14 de febrero de 2007
Al hablar de la dieta y de su manejo en el equino deportivo, como factor mejorador del rendimiento, hay que tener en cuenta algunos aspectos para analizar como:
1. Tipo de ejercicio: máximos (alta intensidad y corta duración) y submáximos (baja intensidad y larga duración).
2. Nutrientes: Energía digestible (ED), Proteínas (Pr), Fibra bruta (FB), Calcio (Ca) y Fósforo (P).
3. Balance catiónico-aniónico de la dieta (BCAD).
4. Composición y porcentaje de los componentes de la ración.
5. Momento de suministro del alimento con respecto al ejercicio: pre-ejercicio, durante el ejercicio o post-ejercicio.
6. Suministro (cantidad y momento del suministro) de electrolitos.
7. Suplementos ergogénicos y vitaminas.
1. El tipo de ejercicio tiene directa relación con la composición y porcentaje de los componentes de la ración, ya que los metabolismos energéticos que procesan esos componentes son distintos. En ejercicios máximos predomina el metabolismo anaeróbico con producción de energía fundamentalmente a partir de la glucogenólisis intramuscular, con participación secundaria del metabolismo aeróbico. Por lo tanto, hay que asegurar una cantidad adecuada de energía a partir de Hidratos de Carbono (HC).
Los ejercicios submáximos descansan más en el metabolismo aeróbico, por lo tanto los Ácidos Grasos Libres (AGL) son utilizados como fuente de energía, produciendo un neto ahorro de glucógeno para asegurar la postergación de la fatiga.
El suministro de grasa en forma de aceites es beneficioso en este tipo de ejercicio.
2. El principal nutriente que debemos considerar para el caballo deportivo es la Energía Digestible (ED). Esta se calcula a partir de tablas, siempre teniendo en cuenta el peso del jinete y del equipo al efectuar los cálculos. Además de efectuar estos cálculos teóricos, el control del peso y la condición corporal del animal es fundamental para asegurar una composición corporal donde predomine la masa muscular sobre el tejido adiposo.
La proteína (Pr) no es un nutriente que necesite aumentarse en la ración cuando aumenta la intensidad de trabajo. Si bien es posible obtener energía por gluconeogénesis, a partir de aminoácidos o proteínas, el porcentaje que se obtiene es bajo, y los problemas asociados a un exceso de proteínas superan ampliamente los beneficios. Estos problemas están ligados a la eliminación en forma de amoníaco del exceso proteico. Si bien este exceso no lesiona a corto plazo riñones ni hígado, aumenta las necesidades de agua para eliminar los metabolitos por orina, y en ejercicios submáximos, la deshidratación asociada podría ser perjudicial. Además el exceso de amoníaco en el box por la orina irrita las vías aéreas.
Un déficit subclínico de proteínas es perjudicial para el rendimiento de los equinos jóvenes, ya que estos deben formar masa muscular, crecer, y aumentar el hematocrito (Ht). Distintos autores citan como necesario en la dieta un porcentaje entre el 8 y el 15 de Pr. Estos porcentajes se obtienen aumentando la cantidad de alimentos en función del aumento de energía por aumento de la cantidad de trabajo.
Fibra Bruta: existe un mínimo necesario para favorecer el tránsito intestinal y además, en el intestino grueso (IG) brinda otra fuente de energía a partir de HC de cadena larga no solubles. Estos HC se metabolizan por la flora y la fauna cecal a AGL (ácidos acético, propiónico y butírico).
Ca y P: estos macrominerales intervienen en la contracción muscular y el metabolismo energético respectivamente, así como en el metabolismo óseo. Los aportes de estos minerales se deben evaluar a la luz de la edad del sujeto, el tipo de ejercicio que realiza y el balance catiónico-aniónico de la dieta (BCAD). Al finalizar un ejercicio máximo, se produce un descenso del pH en sangre. Con raciones con BCAD bajos es posible que los aportes de Ca y P sean insuficientes o estén desbalanceados, ya que aumentan los requerimientos por pérdida urinaria de Ca debido a la acidosis producida. El efecto de la suplementación sobre el rendimiento es indirecto por prevenir las posibles lesiones osteoarticulares, producto del desbalance metabólico, sobre todo en sujetos jóvenes.
