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Tradiciones que perduran y errores que se siguen cometiendo en el manejo de los rodeos de cría. Técnicas superadoras

Publicado: 5 de octubre de 2020
Por: Oscar L. Ferrari1 1. Ingeniero Agrónomo. Consultor y productor ganadero. Especialista en bovinos para carne
Resumen

Existen en el campo argentino, sobre todo en la cría de vacunos de carne, una importante cantidad de tradiciones y modalidades operativas que son responsables en gran medida del estancamiento de la actividad. En la actualidad no tienen ningún fundamento técnico y sin embargo perduran. Es el objetivo de esta comunicación ofrecer los elementos para su destierro y proponer técnicas superadoras que posibiliten superar los parámetros actuales de porcentaje de preñez, destete y de terneros logrados, entre otros

Servicio continuo
Los establecimientos que no realizan el servicio estacionado presentan un desequilibrio a lo largo del año entre los requerimientos productivos y los requerimientos nutricionales de los vientres, debido a que la oferta de forraje fluctúa entre las estaciones. Una alimentación inapropiada, en cualquiera de los períodos fisiológicos críticos, tendrá consecuencias desfavorables sobre la productividad futura del rodeo.
Los requerimientos nutricionales de la vaca de cría a lo largo de un ciclo productivo pueden ser divididos en 2 grandes etapas. Una de “altos” requerimientos que se extiende desde el momento del parto hasta el destete y otra de “bajos” requerimientos desde el destete hasta el próximo parto. El tercer mes de lactancia normalmente se superpone con el nuevo servicio, que para ser exitoso, requiere que la vaca presente celos fértiles a intervalos regulares. Para satisfacer esta condición es imprescindible contar con abundante cantidad de forraje de buena calidad, ya que si el forraje fuera insuficiente por defectos de cantidad o calidad, se pondría en peligro la producción de terneros del año próximo.
Es muy difícil establecer prácticas de manejo adecuadas a cada categoría cuando existen todos los estados productivos en un mismo rodeo.
La clave para el manejo eficiente del rodeo de cría es manejar al conjunto de vacas en bloque. Esto significa que los distintos estados fisiológicos por los que atraviesan los vientres a lo largo del año sucedan en forma conjunta, de manera que las vacas tengan momentos de altos y bajos requerimientos en el año, simultáneamente.
Dentro de las dificultades de manejo en un servicio continuo se encuentra la de recorrer todos los días en forma minuciosa el rodeo, a fin de atender a los vientres que presenten algún tipo de inconveniente al parto o para hallar y hacer mamar a los terneritos cuya madre los ha abandonado, algo que puede ocurrir con las vaquillonas.
Los servicios largos traen como consecuencia temporadas de pariciones largas con una mayor desuniformidad de la ternerada y dificultades en su manejo (sanidad, destete, etcétera). Un inconveniente que se puede presentar es el momento ideal para vacunar a las terneras contra la brucelosis, al tener éstas una diferencia marcada de edad. Será difícil encontrar un momento en que todas las terneras estén comprendidas entre los 3 y los 8 meses de edad, es decir el tiempo en que tienen que ser vacunadas para lograr una buena inmunidad.
Va a haber una gran diferencia de tamaño y edad entre la “cabeza” y la “cola” de parición. Esto trae como consecuencia inconvenientes para lograr lotes homogéneos de invernada que “irán a venta” y para el manejo nutricional diferencial de las hembras que se quieran entorar a los 15 meses, además de desconocerse la edad para iniciar el servicio.
Si el servicio dura más de 3 meses, la entrada de los toros al año siguiente se produce cuando una parte importante del rodeo aún no ha parido, creando dificultades de manejo (entorpeciendo el refugo o descarte de las vacas secas, trayendo complicaciones sanitarias, etcétera). En la medida en que se logre acortar la duración del servicio, se estará ejerciendo a lo largo de los años una selección por fertilidad en el rodeo.
Un servicio más largo de los 3 meses presenta dificultades para la realización eficiente del tacto rectal (diagnóstico de preñez) porque si se esperan 60 días después de ser retirados los toros para la fecha del tacto, además que muchas preñeces tempranas se detectarán a simple vista, surgen dudas por parte del profesional interviniente con respecto a la edad de las preñeces chicas. Por otra parte, el hecho de detectar las vacas vacías a esa altura del año (al retrasar la realización del tacto), de poco servirá en cuanto a la administración y economía del forraje debido a que las vacías han permanecido en el rodeo hasta prácticamente la época de parición y lo que es más negativo, han pastoreado el forraje de otoño que tiene una importancia relevante durante el invierno. Estas vacas vacías que además de comer, han sido cuidadas, vacunadas, etcétera, no darán ese año ningún beneficio, corriendo, incluso, el riesgo normal de muerte.
Falta de diagnóstico de preñez

