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La contribución a la bioseguridad de la industria del reciclaje de subproductos de origen animal a la salud pública y animal

Publicado: 8 de noviembre de 2014
Por: Dr. Ross Hamilton, M.C.David Kirstein (Darling International, Inc.); y Dr. Richard E. Breitmeyer, Medico Veterinario (Estado de California)
Resumen

Las proteínas animales son un tipo de ingredientes de gran valor para los nutriólogos de animales para usarse en las fórmulas de alimentos balanceados. La industria estadounidense del reciclaje de subproductos de origen animal fabrica productos que son altamente digestibles, no contienen factores de anticrecimiento y son seguros para usarse en alimentos para el ganado, aves, mascotas y para especies acuícolas. Los nutrientes conservados de los productos recilados ayudan a sustentar la industria pecuaria y a proteger las tierras marginales del uso incorrecto. La principal salida que da el valor económico a estos productos es como ingredientes para alimentos para animales. La restricción del uso de los subproductos reciclados en los alimentos balanceados puede resultar sin querer en graves problemas económicos y ambientales, la diseminación de enfermedades al ser humano y animales, y la pérdida de nutrientes de mucho valor con los consecuentes riesgos a la salud en animales, especialmente en animales jóvenes y aquellos en producción intensiva (FAO, 2002).

El reciclaje es la mejor tecnología de control que en el presente tiene la sociedad para atacar el problema de la eliminación de los subproductos de origen animal y de los animales muertos o mortalidad. El análisis de las características, como los controles de proceso, infraestructura, reducción del volumen y procesamiento oportuno, que son inherentes a la industria, junto con los requisitos reglamentarios, tales como la rastreabilidad y las reglamentaciones ambientales, validan esta declaración y hacen que el reciclaje de subproductos de origen animal sea el método preferido para la recolección, transporte y procesamiento de subproductos de origen animal y animales muertos. La industria del reciclaje está estructurada de manera particular para brindar los componentes críticos necesarios para manejar todas las materias primas animales de manera segura y responsable, entre los que se incluyen aquellos que están considerados, podría ser desde el punto de vista científico o por la percepción, por no ser aptos para usarse en alimentos para animales. Para lograr esto, tal vez sea necesario que la industria del reciclaje de subproductos de origen animal desarrolle un sistema de dos niveles que consista en instalaciones específicamente dedicadas a ello. Las instalaciones grado alimenticio animal pueden procesar materiales para usarse en alimentos para animales. Las instalaciones de eliminación pueden destruir materias primas animales poco idóneas después de haber eliminado todo o parte de los componentes no restringidos para poder reducir así el volumen total.

La industria estadounidense del reciclado de subproductos de origen animal, a través de la National Renderers Association (NRA) ha alentado a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y al Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal (APHIS) a considerar cuidadosamente el impacto que las nuevas reglamentaciones van a tener sobre la viabilidad y supervivencia de los recicladores independientes que dan como servicio un papel vital en el monitoreo, control y erradicación de enfermedades animales en Estados Unidos. Los organismos deben considerar seriamente la creación de políticas y reglamentaciones que garanticen que se eliminen de manera adecuada estos subproductos animales perecederos. Se va a requerir de cierto nivel de financiamiento para proporcionar los incentivos necesarios para mantener una infraestructura viable. Sin la atención a esta disposición, una mayor reglamentación de los productos reciclados terminados específicos va a exacerbar la eliminación inadecuada e ilegal de los subproductos de origen animal y los animales muertos o mortalidad. De hecho, los esfuerzos para prevenir la diseminación de la encefalopatía espongiforme bovina (BSE) en Estados Unidos va a debilitar sin querer a la industria del reciclaje de subproductos de origen animal y los agentes patógenos que en el pasado se han controlado mediante el reciclaje van a ser cada vez más una amenaza para la salud tanto animal como humana.

 

La industria del reciclaje de subproductos de origen animal
En una escala global, las instalaciones de reciclaje modernas y eficientes se concentran en países y regiones que poseen una fuerte y bien establecida industria de la producción animal. Esto es especialmente cierto en Estados Unidos, donde la industria del reciclaje de subproductos de origen animal está estrechamente integrada con la producción de animales y de carne (figura 1). Estas industrias generan aproximadamente 24.5 millones de toneladas (54 mil millones de lb.) al año de subproductos de origen animal y de mortalidad en la granja que consiguientemente la industria del reciclaje recolecta y procesa. 
Figura 1. Interrelaciones del reciclaje de subproductos de origen animal y la industria pecuaria.
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Cuadro 1. Porciones comestibles y no comestibles de animales, porcentaje de peso vivo.
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Los subproductos de origen animal se derivan directamente de la industria del procesamiento de la carne. Entre el 37 y el 49 por ciento (cuadro 1), del peso vivo del animal se elimina durante el sacrificio y cuando la carne se procesa ulteriormente (la porción no comestible es incluso mayor en el pescado). La industria del reciclaje de subproductos de origen animal también recolecta y procesa estos subproductos animales, que incluyen los recortes de grasa, carne, vísceras, huesos, sangre y plumas. La mortalidad en la granja son un hecho desafortunado que se relaciona con la producción animal. Cada año, más de 4 millones de cabezas de ganado y becerros, 7 millones de cerdos y 100 millones de pollos y pavos mueren y deben eliminarse (ERS, 2001; NASS, 2001). La industria estadounidense del reciclaje de subproductos de origen animal tiene una larga historia de manejar, procesar y eliminar de manera eficiente los animales muertos, los aceites de cocinar usados y los subproductos de las industrias del empaque y el procesamiento de la carne. Históricamente, estos materiales se han usado para producir grasas y proteínas de alta calidad para usarse en las industrias de alimentos para animales y oleoquímica en todo el mundo.

