Tengo problemas de calor en los cerdos

El estrés por calor es el resultado de la incapacidad de mantener un equilibrio entre la producción y la pérdida de calor y depende en gran medida de las condiciones ambientales; es un problema frecuente que compromete parámetros reproductivos y de crecimiento y supone uno de los mayores desafíos para los productores.

La termorregulación es el proceso que permite al animal mantener una temperatura corporal relativamente constante manteniendo un equilibrio entre los mecanismos de producción y de pérdida de calor. El estrés por calor se produce cuando los animales se someten a condiciones ambientales que superan su zona termoneutral y son incapaces de regular su homeotermia disminuyendo la producción de calor metabólico y aumentando las pérdidas de calor. Dependiendo del peso del animal, encontramos diferentes rangos de temperatura óptima:

En el caso de los cerdos, tienen una capacidad limitada para eliminar el calor corporal y dependen más que otras especies domésticas de la reducción en la producción de calor metabólico para mantener una temperatura corporal constante. Carecen de glándulas sudoríparas, por lo que no pueden utilizar el sudor para reducir su temperatura corporal y tampoco el jadeo es un mecanismo demasiado eficiente ya que, en relación con su tamaño, los cerdos poseen pulmones relativamente pequeños. Además, tienen una capa de grasa subcutánea relativamente gruesa que ante las bajas temperaturas los aísla eficazmente del frío, pero -en cambio- no permite un intercambio eficiente de calor con el medio ambiente.

Debido a estas limitaciones fisiológicas, los cerdos son propensos a sufrir estrés calórico. Al no poder eliminar calor de forma adecuada pueden entrar en un estado de hipertermia, con graves consecuencias para los órganos y sistemas de los animales y que invariablemente va acompañado de un efecto negativo en los rendimientos productivos que se repercute en la eficiencia y la rentabilidad de las granjas.

No solamente la temperatura ambiental influye en el estrés por calor; la humedad relativa es otro factor importante que se debe tener en cuenta, debe estar entre el 50 y el 75 %. En la figura 1 se muestra la interacción entre temperatura ambiente, humedad relativa y estrés por calor.

Niveles de humedad por debajo del 50 % producen sequedad de mucosas lo que aumenta el riesgo de entrada de patógenos al organismo y producción de infecciones. Por el contrario, valores de humedad por encima del valor óptimo, aumentan la sensación térmica de la temperatura, con lo cual, en épocas de verano se agudiza el efecto de las temperaturas altas.

Figura 1. Índices de estrés por calor en cerdos de crecimiento y acabado

Cuando los animales sufren estrés por calor, se ponen en marcha ciertos mecanismos, fisiológicos y de comportamiento, para disminuir el exceso de calor corporal y mantener su temperatura dentro del rango de confort. El principal signo que vemos en estos casos es la reducción del consumo voluntario de pienso como una adaptación para disminuir la producción de calor; esto tiene un impacto negativo directo sobre el crecimiento y la ganancia media diaria de los animales. Además, esto es más grave en los cerdos de mayor tamaño, pues son más propensos al estrés por calor y las repercusiones en el rendimiento del crecimiento son aún mayores en esta fase de la producción.

Otra etapa crítica donde debemos extremar las precauciones e implementar las medidas necesarias para reducir los efectos negativos del estrés por calor es en la lactación. La reducción de consumo de las madres conlleva una menor producción de leche y, por tanto, el peso de la camada al destete será menor. Además, las cerdas se destetarán con una condición corporal más desfavorable que aumentará el intervalo entre el destete y la aparición del celo y tendrá consecuencias negativas en el siguiente ciclo reproductivo.

Además de la pérdida de apetito, se pueden presentar otros signos clínicos relacionados con el estrés calórico:

Desde otro punto de vista, la disminución en el crecimiento de los animales hace que haya menor disponibilidad de venta de canales, lo que se traduce en un alza de los precios de compra de los cerdos en las épocas de más calor. Con lo cual, si conseguimos aumentar el número de animales sacrificados durante esta ventana temporal de altos precios, incrementaremos los beneficios y la rentabilidad de la granja.

Los aditivos para piensos pueden considerarse como soluciones para aumentar la capacidad del animal para hacer frente a un reto ambiental extremo. Desde Produmix proponemos HeatSTOP para contrarrestar las consecuencias del estrés calórico. Es una combinación sinérgica de polifenoles, extractos de pimiento rojo y bicarbonato, diseñada para evitar las consecuencias del estrés calórico.

Contiene un extracto de uva con elevado poder antioxidante y diversidad de principios activos, entre ellos polifenoles, antocianos que reducen los niveles de óxido nítrico (Wang J. y Mazza G., 2002) y proantocianidinas, que confieren efecto antiinflamatorio (Olivares E., 2018), y reducen los radicales libres.

También contiene capsaicina, que aumenta la salivación, estimula la producción de enzimas pancreáticas, mejora la digestión e inhibe el centro de la saciedad incrementando el consumo de materia seca (Gabriela J. et al., 2023). 

Por último, el bicarbonato ayuda a controlar la acidosis sanguínea compensando el pH y restableciendo el equilibrio ácido-base en sangre (Pérez F. et al., 1997)

La prevención del estrés por calor es fundamental para garantizar el bienestar animal; además de la suplementación de piensos para mitigar los efectos del estrés por calor, tener un enfoque global nos ayudará a entender mejor cómo prevenir los efectos de las altas temperaturas en nuestra granja, por lo que es recomendable poner en práctica las siguientes estrategias de control a nivel de instalaciones y manejo:

.- Aumentar la ventilación y el flujo de aire.
.- Reducir la densidad de animales en los corrales siempre que sea posible.
.- Garantizar un correcto aislamiento térmico de las instalaciones: se deben usar rociadores de agua, ventiladores y/o coolings.
.- Evitar el manejo y movimiento de animales en las horas de más calor y programarlo por las mañanas a primera hora o bien a última hora de la tarde.
.- Proporcionar agua de buena calidad, limpia y fresca; comprobar el adecuado funcionamiento y de los chupetes y bebederos, controlando la presión y el caudal.
.- Modificar el esquema de alimentación, evitando dar tomas en las horas más calurosas del día y ofreciendo la ración en las más frescas.
.- Aumentar el número de comidas al día.
.- Implementar estrategias nutricionales que reduzcan la producción extra de calor metabólico y garanticen un correcto equilibrio electrolítico, además de concentrar aquellos nutrientes de la dieta, que nos permitan incrementar la ingesta sin aumentar la producción de calor mencionada. Por ello se recomienda contactar con el nutrólogo para que realice los cambios pertinentes.