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Aunque parezca increíble, en muchos establecimientos de cría no se realiza un diagnóstico de preñez de manera temprana, conociéndose si un vientre está preñado o no, cuando pasados varios meses “revela” su preñez.
El diagnóstico de gestación realizado con posterioridad al servicio es una herramienta de muy bajo costo y de alta efectividad que no sólo permite evaluar la eficiencia reproductiva del rodeo, sino que además ayuda a la toma de decisiones de manejo importantes en forma anticipada.
Saber cuáles vacas están preñadas y cuáles no de manera anticipada permite realizar un manejo más racional del forraje y a su vez decidir la venta de vientres improductivos antes del invierno.
El método más difundido para realizar el diagnóstico de gestación es la evaluación del aparato genital mediante la palpación a través del recto (“tacto rectal”). Este examen realizado por un veterinario a los 45 a 60 días de retirados los toros permite determinar una serie de signos clínicos a nivel del útero que posibilitan definir con una muy alta exactitud si la hembra está vacía o preñada, y en este último caso, el tiempo de gestación.
La ecografía posibilita también realizar un diagnóstico de preñez muy temprano, ya que puede emplearse a partir del día 28 de gestación. Realizada entre los días 55 y 75 de gestación, permite determinar el sexo de la cría con un 99% de exactitud.
Falta de control sanitario en toros y vientres 
Las enfermedades reproductivas ocasionan graves pérdidas económicas en los rodeos de cría, debido a que producen: subfertilidad, infertilidad, interrupciones en la gestación (abortos), repetición de celos y muertes perinatales.
Las enfermedades reproductivas que se identifican con mayor frecuencia en la Argentina son, entre otras: trichomoniasis, campylobacteriosis (ex vibriosis), brucelosis, leptospirosis, Rinotraqueitis Infecciosa Bovina (IBR), Diarrea Viral Bovina (DVB), neosporosis causada por Neospora caninum e infertilidad causada por Haemophilus somnus.
Salvo la trichomoniasis y la neosporosis, responden al control vacunal preventivo propuesto en un adecuado plan sanitario al que deben afectarse las vaquillonas de reposición, los toritos de reposición, los vientres y los toros.
Es indispensable realizar el control sanitario anual a los toros. Consiste en un sangrado para detectar brucelosis y tuberculosis y raspajes prepuciales. Si en estos últimos se detecta algún toro positivo a las enfermedades venéreas más importantes, debe ser eliminado del rodeo inmediatamente. Con el resto de la torada se deben continuar los raspajes hasta que la totalidad de los toros den negativo en tres raspajes sucesivos.
Por otro lado, el control anual a los toros permite observar si se produjeron lesiones u otras patologías (algunas vinculadas a la edad) en el pene mientras estuvieron en la época de servicio o cuando fueron retirados.
No se aconseja que el productor preste el toro a su vecino dado el riesgo de adquirir enfermedades de transmisión sexual. Si se han tomado las medidas correctas realizando los análisis y revisaciones correspondientes y se lo presta a algún vecino y se desconoce en qué condiciones sanitarias se encuentra, puede contraer una enfermedad e ingresarla luego a su rodeo.
Los alambrados tienen que conservarse en perfecto estado para evitar que se produzcan “robos” que propaguen enfermedades. En el campo se llama “robo” a la preñez no deseada.
 
Insuficiente condición corporal para entrar en celo y quedar preñada

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Al realizar el diagnóstico de preñez es normal que el veterinario detecte un porcentaje de vacas que no la presentan (vacías). Descartadas causas sanitarias o por haberse atrasado en el servicio anterior y ser “cola de parición”, la causa más común es una pobre condición corporal.
La condición corporal (C.C.) de la vaca de cría es un método que permite evaluar sus reservas corporales (grasa y músculos) mediante apreciación visual y por la palpación del lomo y de las caderas. Las apreciaciones surgidas de esa revisación se comparan con un patrón preestablecido al que se le ha dado valores numéricos.
Se aplican dos criterios de clasificación de la condición corporal: el inglés y el americano (ver cuadro 1).
El sistema inglés (se utiliza, por ejemplo, en Australia, Canadá y en la Argentina, sobre todo en la Región Pampeana), está formado por rangos de 1 a 5 con ajuste de un cuarto de punto, correspondiendo el 1 a una vaca extremadamente flaca, es decir con una condición corporal mala; el 2 a una condición corporal regular, el 3 a una condición corporal moderada; el 4 a una condición corporal buena y el 5 a una vaca extremadamente gorda
La escala americana (se emplea en la Mesopotamia y en el NEA y NOA argentino) abarca del 1 al 9; correspondiendo el 1 a muy flaca, el 2 a pobre, esto equivale a una condición corporal mala; el grado 3 a regular o delgada, el 4 a vacas límite o condición corporal buena, los rangos 5 (baja), 6 (media) y 7 (alta) se clasifican como óptimas, el 8 (gorda) se clasifica como condición corporal obesa y corresponde a vacas gordas y el 9 (muy gorda o cuadrada) corresponde a una vaca engrasada en exceso.
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El estado o valor umbral o crítico es aquel por debajo del cual la reproducción es afectada.
En la escala de 1 a 9, la vaca de cría debe parir con una condición corporal 5 para que su intervalo parto – primer celo no se prolongue más allá de los 60 a 70 días. Este intervalo se llama anestro posparto.
La duración del mismo depende del tiempo entre el parto y la aparición del primer celo y de la fertilidad de los celos. Ambos factores están afectados por la condición corporal. La condición corporal al parto es el factor determinante en el restablecimiento de la actividad ovárica cíclica en el posparto de las vacas para producción de carne.
La relación es bien definida: a mejor estado corporal, el período de anestro es más corto. Cuanto antes se reinicie la actividad sexual posparto, mayores serán las probabilidades que tendrá el vientre de volver a quedar preñado y también serán mayores las probabilidades de parir temprano.
Si se quiere que los intervalos entre partos no excedan los 365 días (es decir que el vientre para un ternero por año), el anestro posparto debería ser menor de 80 días, de forma tal que la vaca pueda recibir uno o más servicios y quedar preñada antes de los 80 días posteriores al parto, lo que sumado a una duración de la preñez de alrededor de 285 días, permitiría lograr la meta enunciada de un ternero por año.
Cuanto más baja sea la C.C. al parto, más tarde se alzará la vaca y, por lo tanto, mayor será el intervalo parto – primer celo. En un servicio estacionado puede significar que las vacas de preñez “cabeza” pasen a preñez “cola” o que queden vacías porque cuando logran entrar en celo, los toros ya fueron retirados del servicio.

