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Buenas prácticas y bienestar animal en el tambo: Prácticas veterinarias

Publicado: 12 de julio de 2021
Por: Víctor Humberto Suárez Gabriela Marcela Martínez
5.1. Descorne y otras prácticas
El descorne o el desmochado de los bovinos es una intervención de rutina en el rodeo leche-ro. En el mundo se lleva a cabo en más del 90 % de los animales de tambo. Estas prácticas de-ben ser ejecutadas tanto por fines económicos como de seguridad de los operadores y como de bienestar de los animales ya que evitan riesgos a las personas y también al ganado ya que la presencia de cuernos incrementa la gravedad de las heridas. Se sugiere que en los anima-les con cuernos se incrementa la agresividad y los golpes, ya que los animales, especialmente las vacas dominantes, se sienten más confiados ante la presencia de otros animales y de los seres humanos también. Por el contrario, el descornado parece disminuir la agresividad.
Los riesgos de cornadas se incrementan en las situaciones de encierre y concentración de animales como en corral de espera o en los comederos, pudiendo perderse por heridas una vaca lechera de alta producción. También los cuernos dificultan el paso de los animales por bretes, mangas y limitan el acceso del animal a comederos, debiendo estos ocupar más es-pacio.
El desmochado se refiere a la eliminación de la raíz del cuerno antes de las 6 semanas de edad, cuando los botones córneos no alcanzaron todavía los 10 mm de tamaño. Luego de esta edad ya se trata de eliminar el cuerno, es decir, descornar. Por un lado, la práctica de des-mochar es preferible al descornado, ya que minimiza el dolor y el estrés que puede presentar el ternero, además de reducir su probable pérdida de sangre. Por otro lado, la sujeción es más difícil y riesgosa a medida que los terneros crecen, necesitándose más de una persona.
Figura 63. Método de descornado inapropiado y comúnmente usado: sin uso de anestesia, ni calmantes (a) y realizado alrededor de los 80-90 días de edad previo a la salida de la guachera (b).
Método de descornado inapropiado y comúnmente usado: sin uso de anestesia, ni calmantes (a) y realizado alrededor de los 80-90 días de edad previo a la salida de la guachera (b).
Estas son prácticas que causan dolor, produciendo cambios de comportamiento como el sa-cudir de la cabeza, las orejas y la cola, inquietud, rascado y tirar patadas. La sedación ayuda a contener la respuesta de la ternera y reduce la intensidad de la sujeción durante el pro-cedimiento. La anestesia local (lidocaína) reduce el dolor durante la intervención, pero no luego durante el posoperatorio ya que su efecto se pierde luego de 3-4 horas. La aplicación de un analgésico antiinflamatorio reduce el dolor luego de la intervención. Los terneros en los cuales se reduce el dolor presentarán menos estrés recuperando más rápidamente su ganancia de peso (Anónimo, 2012).
Conocimientos básicos para el desmochado
En el ternero hasta las 6-8 semanas de edad el botón corneo se desliza libre en la piel que recubre el cráneo, y el cuerno crece a partir de la piel que está alrededor de su base cornea.
A medida que el ternero crece, el botón corneo se une al cráneo y el incipiente cuerno co-mienza a crecer.
El desmochado se debe realizar antes de que se fije para facilitar la intervención y reducir el sangrado.
Para asegurar que se haya eliminado definitivamente la raíz del cuerno, se debe dejar un anillo de piel de un cm de ancho alrededor del botón corneo (esquema de desmochado: 2). Hay que evitar dejar un anillo incompleto, o sea con pelo, porque habría un crecimiento posterior del cuerno.
Una vez que el botón corneo se fusiona con el cráneo, el cuerno se convierte en una exten-sión ósea del cráneo y el centro hueco del cuerno se abre en los senos frontales del cráneo. Al descornar terneros de más edad, los senos quedan expuestos a infecciones o miasis si no se realiza el cuidado recomendado posintervención para lograr una rápida y correcta cica-trización.
Recomendaciones
  • Los terneros deben desmocharse lo más jóvenes posible y antes de las tres semanas de edad, ya que el efecto traumático es mayor a medida que se avanza en edad.
Figura 64. Esquema de desmochado de John Irwin, Belinda Walker, NSW Department of Primary Industries.
Esquema de desmochado de John Irwin, Belinda Walker, NSW Department of Primary Industries.