3.- El balance catiónico-aniónico de la dieta (BCAD) es la relación que existe entre los iones sodio (Na), potasio (K) y cloro (Cl) de un alimento representada por la fórmula BCAD = (Na? + K ?) - Cl?, y expresada en miliequivalentes (mEq) por kilo de materia seca. El BCAD influye en el pH del medio interno.
Un BCAD elevado modifica el pH hacia la alcalosis, mientras que un BCAD bajo, disminuye el pH del medio interno tendiendo a la acidosis.
4.-Composición y porcentaje de los componentes de la ración: en general, las dietas equinas están compuestas de forraje y concentrados. Las proporciones en forrajes y concentrados en que se administra la dieta varían desde un 35 a 65 de forrajes a un 65 a 35 de concentrados. La elección esta directamente relacionada con el tipo de deporte que practica el equino.
En deportes de máxima intensidad, la primera opción brinda las siguientes ventajas: suficiente aporte energético para cubrir los requerimientos a partir de HC solubles de alta digestibilidad, mínimo porcentaje de fibra bruta para evitar peso muerto en el IG del animal, y como contrapartida tiene el inconveniente de ser una dieta altamente acidótica por un BCAD bajo. Esta dieta, al tener un alto volumen de concentrado puede predisponer a cólicos, laminitis y rhabdomiólisis.
Por el contrario, la segunda opción es conveniente en ejercicios submáximos de larga duración, porque permite almacenar agua y electrolitos en IG, disminuyendo el riesgo de las enfermedades mencionadas. Aporta AGL, sobre todo ácido acético, pero es una dieta alcalótica, que genera alta tasa de calor por la digestión de la fibra.
Parte de los problemas que se presentan en ambos tipos de ejercicios pueden compensarse sin cambiar las proporciones de forraje y concentrado, al cambiar la composición de la dieta. Los forrajes suministrados habitualmente son henos de alfalfa y/o pastura. La alfalfa tiene alta digestibilidad, por lo que la tasa de fibra que llega al IG es menor, dando menor generación de calor. El porcentaje de Ca de la alfalfa es alto, así como el de las Pr, lo que sería beneficioso en potrillos en crecimiento, pero no en caballos de enduro donde una alta proporción de Pr genera mayor consumo de agua. El aporte elevado de Ca en caballos de enduro puede predisponer al aleteo diafragmático pues este aumento constante produce una disminución de su biodisponibilidad en el momento del ejercicio.
Si se suministra henos de pasturas, en equinos que trabajan en deportes con ejercicios de máxima intensidad, podemos tener un volumen demasiado alto, con generación de calor y poco aporte proteico y cálcico. En enduro (ejercicios submáximos y de larga duración), aumenta la retención de agua y electrolitos y el caballo podría manejar mejor los movimientos cálcicos y la deshidratación. El exceso de fibra dietética genera más calor, pero aporta más AGL.
Con los concentrados, la principal opción es suplantarlos por grasa, en forma de aceites vegetales, considerando que una taza de aceite (+-250 cc) tiene las mismas Mcal que un kilo de avena. Se debe suplantar cada kilo de grano por la cantidad equivalente de aceite, expresada en Mcal. La alta densidad energética del aceite permite suministrar la misma cantidad de energía con mucho menos peso y volumen. Se debe comenzar lentamente 250 cc por día hasta llegar a un máximo de 1 lt. Considerado en porcentaje de la ración, se debe llegar al 10, ya que mayor porcentaje podría afectar el almacenamiento de glucógeno muscular y hepático. El efecto por entrenamiento enzimático se logra aproximadamente en un mes. Hay menor producción de calor por digestión, y mejora del rendimiento en deportes submáximos, al lograr un ahorro de glucógeno por utilización de vías metabólicas aeróbicas (Ciclo del ácido tricarboxílico). En ejercicios máximos se especula con ahorro de glucógeno por mayor uso de AGL y triglicéridos (TGL) en reposo. El uso de aceites necesita complementarse con Mg, necesario en varios sistemas enzimáticos del ciclo de Krebs, y vit E, antioxidante estabilizador de membranas celulares. Obviamente el cambio por otros granos diferentes de la avena, por ejemplo el maíz, que tiene mayor densidad energética, también es una herramienta útil.