Servicio inadecuado de vaquillonas
En la Pampa Húmeda, el primer servicio puede realizarse cuando las vaquillonas tienen 15 meses de edad, el 65% del peso adulto del promedio de las vacas de las mismas razas del establecimiento, un desarrollo corporal acorde a la edad y haber alcanzado la madurez reproductiva.
Si por sufrir alguna restricción alimenticia o por tener una alta carga parasitaria, no alcanzan el peso estipulado, probablemente no queden preñadas.
Durante el servicio y con posterioridad a él, las vaquillonas deben seguir ganando peso, ya que a los dos años en el posparto, el peso vivo debe ser superior al 80% del peso adulto para que se preñe sin inconvenientes en el 2º servicio. La falla en el 2º servicio, lamentablemente, es un aspecto asumido en numerosos planteos de cría.
 Para realizar un primer servicio exitoso, las vaquillonas tienen que haber alcanzado no sólo la madurez sexual sino también la madurez reproductiva, que es la condición de desarrollo de la vaquillona que permite que la preñez no afecte el desarrollo final del cuerpo de la hembra. La madurez reproductiva se alcanza alrededor de los 14 a 15 meses de edad. Si antes de la madurez reproductiva en las hembras se exige el funcionamiento de los órganos de la reproducción, quedando ésta  preñada, se provoca una depresión en el desarrollo final del cuerpo, atribuible en parte a una alteración que experimenta la funcionalidad de la pituitaria en su actividad reguladora del crecimiento. Así, la hembra sufre un retraso en su crecimiento. Es común observar en el campo que las vaquillonas preñadas por “robo”, no alcanzan el tamaño adulto de las hembras que fueron preñadas cuando ya habían logrado la madurez reproductiva.
Un tema importante es que esta categoría puede presentar problemas de parto (distocias). Para evitarlos, entre otras medidas de manejo, se deben elegir a las vaquillonas con un área pélvica superior a los 140 cm2 y emplear toros con facilidad de parto garantizada (que generen terneros con bajo peso al nacer). De esta manera parirán, sin ayuda, un ternero viable que no va a pesar más de 28 a 30 kg.
Respecto al criterio de selección de vaquillonas para entorar utilizado por los productores durante años fue el peso alcanzado antes del servicio. Todas las hembras que superaban un peso mínimo establecido eran consideradas aptas para la reposición. Pero basarse en este único dato puede conducir a graves errores, como por ejemplo, que no estuvieran ciclando aún. Este tipo de selección, en base a un solo criterio, trajo aparejado varios inconvenientes como:
  1. Aumento del tamaño corporal del rodeo.
  2. Aumento de los problemas de parto (distocias).
  3. Dificultad en la terminación de los novillos antes del 2º invierno.
  4. Incremento de los costos de alimentación al introducir la suplementación.
  5. Dificultad en lograr el peso mínimo en las vaquillonas de reposición.
Criterios para la selección de vaquillonas previa al servicio
Los criterios más importantes y de fácil evaluación para mejorar tanto la fertilidad como la producción son:
  1. Peso corporal.
  2. Frame score (tamaño corporal adulto).
  3. Área pélvica.
  4. Grado de desarrollo reproductivo (G.D.R.).
Previo al entore, alrededor de quince días a un mes antes, se deberá realizar una 2ª selección por peso debido a que pueden existir animales que no lleguen al peso mínimo necesario. De esta manera a los animales que ya tengan el peso, se les puede sumar los que seguramente van a lograrlo, descartando a los que les va a resultar muy difícil. Estos animales pueden ser vendidos con distinto destino. No conviene guardarlos para un entore más tardío, porque se estaría seleccionando de manera contraria a la precocidad.
Las vaquillonas en un servicio a los 15 meses deben alcanzar un peso preservicio mínimo equivalente al 65% del peso adulto de las vacas del establecimiento. Para ello se debió hacer una proyección de la tasa diaria de crecimiento necesaria para lograr dicho peso en el momento adecuado.
Otro aspecto a considerar es el tamaño de las vaquillonas. El frame es una escala que fue creada con la finalidad de predecir el tamaño que tendrá un animal joven al ser adulto, siempre y cuando el crecimiento sea normal y constante. Esta escala va del 1 al 9, según la altura desde el piso hasta el anca del animal a diferentes edades (ver figura 1).
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La revisión preservicio de las vaquillonas es un momento ideal para su medición. Hay que fijarse previamente cuál va a ser el frame deseable para la explotación. Para ello se debe considerar el tamaño de las vacas, de los toros y el objetivo de producción del establecimiento (tipo de producto a comercializar).
La medición del frame se hace en la misma manga y todo animal que supere o no alcance el frame deseado es rechazado (ver cuadro 2).
Es una característica de alta heredabilidad, y por consiguiente, responde a la selección.
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Es muy importante una adecuada conformación y correlación estructural porque contribuyen a una mayor longevidad y están asociadas a una mayor eficiencia del rodeo. En general, los problemas más comunes que afectan a los aplomos y al esqueleto están interrelacionados. Por ejemplo, los vacunos estrechos (poco desarrollo de la región dorso – lumbar) suelen ser cerrados de garrones o presentan otros defectos. Cuando estas afecciones son severas pueden reducir la longevidad de las vaquillonas.
Si bien no es sencillo evaluar detenidamente el sistema mamario de las vaquillonas vírgenes, no resulta conveniente retener aquellas que tengan pezones escasamente visibles o se encuentren encerrados en un nido de pelo largo y tejido graso. También se deberían descartar las hijas de vacas que tienen ubres muy globosas, pendulosas o pequeñas.
La fertilidad (porcentaje de preñez) es una característica de baja heredabilidad, no obstante, no puede ser ignorada en un programa de selección dada su importancia económica.
Al evaluar de manera visual a las vaquillonas, deben rechazarse aquellas que muestren apariencia masculina. También deberían ser descartadas las vaquillonas con apariencia frágil.
Sin embargo, la verdadera garantía de fertilidad para un grupo de vaquillonas es una alta tasa de concepción en el primer celo y una alta tasa de preñez al final del período de servicio. Buenos objetivos serían lograr entre el 60 y el 70% de preñez “cabeza” y más del 95% de preñez total después de un servicio de no más de 60 días de duración.
La medición del área pélvica (A.P.) preservicio permite disminuir los problemas al parto. Cabe aclarar que la principal causa de distocia es una mala relación entre el tamaño de la pelvis de la madre y el tamaño del ternero al nacer. Es decir que cuando el ternero es grande o la madre es chica o ambas cosas a la vez, los problemas al parto aumentan. Por lo tanto, si se descartan aquellas vaquillonas que no alcanzan una medida de A.P. mínima preservicio (por ejemplo: 120 cm2), los problemas se reducen. El área pélvica óptima es de 140 cm2.
