comparando la relación entre el costo de inversión en la instalación del sistema de enfriamiento y su operación, con la reducción en el costo de mantenimiento de estas vaquillas, por acortar el número de días desde el nacimiento hasta la gestación.

Efecto del estrés por calor al final de la gestacion : hay mucha información disponible sobre los efectos del estrés por calor y el enfriamiento en las vacas que se encuentran en el último trimestre de la gestacion en el verano. Pero existe un conocimiento muy limitado sobre las vaquillas en las mismas condiciones. Un estudio publicado recientemente en Florida (Davidson et. Al. 2020) estudió el efecto de enfriar vaquillas en fin de gestacion en verano, sobre su rendimiento en sus primera lactacion. Se compararon dos grupos de vaquillas al final de la gestación que ocurrio en verano. Las vaquillas de un grupo recibieron un tratamiento de enfriamiento que combinaba mojado y ventilación forzada en la línea de alimentación, operandolos alternativamente, cuando la temperatura ambiente excedía los 21 ° C. Las vaquillas del otro grupo recibieron solo sombra y sirvieron como grupo testigo. La frecuencia respiratoria y la temperatura corporal se controlaron durante todo el período experimental. La frecuencia respiratoria fue significativamente menor en las vaquillas enfriadas, en comparación con las del grupo de control (promedios diarios de 40 y 70 respiraciones por minuto), respectivamente. La temperatura vaginal de las vaquillas en el grupo testigo fue más alta que la de las enfriadas en 0.3 - 0.4 C, durante todo el día. Las vaquillas del grupo testigo estuvieron por encima de la temperatura normal durante la mayor parte del día, mientras que las enfriadas mantuvieron la temperatura corporal normal durante la mayor parte del día. La producción de leche diaria promedio de las vaquillas del grupo enfriado fue 4 kg más alta que la del grupo testigo (35,8 y 31,9 kg / d), respectivamente. esta diferencia se mantuvo a lo largo de todo el período de 15 semanas post parto.

En cuanto a los efectos del estrés térmico en el crecimiento de las vaquillas, no parece que las pérdidas económicas ocasionadas a esta rama (3% de las pérdidas totales a toda la industria) puedan justificar una inversión en la instalación y operación de sistemas de enfriamiento. Esta conclusión puede cambiarse en caso de que tengamos nueva información de regiones mas cálidas que muestren mayores pérdidas en el aumento de peso. En lo que respecta al efecto del estrés por calor en la fertilidad, está claro que la disminución de la fertilidad en verano se produce principalmente en regiones extremadamente calientes. Antes de tomar cualquier decisión sobre la necesidad de instalar sistemas de enfriamiento, se debe estudiar con mas intensidad las posibilidades de mejorar la tasa de concepción de las vaquillas, a través del enfriamiento a corto plazo en el momento de la inseminación. Además, deberían requerirse simulaciones de la posibilidad de alcanzar estos resultados mediante un período de enfriamiento más largo alrededor de la inseminación. De todos modos, invertir en enfriar vaquillas para evitar la disminución de la fertilidad en verano se justificará solo si esto vale la pena económicamente. Con respecto a la viabilidad de invertir en enfriar vaquillas al final de la gestación, es obvio hoy que enfriar las vaquillas al fin de la gestacion no es menos importante que enfriar a las vacas adultas. Se ha examinado la inversión en el enfriamiento de vacas adultas en fin de la gestación, y se ha encontrado que está muy justificada desde el punto de vista económico. (Un artículo mío sobre este tema fue publicado en esta revista no hace mucho tiempo). Por lo tanto, la viabilidad de invertir en el enfriamiento de vaquillas en fin de gestacion en el verano tampoco vale la pena, y esta viabilidad no está en duda.