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Gastroenteritis verminosa de los rumiantes. Parte 2

Publicado: 6 de abril de 2018
Por: Cesar Fiel, Pedro Steffan, Diego Ferreyra.
DIAGNÓSTICO
Las técnicas que se utilizan mayoritariamente en la práctica para el diagnóstico de las enfermedades parasitarias en los rumiantes han sido descriptas en el manual Diagnóstico de las parasitosis más frecuentes de los rumiantes: Técnicas de laboratorio e interpretación de resultados (Fiel y col. 2011) elaborado en el marco del programa Control Parasitario Sustentable (CPS).
CONTROL DE LAS PARASITOSIS GASTROINTESTINALES
a) Introducción
Los conocimientos sobre la epidemiología de los parásitos internos con mayor importancia económica contribuyen a ordenar los principios en los que se basan los programas de control.
Se debe tener en cuenta también, que la epidemiología marca la tendencia de evolución de la enfermedad parasitaria en los animales y pasturas de un área agroecológica determinada, pero hay que considerar que cada sistema de producción tiene su propia problemática y en consecuencia, pueden existir establecimientos cercanos con similares planteos de producción, pero con diferentes problemas parasitarios.
El control de los parásitos debe ser entendido como una herramienta que contribuye a mejorar los niveles de producción. Como tal, debe proyectarse un sistema racional basado en la epidemiología y bioecología de los parásitos, sumado al convencimiento que la erradicación de la enfermedad en el campo es al presente imposible.
Es por esto, que en el equilibrio de convivir con los parásitos pero con pérdidas mínimas en el sistema de producción, es fundamental, la programación integral del control desde el momento en que los animales comienzan el período de engorde.
La materialización de los programas de control se encuentra facilitada por la existencia de una variedad muy grande de productos antihelmínticos con alta eficacia contra los nematodes de mayor importancia económica. No obstante, se deben tener en cuenta algunas consideraciones para la elección y utilización del antiparasitario más apropiado:
  • Correcto diagnóstico y caracterización del problema parasitológico. 
  • Espectro requerido de eficacia antiparasitaria. 
  • Efecto ovicida y persistencia de la actividad antiparasitaria. 
  • Vía de administración del producto. 
  • Calidad y precio del antiparasitario.
Es habitual que para productores y profesionales, la mayor preocupación gire en torno a las cualidades terapéuticas y precios de los distintos productos específicos. Sin embargo, la realidad indica que las mayores pérdidas de producción se deben a errores en la programación del control.
Es necesario también considerar, que la correcta elección de un producto, evitará fracasos inesperados durante el desarrollo de un apropiado programa de control.
Si bien es cierto que se considera “al control de las parasitosis gastrointestinales como tecnología de bajo costo y alto impacto productivo”, un considerable número de ganaderos ha tomado a su cargo el control parasitario tras un falso concepto de practicidad, simplificación y economía, prescindiendo de los profesionales veterinarios.
Muchos de ellos, especialmente los de sistemas de producción intensiva, se han inclinado por los “tratamientos antihelmínticos supresivos”, que se aplican intensivamente durante todo el año, en la mayoría de los casos con una frecuencia mensual.
El manejo irracional de antiparasitarios, especialmente cuando los niveles de contaminación e infectividad de las pasturas son bajos, se reconoce como la principal causa de resistencia antihelmíntica.
En general, el control racional de la parasitosis gatrointestinal en sistemas intensivos de producción, trasciende ampliamente los conceptos tradicionales o simplistas que se manejan en la práctica.
 
b) Antihelmínticos disponibles para bovinos y ovinos
El tratamiento razonablemente exitoso de los nematodes internos de los ovinos y bovinos se originó a partir del descubrimiento y comercialización de la fenotiazina en 1940 y la piperazina en 1954 como pioneras en el comienzo de los principios activos modernos de “amplio espectro”.
Problemas relacionados con los bajos límites de seguridad –relación dosis/toxicidad- o con el limitado espectro de eficacia, motivaron el rápido progreso de la industria farmacéutica entre 1960 y 1980 que dio lugar al descubrimiento de las tres clases de compuestos con distinto modo de acción:
a) Benzimidazoles.
b) Imidazothiazoles.
c) Lactonas macrocíclicas.
Actualmente, casi la totalidad de los antihelmínticos modernos provienen y derivan de esas tres clases de compuestos, caracterizados por la inocuidad y el “amplio espectro” de eficacia.
Después de casi 30 años sin nuevos desarrollos fue lanzado recientemente un nuevo grupo químico, el monepantel, un derivado aminoacetonitrilo (AAD). No obstante, está indicado solamente para su administración en ovinos.
El desarrollo de resistencia a los antihelmínticos modernos, sobre todo en los sistemas de producción de ovinos, ha llevado a que se utilicen en esa especie derivados órganofosforados (napthalofos y trichlorphon) que tienen un “espectro medio” de acción, e implican un riesgo debido a su elevada toxicidad.
Finalmente, también se han desarrollado principios activos con propiedades antihelmínticas pero de “espectro acotado” cuya administración a los animales es casi específica para el tratamiento de un determinado parásito y la enfermedad que produce; en esta categoría se pueden mencionar el closantel, triclabendazole, praziquantel y clorsulon como los más importantes.
Las lactonas macrocíclicas están representadas por el grupo de derivados conocidos como avermectinas y milbemicinas. El efecto sobre los parásitos lo ejercen por la estimulación y apertura permanente de los canales de cloro en las membranas de las células nerviosas, inhibiendo el sistema de control de la actividad muscular en la faringe, estructura muscular del cuerpo y del útero de los nematodes. Esto deriva en una parálisis flácida del parásito que es eliminado del hospedador por la imposibilidad de permanecer en el ambiente en el que se aloja.
Los benzimidazoles se adhieren a los receptores de tubulina provocando un desorden de la homeostasis intracelular, llevando finalmente a la muerte del parásito por desnutrición. Este efecto está principalmente asociado con la desaparición de los microtúbulos que son esenciales en varias funciones de las células, como el transporte de nutrientes y el mantenimiento y división de la estructura celular. Los benzimidazoles muestran una afinidad muy alta a la tubulina de los invertebrados en comparación con la de los mamíferos lo que explica la importante seguridad cuando se los administra a los animales.
Los imidazothiazoles y tetrahydropirimidinas afectan los receptores nicotínicos de acetilcolina cambiando la permeabilidad de la membrana post-sináptica y generando una parálisis rígida de los nematodes. A dosis altas, también inhiben directamente la acetilcolina. Estos efectos no son ejercidos solamente sobre el parásito sino que también lo pueden hacer sobre los receptores del hospedador. El levamisole es hidrosoluble y cuando la dosificación es cercana al doble de la indicada se pueden producir severos efectos colaterales después del tratamiento. También se han descripto efectos inmuno-moduladores activando la linfoblastogénesis en bovinos y la producción de anticuerpos.
Los derivados del amino acetonitrilo intervienen a nivel de la placa sináptica en la unión nerviosa con la estructura muscular sobre los receptores nicotínicos de acetilcolina. El modo de acción es similar a los imidazothiazoles pero actúan en una subunidad de receptores diferentes, lo que hace que sean eficaces aún en cepas de nematodes resistentes a levamisole. Debido a que la subunidad de receptores donde actúa es exclusiva de los nematodes, el tratamiento de mamíferos con monepantel resulta inocuo para los ovinos aunque la dosis sea aumentada varias veces.
Las salicylanidas actúan contra los estadíos adultos de Fasciola sp. y el modo de acción no ha sido muy definido, aunque puede haber una combinación de efectos sobre el metabolismo del parásito sobre la fosforilzación oxidativa- e interferencias en la transmisión nerviosa. El praziquantel es la droga de elección para el tratamiento de los cestodes debido al daño y aumento de la permeabilidad que genera en el tegumento de los segmentos anteriores del parásito. Este efecto conduce a desordenes metabólicos y fuertes contracciones de los músculos tegumentales seguido por parálisis de los parásitos.
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c) Objetivos del control de parásitos
En los establecimientos agropecuarios existen objetivos complementarios que deben ser priorizados de acuerdo con la gravedad del problema parasitológico.
En términos generales, se puede establecer una estrategia gradual que involucre:
  • La eliminación de la presentación clínica de la enfermedad parasitaria en los animales.
  •  La disminución de las pérdidas subclínicas de las categorías animales en crecimiento y desarrollo. 
  • El mantenimiento de la eficacia de los antiparasitarios. 
  • El control integrado de las enfermedades parasitarias.
d) El control de las infecciones parasitarias de los bovinos durante el pastoreo
 