Investigaciones realizadas en Nebraska, EE.UU., analizaron la relación entre el A.P. preservicio, peso al nacer (P.N.) de los terneros e incidencia de distocia. Observaron que aquellas hembras que tenían mayores A.P. tenían menores dificultades al parto, aun pariendo terneros más pesados. A partir de ello, relacionaron numéricamente el A.P. y el P.N. mediante la siguiente ecuación A.P./P.N. Cuando el resultado de este cociente era superior a 4,7, las vaquillonas parían normalmente, en tanto que en la medida que el número era menor, aumentaban los problemas al parto (ver cuadro 3).
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La aplicación práctica de esta ecuación posibilita elegir los toros a utilizar según el A.P. de las vaquillonas. Si se divide el A.P. por el “factor de seguridad” (4,7) se obtiene el peso a nacer máximo que pueden transmitir los toros para que no haya problemas. Por ejemplo, una vaquillona con un A.P. de 140 cm2 debería parir sin dificultades un ternero de hasta 30 kg (140%4,7= 30). Se considera que los P.N. superiores a los 30 kg implican un mayor riesgo de presentación de distocias, independientemente del sexo de la cría (son más propensos los casos de distocia cuando la cría es macho, por su mayor tamaño). Si bien depende de la estructura corporal del animal utilizado, se puede especular que un toro de bajo peso al nacer no debería superar los 28 kg para las razas Angus y Hereford para el servicio de vaquillonas de 15 meses.
Se completa la selección preservicio por medio del tacto rectal, descartando vaquillonas que presenten problemas para la reproducción.
La evaluación del tracto genital permite la determinación de la ciclicidad (estructuras ováricas) y del grado de desarrollo uterino. El objetivo es identificar a las vaquillonas que alcanzaron la pubertad tempranamente.
Cuando más temprano empiece a ciclar una vaquillona, mayores serán las posibilidades que conciba a una edad que le permita parir su primer ternero a los 24 meses de edad. La edad para alcanzar la pubertad es moderada a altamente heredable y parece estar positivamente relacionada con la eficiencia reproductiva futura de la vaquillona.
En la Universidad de Colorado, EE.UU., se desarrolló un sistema de evaluación por palpación rectal de los cuernos uterinos y de los ovarios en vaquillonas para la clasificación del tracto genital. Se tiene que realizar un mes antes del primer entore.
Las clasificaciones se situaron entre 1 y 5, siendo 1 infantil y 5 vaquillona ciclando con cuerpo lúteo palpable. Esta calificación mostró ser medianamente heredable por lo que las vaquillonas 1, y probablemente las 2, deben ser rechazadas.
Si la pubertad es alcanzada al menos 6 a 8 semanas antes del comienzo del servicio, las vaquillonas ciclarán tres veces, con lo cual la fertilidad de los celos durante el mismo será normal y por consiguiente con altas probabilidades de concebir. En coincidencia a lo mencionado, investigadores de Montana encontraron que los índices de concepción fueron más altos en vaquillonas servidas en el 3º celo comparadas con aquellas servidas en el 1º.
Este carácter puede ser seleccionado positivamente usando toros de mayor circunferencia escrotal. Se ha observado que las hijas de éstos ciclan más precozmente que las de los de menor perímetro.
La fertilidad de las vaquillonas que entran a servicio habiendo ciclado al menos 3 veces es superior a la de aquellas que lo han hecho sólo una vez.
Por lo tanto, predecir el futuro reproductivo de una vaquillona previo al servicio es una herramienta que permite mejorar la fertilidad del rodeo.
Este sistema denominado Grado de Desarrollo Reproductivo (G.D.R.) se ha adaptado en el país para facilitar la medición y hacer más sencilla su interpretación.
Las escalas de desarrollo reproductivo son las siguientes:
  • Vaquillonas con G.D.R. 1: tienen los órganos reproductivos inmaduros. Están lejos de comenzar su ciclo estral. Se consideran con infantilismo y se eliminan.
  • Vaquillonas con G.D.R. 2: no están ciclando. Los órganos reproductivos tienen un mejor desarrollo que las de G.D.R. 1. Posiblemente la mayoría comience a ciclar en unos 45 días. De acuerdo a la decisión del profesional interviniente, en concordancia con el productor, pueden ser rechazadas.
  • Vaquillonas con G.D.R. 3: son aquellas que están cerca de la pubertad, pero que no han ciclado todavía.
  • Vaquillonas con G.D.R. 4: son aquellas que han ciclado por lo menos una vez. Está basado en la presencia de cuerpo lúteo, en el desarrollo del útero y de los cuernos uterinos.
Los resultados de trabajos realizados en la Argentina por Casaro, G. y Mihura, H. (en 2000) son coincidentes con los resultados obtenidos en los EE.UU. demostrando la estrecha relación existente entre G.D.R. preservicio y la fertilidad lograda (ver cuadro 4).
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Lo ideal es guardar para reposición la mayor cantidad de animales con G.D.R. 4.
Por último, las investigaciones demuestran que el temperamento es una característica transmisible con un rango de mediana heredabilidad. Las hembras con mal temperamento son más difíciles de manejar y las extremadamente nerviosas muestran menores niveles de concepción por inseminación artificial. Por esta razón, es aconsejable descartar las vaquillonas con disposición inadecuada, dado que seguramente serán fuente de problemas de manejo.
El servicio temprano de vaquillonas es una técnica que implica una decisión empresarial de importancia. La misma requiere una serie de condiciones, que si no se cumplen, el resultado puede ser negativo para la empresa.
Para la aplicación con éxito de esta técnica son necesarias determinadas condiciones previas y un seguimiento prolijo de la evolución de los futuros vientres.
Entre las ventajas se encuentran:
  • Crecer con vientres en forma rápida en el rodeo.
  • Mejorar la eficiencia del rodeo al desaparecer una categoría: las vaquillonas de 2 a 3 años.
  • Lograr un mayor número de terneros en la vida útil de la vaca.
  • Beneficio económico – financiero al disponer del ternero alrededor de 12 meses antes.
Como desventajas es importante señalar:
  • Dificultad de los sistemas de cría para mantener buenas ganancias de peso en pasturas durante el invierno para llegar al peso de entore. Investigaciones realizadas en el estado de Kansas (EE.UU.), mostraron que vaquillonas que sólo lograban el 55% de su peso adulto presentaban dificultad en el parto, la muerte del ternero y disminución del porcentaje de preñez en la segunda parición, (Patterson y colaboradores, 1987).
  • Necesidad de suplementación invernal.
