El efecto de los alcaloides isoquinolínicos sobre el estrés térmico en pollos

Las razas avícolas modernas, altamente productivas, son susceptibles al estrés térmico. Esto, combinado con el aumento de las temperaturas en todo el mundo, representa un reto para el sector avícola. Las soluciones nutricionales de origen vegetal ofrecen la oportunidad de estabilizar a los pollos de engorde durante los periodos de estrés térmico.

El rápido ritmo de crecimiento de las razas modernas de pollos de engorde ofrece muchas ventajas, como el ahorro de recursos de producción gracias a un mejor índice de conversión del alimento (FCR) y períodos de producción más cortos. La desventaja de esta actividad metabólica acelerada es una menor tolerancia al estrés térmico, y las aves ya son naturalmente susceptibles a las altas temperaturas debido a la relación entre masa corporal y superficie corporal, así como a la falta de glándulas sudoríparas en la piel y de plumas aislantes.

El estrés térmico es una respuesta fisiológica al efecto combinado de una temperatura ambiente y una humedad relativa elevadas. El estrés por calor se produce cuando las aves están fuera de su zona de termoneutralidad y luchan por regular su temperatura corporal. Las aves que tienen demasiado calor aumentan su frecuencia respiratoria y desvían sangre del tracto gastrointestinal a la piel, la cresta y las barbas en un intento de enfriarse. También pueden reducir el consumo de alimento hasta en un 20% (Quinteiro-Filho et al., 2010). Obviamente, esto puede tener un efecto perjudicial sobre el rendimiento.

Además, el estrés térmico también tiene consecuencias adversas para la calidad de la carne e incluso aumenta el riesgo de contaminación de las aves de corral con patógenos transmitidos por los alimentos, lo que representa un importante problema de seguridad alimentaria, por lo que cada vez es más importante una gestión eficaz de este desafío medioambiental.

Existe una estrecha relación entre el estrés térmico y la inflamación intestinal, que puede comprometer la función de la barrera intestinal. Por un lado, la absorción insuficiente de nutrientes y el bajo rendimiento son las consecuencias, pero aún más alarmante es el mayor riesgo de translocación bacteriana desde la luz intestinal al torrente sanguíneo. Por consiguiente, las estrategias de intervención nutricional dirigidas a controlar la inflamación son herramientas prometedoras para ayudar a los pollos de engorde durante los periodos de estrés térmico.

Por ejemplo, se ha demostrado que los alcaloides de isoquinolina (IQ) derivados de plantas aumentan el crecimiento de los pollos de engorde gracias a sus propiedades antiinflamatorias. Uno de ellos es la sanguinarina, un alcaloide que ha demostrado su potencial para atenuar la inflamación intestinal causada por el estrés térmico.

La Tabla 1 ofrece una visión general de las condiciones generales de las configuraciones de los ensayos.

En ambos ensayos, se observó una reducción significativa de los niveles de expresión génica ileal de iNOS (un mediador clave de la inflamación) en las aves alimentadas con Sangrovit®, lo que indica un impacto positivo de los CI en la inflamación inducida por el estrés térmico. Para evaluar la integridad intestinal se utilizó fluoresceína isotiocianato (FITC)-dextrano en plasma sanguíneo. Niveles elevados de FITC-dextrano indican una función deficiente de la barrera intestinal. Las aves alimentadas con dietas que contenían Sangrovit® mostraron niveles más bajos de FITC-dextrano, lo que indica un mejor mantenimiento de la integridad intestinal (figuras 1a y 1b).

Otra consecuencia del control de la inflamación fue la estabilización del consumo de pienso en las aves suplementadas con IQ. Posteriormente, el rendimiento mejoró en las aves que recibieron las dietas suplementadas con IQ (figura 2). Este ensayo pone de manifiesto las ventajas de los aditivos alimentarios de origen vegetal para mitigar el problema del estrés térmico en la producción mundial de pollos de engorde.

Los genotipos avícolas modernos de crecimiento rápido tienen una elevada actividad metabólica, lo que aumenta la producción de calor. Los pollos de engorde son especialmente susceptibles a los problemas de estrés térmico, sobre todo en los meses de verano.

Las soluciones nutricionales basadas en la ciencia están saliendo al paso de este problema. Especialmente en este caso, los alcaloides de isoquinolina suministrados en forma de Sangrovit® a 100 ppm ofrecen una herramienta para gestionar y mitigar este creciente desafío.

Tabla 1. Información básica sobre los montajes de ensayo. Figura 1a y 1b. Niveles de iNOS y FITC-d en aves alimentadas con IQ en condiciones de estrés térmico (HS) en comparación con el Control.Figura 2a y 2b. Influencia de los IQ en el consumo de alimento (Japón: d 14 - 42; Tailandia d 0 - 42) y FCR (Japón: d 14 - 42; Tailandia d 0 - 42) de pollos de engorde bajo condiciones de estrés térmico