Para comenzar a desarrollar este tópico se deberían establecer con mayor precisión los alcances de algunas definiciones que usualmente son utilizadas en el control de las infecciones parasitarias. Esto ayudará a dimensionar el encuadre técnico de las prácticas profesionales una vez inmersos en la atención y solución de este problema sanitario.
 
El conocimiento del ciclo biológico de los nematodes, la biología de los estadíos de vida libre y la variación anual del parasitismo en los animales ha permitido detectar los momentos oportunos o sensibles para administrar los tratamientos a los animales. Luego de realizado el diagnóstico, el criterio profesional definirá las opciones de tratamientos en base a los principios de control de las infecciones parasitarias mediante el uso de antihelmínticos.
 
En la práctica, el desarrollo de los principios de control mediante el uso de antihelmínticos persigue como objetivos centrales:
 
1. Disminuir el riesgo de exposición a las infecciones parasitarias en las pasturas (tratamientos estratégicos o preventivos).
 
2. Minimizar las pérdidas productivas en animales bajo pastoreo con alta infectividad de nematodes trichostrongylideos (tratamientos tácticos o curativos).
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Debe dejarse claramente establecido que ambos principios no son excluyentes. Por el contrario el profesional decidirá, según el caso, la aplicación de uno u otro, o más frecuentemente su utilización complementaria.
 
1. Tratamientos antihelmínticos Estratégicos o Preventivos
Luego de sorteada la parasitosis clínica y reducidas al mínimo las pérdidas subclínicas de peso, se debería intentar reducir la infectividad de las pasturas.
Teniendo en cuenta las estaciones del año en las cuales se produce la mayor contaminación de las pasturas con huevos de parásitos –otoño y primera parte del invierno- los tratamientos estratégicos deberían ser indicados a partir del destete, cuando la carga parasitaria de las praderas proviene mayoritariamente del ciclo de producción anterior y es relativamente baja.
De no mediar tratamientos, durante ese período la enfermedad recicla rápidamente en animales y pasturas. En consecuencia, disminuyendo la contaminación de los potreros con huevos (“siembra”) se limitará también la cantidad de lombrices en los pastos (infectividad) desde fines del otoño en adelante. De esta manera, se beneficiará a los animales con bajos niveles de infección en el campo y se asegurará una ganancia de peso acorde a la disponibilidad y calidad del forraje ofrecido.
Los tratamientos antihelmínticos se administran con una frecuencia que asegure la interrupción de la postura de huevos por parte de las hembras adultas establecidas en el tracto digestivo de los animales.
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El intervalo entre los tratamientos se establece sobre la base del poder residual del producto utilizado, 2-3 días para benzimidazoles y 21-28 días para los endectocidas- a lo que se suma el período de prepatencia de los nematodes -21 días-. Así, el levamisole y los benzimidazoles deberían aplicarse cada 3-4 semanas y los endectocidas cada 5-8 semanas
Si bien este régimen reduce drásticamente la infectividad de las pasturas, ya en el primer año de implementación, debe necesariamente ser supervisado por un profesional que efectúe los ajustes precisos para cumplir con el doble propósito de optimizar los resultados con el menor número de desparasitaciones. De lo contrario, coexiste alto riesgo de desarrollo de resistencia antihelmíntica.


2. Tratamientos antihelmínticos Tácticos o Curativos
Los tratamientos antihelmínticos tácticos o curativos se administran a los animales que están expuestos a altos niveles de infectividad en las pasturas. El objetivo de este principio es revertir los cuadros clínicos de gastroenteritis verminosa o minimizar las pérdidas en producción durante el pastoreo.
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La eficiencia de este tipo de tratamientos sobre la productividad de los animales es variable, dependiendo principalmente de la frecuencia con que se apliquen, el espectro de eficacia o persistencia del efecto antihelmíntico, y sobre todo de la participación profesional en los seguimientos de campo. Desde el punto de vista epidemiológico no se modifica significativamente la infectividad en las pasturas, dado que el objetivo central es proteger a los animales.
 
Dentro de Tratamientos antihelmínticos Tácticos o Curativos se pueden identificar tres categorías de tratamientos:
a) Tratamientos SINTOMÁTICOS
Los tratamientos sintomáticos han sido tradicionalmente aplicados a los animales durante décadas. En este caso, los signos y síntomas clínicos evidentes de la gastroenteritis parasitaria como son la diarrea, pérdida de estado, debilitamiento, edemas, pelo arratonado, enfermedades concomitantes, etc., determinan la decisión del productor para realizar el tratamiento antiparasitario o la consulta al veterinario para confirmar el diagnóstico y aplicar el tratamiento.
Ante tratamientos sintomáticos, los animales usualmente responden con una mejora relativamente rápida. No obstante, debe tenerse en cuenta que cuando la parasitosis se hace clínicamente evidente, las pérdidas subclínicas previamente acumuladas son muy significativas, pudiendo llegar a 40-50 kg por animal.
Por esta razón, los tratamientos sintomáticos son totalmente desalentados en el sistema de producción. Además, no impiden la peligrosa contaminación de las pasturas con huevos lo que asegura niveles altos de infectividad parasitaria a través de los distintos ciclos de producción.
b) Tratamientos PRE-FIJADOS
En esta categoría de tratamientos se agrupan aquellos que se ejecutan de rutina, basados en su aplicación arraigada y el conocimiento epidemiológico, sin la necesidad de un diagnóstico previo. En tal condición se hallan la desparasitación al destete y la de fin de año.
La desparasitación “al destete” se justifica en la eliminación de las cargas parasitarias provenientes de la crianza, que podrían ejercer su efecto por la situación de estrés generada por el destete. Por otra parte, en animales de compra, es recomendable para evitar el ingreso de cepas posiblemente resistentes a los antihelmínticos.
La desparasitación “de fin de año” se recomienda con un sentido profiláctico, para evitar el efecto productivo de la ostertagiosis Tipo II durante el verano. Se recomienda el tratamiento a fines de noviembre con una droga efectiva sobre larvas inhibidas (benzimidazoles o lactonas macrocíclicas). Tal recomendación se basa en la imposibilidad diagnóstica con métodos de rutina (solo con sacrificio y digestión de mucosa gástrica) y en el hecho ventajoso de tratarse de un fenómeno estacional.
También podrían agruparse aquí, una serie de indicaciones que prescinden del profesional veterinario, y que no contemplan las variaciones epidemiológicas generadas por el clima. Al igual que los tratamientos estratégicos, este tipo de tratamientos fijos muy divulgados comercialmente, se asientan en la epidemiología de las infecciones parasitarias. Sin embargo, resulta prácticamente imposible establecer la eficacia de los mismos debido a que las variaciones climáticas pueden influenciar significativamente las tendencias epidemiológicas locales, retrasando o adelantando los cursos frecuentes de las infecciones en animales y pasturas. De este modo, tales tratamientos, pueden quedar desfasados de los momentos que oportunamente hubieran sido óptimos. Una exageración simplista y altamente peligrosa de tal concepto lo constituyen los tratamientos mensuales o sistemáticos.
 