La alimentación es el principal uso de las proteínas recicladas
El reciclaje de subproductos de origen animal le suma un monto de casi $1 mil millones de dólares al sector de la producción ganadera de Estados Unidos solamente en forma de ingredientes de proteína para alimentos balanceados. Este monto se acerca a los $2 mil millones de dólares cuando también entran en consideración la contribución de las grasas recicladas. Además, el reciclaje elimina la necesidad de eliminar los subproductos en rellenos sanitarios o por cualquier otro método que pudiera tener posibles riesgos ambientales, a la salud, o ejercer presión sobre el espacio (Sparks, 2001) o las instalaciones existentes. El valor económico de este servicio ciertamente es alto, pero difícil de medir.
Debido al rápido crecimiento de la población en el mundo y al aumento en la demanda de productos animales (tales como la carne, leche, huevos, etc.), ha aumentado el requisito global de fuentes de proteína, tanto vegetal como animal, que se puede usar en los alimentos para animales (FAO, 2002). Las proteínas animales tradicionalmente han sido fuentes importantes de proteína y de otros nutrientes para el ganado y las aves en Estados Unidos, además de que su aceptación tanto en Latinoamérica como en Asia creció sustancialmente, hasta diciembre de 2003, cuando por primera vez se notificó la BSE en Estados Unidos. El uso nacional total de la harina de carne y hueso (HCH) en alimentos para animales fue de aproximadamente 2.58 millones de toneladas (5,700 millones de lb. al año) (Cuadro 2) antes de que los mercados de exportación de HCH cerraran a finales de 2003. Los cambios en el uso nacional y de exportaciones de todas las proteínas animales desde el año 2000 se analizan en un capítulo subsiguiente de este libro. 
Cuadro 2. Uso nacional de proteínas animales de varias especies animales.a
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La industria avícola utiliza el mayor porcentaje de la HCH nacional, seguida por la industria de los alimentos para mascotas (cuadro 2). Se utilizan cantidades importantes en los alimentos para cerdos y rumiantes. Aunque no hay restricciones en la alimentación de HCH a aves y cerdos, el ganado y otros animales rumiantes se alimentan únicamente con HCH que proviene estrictamente de un origen no rumiante. Va a resultar entonces un serio problema de eliminación si no se utilizan las proteínas y grasas animales en alimentos para cerdos, aves, mascotas o acuicultura (FAO, 2002).
Los patrones de uso de los productos de sangre difieren del de la HCH, como se muestra en el Cuadro 2. Los rumiantes, en especial el ganado, son los que reciben la mayor parte de los productos de sangre, generalmente como harina de sangre, producida en Estados Unidos. La mayor parte de la utilización en la industria porcina es de los productos secados por aspersión, tales como las proteínas de plasma.
El uso continuo de las proteínas animales como ingredientes para alimentos balanceados, se debe principalmente al compromiso continuo de la industria del reciclaje por mejorar el valor nutritivo de estos productos. Por ejemplo, los nuevos procesos y la tecnología de procesamiento, el equipo mejorado y el mayor conocimiento de los efectos del tiempo, temperatura y métodos de procesamiento sobre la disponibilidad de aminoácidos, han resultado en mejoras significativas en la digestibilidad de las proteínas animales. Los datos publicados desde 1984 demuestran que ha mejorado la digestibilidad de los aminoácidos esenciales, especialmente la lisina, treonina, triptófano y metionina, en la HCH (cuadro 3). El mejor conocimiento de cómo utilizar mejor las proteínas animales en las fórmulas comerciales y los mejores procedimientos de formulación también han mejorado el valor nutritivo. 
Cuadro 3. Digestibilidad de la harina de carne y hueso desde 1984.
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Bioseguridad
La industria estadounidense del reciclaje de subproductos de origen animal reconoce su papel en garantizar la seguridad alimentaria y en proteger la salud humana y animal. El proceso de reciclaje es un método efectivo para garantizar la bioseguridad, ya que las condiciones del proceso aseguran la destrucción de los virus, bacterias y otros microorganismos patógenos. El reciclaje es el método más lógico de recolectar y procesar subproductos animales y animales muertos (mortalidad) ya que cuenta con la infraestructura en funciones para reciclar o eliminar estos productos de manera segura y responsable, además de que permite la rastreabilidad y elabora productos terminados bioseguros que cumplen con todas las reglamentaciones federales y estatales.
Procesamiento
Los subproductos animales y la mortalidad que no se han procesado contienen grandes cantidades de microorganismos, entre los que se incluyen las bacterias y los virus patógenos. A menos que se procesen adecuadamente de una manera oportuna, estos materiales inestables proporcionan un excelente ambiente para que los organismos que causan enfermedades crezcan y amenacen la salud animal y humana, así como el ambiente. Si se deja que se acumulen y descompongan sin restricciones, estos tejidos se van a convertir en un riesgo biológico sustancial, ya que prmueven enfermedades, atraen y hospedan a roedores, insectos, animales carroñeros y a otros vectores de enfermedades, además de que traen animales predadores a zonas densamente pobladas.
En el proceso de reciclaje se utilizan temperaturas entre 115° y 146°C (240° y 295° F), que son más que suficiente para matar a las bacterias, virus y muchos otros microorganismos, para producir un producto de proteína aséptico que está libre de posibles riesgos biológicos y amenazas ambientales. Trout et al. (2001) muestrearon subproductos animales no procesados en 17 plantas de reciclaje diferentes en cada una de dos estaciones.
Se encontró Clostridium perfringens, género Listeria y de Salmonella en más del 70% de las muestras tomadas antes del procesamiento (cuadro 4). Todas las muestras tomadas después del procesamiento térmico fueron negativas a estos y otros patógenos. Estos datos indican que el reciclaje de subproductos de origen animal es una herramienta eficaz para utilizarse en el control de las bacterias patógenas. 
Cuadro 4. Eficacia del sistema estadounidense de reciclaje en la destrucción de bacterias patógenas.a
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En un estudio del Departamento de Sanidad del Reino Unido (2001) se validó el valor del proceso de reciclaje como mecanismo para controlar riesgos de los patógenos microbianos, así como de otros riesgos (cuadro 5). Se encontró que el riesgo de la exposición en humanos a los riesgos biológicos era insignificante cuando los animales muertos (mortalidad) y los subproductos se procesaban mediante el reciclaje, la incineración, o la pira funeraria. Sin embargo, se han presentado informes de que la incineración y las piras causan exposición de moderada a alta a los riesgos químicos relacionados con la quema. Solamente los materiales que se han reciclado dieron una exposición insignificante, tanto a los riesgos biológicos como a los químicos. El agente que causa la BSE fue la única excepción, el cual se encontró que representaba un riesgo insignificante al ser humano cuando posteriormente se incineran los productos sólidos del reciclaje.