  • Mayor posibilidad de que ocurran distocias, las que pueden reducir la ventaja del entore precoz.
  • Menor porcentaje de preñez al segundo entore.
  • Destetan terneros más livianos.
La duración del servicio de vaquillonas no debe ser superior a los 60 días, para ejercer una presión de selección por fertilidad. Al reducir la duración del servicio quedarán preñadas las vaquillonas que gestan con menos oportunidades. De esta forma se impide que hembras subfértiles queden finalmente preñadas al tener más de 3 oportunidades de servicio. Es imprescindible eliminar del rodeo lo más temprano posible a las hembras difíciles de preñar.
Es posible hacerlo en esta categoría, porque a diferencia de las vacas, si son adecuadamente seleccionadas, el servicio comienza con el 100% de las vaquillonas en condiciones de ser entoradas en los primeros 21 días. Todas las vaquillonas estarán en condiciones de entrar en celo en este período.
En la práctica, los productores realizan el servicio de las vaquillonas durante 3 meses. Los motivos esgrimidos son:
  • Darle más tiempo de contacto con los toros debido a que es una categoría que aún está en desarrollo. Razón que oculta ineficiencias del sistema ya que pretenden subsanar la falta de estado como consecuencia de una alimentación deficiente durante la recría, especialmente en el período preservicio.
  • No cambiar la rutina respecto al servicio del rodeo general, sobre todo en los establecimientos que realizan el entore de vaquillonas en primavera donde coinciden las épocas de servicio.
Un concepto erróneo muy arraigado es “a las vaquillonas hay que darles servicio con toros con experiencia”. El peso de un toro adulto es excesivo en la monta a campo de una vaquillona, pudiéndole ocasionar serios trastornos físicos. Ferrari, O. (2020) ha tenido excelentes resultados de preñez al entorar a las vaquillonas de 15 meses con toritos vírgenes de la misma edad. Si el desarrollo de los animales es el adecuado y no han sufrido carencias alimenticias, las preñeces superan al 97%. Esos mismos toros al desarrollarse a las dos o tres temporadas de servicio deben pasar al rodeo de vacas e incorporarse toritos jóvenes para el servicio de las vaquillonas.
El encierre nocturno de vaquillonas es otra práctica innecesaria que demanda horas de trabajo del personal que se pueden emplear en otras tareas productivas. Hay productores que consideran que encerrando a las vaquillonas a la noche en un corral durante la época de servicio, el toro camina menos y tiene a las vaquillas receptivas más próximas para hacer más efectivo el servicio. Como se describirá más adelante la formación de los Grupos Sexualmente Activos (G.S.A.) hacen totalmente innecesaria esta acción.
Atención durante el servicio y el parto
En las vaquillonas, el parto demora más. En las vacas, generalmente, entre 30 a 60 minutos después que se observa la presencia del feto y sus envolturas por la vulva, el ternero nace impulsado por las contracciones uterinas y abdominales de la madre.
En las vaquillonas, este período se demora algo más, entre una hora y media y 2 horas porque el área pélvica no está bien dilatada y al ser una hembra primípara carece de experiencia. Muchas veces se asusta y no puja consistentemente.
En base a ello, se tendrán que implementar recorridas y observaciones en los lotes donde predominan las vaquillonas en parición varias veces en el día, mucho más frecuentes que en los lotes de vacas adultas. Lo ideal es 3 veces por día y si se observa alguna con signos de preparto o trabajo de parto, prestarle especial atención.
Es ideal que los lotes de parición se encuentren en potreros relativamente chicos, altos, secos, sin presencia de montes tupidos ni malezas complicadas (tipo chilca) para que los vientres puedan ser vistos fácilmente durante las recorridas y prestarles ayuda si hiciera falta.
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Otro aspecto importante es que se asignen potreros lo más cerca posible de la casa del responsable de controlar los partos, especialmente en el caso que las que estén próximas a parir, sean vaquillonas.
Es fundamental instruir adecuadamente al personal acerca de cuándo y cómo actuar y en qué momento es necesario llamar al veterinario.
La acción del hombre debe quedar estrictamente limitada a los casos en que es realmente imprescindible. No hay que olvidar que el parto en la especie bovina es relativamente lento (puede durar en total entre 12 a 18 horas), por lo tanto, una de las principales características de los recorredores debe ser la paciencia. El peón debe estar protegido de posibles contagios usando guantes largos de látex y desinfectar todos los elementos que usará para “partear” a la vaquillona, así como también lavar con abundante agua y jabón y desinfectar los tejidos expuestos.
Si no hay un progreso evidente del parto luego de 2 horas después de la aparición de la bolsa amniótica, la parturienta debería ser revisada para determinar la causa del retraso. También debe asistirse si muestra signos de intensa fatiga o de estrés o si se estima que hay alteraciones en la estática fetal, por ejemplo, que la suela de las pezuñas esté dirigida hacia arriba. Los síntomas descriptos se visualizan en el cuadro 5.
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Ante la necesidad de ayuda, dos cosas son imprescindibles: higiene y lubricación.
La higiene minuciosa es de suma importancia para la productividad futura de la madre. Por lo tanto, antes de revisar a la vaca, debe atarse la cola y lavar toda la zona perineal con abundante agua y jabón. También los brazos del operador deben lavarse.
Con respecto a la lubricación, no hay que usar agua con jabón o detergente porque remueven la lubricación natural del canal de parto, sino lubricantes comerciales como la carboximentilcelulosa.
Los elementos necesarios para asistir un parto son abundante agua limpia, baldes, jabón, cepillo, lubricante, 2 cadenas o sogas obstétricas y tintura de iodo.
En primer lugar debe constatarse si la estática fetal es la normal, determinar si el feto está vivo o muerto y si es posible que salga por la vía vaginal. La pregunta clave es si el ternero es capaz de salir por ”tracción forzada”. Es decir, aplicando una fuerza controlada para que salga por la vía natural sin dañarlo a él ni a su madre.
Para realizar la tracción forzada en el potrero es fundamental que la vaquillona esté acostada y sobre su lado izquierdo. Esta posición mejora la aplicación de las fuerzas de tracción, la efectividad de los pujos y permite que la pelvis bascule en cada contracción abdominal (mejora el avance del ternero). El lado izquierdo hace que el rumen quede abajo y de esta manera se faciliten las manipulaciones.
