Un reciente metaanálisis liderado por A. Kihal, M. Puyalto y J.J. Mallo, investigadores de Norel Animal Nutrition, vuelve a poner al butirato de sodio protegido en el foco de la nutrición avícola moderna. El trabajo, publicado en
Poultry Science (
https://doi.org/10.1016/j.psj.2025.105683), analizó de manera sistemática la evidencia científica disponible para responder una pregunta clave para el sector: ¿qué tan consistente es el efecto del butirato protegido sobre el desempeño productivo y la salud intestinal de los pollos de engorde en condiciones normales de producción?
La respuesta, basada en datos de 17 estudios, 64 observaciones y más de 12.000 aves, es clara: la suplementación con butirato de sodio protegido mejora de forma moderada pero consistente tanto los parámetros productivos como la morfología intestinal de los broilers, sin necesidad de desafíos sanitarios experimentales.
El análisis se centró exclusivamente en ensayos in vivo realizados en pollos de engorde, excluyendo estudios con desafíos bacterianos para evitar sesgos. Los autores evaluaron variables productivas clave —peso vivo final, ganancia diaria de peso, consumo de alimento, conversión alimenticia y el índice europeo de eficiencia productiva— junto con indicadores de salud intestinal como la altura de vellosidades y la relación vellosidad:cripta en íleon.
Los resultados muestran que el butirato de sodio protegido incrementó el peso vivo final en unos 40 gramos y la ganancia diaria en 1,1 g/día, lo que representa mejoras cercanas al 2–3 % respecto de los controles. En paralelo, la conversión alimenticia se redujo en promedio 0,015 puntos, una mejora cercana al 2 %, sin afectar de manera significativa el consumo de alimento. Desde el punto de vista productivo, estos cambios, aunque numéricamente modestos, adquieren relevancia cuando se los proyecta a escala comercial.
Tabla 3. Impacto del butirato de sodio protegido sobre el desempeño productivo y la salud intestinal de pollos de engorde (metaanálisis)

Click aquí para ampliar la imagen RMD: diferencia media ponderada.
IC: intervalo de confianza.
Fuente: Kihal A., Puyalto M., Mallo J.J. Poultry Science (2025). https://doi.org/10.1016/j.psj.2025.105683
El impacto positivo también se reflejó en el índice europeo de eficiencia productiva, que pasó de un promedio de 355 en los lotes control a 378 en los suplementados con butirato. Este indicador integrador refuerza la idea de que el aditivo no solo mejora una variable aislada, sino el desempeño global del sistema.
Más allá de los números productivos, el metaanálisis aporta evidencia sólida sobre uno de los principales argumentos a favor del uso de butirato: su efecto sobre la salud intestinal. Las aves suplementadas mostraron un aumento del 9 % en la altura de las vellosidades intestinales, un indicador directamente asociado con una mayor superficie de absorción de nutrientes. La relación vellosidad:cripta también tendió a mejorar, aunque sin alcanzar significancia estadística en todos los casos.
Desde el punto de vista fisiológico, estos resultados son coherentes con el rol del butirato como fuente energética clave para los enterocitos y como modulador de la integridad intestinal, la respuesta inmune local y la microbiota. El trabajo destaca que la forma protegida del butirato permite una liberación gradual a lo largo del tracto gastrointestinal, alcanzando tanto intestino delgado como ciegos, donde interactúa con la microbiota fermentativa.
Un aspecto relevante del estudio es que no se observaron efectos claros de la dosis dentro de los rangos evaluados, lo que sugiere que la mayoría de los ensayos utilizaron niveles cercanos al óptimo recomendado. Tampoco se detectaron diferencias atribuibles a la estirpe de las aves ni a la duración de los ensayos, que variaron entre 28 y 42 días.
El punto de debate que deja este metaanálisis está menos en la eficacia del butirato —que parece confirmada— y más en los matices de su aplicación: tipo de protección, sitio de liberación, interacción con el estado sanitario de la parvada y su rol dentro de estrategias nutricionales más amplias orientadas a reducir antibióticos y mejorar la eficiencia.
En un contexto de producción intensiva y crecientes exigencias en bienestar y sostenibilidad, este trabajo refuerza la idea de que los aditivos funcionales, como el butirato de sodio protegido, pueden aportar beneficios reales y medibles. La conclusión de los autores es contundente: bajo condiciones normales de crianza, la suplementación con butirato protegido mejora el desempeño productivo y promueve una mejor morfología intestinal en pollos de engorde, consolidándose como una herramienta nutricional de valor para la avicultura moderna.