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Vacunas autógenas: 3 puntos importantes a considerar

Publicado: 1 de julio de 2022
Por: Paulo Martins
Las vacunas autógenas constituyen una alternativa más para la prevención y el control de enfermedades infecciosas en la avicultura. Al igual que las vacunas de línea, las autógenas contribuyen a minimizar las pérdidas en la producción, lograr mejores condiciones sanitarias y maximizar la productividad.
Vacunas autógenas: 3 puntos importantes a considerar - Image 1
La diferencia entre ellos radica en los agentes utilizados como antígenos: mientras que los comerciales usan cepas estándar, las vacunas autógenas usan cepas autólogas, el mismo agente que está causando la enfermedad en la propiedad.
Además, las vacunas de línea se desarrollan para prevenir una determinada patología, en las más diversas regiones de un país. Las autógenas son productos personalizados, es decir, deben ser utilizadas para una determinada granja y/o núcleos afectados, y no generalizados para todas las unidades de una empresa.
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Eso significa que se producen para satisfacer las necesidades específicas de prevención de enfermedades cuando ya han sido diagnosticadas en el plantel o propiedad. El agente bacteriano o viral se aísla, se identifica, se replica y se inactiva mediante productos y técnicas adecuadas, para solamente después se aplicar al propio animal o al lote.
Aquí explicamos con más detalle sobre esta herramienta ya disponible para su uso en granjas avícolas. Los programas personalizados ganan protagonismo cuando las vacunas de líneas no confieren la protección adecuada a las aves, siendo esenciales para disminuir pérdidas de producción y mortalidad de animales.
Pero, antes de la aplicación de las también llamadas autovacunas — y para que los resultados sean satisfactorios —, es importante considerar algunos puntos. Cito 3 de ellos. ¡Compruebe!
1) Identificación del problema y diagnóstico correctos
En la avicultura, no son raros los cuadros clínicos con orígenes multifactoriales. Estamos hablando de:
  • Fallos sistemáticos de bioseguridad en la cadena de producción;
  • Condiciones de estrés provocadas por fallas de manejo y/o de ambiente;
  • Condiciones climáticas extremas;
  • Factores inmunosupresores nutricionales y/o infecciosos;
  • Agentes infecciosos primarios;
  • Agentes infecciosos secundarios.
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Por lo tanto, la repetición de un cuadro en el mismo lote (o en lotes diferentes), en la misma operación o en la región sirve de alerta. Como el protocolo vacunal debe atender la demanda de costo x beneficio del productor, es importante que los técnicos sepan el diagnóstico correcto de qué enfermedad está acometiendo su lote para, así, utilizar la tecnología correcta.
Para un diagnóstico correcto, son fundamentales la anamnesis, el historial del lote(s), el análisis de las fichas de control, el examen clínico, los síntomas y la necropsia. El éxito del diagnóstico también depende de otros factores, como:
  • Tipo de material recogido;
  • Condiciones de asepsia en el momento de la recogida y transporte al laboratorio de diagnóstico;
  • Medios de cultivo utilizados para el aislamiento de cada uno de los agentes presuntamente involucrados;
  • Identificación de muestras aisladas, entre otros.
Antes de producir autovacunas, es importante evaluar todos estos criterios, así como si el resultado simple de pruebas moleculares es suficiente para el diagnóstico y si el aislamiento del agente coincide con el cuadro clínico, lesiones encontradas y extensión del problema.
Más aún: si es posible reproducir el cuadro clínico o patológico por medio de una inoculación experimental y si el laboratorio de diagnóstico posee experiencia no solamente para el aislamiento, sino también para detectar bacterias de crecimiento fastidioso.