Legislación del reciclaje
La industria del reciclaje de subproductos de origen animal está estrechamente reglamentada por los organismos estatales y federales, que de manera rutinaria inspeccionan plantas para comprobar el cumplimiento de las reglamentaciones que aplican y las tolerancias de seguridad de los productos terminados. Los funcionarios de la FDA inspeccionan las plantas de reciclaje en cuanto al cumplimiento de las reglamentaciones relacionadas a la BSE y a las tolerancias de residuos químicos. APHIS emite certificados de exportación e inspecciona las plantas de reciclaje, en cuanto al cumplimiento de las restricciones impuestas por el país que importa. Los funcionarios de control de alimentos para animales estatales inspeccionan y analizan productos finales, ya que hacen valer las políticas de calidad, adulteración y seguridad de alimentos balanceados. Otros organismos estatales también reglamentan a la industria del reciclaje a través de la emisión de permisos de calidad de aire y agua y de licencias para alimentos balanceados y reciclaje de subproductos. Este sistema de inspección también ayuda a garantizar que los animales muertos o enfermos no se desvíen de manera ilegal para su uso en alimentos para consumo humano.
Los controles internos los utiliza la industria del reciclaje para garantizar que se mantenga la bioseguridad y que los productos terminados sean seguros y que cumplan con todas las reglamentaciones y tolerancias,tanto estatales como federales. Hay dos tipos de procedimientos de control que son comunes entre las compañías de reciclaje, que son las buenas prácticas de manufactura (BPM) y los programas de control de proceso (CP) similares a HACCP.
Las GMPs son prácticas preventivas que minimizan los riesgos a la seguridad del producto al instituir controles o condiciones básicas favorables para producir un producto seguro. Una «GMP de materias primas» sería una ejemplo y proporcionaría validación de que éstas no estuvieron expuestas a químicos o metales tóxicos antes del procesamiento en una fábrica de reciclaje. Las BPMs son necesarias para desarrollar un programa CP. 
Cuadro 5. Resumen de los posibles riesgos a la salud de varios métodos de manejo de subproductos de origen animal. ab
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Las compañías de reciclaje de subproductos de origen animal en Estados Unidos han adoptado programas voluntarios de CP como un componente importante de sus programas de seguridad alimentaria. Los programas de CP requieren (1) una evaluación del proceso completo de reciclaje, (2) la identificación de los posibles riesgos biológicos, físicos o químicos, (3) la identificación de los puntos críticos del proceso en donde se pueden controlar los riesgos; y (4) desarrollo de procedimientos para controlar estos procesos y garantizar que se elimina o reduce el riesgo a niveles aceptables.
La temperatura del procesamiento y el tamaño de partícula del material son dos ejemplos de puntos de control crítico relacionados con la destrucción de patógenos virales y bacterianos presentes en los subproductos animales no procesados y en la mortalidad. Estos son puntos de control crítico porque la transferencia de calor a través de los materiales a temperaturas suficientes para eliminar los riesgos biológicos dentro de un tiempo de tránsito dado depende de la interacción entre la temperatura del procesamiento y el tamaño de partícula. Por lo tanto, los ajustes y las condiciones del equipo de ajuste de tamaño de partícula se deben de inspeccionar y documentar con frecuencia. Las temperaturas del proceso también se deben de monitorear y registrar. Si cualquiera de éstos está fuera de la tolerancia, se debe de reprocesar el material con la documentación adecuada.
Los controles adicionales del aseguramiento de la calidad (AC) pueden también incluirse en varios puntos en el proceso para garantizar la calidad de los productos terminados. En la Figura 2 se muestra un programa generalizado de CP/AC de una planta típica de reciclaje de subproductos de origen animal. 
Figura 2. Diagrama de flujo de la producción con los puntos de control críticos y de calidad.
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La FDA ha anunciado su intención de echar a andar un Sistema de Seguridad de Alimentos Balanceados en 2007 que incorporaría un método basado en los riesgos para identificar y desarrollar límites de contaminantes peligrosos en el alimento y establecer controles de proceso con revisión reglamentaria para garantizar el cumplimiento (FDA, 2005). Esto es consistente con las recomendaciones de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que piden una rastreabilidad completa y la implementación de un código de prácticas para manejar los subproductos de origen animal y la mortalidad para garantizar la seguridad (FAO, 2002).
Aunque las compañías de reciclaje de subproductos de origen animal por separado durante años han echado a andar de manera voluntaria sus propias BPM y programas de CP, la industria adoptó el Código de Práctica de la APPI 2004 que formalmente establece unas normas mínimas de la industria para la seguridad del producto que incluyen programas de BPM y de CP. Las plantas que participan reciben acreditación al pasar una auditoría realizada por el Instituto de Certificación de Plantas y una firma de auditorías de terceros.
 