c) Tratamientos basados en SEGUIMIENTO PRODUCTIVO Y DIAGNÓSTICO
El monitoreo del curso de la infección parasitaria y la productividad del sistema permite ajustar el control de la enfermedad.
En el análisis para aconsejar el tratamiento a los animales se tienen en cuenta la excreción de huevos en la materia fecal (H.p.g.), la identificación de la participación proporcional de los géneros parasitarios a través de coprocultivos, la estimación de la infectividad de las pasturas (L3/ kilo pasto seco) y la diferencia en la ganancia de peso entre grupos de animales afectados al seguimiento productivo. La información parasitológica y productiva del sistema es puesta en el marco de las tendencias epidemiológicas locales y de esta manera, se pueden tomar decisiones del momento y además, analizar prospectivamente las acciones a seguir para el control eficiente de la enfermedad.
El conteo de H.p.g. en materia fecal es una herramienta sencilla y económica para el diagnóstico de helmintiasis aunque tiene ciertas limitaciones para la detección temprana del efecto parasitario subclínico de las gastroenteritis parasitarias. La ausencia de un determinado conteo que establezca la necesidad de desparasitar se debe a que, si bien en animales menores de un año la correlación con la carga parasitaria es buena (0.70), hay una amplia variación dada por los diferentes niveles nutricionales, el tipo de forraje, los niveles de exposición previa, las razas, el sexo, etc. Por lo tanto, se hace necesaria la utilización de información complementaria (anamnesis y epidemiología), además de otras técnicas diagnósticas complementarias que permitan detectar tempranamente el “efecto parásito”.
El conteo de larvas infectantes en el pasto contribuye a estimar el riesgo al que estarán expuestos los animales, colaborando en la decisión de la aplicación del tratamiento antiparasitario cuando los datos de H.p.g. no son concluyentes. Se considera que niveles por encima de las 500 larvas/kg de pasto seco son suficientes para que se afecte la ganancia de peso vivo.
También ha demostrado gran utilidad en la detección temprana de las pérdidas subclínicas, la medición de la diferencia de ganancia de peso de un grupo desparasitado mensualmente con respecto al resto del lote, ya que muchas veces pueden estar ocurriendo pérdidas de peso con niveles de H.p.g. bajos. Este método se basa en una pesada mensual a dos grupos de animales, uno desparasitado mensualmente y otro que representa al resto del rodeo. Cuando la diferencia de los promedios de peso entre grupos es mayor a 2-3 kg, se realiza el tratamiento antiparasitario a todo el lote de animales que pastorea el mismo potrero.
La combinación de parámetros parasitológicos y productivos resulta práctica y eficiente en el control de las infecciones parasitarias de sistemas de producción de base pastoril. Los sistemas de alarmas zonales de riesgo parasitológico se han basado centralmente en esos parámetros, contribuyendo a la participación del veterinario, al control eficiente y al uso racional de antiparasitarios.

e) Métodos que combinan tratamientos antiparasitarios con medidas de manejo
Los principios de control de las infecciones parasitarias en sistemas pastoriles de producción basados exclusivamente en la utilización de antihelmínticos han demostrado ser exitosos en sus objetivos, pero han acarreado algunos problemas colaterales:
  • Se constituyeron en recetas para el productor desalentando la actuación profesional 
  • En el principio estratégico de aplicación de antiparasitarios se puede acelerar significativamente el desarrollo del fenómeno de resistencia a los diferentes grupos químicos 
  • La variación climática entre años puede cambiar drásticamente la biología parasitaria y por lo tanto, la oportunidad de los tratamientos antiparasitarios.
En este sentido y para evitar o mitigar esos efectos colaterales, producto también de la masiva utilización de los mismos principios activos, se ha alentado la implementación de un programa integrado de control de endoparásitos que contemple no solamente las tendencias epidemiológicas de las infecciones parasitarias, sino también, los beneficios que significan para el sistema la planificación de una cadena nutricional con bajos niveles de infectividad.
 
PROGRAMA INTEGRADO DE CONTROL DE ENDOPARÁSITOS

El Programa integrado de control de endoparásitos, combina la aplicación de tratamientos antihelmínticos tácticos o estratégicos, con medidas de manejo que permitan ofrecer a los animales pasturas poco contaminadas o infectadas.

Para lograr una buena planificación de la cadena forrajera es necesario conocer y ordenar las distintas alternativas de pastoreo según el nivel de riesgo parasitario. A modo de ordenamiento general se pueden conceptualizar como sigue: 
 
  • Pasturas de alto riesgo: generalmente son pasturas viejas o pastizales naturales donde pastorearon categorías jóvenes (recría-invernada) con altas cargas de parásitos o con presentación de casos clínicos. 
  • Pasturas de riesgo medio: son pasturas nuevas bien manejadas que presentan una infectividad relativamente baja, como las que han sido pastoreadas por animales adultos o animales jóvenes con un buen plan de control. 
  • Pasturas de bajo riesgo: casi no presentan larvas, son las que usualmente provienen de laboreos de la tierra como son los verdeos o rastrojos.
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Por otro lado, y en situaciones comprometidas en cuanto a los niveles de contaminación y/o infectividad de una pastura, se dispone de varias alternativas para lograr atenuarlas o bajarlas a niveles compatibles con el sistema de producción, entre las que se encuentran:
  • Descanso de las pasturas: permite  reducir significativamente la cantidad de larvas aunque esa reducción difícilmente llegue a cero; usualmente, es necesario un prolongado período de tiempo para que sea efectivo.  En nuestro país se propone aprovechar las condiciones climáticas de veranos tórridos que, sumado a laboreos que logren reducir la cobertura del forraje (cortes destinados a reservas), producen una gran mortandad de larvas libres en la pastura.
  • Pastoreo alternado con distintas especies: esta basado en que la transmisión cruzada de los parásitos entre distintas especies es muy restringida lo que permite la eliminación paulatina de la mayoría de los géneros parasitarios específicos de cada una de ellas. Lo habitual es alternar bovinos con ovinos.
  • Pastoreo alternado con animales de la misma especie: Se utilizan los animales adultos para que, como producto de su inmunidad, disminuyan la contaminación e infectividad de las praderas.
Los programas integrados de control encuentran en las explotaciones agrícola-ganaderas, el mayor número de alternativas para brindar, a los animales, forrajes con baja carga de larvas infectantes producto de la disponibilidad de rastrojos, verdeos y pasturas a largo del año.
 
f) El control de nematodes internos en los sistemas de producción de leche
 
Desde el punto de vista etiológico, comportamiento bioecológico y epidemiológico de los nematodes, los sistemas de producción de leche presentan en general, una problemática similar a las descriptas para el ganado de carne aunque, como ya fue expresado, más prolongada en el tiempo.
 
