Seguimos #1 con los desafíos!

Se estima que alrededor del mundo producimos más de 35 mil millones de pollos. Un número astronómico cuando pensamos en todo lo que es necesario para alimentarlos, cuidar su salud, alojarlos, manejarlos, procesarlos, empacarlos y vender esos miles de millones de libras de pollo y huevo alrededor del mundo. Estamos hablando de millones de toneladas de ingredientes, galones de agua, hectáreas de terreno, millones de dosis de vacunas, toneladas de medicamentos, miles de personas y vehículos involucrados. El sector avícola es tan importante que puede afectar la sobrevivencia de gobiernos y estatus político de los partidos en muchos países, incluyendo el de América latina y sus 650 millones de habitantes.

Según las proyecciones, la población del mundo va a llegar a 8 mil millones de personas en noviembre de este año y paralelamente el consumo de pollo sigue creciendo. Este fenómeno se puede ver en todos los países superando el consumo de los otros tipos de carne como el de res y cerdo.  Cuando empecé a trabajar en Panamá en el año 1987, la producción mundial de pollos era de 10 mil millones. Desde entonces hemos observado como cada década ha subido 10 billones más, sobrepasando los 35 billones. Una cifra admirable en nuestra industria por la que debemos sentirnos orgullosos, por de ser parte de la alimentación de la población mundial de manera sana y muy económica. Por nuestros esfuerzos somos #1 entre todas las fuentes proteicas.

 
 

La población ha descubierto además del pollo que hay otra fuente proteica mucho más barata, nutritiva, fácil de producir y preparar: “El Huevo”.  Igual que el pollo, el consumo de huevo sigue doblando y triplicandose a nivel mundial. China produce más de 600 mil millones de huevos, seguido con India y EE. UU. En Panamá y América latina vemos la misma tendencia favorable a más producción y consumo de huevo. En Panamá, donde el consumo de huevo era de 60 per cápita y hace 3 décadas nadie consideraba al huevo como un alimento, ahora tenemos el triple de consumo y aún más oportunidad de doblar esto subiendo a más de 400 huevos, como en México.

En general, el panorama se ve muy dinámico y positivo para el futuro de nuestra industria. Por todos lados vemos que están construyendo más granjas, fábricas de alimentos y plantas de faenado para satisfacer la demanda creciente de nuestros productos.

Otra ventaja a favor de nuestra industria han sido los avances genéticos, y esto nos ha permitido crecer sin afectar el ambiente, utilizando menos alimento por libra o docena de huevo y menos uso de la tierra.

El sector avícola actualmente tiene uno de los mejores indicadores de impacto negativo a emisión de carbono, conocido como “huella de carbono” “carbón footprint” y es mejor para una sostenibilidad saludable. Sin embargo, con esto viene como dicen en inglés, “growing pain” es que nada puede crecer sin dolores y consecuencias.

 

Los desafíos aún siguen y con la invasión de Rusia a Ucrania empeoraron. Un país grande de producción #1 de aceite de girasol y muy importante productor de trigo, maíz, cebada y otros ingredientes. El mundo no es como antes, la situación en Ucrania con más de 10,000 km de distancia a las Américas afectó el precio de los artículos alimenticios hasta un 50% más y el precio del petróleo más de 100%. Esto causó pánico en todo el mundo, tumbó y cambió gobiernos por no tener un plan B de cómo ayudar a su población. Un caso fue en Panamá que por más de un mes la población en general se tiró a las calles protestando por los altos costos de energía, la canasta básica y muy bajos salarios. Personas en todo el mundo están cambiando sus dietas y tienen menos que comer. Aquí por la ventana de mi oficina puedo ver filas largas de consumidores comprando directamente a Melo productos avícolas a menor costo, eliminando los intermediarios. Cada centavo empezó a valorarse. Vi un video de TikTok donde un consumidor empezó a quejarse al gerente porque un paquete de salchicha decía $1.90 en el anaquel y cuando fue a pagar en la caja costaba 1.95, reclamando sus 5 centavos y se los dieron.

Durante la pandemia teníamos muchos contenedores parados en varios puertos y la situación empeoró con la guerra en un tiempo tan delicado de salud mundial. Todos los que estamos en la industria observamos como los precios de todos los artículos que utilizamos subieron y hasta algunos con escasez. Esto nos obligó aun a afinar más toda la cadena de producción a ver dónde se puede mejorar un poco más y quedamos sorprendidos que sí se puede mejorar.

  

Cada gramo extra, cado décimo de porcentaje más de rendimiento y cada centavo ahorrado en esta industria se multiplica en miles y millones.  Además, hay variables que no podemos controlar por los cambios climáticos. Vemos todos los días las lluvias, incendios, calores intolerables, vientos y tornados, afectando directamente el rendimiento de las aves que necesitan ambientes confortables para producir eficientemente.

Lo que me gustó de estos desafíos fue como los profesionales y técnicos avícolas reaccionaron para confrontar los retos y la nueva NORMALIDAD. Mientras seguimos cambiando nuestros hábitos de varios años y ajustándonos a situaciones emergentes despertamos y vemos prácticamente que cada día es diferente.

Quiero terminar con una frase que hemos escuchado varias veces con abreviaciones “K.I.S.S.” Keep IT Simple Stupid. Mensaje simple es mantener nuestra rutina y trabajo más simple posible. Cuando sucede un desafío, tomar tiempo para ver si es algo aislado o está en todas las granjas. Evitar confundir a los trabajadores con terminologías muy sofisticadas que nadie entiende y no solucionan nada. Mientras más simple mejor, y tener la mente bien abierta sin saltar a conclusiones erróneas, sin analizar la información y tendencia. Trabajando inteligentemente con enfoque y metas claras podemos mantener nuestro liderazgo mundial como proveedores de proteínas mas saludables, nutritivas y más económicas para toda población.