El reciclaje cumple con los objetivos de APHIS
La división de Servicios Veterinarios de APHIS desarrolló su Plan Estratégico y de Desempeño para los años fiscales 2003 a 2008. Se desarrollaron tres mestas específicas, las cuales se presentan en el Cuadro 6 junto con el impacto actual y los beneficios con los que ha contribuido el reciclaje. El procesamiento de subproductos de origen animal y los animales muertos a través del reciclaje es consistente con cada uno de estos objetivos.
El proceso de reciclaje proporciona un medio por medio del cual se puede romper el ciclo de las enfermedades. Para los patógenos típicos, esto puede ser a través de la destrucción rápida del organismo causada por el procesamiento a temperaturas letales. Para otros agentes de enfermedades, tales como el responsable de causar la BSE, los subproductos de animales infectados pueden primero reciclarse para reducir la infectividad, lo que hace que los materiales sean más seguros para su manejo y almacenamiento antes de su eliminación. Cohen et al. (2001) notificaron que los sistemas de reciclaje por lotes lograron una reducción de 3.1 log (1,000 veces) en la inefectividad de la BSE, mientras que los sistemas continuos, con o sin el reciclaje de la grasa, redujeron la inefectividad en 2.0 log (100 veces) y 1.0 log (10 veces), respectivamente.
hace mucho tiempo, el gobierno de Estados Unidos ha reconocido los beneficios de bioseguridad del reciclaje de subproductos de origen animal. Como resultado, el reciclaje ha sido un componente importante de la mayoría de los programas de erradicación de enfermedades de los animales en este país. El ejemplo más reciente es el programa voluntario de erradicación del virus de la seudorrabia (VSR). El VSR no puede sobrevivir los rigurosos pasos del procesamiento del reciclaje (Pirtle, 1997). De esta forma, el protocolo de despoblación exigía que los cerdos eliminados por eutanasia de las piaras infectadas con VSR se eliminaran a través del reciclaje. Este fue un programa voluntario con mucho éxito, que llevó a la erradicación de la enfermedad en Estados Unidos a finales de 2004.
El reciclaje se ha convertido también en un componente importante de la vigilancia gubernamental de las enfermedades animales emergentes. Los recicladores le brindaron a APHIS casi la mitad de las muestras recolectadas durante la destacada iniciativa de vigilancia de la BSE de 2004 a 2006. Al reconocer las capacidades especiales de los recicladores de recolectar la mortalidad en las granjas y los subproductos de origen animal, APHIS expandió recientemente su autoridad para recolectar muestras de sangre y tejidos en las instalaciones de reciclaje (Federal Register: 9 CFR Parte 71) a manera de mejorar la capacidad de vigilancia. 
Cuadro 6. Metas de APHIS para los años fiscales 2003 - 2008.
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El procesamiento oportuno, las temperaturas del procesamiento y la concentración de los animales muertos (mortalidad) y de otros tejidos animales en un número limitado de lugares, proporcionan a APHIS muchas de las herramientas necesarias para prevenir los brotes de enfermedades, erradicarlas y monitorear el estado de sanidad de hatos y parvadas en Estados Unidos. Va a ser difícil para APHIS lograr estas metas si no se utiliza a todo su potencial a la industria del reciclaje.
 
Rastreabilidad
Excepto por la incineración, que es de costo prohibitivo y no apto desde el punto de vista ambiental, las alternativas al reciclaje de la eliminación de subproductos de origen animal y la mortalidad no proporcionan una bioseguridad adecuada. El origen y disposición final de estos materiales no son rastreables cuando se usan métodos diferentes del reciclaje. Esto es problemático cuando se intenta prevenir, controlar o erradicar una enfermedad. Solamente las compañías de reciclaje son las responsables y requieren de documentar y mantener registros por escrito aptos para que los organismos gubernamentales rastreen los subproductos animales hasta la fuente y los productos terminados hacia su disposición o utilización. Una vez que esté funcionando por completo el Sistema Nacional de Identificación Animal del USDA, la capacidad del reciclador será aún más eficiente y precisa.
Las rastreabilidad de los subproductos animales fue prevista cuando la FDA puso en práctica la prohibición de alimentar proteínas derivadas de rumiantes a ganado y otros rumiantes (Federal Register: 21 CFR § 589.2000; la llamada “Regla de alimentos balanceados de la FDA”). Esta regla exige que los recicladores que fabrican productos que contengan o pudieran contener proteínas derivadas de tejidos de mamíferos con destino a usarse en alimentos para animales, tomaran medidas para garantizar que no se usen los materiales prohibidos en alimentos para rumiantes. Una de estas disposiciones es la de “mantener registros suficientes para rastrear los materiales a lo largo de toda la recepción, procesamiento y distribución, y proporcionar copias para la inspección y para que las copie la FDA”. El cumplimiento de este requisito se verifica mediante inspecciones periódicas de funcionarios de cumplimiento de la FDA o de funcionarios estatales bajo contrato de la FDA. Similarmente, la Ley de Bioterrorismo de 2002 contiene una sección de “retención de registros” (Título III, Parte 306) que expande dichos requisitos para incluir todos los materiales que los recicladores reciben y envían. El requisito es que cada paso de la cadena de producción se mantenga con seguimiento de dónde vinieron los materiales y a dónde se enviaron “un paso hacia delante y un paso hacia atrás”.
Incluso, las empresas que procesan materiales que están exentas de la regla de alimentos de la FDA de 1997, como los derivados exclusivamente de animales no rumiantes, deben mantener registros suficientes para permitir la rastreabilidad. Estas empresas están también sujetas a inspecciones por parte de los funcionarios de la FDA y deben ser capaces de demostrar que sus productos no contienen materiales derivados de animales rumiantes.

Infraestructura
Las compañías de reciclaje de servicio completo son capaces de transportar y procesar eficientemente grandes volúmenes (454 mil toneladas o un millón de libras o más al día) de subproductos animales y animales muertos (mortalidad). El reciclaje, tal y como lo conocemos, fue establecido en Estados Unidos hace más de 100 años. Desde entonces, se ha desarrollado como una industria orientada al servicio, que continuamente adopta nuevas tecnologías, descubrimientos científicos y decisiones comerciales sólidas para mejorar la eficiencia del proceso, la seguridad del producto, la calidad del producto terminado y el ambiente. Aunque la industria del reciclaje ha pasado por una importante consolidación durante los últimos 30 años, la mayor parte de las zonas de Estados Unidos continúan recibiendo servicio de uno o más recicladores.
El equipo usado por la industria del reciclaje es especializado y no se encuentra comúnmente en otros segmentos de la industria agropecuaria. Para poder salvaguardar el suministro alimentario y prevenir la diseminación de enfermedades y el daño al ambiente, muchos estados reglamentan la recolección y transporte de subproductos animales no procesados y de la mortalidad, con lo que exigen que se utilicen solamente vehículos equipados con recipientes a prueba de fugas para transportar estos materiales. Este equipo es específico para la industria y no se encuentra comúnmente en vehículos utilizados por transportistas comunes o en el equipo agrícola. Los recicladores deben también instalar limpiadores de aire, oxidantes térmicos, instalaciones de tratamiento de aguas residuales y otros equipos necesarios para cumplir con las emisiones estatales de aire, olores y permisos de descarga en aguas para sus instalaciones. Se invierten decenas de millones de dólares en equipo, instrumentos de monitoreo y pruebas analíticas en las plantas de reciclaje para poder cumplir con las normas estatales y federales.
Debido a que la industria del reciclaje está comprometida con el mejoramiento continuo de la seguridad de sus productos, ha formado organizaciones para brindar apoyo técnico y educativo en el aseguramiento de la calidad y la seguridad de los alimentos balanceados. La Animal Protein Producers Industry (APPI) administra los programas de bioseguridad de toda la industria, capacitación en CP, reducción de Salmonella, educación continua y certificación de terceros para el cumplimiento de las reglamentaciones relacionadas con la BSE y la acreditación del Código de Práctica de la APPI. La Fat and Proteins Research Foundation (FPRF) pide y financia las investigaciones en la industria y en las universidades para encarar cuestiones pertinentes a la bioseguridad y valor nutritivo, así como la búsqueda de nuevos usos. Para enfocar la investigación en asuntos de bioseguridad y desarrollar nuevos usos para productos reciclados, la FPRF entró en un acuerdo con Clemson University para establecer un Centro de Educación e Investigación de Coproductos Animales (Animal Co-Products Research and Education Center o CREC). En un capítulo más delante de este libro, se explica más acerca del desarrollo y propósito del ACREC.