2) Tiempo de producción
Las etapas de la fabricación de vacunas autógenas puede llevar dos meses, o incluso más, de trabajo intenso. Esto considerando desde la recolección de la muestra hasta la comercialización del producto, pasando por todas las demás etapas: aislamiento, identificación, adaptación de la muestra a los medios de cultivo, multiplicación e inactivación del agente, control de calidad y documentación.
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La mayoría de las veces, las autovacunas bacterianas requieren la aplicación de dos dosis, con un intervalo de cuatro a seis semanas entre ellas, para establecer una inmunidad más duradera. Y preferiblemente deben administrarse en el período de cría de aves de larga vida. «No pocas veces, cuando los trabajos de control de calidad de una autovacuna son concluidos, algunos lotes objetivo ya dejaron la fase de levante y se encuentran en producción», explica Paulo Martins.
Además, la multiplicación de un nuevo microorganismo, recién entregado por el laboratorio de diagnóstico, depende de numerosas pruebas y errores para que su multiplicación, en concentraciones adecuadas, pueda servir como antígeno.

3) Inmunogenicidad
En algunos casos, la inmunidad humoral desarrollada por las autovacunas no es tan efectiva para reducir y controlar la infección, como ocurre después de la aplicación de vacunas vivas. Estos últimos son capaces de promover mejor la inmunidad de base celular y, dependiendo de la vía de aplicación (digestiva o respiratoria), incluso producir inmunidad local o mucosa (IgA).
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Sin embargo, las autovacunas pueden provocar una respuesta inmune basada en células cuando se administran como refuerzo. Es decir, cuando los animales ya están sensibilizados con las vacunas vivas correspondientes.
Este es el caso de las vacunas de salmonelas paratíficas, cuando se utiliza un primer de bacterias vivas atenuadas. Como ejemplo, podemos citar las vacunas vivas contra Salmonella Enteritidis o Salmonella Typhimurium, con posterior vacunación con vacunas inactivadas (de línea o autovacunas) antes de la producción.

Vacunas autógenas: ¿cuándo aplicar en la granja?
La precisión del diagnóstico, el tiempo de producción y la inmunogenicidad — así como el costo más elevado — son algunos de los factores que evidencian cautela en el uso de las vacunas autógenas.  Por todo eso, la orientación es para que, siempre que sea posible, el productor, el técnico, el sanitarista y la industria utilicen vacunas de línea regularmente registradas en la autoridad de registro de cada país.
Estos productos cuentan con un largo período de investigación, desarrollo y experiencia en su utilización, en las más variadas condiciones de campo, además de control de calidad específico para cada producto, desarrollado a lo largo de años e incluso décadas.
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Sólo cuando las vacunas comerciales de línea no presentan la respuesta adecuada a determinada condición o patógeno (o son inexistentes comercialmente para determinada infección o enfermedad), es recomendable pensar en echar mano de las autovacunas, producidas con microorganismos inactivados, emulsionados en aceite o hidróxido de aluminio.
Además, antes de la introducción de la vacuna autógena también es importante revisar los programas de bioseguridad para tratar de identificar si hubo fallas. «Muchas veces, solamente con la revisión de los procesos y entrenamiento del equipo, el problema podrá ser reducido e, incluso, desaparecer», dice Paulo Martins.
Sin embargo, si esto no ocurre, las autovacunas se vuelven fundamentales para controlar el brote de la enfermedad y promover la inmunidad de los lotes alojados en la misma propiedad. «En la necesidad del uso de una autovacuna, es importante elegir laboratorios de diagnóstico y de producción con referencia y experiencia en sus respectivas áreas debido a la complejidad del proceso», explica Paulo.
El laboratorio de producción debe cumplir con todos los pasos regulatorios requeridos por las autoridades de cada país, poseer instalaciones, equipos y tecnología adecuados, equipo formado por técnicos con gran experiencia en adaptación y multiplicación de microorganismos en medios de cultivo.
Este es el caso de Biocamp, que desarrolla vacunas bacterianas autógenas inactivadas para satisfacer las necesidades específicas de prevención de cada propiedad. Vale recordar que, una vez iniciado el uso de autovacunas, los resultados se consolidan después de uno o más ciclos de producción.
Por eso, si usted ha vivido desafíos en su granja, que las vacunas de líneas comerciales no están resolviendo, considere el uso de las autovacunas. ¡Hable con los técnicos de Biocamp y vea cómo podemos diseñar un programa para su propiedad!
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Autores:
Paulo Martins
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Genni Juvenal Macas Quizhpe
29 de diciembre de 2022
Las vacunas autogenas están disponibles para el público
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