  • Se recomienda desmochar con días más bien frescos y secos para que la herida seque más rápido y evitar riesgos de infecciones o miasis.
  • Para desmochar primero es imprescindible inmovilizar al ternero. Es preferible la utilización de los métodos térmicos como la cauterización con desmochadora comercial o con hierro caliente cuyo extremo tenga forma de círculo plano, en vez de los métodos de escisión o químicos (cáusticos). Los métodos térmicos son me-nos dolorosos para el animal, ya que alrededor de los botones córneos la herida es bastante superficial y son menos riesgosos para las personas.
  • Para el método térmico primero se debe rasurar la zona para poder ubicar co-rrectamente los botones córneos. El crecimiento parcial del cuerno se puede pro-ducir como consecuencia de un trabajo mal realizado, ya que el desmoche tardío hace que el diámetro del cauterizador sea insuficiente para destruir los tejidos pe-riféricos del botón córneo, por lo que es muy importante verificar que el círculo de cauterización coincida con el del cuerno. Luego se debe asegurar una buena desinfección.
  • En cuanto a la utilización de productos cáusticos (lápices y pastas descornadoras), que anulan el crecimiento de los cuernos al ser aplicadas en la base de los botones córneos, el ternero debe tener no más de dos semanas de vida. El pelo circundante debe ser cortado previo a la aplicación del cáustico y deben protegerse los bordes con vaselina.
  • Luego de la aplicación del cáustico se debe evitar el contacto por 4 horas con otros animales para evitar quemaduras y proteger al ternero de la lluvia para que el cáustico solo afecte el área de crecimiento del cuerno.
Figura 65. Método térmico con desmochadora comercial y buena sujeción del ternero.
Método térmico con desmochadora comercial y buena sujeción del ternero.
  • El descornado presenta cambios en la conducta del animal durante la interven-ción y durante casi 8 horas posteriores a esta, debido al dolor y a que las lesiones son profundas, afectando la piel, el hueso y a veces el seno frontal.
  • Se debe elegir el método más apropiado de acuerdo a la edad y al tamaño de los cuernos, además de utilizar una buena sujeción de los animales.
  • El operario encargado de desmochar o descornar debe estar capacitado con los conocimientos y las habilidades necesarias, además de contar con las herramien-tas adecuadas.
  • El dolor debe controlarse al descornar terneros mayores a los 6 meses de edad, mediante anestesia con la intervención de un operador capacitado.
Figura 66. Método de desmochado mediante pasta descornadora (método químico).
Método de desmochado mediante pasta descornadora (método químico).
  • Las pérdidas de sangre deben controlarse, recomendándose el uso de apósitos para heridas.
  • En el caso de animales adultos, si se considera necesario remover la mayor parte del cuerno, se requiere la intervención de un veterinario.
Otras prácticas
Pezones supernumerarios
Los pezones supernumerarios son un defecto congénito, donde de un 10 a un 20 % de las terneras nacen con esa condición. Como son un defecto hereditario se recomienda evitar la selección de animales con esta característica.
Estos pezones “extras” generalmente se conectan a una glándula mamaria separada, aunque a veces pueden estar ligados al seno de una de las glándulas principales.
De no ser eliminados a veces según su ubicación dificultan el ordeñe o facilitan la instalación de gérmenes causantes de mastitis. Es por esta razón que deben ser extirpados mediante práctica quirúrgica para que queden 4 pezones con sus respectivas glándulas mamarias.
El momento adecuado para extraerlos es lo más temprano posible, alrededor de los 2 meses de edad de la ternera y no pasarse de los 6 meses, que es cuando la irrigación es mínima al igual que el sangrado a provocar ya que todavía no se ha desarrollado la glándula mamaria.
El procedimiento debe realizarse por personal capacitado y contar con los elementos ade-cuados bajo un plano de total higiene.
Figura 67. Ubicación más común de los pezonessu-pernumerarios. (Fuente:https://www.sciencedirect. com/topics/agricultural-and-biolo-gical-sciences/teats).
Ubicación más común de los pezonessu-pernumerarios. (Fuente:https://www.sciencedirect. com/topics/agricultural-and-biolo-gical-sciences/teats).
Castración
  • Debe realizarse lo antes posible y por personal capacitado. La reducción del dolor debe ser realizada en animales mayores a los 6 meses de edad.