Reducción de volumen
Los subproductos animales no procesados contienen grandes cantidades de agua (cuadro 7). Se utiliza calor para procesar estas materias primas, principalmente para eliminar la humedad y para facilitar la separación de la grasa. La eliminación de la mayor parte de la humedad reduce el volumen total en más del 60 por ciento, de 24.51 millones de toneladas (54 mil millones de lb.) de materia prima a 5.08 millones de toneladas (11 mil 200 millones de lb.) de proteínas animales y 4.9 millones de toneladas (10 mil 900 millones de lb.) de grasas recicladas. Almacenados adecuadamente, estos productos terminados son estables por largos períodos. Las harinas de proteínas secas no brindan un ambiente favorable para que crezcan los patógenos, ya que la actividad acuosa está por debajo del umbral necesario para la proliferación microbiana. 
Cuadro 7. Composición de agua, proteína y grasa de los subproductos de origen animal.
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Procesamiento oportuno
Debido a las condiciones del equipo y del procesamiento utilizado en las plantas modernas de reciclaje, las bacterias y virus se destruyen rápidamente y no se deja oportunidad para su reproducción y diseminación. Esto es crítico para poder contener, prevenir o erradicar enfermedades. Los métodos alternativos de eliminación no eliminan consistentemente los patógenos. La incineración sí proporciona una destrucción rápida de los patógenos. Sin embargo, otros métodos tales como enterrar o hacer composta que se basan en la descomposición de los tejidos, se llevan meses para completar el proceso y son menos eficaces que el reciclaje.
 
La Industria del reciclaje de subproductos de origen animal en Estados Unidos y la BSE
Desde antes de 1995, la industria del reciclaje ha estado activamente involucrada en programas para prevenir la diseminación de la BSE en Estados Unidos, cuando voluntariamente los recicladores detuvieron el reciclaje del material ovino. Esto se hizo para prevenir que cualquier material infectado con scrapie entrara a la cadena alimentaria, especialmente a través de los alimentos balanceados para animales rumiantes.
Cuando primero la FDA consideró medidas preventivas en 1996, los recicladores y ganaderos detuvieron voluntariamente el uso de HCH de animales rumiantes en alimentos para ganado. Posteriormente, se hizo oficial cuando la FDA publicó la regla de alimentos balanceados (Federal Register: 21 CFR § 589.2000), que prohibía el uso de estos materiales en los alimentos destinados al ganado y otros animales rumiantes. La industria del reciclaje estuvo activamente involucrada en preparar esta reglamentación y la apoyó completamente desde su introducción en 1997.
La única HCH permitida para uso en alimentos de animales rumiantes en Estados Unidos es material que proviene de plantas que sacrifican o procesan solamente materiales no rumiantes. Si no puede verificarse que la materia prima sea 100% de origen no rumiante, entonces el material terminado resultante queda prohibido de uso en alimentos para ganado y otros animales rumiantes. Aunque los programas de CP se dirigen hacia riesgos conocidos que se pueden eliminar o controlar a través del proceso de reciclaje, también incluyen el cumplimiento de políticas en la planta que aplican para la aceptación o rechazo de materia prima. Esto proporciona una mayor convicción de que no se recibe ni procesa para alimento el material de ganado (como aquél que se ha analizado para BSE a través del programa de vigilancia de APHIS), ovinos y caprinos que sean sospechosos.
La regla de alimentos balanceados de la FDA incluye requisitos de que los productos terminados estén claramente etiquetados y que haya registros de la recepción de materias primas y de la venta de productos terminados y que estén a disposición para la inspección de la FDA. Esto permite que la FDA verifique la fuente de materias primas y el cumplimiento de la regla de alimentos balanceados entre los fabricantes de estos alimentos, concesionarios, distribuidores y usuarios finales. Para los recicladores que procesan proteínas que están exentas bajo la regla de alimentos balanceados, deben demostrarse las garantías para prevenir la contaminación cruzada en la práctica y por escrito.
El Código de práctica de la APPI para compañías de reciclaje presentado en 2004, incluye el requisito de que las instalaciones estén en cumplimiento con la regla de alimentos balanceados de la FDA . Una auditoría de terceros anterior (2001) de la industria para el cumplimiento de la regla de alimentos de la FDA mostró un cumplimiento del 100 por ciento entre las compañías de reciclaje participantes que representaban a casi toda la capacidad de la industria.
Aunque se han identificado dos casos indígenas de BSE en Estados Unidos al momento de escribir esto, es sumamente poco probable que se establezca debido a que las medidas tomadas por los organismos del gobierno estadounidense son y continúan siendo efectivas en reducir la diseminación de la BSE (Cohen et al., 2001). Como resultado, Estados Unidos es altamente resistente a cualquier amplificación de la BSE o enfermedades similares. Cohen et al. (2001) consideran que la regla de alimentos balanceados de la FDA es una de las garantías más importantes, porque van a prevenir la amplificación de la enfermedad. Hueston (2005) coincide que aunque es suficiente una pequeña dosis de alimento contaminado para la transmisión de la BSE, la amplificación requiere un reciclaje significativo dentro de la población de ganado. La FAO (2002) reflejó que estaba de acuerdo con estas evaluaciones al recomendar que se prohibiera la alimentación de HCH de rumiantes a animales rumiantes en todo el mundo como una garantía adicional, contra la mayor diseminación de la BSE.
La industria estadounidense del reciclaje apoya por completo los programas y esfuerzos de prevención de la BSE con base científica desarrollados por la FDA, APHIS y otros organismos gubernamentales, tanto estatales como federales. La industria del reciclaje está comprometida a lograr un cumplimiento del 100 por ciento de la regla de alimentos balanceados de la FDA como un punto clave para su éxito.
 