Sin embargo, los efectos de los nematodes sobre la producción de leche son variables y dependen principalmente, de la proporción en que las pasturas permanentes y sus niveles de infectividad, intervienen en la dieta de las vacas.
 
Con esa observación, se puede esperar una respuesta positiva al tratamiento antiparasitario aplicado previamente al parto en vaquillonas y vacas de tambos, donde las pasturas -contaminadas/infectadas- intervienen en gran proporción en la dieta de los animales. Durante la lactancia, puede también observarse una respuesta positiva al tratamiento antiparasitario -teniendo cuidado con el retiro del producto en la leche-, aunque los resultados no son en general consistentes de acuerdo con la información bibliográfica a nivel internacional.
 
Las etapas de cría, recría y engorde de las terneras de reposición del tambo, deben ser consideradas de alto riesgo. Se torna necesario planificar los programas de control de acuerdo con el riesgo de cada establecimiento en particular y teniendo en cuenta los conceptos epidemiológicos, bioecológicos y terapéuticos descriptos para el ganado de carne.
 
Además, se debe considerar que para que la vaca lechera alcance su máxima expresión productiva, debe tener un crecimiento y desarrollo óptimos durante las etapas en que precisamente son más susceptibles a las parasitosis internas
 
g) El control de nematodes internos en los sistemas de producción de ovinos
 
Los antecedentes sobre el uso de antihelmínticos en ovinos indican que el aumento de la frecuencia de tratamientos y la administración innecesaria en épocas donde la población parasitaria en el “refugio”- estadíos de vida libre de los nematodos (huevos y larvas)- en el ambiente es mínima, acelerará notablemente la aparición de resistencia al principio activo que se utilice.
 
Además, existen géneros parasitarios particularmente Haemonchus spp. que pueden ciclar varias veces a lo largo del período más cálido y húmedo del año, por lo que un aumento en la frecuencia de tratamientos generará una mayor posibilidad de selección hacia la resistencia antihelmíntica.
 
Se debe tener en cuenta que en este género el ciclo parasitario es menor a 3 semanas y en el ambiente, los huevos pueden llegar a larvas infectivas (L3) en menos de 1 semana, lo que implica que en dos meses de pastoreo pueden desarrollar tres generaciones completas del parásito.
 
Los establecimientos de producción ovina se encuentran en la mayoría de los casos con severas complicaciones debido a las fallas en los tratamientos antiparasitarios como consecuencia del fenómeno de resistencia. Sin embargo, en muchos de ellos, el diagnóstico de las fallas es casi exclusivamente clínico y basado en que los animales siguen con diarrea o con anemias prolongadas después de los tratamientos.
 
En esta situación, se debería recomendar el desarrollo de una prueba sencilla como lo es la reducción del conteo de huevos de nematodos en la materia fecal de los animales después de administrados los tratamientos (TRCH) con los 3-4 grupos de antiparasitarios disponibles en el mercado.
 
De esta manera, se podrán identificar el/los antiparasitarios que todavía conservan su eficacia y tenerlos como alternativas para ser incorporados en un esquema de tratamientos donde se pueda rotar entre ellos a lo largo del año. Lo óptimo es que la eficacia clínica a través del TRCH supere el 95%.
 
Los compuestos que ya no tienen eficacia se deben descartar por unos cuantos años teniendo en cuenta que la “memoria genética” persistirá por un tiempo que no se puede precisar y que depende de la proporción en que se encuentren distribuidos los genes que comandan la resistencia (homocigosis / heterocigosis).
 
Una vez identificados los antiparasitarios que podrán incorporarse al esquema de rotación de tratamientos, se deberían identificar los momentos fisiológicos/productivos de los animales en los cuales la eficacia del tratamiento antiparasitario se torna imprescindible


A diferencia del vacuno los ovinos son susceptibles a los nematodes internos durante toda su vida y especialmente en los momentos en los cuales los requerimientos fisiológicos o los condicionantes de stress (parto, lactancia, etc.) pueden facilitar el daño de los nematodes.
 
En este sentido, surgen claramente cuales son los momentos y las categorías de la majada estratégicamente importantes para aplicar los tratamientos:
 
1. Corderos al destete
2. Borregas en el preservicio
3. Ovejas en el preparto
4. Carneros en el preservicio
 
Se pueden identificar otras oportunidades adicionales como:
 
5. Borregas al fin del servicio
6. Corderos a la señalada
7. Ovejas al destete
8. Capones durante la recría
 
Todas estas referencias son orientativas y se debe tener en cuenta que el asesoramiento profesional junto al diagnóstico de la enfermedad parasitaria a través del análisis de materia fecal incluyendo el coprocultivo, constituyen el procedimiento más racional para controlar efectivamente las infecciones parasitarias y prolongar la vida útil de los antiparasitarios.
 
Durante los períodos cálidos, Haemonchus contortus puede ciclar muy rápidamente en animales y pasturas generando cuadros clínicos agudos/subagudos de anemia que pueden conducir a la muerte de ovinos sin distinción de categorías y con la característica que los animales presentan buen estado corporal y rara vez diarrea
 
Además de la necropsia, que confirma la parasitosis si se encuentra una abundante cantidad de lombrices al abrir el cuajo, la inspección de la mucosa conjuntival permite determinar e identificar de manera individual la gravedad del cuadro en los animales que componen la majada o categoría afectada. La valoración del nivel y seriedad de la infección por H. contortus a través de un rasgo clínico como lo es la revelación de la anemia en la mucosa conjuntival del animal parasitado, se denomina FAMACHA, por las siglas de quién lo desarrolló en Sud Africa, Francois (Faffa) Malan Chart (tabla de referencia en inglés). La apropiada interpretación clínica de los niveles de anemia permite determinar el tratamiento al animal que realmente lo necesite, minimizando la utilización de antihelmínticos y retardando el desarrollo del fenómeno de resistencia.
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RESISTENCIA DE LOS NEMATODES A LOS ANTIHELMINTICOS

Conceptos generales
Como resistencia antihelmíntica se reconoce a la capacidad de los parásitos de sobrevivir a principios activos y dosis que han sido probadamente eficaces. Resistencia debe diferenciarse de tolerancia y de falta de eficacia.
Con el término tolerancia se indica el porcentaje de nematodes que originalmente sobrevive a un determinado principio activo. A título de ejemplo la tolerancia del género Cooperia a la ivermectina es del orden del 2% porque la eficacia inicial sobre este género fue del 98% (95/ > 99% dependiendo de la especie).
En tanto que falta de eficacia puede abarcar a la resistencia, pero en general, se refiere a problemas de dosificación, de aplicación y/o de calidad de producto.
La resistencia a compuestos con actividad antihelmíntica se ha producido más rápidamente en regiones del mundo como Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Sudamérica, cuyas condiciones climáticas y sistemas pastoriles permiten las reinfecciones continuas y donde los programas de control se basan en la utilización frecuente de antihelmínticos.
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Si bien se citan una serie de causas que inducen al desarrollo de resistencia antihelmíntica, las principales se centran en la alta frecuencia de tratamientos, uso indiscriminado de antiparasitarios y la falta de rotación de principios activos. Podría agregarse el riesgo que representan en las condiciones antedichas las formulaciones de efecto prolongado
Cualquiera sea el método utilizado para la detección de resistencia antihelmíntica, la correcta anamnesis se impone como un elemento imprescindible para establecer la posibilidad cierta de resistencia. Es primordial la información acerca de la categoría animal, manejo del pastoreo, plan sanitario, pero por sobre todo resulta fundamental el historial de desparasitaciones de los últimos 2-3 años, donde se detalle minuciosamente la frecuencia de uso, los principios activos, el nombre comercial y las dosis utilizadas.
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Diferentes métodos han sido desarrollados para la detección de resistencia antihelmíntica, que abarcan test in vivo e in vitro, pero sin dudas el más simple, económico y práctico de todos ellos (en términos de la actividad profesional a campo) es el test de reducción del conteo de huevos (T.R.C.H.) en materia fecal con un doble muestreo, uno al momento del tratamiento y otro a los 15 días del mismo. El coprocultivo permitirá además, conocer los géneros sospechados de resistencia.
Establecida una disminución de la sensibilidad de las poblaciones parasitarias a través del T.R.C.H., el test de eficacia controlada (T.E.C.) permitirá establecer cual es el grado de resistencia antihelmíntica
 