Corte de la última porción de la cola
  • El ganado lechero no debe ser descolado a menos que sea necesario por prescripción
Figura 68. No se debe descolar a las vacas. (Fuente: http:// www.thebullvine.com/news/cow-tail-protection-advances-colorado-house).
No se debe descolar a las vacas. (Fuente: http:// www.thebullvine.com/news/cow-tail-protection-advances-colorado-house).
Una alternativa al corte de cola sin perjudicar al animal es recortar la parte terminal que más se ensucia de las crines de la cola.
Figura 69. El recorte de la crin es una alternativa al corte de cola. (Fuente: https://www.kbia.org/post/he-res-short-story-cow-tails#stream/0).
El recorte de la crin es una alternativa al corte de cola. (Fuente: https://www.kbia.org/post/he-res-short-story-cow-tails#stream/0).

5.2. Descarte y eutanasia 
Mortandad y descarte
El número de vacas muertas o sacrificadas y descartadas en el tambo tiene una estrecha relación con factores implicados en el bienestar de los animales. Algunos estudios muestran da-tos de la asociación que existe entre la mortalidad y otros efectos adversos en la producción de leche y el bienestar del ganado lechero. Un estudio sueco mostró que la mortalidad junto con indicadores de fertilidad, de abortos, de mastitis y de enfermedades relacionadas con la dieta tienen una alta relación con el bienestar de los animales en el tambo (Nyman et al., 2011).
Diversos autores (Stevenson y Lean, 1998; Thomsen et al., 2004; Thomsen y Houe, 2006) han evidenciado que entre las causas de muertes, sacrificios obligados y descartes más co-munes se encuentran los accidentes traumáticos, trastornos de parto, problemas digestivos, afecciones locomotoras, trastornos metabólicos y mastitis. Todos estos eventos están rela-cionados con el cuidado del bienestar del ganado.
Según datos europeos y norteamericanos una tasa de mortandad (comprendidos los sacrifi-cios obligados) razonable para vacas de alta producción no debería superar el 6-8 % al año, sin embargo, una encuesta llevada en la cuenca lechera del Valle de Lerma, Salta, por Suárez y Martínez (2015) se registró una tasa promedio de mortalidad del 13 %, lo que reveló que se debe trabajar mucho para bajar estos índices y mejorar el bienestar de las vacas.
Dentro de la tasa de mortalidad de los tambos se incluyen los sacrificios obligados o eutana-sias, que comprenden los sacrificios por compasión y necesidad extrema por el sufrimiento no remediable que padecen los animales.
Eutanasia
La eutanasia se refiere a este tipo de sacrificio realizado dentro del predio del tambo, donde se provoca intencionalmente la muerte en aquellos bovinos que no responden a los trata-mientos para evitar un sufrimiento mayor. La eutanasia no es algo placentero, pero es algo necesario dentro de las actividades del tambo.
Los animales que merman su producción láctea a causa de una enfermedad, traumas o heri-das presentan generalmente dos opciones, su envío al matadero o la eutanasia. Al matadero se deberían enviar aquellos animales aceptables por la industria, que no presentan dolor severo y que se puedan levantar y caminar por si solos y que son capaces de ser transporta-dos. Además, no deberían padecer enfermedades o tener tratamientos (residuos) que pue-dan constituir un riesgo para la salud de los consumidores. La eutanasia entonces sería el destino de aquel ganado que no cumpla con alguna de las condiciones antes mencionadas.
La eutanasia debe ser recomendada por un veterinario para aquellos casos de animales sin cura y que no están en condiciones de ser transportados.
Por un lado, los propietarios y el personal del tambo deben ser conscientes de que los anima-les no deben sufrir y que es responsabilidad y deber moral de todos aliviar el padecimiento inútil de los bovinos. La responsabilidad lleva a que en todo tambo se debe contar con el equipo y el conocimiento adecuado para llevar a cabo la eutanasia con la máxima eficiencia posible.
Por otro lado, estos cadáveres producto del sacrificio deben ser eliminados de acuerdo a las reglamentaciones vigentes del SENASA en cuanto al manejo de animales muertos (ubica-ción de una fosa, tratamiento del cadáver, etc.).
Los protocolos de eutanasia deben comprender:
  • La prescripción veterinaria de cuando realizar una eutanasia.