Desafíos
La preocupación acerca de la BSE ha sido una de las cuestiones más serias que ha afectado el uso de los productos reciclados de origen animal en los últimos 10 años. Debido a que la FDA promulgó la regla de alimentos balanceados, el valor del uso restringido (prohibido como alimento para animales rumiantes) de la HCH ha disminuido un promedio de $18.13 dólares por tonelada, en comparación con la HCH exenta derivada solamente de animales no rumiantes (Sparks, 2001). 
Cuadro 8. Producción anual de subproductos de origen animal (Sparks, 2001).
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Los efectos del descuento de precios y los mercados perdidos debido a preocupaciones del consumidor, tanto reales como percibidas, han impactado de manera grave a la industria de subproductos de origen animal. La razón de este impacto se entiende mejor al considerar la cantidad de producto afectado por esta reglamentación (cuadro 8). Aproximadamente, el 75% (2.5 millones de toneladas) de la HCH que se produce en Estados Unidos es total o parcialmente derivada de animales rumiantes y no se puede utilizar en alimentos para ganado o de otros animales rumiantes. Directamente, esto ha tenido muy poco impacto en la industria del reciclaje. Indirectamente, las cuestiones del cumplimiento para los fabricantes de alimentos balanceados que hacen tanto alimentos para rumiantes como para no rumiantes en la misma planta, las preocupaciones de la seguridad de alimentos para consumo humano, la cobertura de los medios y las campañas de mercadotecnia que anuncian a la carne de animales alimentados con dietas sin "subproductos de origen animal", han impacto de manera grave a la industria del reciclaje. Como resultado, ha sido necesario pasar una porción de los costos relacionados con el reciclaje a los generadores de los subproductos de origen animal y de la mortalidad. Esto ha estimulado el interés en métodos alternativos para la eliminación de estos materiales, algunos de los cuales son legales y otros no.
Los acontecimientos recientes en Estados Unidos y la reglamentación propuesta publicada por los organismos federales en los últimos dos años, indican que es probable que haya restricciones adicionales en el tipo o especie de subproductos de origen animal que se puedan reciclar para producir ingredientes para alimentos para animales. Tanto Canadá como Estados Unidos confirmaron sus primeros casos de BSE en 2003. Al poco tiempo después de cada confirmación, cada país prohibió el material de riesgo especificado (MRE) en los alimentos para consumo humano y cosméticos. Canadá y Estados Unidos identificaron tejidos similares de MRE, que incluye, cráneos, cerebros, ganglios del trigémino, ojos, médulas espinales y ganglios de la raíz posterior de ganado de más de 30 meses de edad, y el íleon distal y las tonsilas de ganado de todas las edades.
Al escribir este documento, Canadá ha confirmado ocho casos de BSE y Estados Unidos tres, dos en ganado nativo y uno (el primer caso) en una vaca importada al Estado de Washington desde Canadá. Todos los casos de Estados Unidos nacieron antes de 1997, cuando entró en vigor la reglamentación de alimentos balanceados de la FDA. Sin embargo, cuatro de los casos canadienses nacieron después de 1997, cuando el gobierno canadiense instituyó las restricciones de alimentos balanceados, que eran similares a la reglamentación de alimentos balanceados de la FDA. Como resultado, la Agencia Canadiense de Inspección Alimentaria anunció reglamentaciones en que prohibía a todos los MRE (cráneos, cerebros, ganglios del trigémino, ojos, tonsilas, médula espinal y ganglios de la raíz posterior de ganado de más de 30 años de edad, y el íleon distal de ganado de todas las edades) de todos los alimentos para animales y para uso en fertilizantes a partir del 12 de julio de 2007 (CFIA, 2006).
El 6 de octubre de 2005, la FDA propuso enmendar la regla de alimentos balanceados de la FDA y prohibir que ciertos materiales que se originaran en el ganado en los alimentos para todos los animales (regla propuesta; Federal Register, Volumen 70, No. 193, pp 58570-58601). Los materiales propuestos para la prohibición incluyen (1) el cerebro y la médula espinal de ganado de 30 meses de edad o mayores, que se inspeccionan y pasan para consumo humano, (2) el cerebro y la médula espinal de ganado de cualquier edad no inspeccionado y que pasa para consumo humano (“ganado enfermo, muerto o débil”) y (3) la canal completa de animales muertos o débiles si no se eliminaron el cerebro y la médula espinal. Además, la regla propuesta pide que también se prohíba el sebo que contenga más del 0.15 por ciento de impurezas insolubles de todo alimento para consumo animal, si dicho sebo se deriva de los materiales propuestos prohibidos. Al escribir este documento, la FDA estaba revisando los comentarios presentados para la regla propuesta, sin haber tomado ninguna otra medida.
La industria del reciclaje calcula que se pueden eliminar con éxito los cerebros y las médulas espinales de solamente el 54 por ciento del ganado muerto o débil, en promedio (Informa Economics, 2005). La eliminación de los tejidos suaves, tales como estos, se ve afectada negativamente por la tasa de descomposición de las canales que se acelera con el aumento de la temperatura ambiente. En zonas en donde las temperaturas del día sobrepasan los 27°C (80°F) la mayor parte del año, tales como el sur y el oeste de Estados Unidos, el cerebro y la médula espinal solamente se pueden eliminar con éxito el 10 por ciento de las veces. Bajo la regla propuesta, dejar el cerebro y la médula espinal del ganado muerto o débil, prevendría su uso en alimentos de cualquier animal y crearía un importante problema de eliminación de desechos. Otras posibles consecuencias no planeadas de la regla propuesta incluyen el desajuste en la recolección de animales muertos no rumiantes (mortalidad), problemas en el cumplimiento relacionados con la aceptación de subproductos de instalaciones que no están inspeccionadas federalmente que sacrifican ganado de más de 30 meses de edad y la reducción de los servicios de reciclaje en algunas zonas del país. En la regla propuesta, no estaban claramente establecidos los criterios que va a usar la FDA para determinar el cumplimiento de la industria del reciclaje. Como resultado, los recicladores pueden dejar de procesar materiales prohibidos, más que arriesgar una medida del este organismo por el no cumplimiento que incrementaría la cantidad de material que debe eliminarse por otros medios.
Estados Unidos no regula uniformemente la eliminación de subproductos de origen animal y de los animales muertos (mortalidad). Debido a que estos materiales tienen muy poco o ningún valor, ya sea en forma cruda o procesada, si se prohíbe su uso en alimentos para animales, es poco probable que los recicladores puedan recolectarlos y procesarlos. Como resultado, los organismos gubernamentales van a perder control sobre la recolección y eliminación de MRE, así como de cualquier material mezclado. Tal pérdida de control está un conflicto con la intención de las salvaguardas de la BSE, lo cual podría contribuir a la diseminación de enfermedades convencionales. Aunque las grasas animales se pueden usar para combustible o en algunas aplicaciones industriales, las proteínas animales actualmente se usan casi en exclusiva como ingredientes de alimentos balanceados, excepto por una pequeña cantidad que se usa como fertilizante. A menos que se desarrollen usos no alimenticios en grandes volúmenes de las proteínas animales, los materiales prohibidos para la alimentación de animales no van a tener un valor económico y las compañías de reciclaje no podrán recolectarlas, transportarlas, procesarlas y eliminar tales materiales, a menos que sus costos se pueden recuperar de los generadores de subproductos. 
