Almacenamiento de girasol: prevención de riesgos y recomendaciones prácticas

Introducción

El cultivo de girasol es una oleaginosa estratégica en muchas regiones productivas, pero su almacenamiento presenta desafíos particulares. Debido a su alta concentración de aceite, el girasol es especialmente susceptible al autocalentamiento, oxidación, proliferación de hongos y ataques de insectos. Las pérdidas económicas generadas por un mal manejo poscosecha pueden ser considerables si no se adoptan medidas preventivas adecuadas.

Fundamentos del problema

A diferencia de otros granos como el trigo o la cebada, el girasol tiene:

» Mayor contenido lipídico, (más de 50%) lo que lo hace proclive al enranciamiento oxidativo.
» Mayor susceptibilidad a la actividad de hongos e insectos a temperaturas moderadas – Debido a su alto contenido de aceite, la humedad de almacenamiento segura del girasol se encuentra muy por debajo de las de los cereales.
» Mayor respiración del grano en condiciones no óptimas, que puede acelerar la degradación del producto y generar focos de calentamiento.
» Mayor nivel de impurezas por condiciones de cosecha no apropiadas, esto es especialmente importante cuando se tiene que cosechar girasol en condiciones de clima adverso.

Recomendaciones y precauciones para un almacenamiento seguro del girasol

A continuación se detallan precauciones clave para reducir los riesgos en el almacenamiento de girasol:

1. Condiciones al ingreso

» Asegurar un contenido de humedad del grano inferior al 10% (ideal: 7-8%).
» Evitar el ingreso de grano con materia extraña o impurezas superiores al 2%, ya que dificultan la ventilación y favorecen el desarrollo de microorganismos e insectos.

2. Acondicionamiento previo

» Usar limpieza mecánica eficiente para separar cuerpos extraños.
» Aplicar secado artificial si el grano supera el 10% de humedad. Temperaturas recomendadas:
» Para secado: máx. 60 °C.
» Prestar mucha atención que no se desarrollen focos de incendio en la secadora. El girasol suele ser muy susceptible al desarrollo de incendios durante el secado.


3. Almacenamiento adecuado

» Utilizar silos con capacidad de ventilación reforzada para mantener una temperatura homogénea.
» Mantener la temperatura del grano durante el almacenamiento SIEMPRE por debajo de 25°C, y preferentemente por debajo de 17°C.
» Emplear sensores de temperatura o monitoreo de CO₂, para detectar focos de actividad biológica incipientes.
» Evitar almacenamiento prolongado sin controles periódicos.
» Priorizar lotes de girasol para la comercialización temprana si no se dispone de sistemas de monitoreo o ventilación adecuados.
» Con el tiempo el girasol desarrolla acidez. Esto es particularmente crítico cuando se almacena en condiciones inadecuadas o cuando se traslada el almacenamiento de un año a otro.

4. Ventilación

» Realizar aireación nocturna o en horas frescas, con aire de baja humedad relativa.
» Asumir que durante la aireación de girasol, indefectiblemente se va a perder humedad por debajo de 11% (se tendería a equilibrar a 7-8%, debido a su alto contenido de aceite).


5. Control de insectos

» Si se detectan insectos, aplicar solamente productos autorizados, siguiendo siempre las recomendaciones del SENASA.
» La fosfina es el único insecticida que NO deja residuos sobre los granos.
» Evitar mezclas de granos ya infestados con granos limpios.

6. Monitoreo continuo

» Verificar al menos cada 15 días:
» Temperatura del grano y del aire intersticial.
» Presencia de olores anómalos (indicador de hongos).
» Nivel de CO₂ si se dispone de sensores (valores en aumento pueden anticipar deterioro).