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Factores responsables de la deforestación en guatemala

Publicado: 5 de mayo de 2021
Por: Osmin Pineda Melgar. Asesor Dirección de Reconversión Productiva. VIDER-MAGA
Varios estudios demuestran la magnitud de la deforestación provocada por la mano criminal del ser humano en la república de Guatemala. En el año 1950 se estimó que la cobertura forestal en el país era de 6.973,924 hectáreas, la cual para el año 2010 se ha reducido a 3.722,595 hectáreas. Otro parámetro importante a analizar es la disponibilidad de bosque per cápita, ya que se ha reducido considerablemente a lo largo del tiempo, como consecuencia de la magnitud de la deforestación observada y el incremento de la población; en el año 1950 era de 2.50 hectáreas por habitante, en 1978 se había reducido a 1.0 hectárea y en el 2010 fue de solamente 0.26 hectáreas.
Las mismas investigaciones evidencian que en el período comprendido entre 2001 y 2010, en Guatemala se deforestaron 1.039,602 hectáreas de bosque, que equivalen a 106,845 cada año; esta destrucción de la masa boscosa la atribuyen principalmente a la ganadería (35%) y la producción de granos básicos como el maíz, frijol y arroz (31%). Los otros cultivos que contribuyeron a la deforestación son palma africana (4%), cardamomo (3%), hule (3%) y otros cultivos varios (4%), a lo cual se le suma el cambio de uso debido al crecimiento de las áreas urbanas (2%).
Las causas de la deforestación y degradación de los bosques en Guatemala son muy variadas, reflejándose en la pérdida anual aproximada de 132,137 hectáreas de bosque en el territorio nacional. Como respuesta a la alta tasa de deforestación, se han desarrollado diversos instrumentos de política, tales como el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas -SIGAP-, el Programa de Incentivos Forestales -PINFOR-, el Programa de Incentivos para pequeños poseedores de tierras de vocación forestal -PINPEP- y el otorgamiento de las licencias forestales.
Sin embargo, la efectividad de estas medidas ha sido muy limitada pues no se ha logrado revertir la tendencia que durante muchas décadas ha marcado el proceso de deforestación. A pesar que se conocen las causas que impulsan la deforestación y degradación de los bosques, pareciera ser que la sociedad y sus instituciones actúan como si el problema ni fuera de importancia para abordarlo. Por ello es imprescindible efectuar un análisis integral de la dinámica de deforestación, con el objetivo de generar políticas y estrategias de impacto y que contribuyan reducir la destrucción de la masa boscosa del país, que de forma complementaria incluyan sanciones drásticas a quienes violenten las normas.
Sin embargo, las amenazas contra los bosques dentro de las áreas protegidas son mayores, lo que se evidencia con la reducción exagerada de la cobertura forestal en las mismas; al revisar los datos del año 2006 se confirma que dentro de las áreas protegidas existían 2.044,465 hectáreas, superficie que en el 2010 fue reducida a 1.930,397 que representa una disminución de 33,322 hectáreas por año, en comparación con el impacto provocado en los bosques ubicados fuera de las áreas protegida.
Factores responsables de la deforestación en guatemala - Image 1
Sin embargo, el daño que provocan los cultivos de café, cardamomo y hule con relación a la pérdida del recurso forestal, es de menor impacto si se toma en cuenta que dichos cultivos agrícolas se asocian con especies arbóreas que sirven para generar sombra, además de ser una fuente económica importante para el ingreso de millones de divisas al país.
Entre el 2001 y 2010, la ganadería tuvo una tasa de crecimiento anual de 2.5 por ciento, provocando la reducción de la cobertura forestal como consecuencia del aumento de las áreas con pastizales, base alimentaria del ganado bovino. El 35 por ciento de la deforestación provocada por la expansión de pastizales, tuvo mayor ocurrencia en el Parque Nacional Laguna del Tigre, la Zona de Amortiguamiento de la Reserva de la Biósfera Maya en Peten y el Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique en Izabal.
El área cultivada con los granos básicos de maíz, frijol y arroz, no ha tenido un aumento en la cobertura, pero esto no significa que no exista una relación con el proceso de deforestación, ya que la dinámica forestal nacional evidencia que durante el periodo de referencia, el 31 por ciento de la deforestación es causada por la incorporación de nuevas áreas de estos cultivos. La reducción de la superficie de cultivos tiene su explicación en la expansión de los monocultivos de pastos, palma africana y otros sobre estas áreas, así como el cambio a otros cultivos de mayor rentabilidad como hortalizas.
Es importante remarcar que durante ese periodo, el 16 por ciento de la deforestación es causada por la incorporación de nuevas áreas agrícolas con los cultivos de palma africana (4%), cardamomo (3%) y hule (3%). Con base a un estudio realizado, se determinó que aproximadamente el 40 por ciento del cultivo de palma fue establecido en áreas de bosque y el 25 por ciento del total de la superficie plantada se ubica dentro de áreas protegidas localizadas en el sur de Peten, Alta Verapaz, Retalhuleu, San Marcos e Izabal.
Al evaluar el factor Infraestructura, se determinó que también el 4 por ciento de la deforestación del país es provocada por expansión de la superficie de infraestructura urbana, principalmente en los departamentos de Guatemala, Escuintla y Peten. En el periodo de los diez años evaluados, se estima un incremento de 15,000 hectáreas que se dedicaron a actividades de urbanización y que anteriormente formaban parte de la cobertura forestal.
