24 de octubre de 2008
Si efectivamente queremos mejorar nuestra ganadería, el medio ambiente, del cual el clima es causa y consecuencia, debe ser el punto de partida para lograrlo, mediante el estudio y observación del comportamiento de los animales domésticos y su adaptación al entorno, ya que su importancia representa la mitad o el 50[percent], de lo que debemos moderar. La adaptación al medio ambiente, es quizás el concepto básico más importante de la biología evidentemente, cualquier organismo sobrevive en un lugar determinado, porque está adaptado, y está adaptado, sencillamente porque tiene la capacidad de sobrevivir en ese entorno en particular. Adaptación, significa cambio dentro de una población, en la proporción de que algunos individuos en particular, tienen la ventaja de conservar las condiciones necesarias para sobrevivir en un determinado medio. Recuerden que en zootecnia: Todo individuo es 50[percent] producto del medio ambiente y 50[percent] producto de su hechura genética.
La influencia de los diversos factores ambientales, aislados o en conjunto, sobre la productividad de la ganadería en los trópicos, ha sido observada bajo diversos aspectos, llegando todos ellos a coincidir de que el medio ambiente, bajo cualquier tipo de clima, determina un descenso de la productividad tanto más acentuado, cuanto más difíciles sean las condiciones ambientales y más intensa la acción de dichas condiciones sobre los animales especializados o dicho de una manera más sencilla: cuanto más deficientes sean las condiciones de explotación, menor será la producción. Por condiciones deficientes de explotación debe entenderse, la insuficiente protección del animal, frente a las inclemencias del clima y de todos los factores que, derivados de éste, crean un entorno desfavorable a la vida del animal y a sus funciones productivas: manejo, alimentación y sanidad, forman una trilogía cuya acción sobre la productividad, asume las mayores responsabilidades que un buen método de explotación puede en algunos casos, reducir considerablemente.
Ahora bien, cuando se pretende fomentar una raza lo fundamental es: Conocer lo que se tiene, saber concretamente lo que se quiere, entonces estudiar y planificar a fondo los procedimientos que se han de emplear para convertir lo que se tiene, en aquello que se quiere tener.
Cuando se buscó vigorizar una población ganadera debilitada por los efectos de la consanguinidad, se acudió al cruzamiento cuando se quiso buscar una nueva raza en la cual coincidieran caracteres distintos en numero o intensidad, existentes en dos razas, se recurrió al cruzamiento siempre que se llegó al limite de selección positiva de una raza, sin que lo obtenido llegase a cubrir nuestras necesidades, se pensó de igual modo, en cruzar razas distintas y en fin, se cruzaron desde hace mucho tiempo atrás, dos razas puras entre si para lograr productos híbridos y mestizos de primera generación, siempre más fuertes y vigorosos que cualquiera de las dos razas en cruce. Indefectiblemente, en todos estos casos, lo que se intenta es el aprovechamiento del conocido fenómeno de la heterosis o vigor del híbrido, o la nueva combinación favorable en un solo genotipo de factores dispersos en los dos individuos cruzados.
Si bien cada raza ha tenido una historia peculiar y circunstancias especiales en su formación, todas han seguido un patrón relativamente similar. Este patrón se caracteriza por eventos subsecuentes de aislamiento y consanguinidad por razones geográficas, distinción de criadores que intentan mejorar el tipo local, a través de cruces con otros sementales alóctonos y/o exógenos, de tipo diferente, seguido de un nuevo proceso de aislamiento y consanguinidad.
Saludos a todos y recuerden que en sus países de origen, todavía conservan una joya tropical del B. taurus el linaje criollo puro, ofrece como virtud el de conservar intacto su extraordinaria facultad de tolerancia al férvido medio ambiente tropical y la certeza de que su evolución, aunque ha sido lenta, es la vía más segura, una vez que ya no tiene tantos obstáculos por parte de la madre naturaleza, que ya ha perpetuado a través del tiempo una selección natural intensa en su estructura genética.
Danilo Ramírez Lazzioli