Figura 3. Eliminación inadecuada de restos de venados sacrificados en un campo de maíz.
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El reciclaje es el método óptimo de eliminación.
No usar la industria de reciclaje para la eliminación de subproductos de origen animal y animales muertos (mortalidad) va a minar la infraestructura desarrollada para manejar de manera segura estos materiales, lo que va a resultar en desafíos de sanitarios y ambientales en el futuro (FAO, 2002). Estos problemas se pueden convertir en infranqueables durante situaciones de emergencia ampliamente diseminadas, tales como los brotes de enfermedades extranjeras de animales, periodos prolongados de calor excesivo, inundaciones, etc. Sparks (2001) calculó que las prohibiciones del uso de todas las proteínas animales en alimentos balanceados, va a reducir el precio del mercado que se paga por el ganado (US$15.49/cabeza), cerdos (US$3.22/cabeza), pollos de engorda (US$0.07/ave) y pavos (US$0.33/ave). Estos costos se basan en la pérdida completa del valor económico de las proteínas animales (no de las grasas animales) y supone que los servicios de reciclaje continuarán utilizándose. No se enfoca a los posibles costos relacionados con ya sea una reducción importante o pérdida completa de los servicios de reciclaje para las industrias del ganado, avícola y de la carne. 
Figura 4. Eliminación inadecuada de bolsas de basura llenas de restos animales.
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Sin la industria del reciclaje de subproductos de origen animal, sería necesario desechar o eliminar los subproductos de origen animal y los animales muertos en rellenos sanitarios comunitarios, pilas de composta, sitios de enterramiento, incineradores, o peor aún, se dejarían en basureros ilegales, que causarían un posible riesgo para la salud pública. Cada uno de estos métodos alternativos tiene sus limitantes con respecto a la eliminación de estos subproductos y de los animales muertos, en el que el espacio limitado es la limitante más obvia.
Cuando se eliminan subproductos animales no procesados derivados de rumiantes por estos métodos diferentes al reciclaje, su eliminación no está regulada, y existe el potencial de que el ganado y otros animales rumiantes queden expuestos a materiales prohibidos por la reglamentación de alimentos balanceados de la FDA. Los animales rumiantes, domésticos y salvajes, pueden estar directamente expuestos a materiales no procesados que se puedan haber enterrado inadecuadamente, formado en composta o colocados en rellenos sanitarios. Como resultado, estas prácticas que no implican el reciclaje, podrían contribuir a la amplificación de la BSE en Estados Unidos. Por ejemplo, está permitida, bajo las reglamentaciones actuales, la diseminación de subproductos animales de origen rumiante procesados en composta sobre la tierra que se utiliza para el pastoreo o la producción de heno. 
Figura 5. Becerros muertos manejados inadecuadamente.
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Figura 6. Animales muertos eliminados inadecuadamente en una pila de estiércol.
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Rellenos sanitarios
Aunque el reciclaje reduce el volumen, se deben de añadir otros productos, como el aserrín (una parte de éste por tres partes del subproducto) para compensar el alto contenido de humedad de los subproductos animales y de los animales muertos que se eliminan en un relleno sanitario. Como resultado, el volumen total se va a aumentar en aproximadamente 25 por ciento. Cuando se prepara adecuadamente el volumen de subproductos animales y animales muertos generados en un año, se llevaría aproximadamente el 25 por ciento del espacio de los rellenos sanitarios en Estados Unidos a un costo estimado de $105 dólares por tonelada (Sparks, 2001).
La descomposición se realiza lentamente y a temperaturas relativamente bajas (54-65°C o 130°-150°F) en los rellenos sanitarios, lo que limita la destrucción de patógenos. La colocación en rellenos sanitarios de los subproductos de origen animal contribuye a la producción de gas metano y a olores que atraen a portadores (tales como ratas, mascotas y moscas), lo cual contribuye a la exposición por contacto e inhalación en humanos.
Los estudios presentados en el cuadro 5 indican que hay otras opciones mejores a los rellenos sanitarios para reducir el riesgo de exponer al ser humano a los posibles peligros biológicos y químicos, como la BSE. Además, el potencial de más enfermedades entre los trabajadores de los rellenos sanitarios y la transferencia de patógenos a lugares fuera de estos, puede aumentar cuando se utilizan estos basureros para eliminar animales grandes (Gerba, 2002). Por estas razones, está prohibida la eliminación de las canales de ganado en rellenos sanitarios en California y posiblemente también en otros estados.
Formación de composta
La formación de composta depende de la fermentación microbiana controlada para descomponer los subproductos de origen animal y los animales muertos o mortalidad. Además, la formación de composta tiene una aplicación limitada a gran escala, debido a que se necesitan grandes cantidades de materiales carbonoso para poder equilibrar el alto contenido de nitrógeno y humedad en los subproductos de origen animal y animales muertos. Si se usan las pautas de la industria porcina para la formación de composta (Glanville, 2001), la cual considera los problemas de la mezcla y la separación en pilas, se requerirían aproximadamente 31.9 millones de m3 (1 billón de pies cúbicos) de espacio para formar la composta de 24.5 millones de toneladas (54 mil millones de lb) de subproductos de origen animal que se reciclan cada año. Esto es equivalente al espacio necesario para almacenar todo el maíz producido en Estados Unidos durante los últimos 100 años. Además, la diseminación en composta de los subproductos de origen animal y animales muertos de origen bovino sobre la tierra que se utiliza para pastoreo o la producción de alimentos balanceados, es inconsistente con el propósito de la regla de alimentos de la FDA y de otros programas federales de prevenir la diseminación de la BSE en Estados Unidos. La formación de composta amplia diluiría la integridad de la reglamentación de alimentos balanceados de la FDA y haría que se invalidaran todos los modelos de evaluación de riesgo existentes (Cohen et al., 2001). Algunos estados reconocen el potencial de la contaminación ambiental cuando se hace composta de canales y tejidos de ganado, de tal forma que prohíben tales prácticas bajo los estatutos estatales. California es uno de esos estados.
La formación eficaz de composta es difícil de manejar y, dependiendo del sistema utilizado, podría resultar en olores y la no eliminación de patógenos (Franco, 2002). El calor producido durante la composta (49°-70°C o 120°-158°F) eliminaría la mayor parte de los huevos de parásitos y bacterias vegetativas en un estrato de 10 a 20 cm (4 a 8 pulg.) de la superficie, pero no es suficiente para eliminar las bacterias térmicamente resistentes y formadores de esporas, tales como el Clostridium perfringens. Sin embargo, si no se remueven adecuadamente las pilas de composta, no se puede garantizar la destrucción de patógenos. Los recicladores independientes se encuentran en una posición especial para monitorear el surgimiento y la operación de métodos de eliminación alternativos, debido a su proximidad con las áreas en donde se produce el ganado. La industria del reciclaje ha observado y claramente ha documentado los intentos fallidos e inadecuados de formación de composta.
 