Se consideran causas promotoras de la deforestación y/o degradación de los bosques a las actividades directas como la ampliación de un área de cultivo o siembra de pastos realizadas por el ser humano, que redundan en el proceso de deforestación. El análisis de causas y agentes responsables de la destrucción de la masa boscosa del país, permite entender la dinámica con que actúan los mismos y cuantificar el impacto negativo que tienen sobre la cobertura forestal, para proceder a elaborar planes estratégicos objetivos y realistas que contribuyan a minimizar el daño ambiental.
Muchos coinciden en señalar a el incremento de áreas para la producción agrícola y ganadera, el crecimiento urbano y de las comunidades, así como al crecimiento de la infraestructura productiva como factores responsables de la deforestación. Sin embargo, es necesario mencionar que actividades como la extracción incontrolada de leña para la combustión, la extracción ilegal de madera y los incendios forestales, de manera permanente están incrementando el deterioro ambiental por el alto consumo de biomasa forestal.
Se considera que el 64 por ciento de la población de la cual el 67 por ciento reside en el área rural, depende de la leña como fuente de energía ya sea en el ámbito residencial, comercial e industrial; el consumo residencial, esencialmente está definido por el uso de leña para cocinar, pues se estima que el 69,6 por ciento de los hogares utilizan leña para cubrir las necesidades familiares. A nivel comercial, el uso es en restaurantes y tortillerías, el mismo no es despreciable y puede alcanzar magnitudes considerables; el uso industrial se centra principalmente en la producción de pan y ladrillos de forma artesanal con un estimado total de 353,000 toneladas de leña.
Estimaciones hechas como resultado de investigaciones recientes reportan que la ganadería contribuye con 500 millones de dólares anuales por ingresos directos, que provienen de 1.4 millones de leche que se producen diariamente y de 500,000 cabezas de ganado comercializado para carne. La mayor concentración de ganado bovino se encuentra en los departamentos de Petén (19 por ciento), Escuintla (14 por ciento), Izabal (10 por ciento) y Jutiapa (7 por ciento).
Esta nueva distribución de la actividad ganadera obedece a que en la última década hubo cambios en el uso de la tierra como consecuencia del aumento de las áreas de los cultivos de caña de azúcar y palma africana en el área de la Costa Sur, donde tradicionalmente ha sido ocupada por la ganadería, debiendo migrar a regiones más frágiles del altiplano central, la planicie de Izabal y el departamento de Petén, donde los suelos son de fertilidad limitada poca profundidad. Esta condición obligó a volver a los sistemas tradicionales de ganadería extensiva.
El incremento de las áreas para la producción agrícola a expensas de la cobertura forestal es la principal causa del aumento en las emisiones de CO2, la cual representa el 98 por ciento. Una buena parte es responsabilidad de la agricultura comercial y empresarial que promueve cultivos cuyos productos tengan alta demanda a nivel internacional como el hule, café y palma africana, mientras que el resto se atribuye a la agricultura de subsistencia para núcleos familiares con altos índices de pobreza, donde se siembran cultivos tradicionales que forman parte de la dieta alimenticia, tales como maíz y frijol.
Una investigación realizada por Sidman en el año 2017, confirma que el área deforestada anualmente y que es atribuible al aumento de la frontera agrícola para agricultura de subsistencia con el fin de obtener alimentos para autoconsumo y para establecer cultivos con fines comerciales, es de 108,863 hectáreas, siendo más significativo el impacto en las tierras bajas de las regiones Norte y Occidente.
Finalmente, es oportuno mencionar también que el crecimiento poblacional ejerce cierta presión sobre las áreas boscosas de nuestros recursos naturales, no solo para satisfacer la demanda de alimentos sino en cuanto a la construcción de nuevas viviendas, además de infraestructura social y productiva; este último aspecto es más evidente en las áreas aledañas a la ciudad capital y las cabeceras departamentales, sin menospreciar el área rural donde la población nueva requiere vivienda.
Existen otras causas que complementan el proceso de deterioro ambiental del país, como consecuencia de la pérdida gradual de la masa boscosa, entre las que se pueden mencionar los incendios forestales que cada año se presentan en el país durante la época seca, la extracción incontrolada de leña para la combustión y la extracción de madera mediante la tala ilegal, especialmente en el departamento de Petén.
Entre las sugerencias que en alguna medida pueden contribuir a disminuir la destrucción indiscriminada de los bosques, se pueden mencionar la implementación obligatoria de áreas con sistemas silvopastoriles o agroforestales en todas las fincas ganaderas del país; el establecimiento de bosques energéticos en propiedades del Estado y las municipalidades, utilizando especies de crecimiento rápido para producción de leña; la aplicación rigurosa de la legislación que se refiere al uso y manejo de los recursos naturales del país; finalmente ampliar los programas de incentivos forestales en todo el país.

INAB, IARNA-URL, FAO/GFP. 2012. Oferta y demanda de leña en la República de Guatemala/Woodfuel Integrated Supply/Demand Overview Mapping. Guatemala.

LOENING, L., & MARKUSSEN, M. 2003. Pobreza, deforestación y sus eventuales implicaciones en la biodiversidad en Guatemala. Economía, Sociedad y Territorio, 4 (014), 279-315.

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Autores:
Osmin Pineda
Universidad de San Carlos de Guatemala - USAC
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