Acciones para limitar el desarrollo de resistencia a los antihelmínticos 
Si bien el desarrollo de vacunas a helmintos y el control biológico aparecen como alternativas potenciales en un futuro lejano probablemente, las drogas con efecto antiparasitario son las herramientas principales que se utilizan en la práctica para controlar las enfermedades parasitarias.
En la actualidad cualquier programa de control efectivo debe incorporar la utilización de antihelmínticos, pero el uso de éstos debe basarse en el conocimiento epidemiológico y las diferentes alternativas de pastoreo en relación con el riesgo parasitario. En ese sentido urge abandonar toda práctica que se sustente en el uso excesivo, indiscriminado y oportunista de los antihelmínticos, que perjudicará no solo al producto comercial utilizado sino a todo el grupo de antihelmínticos involucrado a través del fenómeno de resistencia.
Por lo menos cinco medidas han sido recomendadas para demorar el desarrollo de resistencia:
  • Disminución de la frecuencia de aplicaciones antihelmínticas. 
  • Utilización, en la medida de lo posible, de antihelmínticos de espectro reducido.
  •  Ajuste correcto de las dosis, evitando subdosificaciones para prevenir el escape de nematodes sobrevivientes. 
  • Rotación de grupos químicos. 
  • Utilización de medidas integrales de control que no se basen exclusivamente en la aplicación de antihelmínticos..
Obviamente la recomendación práctica más difundida para reducir la resistencia se basa en la limitación de los tratamientos antihelmínticos. Al reducir la exposición de los parásitos a la droga, la presión de selección puede ser minimizada. Se basa principalmente en el poder de dilución de la población en refugio. Al respecto debe recordarse que cuando dicha población es grande, condición habitual en otoño-invierno y principio de primavera, hay mayor posibilidad de que los parásitos resistentes se diluyan en la gran población de susceptibles. Por el contrario, la presión de selección ejercida a través de innecesarios tratamientos antihelmínticos durante el verano representa un alto riesgo de resistencia.
 
Un efecto similar sería el que potencialmente se ejerce con las drogas o formulaciones de efecto prolongado, y a través de tratamientos antihelmínticos sucesivos (estratégicos) cuyo principal objetivo es interrumpir el período prepatente para evitar la contaminación de las pasturas desde el destete y hasta mediados de invierno. Sin embargo, falta también determinar si la rotación de principios activos durante ese período puede evitar la selección de resistencia antihelmíntica en bovinos.
 
La recomendación del uso de drogas de espectro reducido en bovinos no es tan sencilla de instrumentar como en ovinos, donde el closantel es una buena alternativa de control para Haemonchus contortus en los establecimientos donde no se ha detectado resistencia a ese principio activo. La característica multigenérica de las cargas parasitarias de los bovinos determina el uso de antihelmínticos de amplio espectro. De cualquier forma un diagnóstico parasitológico previo permitirá evaluar alternativas a la hora de recomendar un antiparasitario.
 
Para evitar problemas de falta de eficacia, que bien podrían ejercer selección hacia resistencia, se recomienda ser especialmente rigurosos en la elección de productos de calidad asegurada y en la apropiada implementación del tratamiento en lo referido a la correcta dosificación, vía de aplicación y manipulación del producto.
 
En cuanto a la rotación de antihelmínticos, debe insistirse en el concepto que no se refiere al cambio de producto comercial sino a la rotación de principio activo. A diferencia de la rotación rápida de principios activos, fuertemente criticada como seleccionadora de resistencia antihelmíntica para todas las drogas en un esquema de alta frecuencia de tratamientos, la rotación lenta con cambios anuales de antiparasitarios con diferente modo de acción es recomendable porque el cambio de principio activo permite la eliminación de los especímenes seleccionados como resistentes por la droga anterior.
 
Por último, se puede citar una larga lista de alternativas que apuntan a disminuir el número de desparasitaciones, basadas en alternativas de manejo del pastoreo de las diferentes categorías animales y en el conocimiento de la epidemiología parasitaria.
 
Un hecho ventajoso sobre los ovinos, es que los bovinos desarrollan una sólida inmunidad alrededor del año de edad, ejerciendo un sólido control sobre las cargas parasitarias, acotando la etapa de mayor riesgo a un relativamente corto período ubicado entre el destete (fin de otoño) y la siguiente primavera vegetal. Es en este período de unos 6-8 meses en el que se utilizan masivamente los antihelmínticos. Si se establece un programa de control integrado a través de la combinación de tratamientos antihelmínticos y pasturas con bajos niveles de infectividad (verdeos, rastrojos, praderas nuevas y/o controladas, etc) sin dudas se disminuirá la frecuencia de desparasitaciones y con ello el riesgo de resistencia antihelmíntica.
 
Estas recomendaciones, tomadas en gran parte de las experiencias en ovinos, podrán variar a futuro en la medida que se disponga de información detallada acerca de los mecanismos que generan la resistencia antihelmíntica en bovinos.
 
La adaptación de la información al manejo de cada establecimiento es sin dudas un trabajo profesional. Por ello, la aplicación de cada concepto debe realizarse en el marco de un programa de control integral, en el que el uso de antiparasitarios esté subordinado al manejo parasitológico profesional, y no a la inversa.


LA INTERVENCIÓN TÉCNICA Y PROFESIONAL EN EL ACTUAL ESCENARIO DE RESISTENCIA A LOS ANTIPARASITARIOS
 
El control eficiente de la parasitosis gastrointestinal que afecta a los rumiantes en los sistemas pastoriles obliga a técnicos y profesionales a seguir una serie de procedimientos que son centrales para el correcto diagnóstico e interpretación del problema, en términos terapéuticos, productivos y riesgo epidemiológico de la enfermedad en el sistema de producción.
 
Tal secuencia de acciones y procedimientos (programa de control), inicialmente debe despejar las dudas a cerca de la eficacia de los distintos antiparasitarios que se han utilizado en el establecimiento a través del TRCH (Test de reducción del conteo de huevos). Conocida la eficacia de los principios activos, será posible la realización de seguimientos adaptados al sistema de producción que definirán la necesidad de tratamientos antiparasitarios a lo largo del año.
 
A modo de referencia se describen algunos procedimientos básicos que podrían favorecer el asesoramiento profesional en el control de las endoparasitosis en los rumiantes.
 