Enterramiento
El enterramiento no es una opción viable en muchos estados debido a la densidad de población y al potencial de contaminación del agua superficial y de los mantos freáticos. Si no se hace adecuadamente, el enterramiento también puede crear algunos de los mismos posibles riesgos de los patógenos que hay en los rellenos sanitarios y la formación de composta. Como se muestra en el cuadro 5, es alta la exposición en el ser humano a todos los riesgos biológicos y algunos químicos (tales como el sulfuro de hidrógeno) cuando se entierran subproductos de origen animal y los animales muertos (U.K. Department of Health, 2001). El espacio también es un factor limitante importante para la eliminación de grandes cantidades de subproductos de origen animal y animales muertos.

Incineración
La incineración puede ser prohibitiva en cuanto al costo, por los combustibles fósiles que se requieren para destruir los subproductos de origen animal y los animales muertos. Quedan como residuos cantidades significativas de cenizas después de que se incineran estos materiales, lo que también causa un problema de eliminación. La incineración es un método eficaz de minimizar la exposición en el ser humano a los microorganismos patógenos. Sin embargo, los incineradores generan químicos peligrosos, tales como las dioxinas y las partículas (cuadro 5). Además, como en la Unión Europea, la capacidad de incineración en Estados Unidos es inadecuada para eliminar todos los subproductos de origen animal y los animales muertos que se producen al año (Goldstein y Madtes, 2001). Existen también muchos desafíos legislativos para permitir nuevos incineradores.

Abandono o descarga
Debido a su bajo costo y al bajo riesgo de acusaciones legales, el abandono de canales de animales o de basureros ilegales de tejidos residuales de animales infecciosos, es una opción tentadora de eliminación alternativa (figuras 3- 9). El potencial de atracción de animales carroñeros, de contaminar el suministro de agua superficial y de mantos freáticos y la diseminación de posibles patógenos animales y humanos, hacen que esto sea una práctica particularmente dañina. Los recicladores independientes se encuentran en una posición muy especial para seguir y documentar esta creciente tendencia. Los empleados que viajan en las rutas diarias de recolección, observan estos materiales abandonados en campos o botados en ríos o quebradas. Los organismos legisladores de desperdicios sólidos estatales simplemente no tienen los recursos para monitorear y hacer valer las prohibiciones de tales actividades y admiten que su consciencia es limitada para cuando reciben quejas.
 
Papel futuro del reciclaje de subproductos de origen animal
Los mayores aumentos en el volumen de subproductos de origen animal que no se pueden usar en alimentos para animales debido a las reglamentaciones gubernamentales o presiones del consumidor, van a aumentar la probabilidad de problemas debido a una mala sanidad, diseminación de enfermedades o daño al ambiente. Por lo tanto, surgela necesidad de un sistema de reciclaje de dos niveles que se enfoque a estos problemas y preocupaciones. Bajo tal sistema, podría evaluarse el riesgo relacionado con subproductos crudos de origen animal y animales muertos (mortalidad) y dirigir los materiales a instalaciones dedicadas para fabricar productos que se puedan usar en alimentos o productos para aplicaciones no alimenticias. Al no haber usos viables no alimentarios, los materiales que no se puedan usar en estos alimentos balanceados, se prepararían para su eliminación.
Para que evolucione un segmento de eliminación de la industria, debe ser sustentable el reciclaje de la eliminación. La falta de reglamentaciones requiere que todas las opciones usadas para recolectar, procesar y eliminar los subproductos de origen animal y los animales muertos para cumplir en normas uniformes de bioseguridad, rastreabilidad, y protección ambiental, es la única razón por la que el reciclaje de eliminación no se ha todavía desarrollado como un mecanismo viable para manejar este tipo de materiales. Sin estas normas, Estados Unidos no va a tener la infraestructura para manejar la prohibición del uso de MER en alimentos balanceados, incluso si se prohíbe sólo una porción de éstos como lo propone la FDA. Los problemas de eliminación que amenazan a la salud animal y humana, y al ambiente, van a continuar aumentando conforme se utilicen mayores volúmenes de materias primas de origen animal y animales muertos que no se puedan usar en alimentos balanceados. 
Figura 7. Los basureros ilegales contaminan el agua.
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Figura 8. Basureros ilegales de animales muertos en ríos.
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Figura 9. Canales porcinas descompuestas mal eliminadas.
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