Introducción
La avicultura moderna se enfrenta a una alta presión sanitaria, productiva y ambiental, exacerbada por la reducción del uso de antibióticos promotores de crecimiento (APC) y la intensificación de los sistemas de producción (Gadde et al., 2017; Hedman et al., 2020). En este contexto, la inmunomodulación se presenta como una estrategia clave para potenciar la inmunocompetencia de las aves, mejorar la respuesta vacunal y contribuir a una producción más sostenible y eficiente.
¿Qué es la inmunomodulación?
La inmunomodulación consiste en la administración de sustancias capaces de estimular o regular el sistema inmunológico, mejorando su capacidad de prevenir o controlar infecciones y optimizar la respuesta a vacunas. En aves, estas sustancias —que incluyen compuestos naturales, microbianos y sintéticos, pueden ejercer efectos sobre la inmunidad innata (macrófagos, células NK, barreras mucosas) y adaptativa (linfocitos T y B) (McGill et al., 2025).
Aplicaciones prácticas en la producción avícola
- Refuerzo de la inmunidad en pollitos: Los primeros días de vida son críticos para el desarrollo inmunológico. La inmunomodulación temprana (in ovo o post-eclosión) puede acelerar la maduración del sistema inmune y mejorar la respuesta a vacunas, especialmente en presencia de anticuerpos maternales (Kogut & Arsenault, 2021).
- Reducción de enfermedades entéricas y respiratorias: El uso de inmunomoduladores mejora la integridad de la mucosa intestinal y potencia la producción de IgA, contribuyendo al control de patógenos como Escherichia coli, Clostridium perfringens o Mycoplasma gallisepticum (Wickramasuriya et al., 2022; Tomczyk et al., 2024).
- Menor dependencia de antibióticos: Al fortalecer las defensas naturales, se reduce la incidencia de infecciones y la necesidad de tratamientos antimicrobianos, alineándose con los principios de uso racional de medicamentos veterinarios (Hedman et al., 2020).
- Mitigación del estrés y mejora del bienestar animal: Eventos estresantes como la transferencia entre galpones, el hacinamiento, los cambios bruscos de temperatura, el manejo intensivo o la vacunación múltiple pueden suprimir la función inmune en las aves, incrementando su susceptibilidad a enfermedades infecciosas. La suplementación con inmunomoduladores ayuda a contrarrestar estos efectos negativos, promoviendo una mayor estabilidad inmunológica, mejor salud general y mayor bienestar animal (Hedman et al., 2020).
Tipos de inmunomoduladores (Gadde et al., 2017; Teng & Kim, 2018; Schwartz & Vetvicka, 2021; Tomczyk et al., 2024)
- Betaglucanos: Derivados de levaduras como Saccharomyces cerevisiae, activan macrófagos y promueven la síntesis de citoquinas proinflamatorias. Han mostrado efectos positivos en la inmunidad de pollos de engorde y ponedoras.
- Ácidos orgánicos y prebióticos: Mejoran el ambiente intestinal y la inmunidad mucosa. Su uso combinado con vacunas puede reducir la colonización por Salmonella spp.
- Fitogénicos (extractos vegetales): Poseen propiedades antiinflamatorias e inmunoestimulantes. Ejemplos incluyen extractos de orégano, cúrcuma y ajo.
- Peptonas y nucleótidos: Apoyan la proliferación celular y regeneración epitelial. Han sido utilizados para mejorar la recuperación post-vacunal y en situaciones de estrés térmico o nutricional.
Consideraciones para su implementación
El éxito de los inmunomoduladores depende de varios factores. Primero, debe realizarse un diagnóstico inmunológico previo que permita caracterizar las amenazas sanitarias y el estado inmunitario de las aves. Segundo, su aplicación debe integrarse con estrategias de manejo, nutrición y programas vacunales. Por último, se requiere monitoreo constante usando indicadores clínicos, productivos e inmunológicos para realizar ajustes oportunos.
Conclusión
La inmunomodulación en avicultura representa una herramienta poderosa para promover la salud intestinal e inmunológica de las aves, reducir el uso de antibióticos y mejorar la eficiencia productiva. Su adopción, dentro de un enfoque integral de manejo, fortalece la sostenibilidad de la producción avícola moderna y la resiliencia frente a enfermedades emergentes, alineándose con las metas globales de salud pública y seguridad alimentaria.