5. El momento del suministro del alimento y el tipo de alimento suministrado, es un tema de amplia controversia. Ambas variables están relacionadas con el tipo de ejercicio, en función de sus requerimientos metabólicos particulares.
En ejercicios de máxima intensidad, si se suministran concentrados pre-ejercicio, sin analizar el momento específico, se produce un aumento de la glucosa y la insulina. Ejercitarse con insulina elevada, produce una hipoglucemia marcada, por un efecto anabolizante de la insulina con inhibición de la glucogenólisis y de la lipólisis. Esta hipoglucemia se puede deber a un aumento del ingreso de la glucosa al músculo para su utilización en lugar del glucógeno, produciendo fatiga a nivel sistema nervioso central (SNC) por hipoglucemia. Si suministramos heno, pre-ejercicio, se aumenta el ingreso de fluidos al intestino grueso desde la sangre, aumentando la sed y por lo tanto el volumen de líquido ingerido, lo que arrastra el grano al IG, donde se metaboliza en ácido láctico en un lapso de 4 a 5 horas. El resultado es un aumento del peso del caballo, una leve deshidratación inútil, ya que el líquido acumulado en el IG en ejercicios de máxima intensidad y corta duración, no cumple ninguna función como reservorio. Definitivamente el suministro de heno pre-ejercicio no es beneficioso y debe evitarse en este tipo de deportes.
El concentrado tiene ciertos matices según las horas de suministro pre-ejercicio. Existen pocos trabajos donde se evalúe distintas horas de suministro de HC antes de ejercicios máximos. En general, se han suministrado entre 3 a 5 horas pre-ejercicio, sin resultados concluyentes a favor o en contra de esta práctica. Se debe considerar que el ayuno prolongado puede disminuir la tasa de glucógeno intramuscular y la glucemia. Pero el suministro de concentrados muy cerca del ejercicio produce las alteraciones de glucemia e insulina ya descriptas. Existe una técnica en el hombre llamada sobrecarga de glucógeno, que consiste en disminuir o detener el ejercicio, aumentando el consumo de HC 2 a 3 días antes de la prueba. Otra forma es disminuir el glucógeno muscular al disminuir los HC de la dieta y aumentar la intensidad del ejercicio antes de comenzar la sobrecarga de glucógeno. Este manejo es peligroso en el caballo porque la sobrecarga de granos puede producir laminitis, cólico etc.. En el caballo se puede utilizar el siguiente método: 48 hs antes de la prueba se aumenta de 0,5 a 1 kg x día de grano, y se disminuye 1,5 a 2 kg por día de forraje, suministrando la noche anterior 0,5 kg más de grano. El suministro de concentrados pos- ejercicio máximos, no es considerado debido a que no existe un depleción de glucógeno importante y el lactato producido es gluoneogénico (ciclo de Cori).
Ejercicios submáximos: el suministro de forraje 4 a 6 horas antes de la prueba aumenta la retención de agua y electrolitos. El suministro de concentrado pre-competencia y durante la misma, así como de forraje, es considerado por algunos autores de utilidad para postergar la fatiga. Pos-ejercicio, existe una depleción de glucógeno, así como deshidratación y pérdida de electrolitos. Es necesario consumir HC para reponer el glucógeno rápidamente las primeras 8 horas posteriores a la prueba, suministrando pequeñas cantidades de grano y forraje. Se debe tener en cuenta el grado de deshidratación antes de suministrar forraje ya que se puede aumentar la deshidratación por pasaje de agua a IG.