  • Cuando suprimir el tratamiento debido a una escasa probabilidad de recuperación.
  • Cuál es el grado de dolor y angustia del animal que indica una eutanasia.
  • Cuál es su capacidad para poder alimentarse y producir.
  • Técnica para aplicar la eutanasia.
  • Tener el equipamiento para la práctica correcta de la eutanasia.
  • Necesidad de contar con un diagnóstico veterinario de la causa del sacrificio.
Figura 70. Vaca caída afectada de leuco-sis bovina.
Vaca caída afectada de leuco-sis bovina.
Requisitos
El ganado que no responde a los tratamientos o no está en condiciones de ser transportado debe ser sacrificado sin demoras.
El método de eutanasia para emplear debe ser el más apropiado para reducir al mínimo el dolor y la angustia del ganado.
Recomendaciones
  • Desarrollar con un veterinario un protocolo de eutanasia para el tambo para facilitar y uniformar los procedimientos más eficientes y humanitarios.
  • Ser consciente del bienestar animal y responsable de la decisión correcta de cuando sacrificar a un animal.
  • El método utilizado debe ser el correcto, siempre tratando de minimizar el dolor y la angustia del bovino lo antes posible.
  • La eutanasia debe ser realizada por personal debidamente capacitado.
  • Realizar la eutanasia con animales de CC inferior a 2 que no responden a los tratamientos.
  • No cargar para trasporte animales caídos, exhaustos o muy débiles, enfermos, parturientos, con cuadros febriles (>39 °C), fracturados, con afecciones podales graves, con prolapsos, con cuadros nerviosos.
Eutanasia: métodos correctos
La selección del método debe considerar la seguridad de los operadores, el bienestar del animal, la posibilidad de inmovilizar eficazmente el animal.
  • Bala mediante arma de fuego (calibre 22 para terneros y de mayor poder para bovinos adultos).
Figura 71. Eutanasia. Posición perpendicular al cráneo del arma. (Shearer y Nicoletti, 2002).
Eutanasia. Posición perpendicular al cráneo del arma. (Shearer y Nicoletti, 2002).
  • Pistola de perno cautivo y posterior desangrado, punción cardíaca o cerebral.
  • Inyección endovenosa de barbitúricos y otras drogas bajo prescripción veterinaria.
El arma de fuego o la pistola de perno cautivo se debe ubicar en forma adecuada. El arma de fuego debe estar aproximadamente a unos 15-80 cm del blanco y posicionarse en forma perpendicular al cráneo y apuntar hacia la base de la cola del animal (figura 71). Esta posición del arma previene el rebote del proyectil. No se debe apoyar el arma en la cabeza.
La figura 72 indica la posición y el lugar por donde debe entrar la bala, que no debe ser entre los ojos, sino arriba de ellos. Esta figura muestra una X imaginaria trazada entre la comisura del ojo y la base del cuerno opuesto o el inicio superior de la oreja opuesta.
Figura 72. Lugar blanco en la eutanasia. No apuntar entre los ojos (Shearer y Nicoletti, 2002).
Lugar blanco en la eutanasia. No apuntar entre los ojos (Shearer y Nicoletti, 2002).
La bala debe penetrar por un punto imaginario ubicado unos 2 cm por arriba del centro de la X.
La pistola con perno cautivo requiere que esta sea sostenida firmemente sobre la superficie de la cabeza en el blanco. Esto constituye una limitante comparada con el arma de fuego de-bido a que la ubicación es crítica, se requiere mayor grado de sujeción del animal para lograr un procedimiento adecuado, y esto a veces no es posible. Además, siempre es necesario un desangrado posterior.
Desangrado
Se realiza para garantizar la muerte. No debe ser utilizado como único método de eutanasia. Se corta la vena yugular y la arteria carótida con un cuchillo afilado de unos 16 cm. Este se debe insertar completamente detrás de la punta de la mandíbula y se dirige hacia abajo hasta que la sangre fluya como se muestra en la figura 73.
Figura 73. Desangrado.
Desangrado.
Métodos no aceptados de eutanasia
Estos son algunos de los métodos considerados como inaceptables desde el bienestar animal para la eutanasia.
  • Trauma de la cabeza a través del uso de una maza.
  • Inyección de cualquier sustancia química no indicada para uso en una eutanasia.