1. DETECCIÓN DE LA RESISTENCIA A LOS ANTIHELMÍNTICOS

Una apropiada anamnesis es imprescindible para establecer un diagnóstico presuntivo de resistencia a los antihelmínticos en el sistema de producción. Es primordial la información acerca de categoría animal, manejo del pastoreo, plan sanitario, pero por sobre todo resulta fundamental el historial de desparasitaciones de los últimos 2-3 años, y donde se detalle minuciosamente la frecuencia de uso, los principios activos, el nombre comercial y las dosis utilizadas (Planilla N° 1).
 
Aunque se han desarrollado diferentes procedimientos para la detección de resistencia a los antihelmínticos -test in vivo e in vitro- el más accesible, económico y práctico de todos -en términos de la actividad profesional a campo- es el test de reducción del conteo de huevos (T.R.C.H.) en materia fecal luego de aplicado el tratamiento antiparasitario a los animales.
 
Si se confirma la presencia de resistencia en la población parasitaria bajo estudio y si económicamente se justifica, se puede realizar un test de eficacia controlada (T.E.C.) que permitirá establecer con mayor precisión los alcances del problema y las especies parasitarias involucradas en el problema.
 
 
Test de reducción del conteo de huevos (T.R.C.H.) en materia fecal
 
El T.R.C.H. es accesible, efectivo y puede ser utilizado en rumiantes, equinos y porcinos. Puede evaluar la eficacia clínica de cualquier antihelmíntico contra todas las especies de nematodes cuyos huevos sean eliminados con la materia fecal y que puedan ser cuantificados por técnicas de laboratorio.
 
El T.R.C.H. provee una estimación de la eficacia antihelmíntica ante infecciones naturales a través de la comparación de los conteos de huevos por gramo (H.p.g.) de materia fecal en animales antes y después del tratamiento antihelmíntico. En tanto que los conteos de H.p.g. de un grupo control no desparasitado actúa como referencia y provee una medida de las variaciones que puedan ocurrir durante ese período.
 
Si bien puede ser utilizado en otras especies animales se establecen aquí las recomendaciones para su utilización en rumiantes.
 
Animales
 
Se recomienda la utilización de animales jóvenes, menores de un año de edad, dado que la respuesta inmune del huésped puede disminuir o anular la oviposición en gran parte de los géneros parasitarios luego del año de edad con un adecuado nivel nutricional. Deberán estar identificados y disponer de una estimación del peso lo más exacta posible.
 
Los animales seleccionados para la realización del T.R.C.H. deberán tener conteos mínimos de 100 H.p.g. (en ovinos 200). Los grupos de animales se formarán sobre la base de los conteos de H.p.g de forma tal que se asegure una distribución homogénea para cada uno de ellos. A tal fin se recomienda ordenar los conteos de menor a mayor y luego distribuirlos uno por cada grupo –tratamiento a evaluar- en forma de “guarda griega”.
 
Dada la variabilidad y la baja repetibilidad de los conteos de huevos en lo bovinos, se recomienda un mínimo de 10 animales/grupo, aunque entre 15 y 20 es la cantidad óptima.
 
Las muestras de materia fecal (40-60 gr por cada animal) son individuales y se extraerán directamente del recto en bolsas de polietileno correctamente identificadas.
 
Tratamientos antiparasitarios
 
Se conformarán los grupos de animales de acuerdo con la variedad de principios activos que se evaluará en el T.R.C.H. agregando un control no tratado. Cada uno de los animales será identificado con caravana de color y numeración distintiva para cada tratamiento, sirviendo la identificación original del campo (primer muestreo para seleccionar en base al H.p.g.) como doble identificación en caso de pérdida de aquella.
 
Se sugiere la conformación de tres grupos de animales para involucrar los tres principios activos más importantes (benzimidazoles, levamisoles y avermectinas) más el control no tratado.
 
Los animales deberán ser tratados de acuerdo a las indicaciones del marbete del producto a evaluar ajustando la dosis al peso vivo individual. Se recomienda la utilización de los productos comerciales originalmente registrados y aprobados (“drogas madres”) sobre los cuales se cuente con eficacia declarada para cada género parasitario en las pruebas de registro inicial.
 
Muestreos de materia fecal
 
Para conformar los grupos definitivos se recomienda identificar y posteriormente muestrear el doble de los animales necesarios para conformar los grupos, de manera que se pueda realizar una selección de aquellos con los conteos de huevos más altos. Si el mismo día se conforman los grupos aquellos conteos serán los correspondientes al día 0 (cero).
 
El siguiente muestreo de materia fecal se realizará a los 14-15 días post-tratamiento (p.t.). Las muestras deberán estar perfectamente identificadas, sin aire dentro de la bolsa, y serán transportadas al laboratorio refrigeradas tan rápidamente como sea posible. Las muestras podrán ser almacenadas a 4ºC teniendo en cuenta que temperaturas inferiores pueden afectar la eclosión de huevos de algunos géneros parasitarios en los coprocultivos.
 
Técnica para determinar el número de huevos por gramo de materia fecal (H.p.g.)
 
Se recomienda la utilización de la técnica de Mc Master modificada con un factor 10 de ajuste del conteo, para disponer de una sensibilidad importante que contribuye a mejorar la confiabilidad de los resultados. Para esto, se utilizan 3 g de materia fecal en 57 cm3 de solución sobresaturada de cloruro de sodio (dilución: 1/20) y se carga la cámara de conteo que tiene 4 retículos de 0.5 cm3 de capacidad cada uno, lo que da un volumen total de 2 cm3.
 
Cálculo de la reducción de los conteos de H.p.g. en materia fecal
 
Para el cálculo del porcentaje de reducción se recomienda el uso del promedio (media aritmética) de los conteos de H.p.g. por grupo de las muestras colectadas en el muestreo de los 14-15 días p.t.
 
Se recomienda que la alimentación de los animales sea continuidad de la que tenían al momento del tratamiento y no se modifique durante el período de espera hasta el segundo muestreo de materia fecal.
 
La fórmula recomendada para calcular la reducción de los conteos de huevos es (Coles et. al, 1992):
 
R.C.H. (%): [1 - (T / C)] 100
 
Donde:
T: media aritmética H.p.g. del grupo tratado a los 14-15 días p.t.
C: media aritmética H.p.g. del grupo control sin tratamiento a los 14-15 días p.t.
 
En aquellos casos donde no se puede dejar un grupo control sin tratamiento hasta el segundo muestreo, la R.C.H. para cada antiparasitario se calcula utilizando el promedio de H.p.g. del día 0 y el del día +14/15 post tratamiento. La fórmula que se utiliza es la siguiente:
 
R.C.H. (%) : [ 1 – (T2 / T1) ] 100
 
Donde:
T 1: media aritmética H.p.g. del grupo tratado el día 0..
T 2: media aritmética H.p.g. del grupo tratado el día 15 p.t.
 
Cuando los animales después de los tratamientos son cambiados a potreros muy diferentes o se les modifica la alimentación durante el período de espera hasta el segundo muestreo, la materia fecal puede sufrir modificaciones con respecto al muestreo inicial y alterar la interpretación de los conteos de H.p.g. En esta particular situación, se sugiere utilizar la siguiente fórmula (Presidente, 1985; Dash, et.al., 1988)
 
R.C.H. (%): [1 – (T2 / T1) x (C1 / C2)] 100
 
Donde:
T 1: media aritmética H.p.g. grupo tratado día 0
T 2: media aritmética H.p.g. grupo tratado día +14/15 p.t.
C 1: media aritmética H.p.g. grupo control día 0
C 2: media aritmética H.p.g. grupo control día +14/15 p.t.
 