6. El suministro de electrolitos es de fundamental importancia en ejercicios de baja intensidad y larga duración. En diversos trabajos de investigación para este tipo de ejercicio se desarrollaron varios métodos para efectuar una sobrecarga de electrolitos junto con una hiperhidratación. Se suministró pasta de electrolitos 4 horas antes de la prueba, con acceso al agua. También se probó suministrando pasta de electrolitos una hora antes de la competencia. En este último caso se llegó a la conclusión que no es posible que el caballo beba el agua necesaria para disminuir la hipertonicidad intestinal. También se evaluó el suministro de pasta durante la prueba, y las conclusiones de estas investigaciones fueron que mientras el animal consuma agua, no presentaría problemas de hipertonicidad intestinal.
En otros trabajos, se evaluó hiperhidratar los caballos con 17,5 lts de solución hipotónica 90 minutos antes del ejercicio, en 3 dosis cada 20 minutos, teniendo la precaución de no suministrar mas del 4 del peso del caballo, pues se pueden producir diarreas y competencia entre músculos e IG por el flujo de sangre. Son técnicas en estudio, que se deben programar en función de los tiempos deportivos y sus reglamentaciones. Sin embargo es útil suministrar un suplemento de electrolitos en la ración, por ejemplo, 50gs de ClNa y 25gs de ClK, y se deben suministrar antes y después de la competencia.
7. Suplementos ergogénicos y vitaminas: son sustancias que pueden aumentar o mejorar la producción de trabajo (velocidad, resistencia y/o fuerza).
Entre los ergogénicos se encuentran:
-Bicarbonato de sodio: produce alcalosis metabólica, aumenta la salida de lactato de la célula muscular, y aumentaría la utilización de glucógeno. Se debe suministrar por vía naso-esofágica o por enema, 4 a 5 horas antes de la prueba a razón de 0,4 g/kgpv. Produce aumento del Na y disminución de K, Cl y Ca séricos Si el caballo tiene acceso al agua, aumenta el consumo y por lo tanto el peso corporal. Es más útil en ejercicios de 1 a 7 minutos de duración. Para ejercicios de duración ultracorta o muy larga no es útil. En algunas partes del mundo es antirreglamentario en competencias deportivas.
-Hematínicos: no se ha comprobado que el suministro de hierro en la dieta sea necesario, ya que existe abundante hierro en las raciones comunes del equino.
-Carnitina: es un aminoácido que transporta ácidos grasos a la mitocondria. El suministro de 5 a 10 g diarios aumenta su concentración en plasma pero no en músculo. Hay datos controversiales en cuanto a un aumento del rendimiento con su uso.
-Creatina: son dos aminoácidos que aumentan los depósitos de fosfocreatina en músculo. Su utilidad no está claramente dilucidada aún en el caballo.
-Dimetilglicina: es un amonoácido que actuaría disminuyendo la producción de ácido láctico en la célula muscular durante el ejercicio. Su uso también genera controversias.
-Levaduras: son cultivos de levaduras vivas (Saccharomyces cerveseae). Actúan mejorando la digestibilidad del forraje. Produce aumento de la absorción del cromo, que reduce el lactato, la glucosa, la insulina y cortisol plasmáticos. El cromo también actúa estimulando los receptores musculares de insulina. Las levaduras vivas son útiles en equinos que ejercitan en forma intensa, ante el estrés permanente de los caballos de alto rendimiento deportivo, y en el consumo elevado de concentrados, pues regulan la flora intestinal.
Caviglia J., Perrone G., Giménez R. - Manejo de la dieta y rendimiento deportivo.
-Vitaminas: la vitamina E, junto con el Se son antioxidantes y estabilizadores de las membranas celulares. Se utilizan como preventivos de enfermedades metabólicas musculares.
Vitaminas A y D: no parecería haber necesidad de suplementar.
Vitaminas del Grupo B: son sintetizadas por el equino en IG. Sus requerimientos aumentan al aumentar el ejercicio, ya que intervienen en el metabolismo energético. Es conveniente suplementar.
Vitamina C: es un antioxidante y protector de los epitelios y endotelios.