  • Inyección endovenosa de aire.
  • Electrocución.
Evidencia de muerte
La muerte es la abolición irreversible de las funciones del organismo, donde la pérdida de función cerebral se demuestra a partir de la falta de reflejos nerviosos.
Requisitos
La muerte debe ser confirmada antes de mover o dejar el animal
Recomendaciones
  • Confirmar la muerte luego de realizada la eutanasia.
  • Para evaluar el estado de muerte se puede ver si hay reflejo corneal; se toca elglobo ocular y se observa si el animal parpadea.
  • La muerte también puede ser confirmada por la falta de latido del corazón y de la respiración durante más de cinco minutos.
Eliminación del cadáver
Las estrategias para la eliminación de animales muertos deben prepararse mucho antes de cualquier urgencia. Uno de los principales problemas que plantea la eliminación de anima-les muertos es el tamaño de los bovinos adultos y a veces el número de animales. Además, se deben considerar las medidas de bioseguridad que requiere el desplazamiento de animales enfermos o expuestos a fuentes de infección, el cuidado del personal y el material disponi-ble, la protección del medioambiente.
Dentro de lo que se debe considerar están comprendidas:
  • Las medidas de protección y seguridad de las personas encargadas de manipular los cadáveres, tales como utilizar botas, guantes, barbijos y desinfectantes para la limpieza del material utilizado.
  • No dejar expuestos por tiempo prolongado (no más de 48 h) animales muertos y remover la carcasa evitando que animales carroñeros e insectos vectores tengan acceso a los cadáveres y puedan propagar enfermedades.
  • No utilizar animales muertos para consumo de otros animales ni humanos.
  • Llevar un registro completo de los diagnósticos y mortalidad de animales.
Métodos de eliminación
Los métodos para eliminación de animales muertos se escogerán en función de las condicio-nes del tambo. Algunos de los métodos son los siguientes:
  • Por medio de fosa de enterramiento la cual debe contar con medidas apropiadas según el tamaño del animal. Se debe realizar una incisión a lo largo del abdomen para evitar la emanación de gases y lixiviados que contaminen el aire, la tierra y las aguas superficiales y subterráneas. Posteriormente colocar una capa de cal sobre los cadáveres y luego una capa de tierra de al menos 50 centímetros de espesor.
  • Incineración al aire libre por hoguera, seleccionando un sitio que prevenga las quemas accidentales.
  • Se utilizará para la disposición de los cadáveres una zona donde no haya caños, pozos o flujos de agua ya sean subterráneas o superficiales.
En Argentina no hay disponible para el área rural un sistema de servicios de recolección y eliminación de cadáveres. Esto lleva a que el tambo debe desarrollar un protocolo para la eliminación de cadáveres, el cual fije una zona de la finca para el cavado de un pozo con tal fin y el tratamiento del cadáver mediante el desmembramiento, la adición de cal o la incine-ración, etc.
Figura 74. Vaquillona con tumor cerebral, que debe ser sujeta a eutanasia.
Vaquillona con tumor cerebral, que debe ser sujeta a eutanasia.
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Autores:
Gabriela Marcela Martinez
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA
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Victor Suarez
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA
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Dairon, Yaneline Hidalgo Vasquez
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Marcelino Jaen
Instituto de Investigacion Agropecuaria de Panamá IDIAP
12 de julio de 2021
excelente información saludos a los autores
Bruno Lugo Martinez
14 de diciembre de 2022
Excelente exposición científica que porotocoliza la asistencia para las más idóneas prácticas veterinarias para un bienestar animal
Hector Ornelas Flores
5 de noviembre de 2022
excelente información felicidades
CARLOS MARIO CONTRERAS RABELO. MVZ, Msc. UNAM, UFMG, BRASIL.
12 de julio de 2021

A vuelo de pájaro vi un comentario, y me da pena, pero durante mi vida académica, debido a diferencias con un ex-rector, quien al final, entendió y procuro evitar confrontaciones, un secretario académico tuvo supongo la consigna, de ponerme piedritas, esto llevo, a que toda materia nueva me fuera asignada, y entre otras me dieron Etología una de mis sorpresas fue encontrar trabajos de investigación que probaron que las razas mas agresivas eran y son las que no tienen cuernos, lo cual he podido confirmar en mi vida de 75 años de ganadero.

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