Debe aplicarse una fuerza adecuada y controlada, por lo que conviene desterrar prácticas, lamentablemente, muy arraigadas como atar la soga a la cincha del caballo, al tractor o la camioneta y tirar. La fuerza a aplicar no debe ser mayor a la de 2 hombres y la tracción no sólo debe ser adecuada en intensidad, sino también “controlada”.
En cuanto a su dirección, primero debe ser hacia atrás, paralelo a la columna de la vaquillona y luego hacia los garrones. Con respecto al momento, siempre se debe tirar cuando puja y hacer una pausa cuando descansa. Si la vaquillona se encuentra parada dentro de la manga la dirección es la misma.
Es necesario que el responsable de la intervención dirija la tracción, o lo que es lo mismo, establezca cuándo y cómo tirar. Debe ubicarse al lado de la vaquillona, dando la espalda a su cabeza y entrelazar sus manos por encima de la vulva, presionando en sentido inverso a la tracción para reducir la probabilidad de un desgarro perineal.
Para realizar la tracción forzada hay que colocar una cadena o soga (limpia y desinfectada), de aproximadamente un metro de largo, por encima de cada articulación del nudo del feto. Las fuerzas deben ser aplicadas individualmente en cada miembro y en forma alternada (cada miembro por vez) para facilitar el avance por el canal del parto.
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En caso de que el ternero venga “de manos” (presentación anterior), se deben colocar las cadenas o sogas en los miembros anteriores. Hay que comenzar traccionando el miembro que está por debajo. Tirar hasta que el nudo salga un ancho de mano (10 cm) por fuera de la vulva, sostener y traccionar con la otra cadena. Si avanza es posible un parto vaginal, ya que el mayor diámetro del feto (hombros) ha entrado en la pelvis. Controlar que la cabeza venga posicionada entre las manos inmediatamente detrás de los nudos. En caso de que venga “de patas”, colocar las cadenas por encima de los nudos y tirar ambas extremidades juntas. Si avanza hasta que la articulación del tarso asoma por la vulva hay posibilidades de un parto vaginal. En el cuadro 6 se detallan los pasos a seguir para realizar una tracción adecuada.
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Subestimación del rol que cumple el toro en el rodeo
Muchas veces el toro es subestimado dentro de un rodeo de cría, sin embargo su función es de una importancia fundamental. Si una vaca falla se perderá un ternero, mientras que si el toro falla, los terneros perdidos serán 25 o 30 o hasta 50, dependiendo del porcentaje de toros en el rodeo. Como una de las  posibles soluciones algunos productores proponen la rotación, pero… ¿es conveniente?
Rotación de toros
La rotación de los toros es una técnica que persiste entre algunos criadores de ganado de carne durante la temporada de servicio.
Esta metodología de trabajo estuvo de moda y llegó a imponerse en muchos rodeos de cría.
Los veterinarios y los ingenieros agrónomos reciben permanentemente consultas acerca de sus beneficios e inconvenientes.
Poniendo en la balanza las ventajas y las desventajas, la técnica dejó de ser recomendada y hoy se aconseja incorporar al rodeo de vientres el total de toros el día del inicio de los servicios. 
Existe un mito entre los productores y el personal de los establecimientos que defienden la rotación. Piensan que los toros se van a cansar de caminar en busca de las vacas en celo o bien que “se les va a acabar el semen” si trabajan sin descanso. En pocas palabras, subestiman al toro.
Durante la temporada de entore se forman Grupos Sexualmente Activos (G.S.A.) en los que las vacas que están por entrar en celo montan a las que ya están en ese período. Estas son receptivas y se quedan inmóviles, aceptando la monta. De esa manera, entre las vacas que montan y las que se dejan montar se arman los G.S.A. Esta actividad “homosexual” entre hembras permite que los toros observen (por eso la importancia del control de la vista en las revisaciones preservicio), se exciten sexualmente y comiencen con la actividad de cortejo. 
Este cortejo tiene 2 características principales:
a) Por un lado, la vaca en celo, al ser cortejada, se queda cada vez más quieta cuando la montan.
b) Por otro mecanismo fisiológico, el toro va concentrando su semen y su servicio será más efectivo.
El G.S.A. se forma siempre y cuando el rodeo esté bien alimentado, condición que se refleja en una tasa de celo diaria del 3 al 4%. Al formarse el G.S.A., son las hembras las que atraen al macho para ser servidas, y no es necesario que el toro camine de una punta a la otra del potrero en busca de vacas en celo. De acuerdo con el Dr. Carlos Acuña (2020), el toro mediante la vista detecta a este grupo y se dirige a él donde permanece el 90 al 95% de su tiempo dentro del G.S.A. o en un radio que no supera los 30 a 35 metros. En el caso de un rodeo mal alimentado y con una baja tasa de celo diario o que existan muchos terneros recién nacidos, el toro realiza la detección del celo por medio del olfato.
Respecto a la creencia de que “se les acabe el semen”, Acuña, C. (2020) menciona que en un rodeo bien alimentado y, en consecuencia, cíclico hay una gran actividad sexual durante los primeros 40 a 45 días. En los posteriores 45 días de un servicio estacionado, los toros se van recuperando al haber menos celo por haberse preñado una proporción importante de vientres. Es ideal que la vaca entre al servicio con una condición corporal 5 (escala 1 a 9) y con un ternero de 30 a 40 días de vida. Es de esperar que la preñez de los primeros 45 días oscile alrededor del 80% empleando toros de Muy Alta y Alta capacidad de servicio (C.S.), aspecto que se desarrollará más adelante.
En un toro con una circunferencia escrotal (C.E.) de 35 cm que es un tamaño adecuado promedio, los testículos pesan aproximadamente 460 gramos y el 87% del peso testicular es parénquima testicular. De los 400 g de este tejido testicular productivo, cada gramo de parénquima produce 15 millones de espermatozoides por día, totalizando 6 mil millones de espermatozoides y para fecundar un óvulo solo hace falta uno, lo cual demuestra que en servicio natural es imposible que se le acabe el semen.
En consecuencia, la rotación de los toros (cambiarlos cada semana, por ejemplo) no presenta ninguna ventaja y sí algunas desventajas, entre las cuales se pueden citar:
  1. Pérdida en las horas “hombre” en la rotación semanal o quincenal.
  2. Mayor probabilidad de difundir enfermedades venéreas. Si apareciera alguna enfermedad, la rotación sería la manera más segura de difundirla entre los distintos rodeos.
  3. Las diferencias de veteranía, entendiéndose por ella al tiempo de permanencia de un toro en el rodeo, que influye en lo que se llama orden social dominante (O.S.D.). Si a un rodeo se incorporan toros una vez iniciada la temporada de servicios, los que han estado un tiempo en el rodeo pueden subordinar a los que recién entran a servicio. Al romperse el O.S.D. establecido, se tarda nuevamente unos días en restablecerlo hasta que se imponen las nuevas jerarquías, pudiendo perderse en ese lapso muchos celos, ya que los toros están ocupados en disputas entre ellos, desatendiendo su función específica. 