Cualquiera sea la fórmulas que se utilice, se aplican para cada uno de los principios químicos evaluados de manera de obtener la eficacia clínica en términos de reducción del conteo de huevos (%) para cada uno de ellos
 
Interpretación de los resultados:
 
Cuando la R.C.H. se ubica por debajo del 90% (95% en ovinos) existe una fuerte sospecha de resistencia a ese antihelmíntico.

Los resultados de este test son solo una estimación de la eficacia antihelmíntica debido a que la postura de huevos no siempre guarda una estrecha correlación con la carga parasitaria y solo mide la eficacia sobre hembras maduras.
 
No obstante, en la práctica profesional, constituye una herramienta de gran valor diagnóstico cuando se complementa con los cultivos de huevos para determinar los géneros parasitarios que están involucrados en el fenómeno de resistencia.


Determinación de los géneros parasitarios resistentes a través de coprocultivos
 
Con el objetivo de obtener información acerca de los géneros involucrados en la resistencia antihelmíntica, se recomienda la realización de coprocultivos en pool de muestras por grupo (4-5 g por muestra) el día 0 y 14-15 posttratamiento, y la identificación posterior de larvas infectivas (L3) para determinar la participación relativa de cada género parasitario.
 
Test de eficacia controlada (T.E.C.)
 
Una vez determinada la resistencia antihelmíntica a través del T.R.C.H., es posible establecer la confirmación definitiva a través del test de eficacia controlada. Este es el método más confiable para evaluar la sensibilidad de los nematodes a los antihelmínticos, basado en las diferencias entre los conteos de parásitos (no de huevos) de grupos de animales tratados y no tratados, permitiendo establecer la eficacia sobre adultos y también, formas inmaduras. Como desventajas puede citarse su alto costo, su laboriosidad y el tiempo que demanda.
 
Gastroenteritis verminosa de los rumiantes. Parte 2 - Image 12
2. CONTROL DE LAS INFECCIONES PARASITARIAS EN BASE AL SEGUIMIENTO Y MUESTREOS PERIÓDICOS DE MATERIA FECAL: OPERATIVIDAD DEL PROCEDIMIENTO
Después de realizado el T.R.C.H. para determinar el nivel de eficacia de los distintos principios activos, debería comenzar la planificación del seguimiento periódico de los animales en pastoreo, para definir los momentos oportunos de los tratamientos antiparasitarios, complementado con los antecedentes productivos del establecimiento y los riesgos de infección parasitaria asociados al manejo, condiciones de pastoreo y tendencias epidemiológicas de la región.
Frecuencia de muestreos de materia fecal
El intervalo entre muestreos debería ser de unos 30 días y las muestras remitidas al laboratorio deben ir acompañadas de la Planilla N° 2.
Para los muestreos pos-tratamiento debe tenerse en cuenta la persistencia del principio activo utilizado agregando la prepatencia del ciclo parasitario; ej.: las lactonas macrocíclicas (según tipo) de 3 a 6 semanas de persistencia de la acción antihelmíntica y 3-4 semanas de prepatencia, lo que hace que el muestreo de materia fecal debe hacerse alrededor de los 2 meses post-tratamiento.
En estos casos, la detección de algunos conteos del orden de los 150-200 H.p.g. indicarían reinfección parasitaria, aunque también, la consecuente duda en la indicación o no del tratamiento antiparasitario. En tal situación, una posibilidad sería indicar un nuevo muestreo a los 15-20 días o mejor todavía, el coprocultivo ofrecerá información complementaria para la toma de la decisión técnica, en virtud de la presencia o no de los géneros más patógenos en la infección parasitaria.
Categoría y edad de los animales para involucrar en el seguimiento
Debido a que la inmunidad ejerce una depresión/bloqueo de la postura de huevos, se recomienda muestrear categorías menores de 2 años, en especial animales de recría que son los de mayor exposición a las parasitosis internas.
Características y cantidad de muestras a extraer
Si no hay posibilidad de encerrar a los animales en la manga, las muestras pueden ser tomadas en bolsas plásticas desde el piso cuando se vio “bostear” a los animales. Esto es especialmente importante en los meses más cálidos porque el desarrollo de los huevos hacia los estadios larvales puede ocurrir en pocas horas. Es importante quitarle todo el aire a la bolsa antes de anudarla y luego refrigerarla para retrasar dicho proceso
La cantidad óptima a extraer por lote es de 15-20 muestras, pero la decisión de aumentar o disminuir el número, en situaciones especiales, queda a criterio del responsable del muestreo.
En verano, generalmente no es necesario tomar muestras de materia fecal para H.p.g. porque el desafío parasitario desde la pastura en general es bajo y los animales comienzan a expresar su respuesta inmune deprimiendo los conteos.
Por lo tanto, el período de muestreo esencial debería extenderse desde el destete hasta noviembre.
En el caso de manejarse con muestreos de terneros al pie, debe considerarse una situación inversa a la de los animales mayores de 12 meses. Con frecuencia se presentan conteos de H.p.g. muy altos (700-800) sin que ello implique necesariamente un efecto patogénico de la infección parasitaria. La ausencia de inmunidad en esta categoría hace que las hembras de parásitos expresen todo su potencial de postura.
Importancia de los coprocultivos como complemento del diagnóstico
Está claro que la identificación de los géneros parasitarios a través del cultivo de materia fecal (coprocultivo) que a pesar de su demora en la obtención del resultado (entre 10-15 días de realizado el H.p.g.) puede ofrecer información complementaria de gran utilidad, como ya se puntualizó en el T.R.C.H.
Se debe tener presente que la participación de los distintos géneros parasitarios responde a cuestiones geográficoestacionales, pudiendo esperarse en términos generales el predominio de los géneros Ostertagia y Cooperia en la Pampa Húmeda y Cooperia y Haemonchus en el NEA y NOA de nuestro país.
Se sabe también, que el tipo de explotación condiciona la participación de los distintos géneros parasitarios, al punto que Haemonchus tiene mayor participación en las explotaciones lecheras, Trichostrongylus en sistemas de cría, Nematodirus es el primer género que aparece en terneros muy jóvenes (45-60 días) especialmente en güacheras, y Ostertagia predomina en invierno y en animales adultos. En este aspecto también hay un gran compromiso de la inmunidad, que al actuar a diferentes edades del huésped sobre cada género parasitario, puede modificar la participación relativa de cada uno de ellos.
También es cierto, que debido al diferente potencial biótico (postura de huevos) que presentan las hembras de cada género parasitario, es necesario interpretar los conteos teniendo en cuenta que altos porcentajes de Haemonchus yOesophagostomum en coprocultivos no necesariamente tienen su correlato en el número de especimenes adultos en el tubo digestivo, y que pueden estar “enmascarando” a otros géneros con menor potencial biótico como Trichostrongylus y Ostertagia.
Aun teniendo en consideración todos los conceptos desarrollados anteriormente, las muestras de materia fecal que son enviadas al laboratorio para la determinación del H.p.g., deberían ser también cultivadas para conocer el espectro de géneros parasitarios involucrados en el sistema de producción
Como aproximación a un diagnóstico parasitológico de mayor calidad y precisión, podría considerarse que:
a) Si el promedio de los conteos de huevos del grupo en seguimiento es nulo o menor a 50 H.p.g., se podría prescindir del coprocultivo.
b) Cuando el promedio de los conteos de huevos del grupo en seguimiento es menor a 50 H.p.g. pero con algunos conteos individuales de 300-400 H.p.g., entonces es fundamental el coprocultivo para determinar el espectro parasitario y relacionarlo con su patogenicidad y los riesgos en términos productivos.
c) Promedios de conteos de huevos mayores a 100 H.p.g. deben ser complementados con coprocultivos.
d) Cualquier conteo individual de huevos que se diferencie significativamente del resto de los animales de su grupo debe ser cultivado
Debe recordarse, que los seguimientos de H.p.g. tienen limitaciones para detectar las pérdidas subclínicas precozmente. La utilización de técnicas complementarias como la ganancia de peso de los animales y la infectividad de la pastura pueden complementar y mejorar la eficacia del programa de control.