  4. Como consecuencia del punto anterior, aumenta el riesgo de “fracturas de pene” (hematomas) por peleas, “pechazos” o de lesiones en general.
  5. Se dificulta el uso de edades similares de los toros en cada rodeo al estar rotando los mismos. Ante la escasez de reproductores puede que se ponga un toro de mayor edad (dominante) junto a otros jóvenes que serán subordinados por el primero, que no los dejará montar a las hembras, aunque su libido haya disminuido por edad u otras patologías.   
  6. Se complica la correcta identificación de los toros que se asignan a cada rodeo. La identificación permite luego en el momento del tacto rectal, poder analizar con los resultados de preñez, la eficiencia de ciertos toros en particular. Al estar rotándolos, no se sabe cuáles toros no actuaron bien.
En aquellos rodeos bien organizados, en los que cuando comienza la temporada de servicios han parido todas las vacas y muchas de ellas están ciclando, son fundamentales los primeros 20 a 25 días de servicio.
Excesos en el porcentaje de toros en el rodeo
 Muchos productores emplean un número elevado de toros en su rodeo, porcentaje que se podría disminuir si conocieran su potencial reproductivo o por el contrario creen que tienen un número suficiente de reproductores y resulta que algunos de ellos tienen muy baja libido.
 La capacidad de servicio (C.S.) se define como “el número de servicios que un toro realiza durante un período de entore a campo de 21 días, y puede predecirse con más de un 90% de exactitud por el número de servicios que un toro efectúa en una sencilla prueba a corral durante un lapso determinado”.
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De acuerdo con la cantidad de servicios que un toro lleva a cabo en la prueba a corral durante 20 minutos se los clasifica en 4 categorías: Muy Alta, Alta, Media y Baja C.S. Si bien la prueba dura 10 minutos, el resultado se expresa en 20 minutos mediante la aplicación de una fórmula. La cantidad de servicios que realiza cada toro de acuerdo a su categoría se observa en el cuadro 7.
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Los toros de diferentes capacidades de servicio se comportan de diferente forma durante el servicio.
Los toros de Muy Alta y de Alta C.S. son sumamente activos en la detección de celo y, fundamentalmente, sirven a las vacas en celo 2 o más veces, mientras dure éste.
Utilizando toros de Alta capacidad de servicio se obtiene aproximadamente un 70% de preñez en el primer celo, lo que es lo mismo que tener un 70% de Índice de Concepción (I.C.). Esto significa que si se lesiona un toro es posible retirarlo y no hay necesidad de reemplazarlo, pues a partir del día 21, ese 2 a 3% de toros que comenzaron el servicio se ha transformado en un 7,5% sobre las vacas vacías que quedan en el rodeo.
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Acuña, C. (2020), cree razonable que todo toro que sea retirado dentro de los primeros 15 a 20 días de servicio debe ser remplazado. Por tal motivo es conveniente tener un mínimo de toros suplentes.
Si al final del servicio se observa una vaca en celo, no es conveniente agregar un toro más, ya que muy posiblemente se rompa la dominancia o aumente mucho el porcentaje de toros dentro del rodeo y surjan lesiones debido a las peleas.
El porcentaje habitual de toros en un rodeo va del 2 al 4% (en este último caso se recomienda cuando se realiza un servicio de vaquillonas sincronizado) dependiendo de su capacidad de servicio.
Muchos productores aumentan exageradamente el porcentaje de toros en campos extensos o con topografías complicadas (arroyos, sierras, etcétera) que dicen dificultar el desplazamiento de los mismos, llegando a emplear más del 10%. Algo totalmente innecesario teniendo en cuenta a los G.S.A. como ya se ha explicado.
Los toros dentro del rodeo son una categoría complicada debido a las lesiones que pueden producirse entre ellos y contra el personal, además de provocar roturas de instalaciones y a la necesidad de contar con potreros aislados durante el período de 9 meses que permanecen inactivos. Por tal motivo es conveniente tener solo los necesarios de acuerdo a su capacidad de servicio. Queda claro la ventaja de utilizar toros de Muy Alta y Alta C.S.
Los toros que pasan un tiempo excesivo con una hembra es un tema de preocupación común para los productores. Según observaciones subjetivas, puede ocurrir en las circunstancias siguientes:
  1. Sólo una de pocas hembras se encuentra en celo.
  2. Toro inexperto al comenzar el servicio.
  3. Toro fatigado al terminar la temporada de servicio por no haber colocado el porcentaje adecuado según la capacidad de servicio o por una alimentación deficiente (sequía extrema).
  4. Presencia de una hembra permisiva.
  5. Toros con baja libido tienden a servir a una sola hembra.
La importancia del recorredor 
Por último, es importante hacer mucha docencia con el personal y remarcar la importancia que tiene el mismo durante el servicio.  El recorredor deberá agudizar el poder de observación en el momento de recorrer los rodeos para detectar cualquier anomalía en los toros.
El recorredor debe:
  • Verificar que cada toro pertenezca a ese rodeo y no a otro, luego de haber realizado la distribución de los mismos.
  • Hacerlos trotar para ver si claudican (mirar patas y pezuñas).
  • Observar lesiones en prepucio, pene y testículos.
  • El ideal es poder observar alguna estocada o golpe (servicio) y en ese momento ver su pene exteriorizado, por si hubiera alguna lesión.
  • Ver el comportamiento individual de cada toro. Individualizar a los toros que se apartan del rodeo (“rinconeros”) e identificar si hubiera algún toro agresor, que no se haya detectado durante la prueba de C.S. para sacarlo del rodeo.
  • En el caso de observarse alguna alteración de los puntos anteriores, retirar el toro, y reponerlo sólo si el problema ocurre dentro de los primeros 20 días (se asume que el rodeo está sano y bien alimentado) y si se retira un toro luego de los 20 días de iniciado el servicio, no será necesario reponerlo, siempre que se estén empleando toros de Alta C.S.
  • En algún rodeo donde haya un toro solamente se deberán realizar dos recorridas diarias.
  • A los 40 días de iniciado el servicio se debería notar menor actividad sexual.
  • Nunca rotar los toros. Siempre empezar con el porcentaje asignado y retirarlos todos juntos.
  • Revisar cuidadosamente los alambrados y comprobar si tienen buena llegada de electricidad si se utilizan alambrados eléctricos.
  • Controlar las aguadas y que no falte pasto en el potrero.

Acuña, C. 2004. Manejo de los toros. En Cría Vacuna Eficiente. Ed. La Nación. 1ª Edición.

Acuña, C. 2008. Examen de fertilidad en toros. www.produccionbovina.com

Acuña, C. 2008. Rotación de toros ¡basta de vueltas! www.produccionbovina.com

Acuña, C. 2010. Instrucciones para el recorredor durante el servicio. www.chunivet.com.ar

Acuña, C. 2020. Mitos de la cría vacuna y como derribarlos. www.chunivet.com.ar

Campero, C. 2010. El toro y el servicio. www.produccionbovina.com

Casagrande, H. y Veneciano, J. 2004. La condición corporal como herramienta de manejo en rodeos de cría vacuna. www.produccionbovina.com

Ferrari, O. 2013. Entore precoz de vaquillonas. Parte 2. Claves para el manejo reproductivo. En Ganadería Eficiente. Claves para el manejo productivo. Ed. Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. 1ª Edición.

Ferrari, O. 2013. Entore precoz de vaquillonas. Parte 3. Ventajas y dificultades. En Ganadería Eficiente. Claves para el manejo productivo. Ed. Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. 1ª Edición.

Ferrari, O. 2013. Errores que se siguen cometiendo en el manejo de los rodeos de cría. En Ganadería Eficiente. Claves para el manejo productivo. Ed. Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. 1ª Edición.

Marcantonio, S. 2004. Entore precoz de vaquillonas. En Cría Vacuna Eficiente. Ed. La Nación. 1ª Edición.

Marcantonio, S. 2007. Relación vacas/toros durante el servicio. En Curso de cría organizado por Difusión ganadera.

Mihura, H. (h) y Casaro, G. 2000. Cómo elegir vaquillonas. En Súper Campo, Año 6, Nº 70. Ed. Perfil.

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Oscar Ferrari
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Juan Bolivar Rodríguez blanquet
Universidad de la República de Uruguay (UdelaR)
14 de julio de 2021
Ing. Agr. O. Ferrari Le agradecería que me pueda enviar,si dispone del trabajo, donde cita la relación del área pélvica al servicio y dificultad al parto. Mi tutor de tesis recibió una carta del Dr J. Wiltbank (hace 50 años) donde estudió esa relación. Como se puede imaginar no dispongo de ese trabajo (que creo que nunca fue publicado en una revista arbitrada) ayudado por la pérdida de mi tesis en una de mis mudanzas. Agregaría a su buen trabajo que el peso al servicio depende de la ganancia diaria preservicio que tengan esas vaquillonas. Una tesis (1978) del Ing. Agr. M. Abreu dirigida por el Dr Guillermo Joandet en vaquillonas AA de 2 años (INTA Balcarce) muestran que la edad,peso y ganancia diaria preservicio están interrelacionadas. Datos posteriores con el uso de ecografía y RIA lo confirman. Desde ya muchas gracias Mis saludos
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Pablo Zerbino
17 de mayo de 2021

Excelente Oscar! Muy completo compendio de los factores qué más afectan la producción ganadera con una muy buena propuesta para encarar soluciones.
La actividad ganadera es así, se basa y nutre de la permanente observación y recopilación de información basada en la experiencia del día a día.
Es éste un material para tenerlo cerca y repasarlo con los encargados de las rutinas camperas a medida que se van presentando los momentos de cada una.

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Carlos Martín Acuña
9 de octubre de 2020
Oscar excelente tu artículo y muy prolijamente desarrollado. Te mando un gran abrazo y gracias por un aporte tan valioso. Chuni
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Arnoldo Hernandez
6 de octubre de 2020
Su publicación es todo un compendio de zootecnia que desgraciadamente NO se aplica en mas de un 90% de las explotaciones ganaderas, de México, también de su país y creo que seguramente en muchos mas. Si de lo publicado iniciaran los ganaderos tradicionales con solamente realizar diagnóstico reproductivo y posterior lotificación, sería marcada la mejoría reproductiva que iban a experimentar, ya hablar del resto de su publicación sería una utopía en la mayoría de los casos.
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Hector Montemayor
29 de mayo de 2023
Excelente documento relacionado con la actividad de cría de ganado, sustentado en estadísticas, que lo hacen más confiables. Escrito en lenguaje relativamente sencillo que lo hace accesible a todos y recalca algo muy importante como lo es la parición anual del hato ganadero. Es un documento a consultar y re leer tanto para los que están en la actividad como los que se inician. Felicitaciones.
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Mario Dubon
28 de septiembre de 2021
Ing Oscar, muy interesante su artículo. Desde Comayagua, Honduras, reciba mi afectuoso saludo. Atte Ing Mario Dubon Arias
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Marcelo Rojas Panelo
17 de agosto de 2021
Muy bueno el informe Oscar. El destete precoz es una muy buena herramienta, y me ha dado muy buenos resultados en un campo en corrientes. Se logró mejorar 15% en la preñez del segundo servicio. Es fácil y de bajo costo. Con respecto al área pélvica , es bueno considerar una área adecuada, pero cuidado en seleccionar animales por área pélvica más grande , porque indirectamente , seleccionamos por tamaño animal más grande
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Felix Martinez
26 de noviembre de 2020
Felicitaciones y gracias!!!
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RICARDO VÁSQUEZ ALDAPE
14 de noviembre de 2020
Si.....sigan revisando los errores que por tradición o ignorancia se cometen en los ranchos o ejidos de México o en los rodeos de argentina y otros países, y sigan planteando cambios de manera tan clara como en este articulo. Se necesita difundir mucho todo esto, como si fuera pandemia....(??). Felicidades...Ricardo Vásquez Aldape, de México....
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Rigoberto Montes
13 de octubre de 2020
hola. muy acertado el articulo. muy bueno, util para quitarnos algunas ideas locas del tradicionalismo. muy bueno.
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