3. CONTROL DE LAS INFECCIONES PARASITARIAS POR COMBINACIÓN DE INDICADORES PARASITOLÓGICOS Y PRODUCTIVOS: OPERATIVIDAD DEL PROCEDIMIENTO
Se recomienda este tipo de seguimiento para sistemas de invernada caracterizados como de alto riesgo parasitario, que utilicen pasturas con más de tres años de implantadas y donde las categorías susceptibles (menores de dos años de edad) representen un alto porcentaje del rodeo. El objetivo principal es detectar tempranamente y prevenir el efecto de los parásitos internos sobre la ganancia de peso vivo.
En establecimientos con varias tropas, se propone establecer el seguimiento en aquella que mayor riesgo represente (pasturas más antiguas, sin acceso a verdeos, categorías más livianas, etc.). Ese lote de animales puede expresar productiva y epidemiológicamente la evolución de la enfermedad en el establecimiento y servir de referencia para el tratamiento del resto de las tropas.
Se utilizan animales destetados, de raza, sexo, edad y peso comparables. A partir de la tropa o lote general se seleccionan 80 animales, se identifican, se pesan y, luego de descartar los extremos, se conforman 2 grupos de 20 animales cada uno:
Grupo 1: desparasitado mensualmente con pesada individual de los animales.
Grupo 2: Mensualmente, extracción de materia fecal (H.p.g.) y pesada individual de los animales. Se desparasita en base a:
-La tendencia del H.p.g.
-La evolución de las ganancias de peso.
-La infectividad de las pasturas.
Gastroenteritis verminosa de los rumiantes. Parte 2 - Image 13
Conteos de H.P.G. en materia fecal. Diferencias en las ganancias de peso vivo (100 gr/día). Inefectividad de las pasturas (L3/Kg. pasto seco)
El Grupo 2 se toma como referencia para desparasitar el resto de los animales de la misma categoría del establecimiento.
Este sistema de control en base al seguimiento del peso vivo y los indicadores parasitológicos, debe necesariamente comenzar con un T.R.C.H. para evaluar la eficacia de los distintos principios activos e involucrar una rotación de los mismos, con una evaluación anual de la eficacia a través del T.R.C.H. La cuarentena y monitoreo de la eficacia de los antiparasitarios que se administran a las tropas que llegan al establecimiento y se incorporan a la invernada, constituyen medidas complementarias que disminuyen significativamente el riesgo de introducir poblaciones parasitarias resistentes a los antihelmínticos.
Gastroenteritis verminosa de los rumiantes. Parte 2 - Image 14
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Autores:
César Fiel
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Ruben Darío Carrillo Barbosa
11 de septiembre de 2019
Solo falta agregar el tiempo de protección de cada uno de los farmacos a posologias definidas, asi como la interacción entre estos para control de la multiresistencia parasitaria. Trabajos de investigación de Carlos Lanusse demuestran que la asociacion de algunos antiparasitarios son efectivos en escenarios de resistencia, "Por lo tanto, las combinaciones antihelmínticas podrían ser útiles para el control de la parasitosis gastrointestinal en los establecimientos ganaderos comerciales, pero sólo con diagnóstico previo (de la enfermedad y de la resistencia), uso racional, “diseño” de la combinación según el escenario y respetando la epidemiología parasitaria. ". Lo que sucede entre Ivermectina + Ricobendazol, Ivermectina y ketoconazol, verapamilo e ivermectina, Corticosteroides y bencimidazoles, praziquantel y dexametasona, entre otras interacciones.
Ruben Darío Carrillo Barbosa
11 de septiembre de 2019
felicitaciones a los Dres Steffan y Fiel, excelente publicación.
Raul Jesus Santivañez
Agropecuaria Tayanga
13 de agosto de 2018
Simplemente EXCELENTE la presentacion de tema que apasiona a todos los que laboramos en el campo FELICITACIONES
Efrain Chacon Condori
27 de abril de 2018
Realmente muy sistemático y ordenado el trabajo. Además un buen aporte para trabajar con antiparasitarios y desarrollar prevención, profilaxis y tratamiento EFICIENTE en los rumiantes. Felicidades al grupo de investigadores que realizaron el trabajo
Carlos Villar Cleves
11 de abril de 2018
Excelente artículo, en esta segunda parte se abordan temas muy importantes de estrategias de control parasitario, sin embargo en mi opinión el punto clave del desarrollo de estas estrategias epidemiologicas es su adaptabilidad al manejo del ternero sea de carne ( a toda leche), leche y doble propósito y su manejo con restricción de alimentación materna, el ganado en el periodo de ceba y las novillas y las vacas de leche y el enfoque productivo del manejo del ternero, del manejo de praderas desde el punto de vista netamente del Zootecnista o del productor ganadero, que se adapte a adopte en si a las estrategias netamente epidemiológicas de control parasitario, como lo menciona el artículo, Cuando fui investigador en Ovinos del ICA de Colombia con una formación en salud animal reconozco y tuve que adaptar mis investigaciones al control del parasitismo gastrointestinal mas basado en el enfoque de la Zootecnia y del enfoque netamente de producción animal y muchas veces aceptar que el enfoque del control parasitario basado netamente en aspectos epidemiológicos no era ni eficiente ni practico en el aspecto: Productividad,especialmente en ganancia de peso y reproducción; pero existe otro aspecto muy importante el productor ganadero del común fiel a sus tradiciones de manejo productivo con una tradición cultural y ancestral muy difícil de romper y que exige una respuesta practica: Que podría resumir en: Después de tantos estudios que esquema de control y espacios de vermifugacion, con cuales principios activos me pueden recomendar para mi explotación ganadera, sea de carne, leche o doble propósito o en el caso de explotaciones intensivas o extensivas de ovinos, las cuales en el caso de Colombia ya son más importantes en Ovinos de carne en las regiones cálidas y templadas del país.
Jesus Augusto Cordoba Timana
21 de junio de 2018
feicitaciones un excelente articulo sera de mucha ayua para tener encuenta para planes de desparacitacion
Jorge H. Rojas Sánchez
Químicas Unidas Ltd.
5 de junio de 2018
Excelente la información. Evidentemente sirve para enfrentar ese mal en la ganadería. Los parásitos aniquilan al ganadero y muchas veces no sabemos como combatirlos. Gracias. Saludo. Jorge H. Rojas S
Javier Patiño Aranda
4 de junio de 2018
Muy completo el artículo publicado
Norma Vicenta Palaguachi Calle
28 de abril de 2018
Gracias por la publicacion es muy util
Anastacio Garay Dure
27 de abril de 2018
Muy interesante, gracias por compartir. Un abrazo desde Paraguay.
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