¿Por qué controlar la inflamación intestinal?

Cuando desarrollamos una estrategia nutricional, nos centramos en maximizar el desempeño normalmente basándonos en las necesidades nutricionales de cada categoría de animales. Sin embargo, algunos factores pasan desapercibidos en nuestras "cuentas nutricionales". Se sabe que el tracto gastrointestinal (TGI) tiene varias funciones que repercuten directamente en la salud general de un organismo. Por lo tanto, el proceso inflamatorio de este importante órgano puede comprometer su funcionamiento normal y en consecuencia todas las funciones inherentes al TGI.

Controlar esta inflamación del TGI es sinónimo de asegurar la integridad intestinal, evitando así el famoso "leaky gut" o el aumento de la permeabilidad intestinal. Actualmente este tema es muy discutido en Brasil, pero dentro del aspecto que involucra más la acción de los agentes infecciosos. Pero como ya sabemos, la inflamación de origen patógeno no trae todas las consecuencias negativas para el desempeño.

Una de las consecuencias de la inflamación del intestino grueso es su relación directa con la digestión y la absorción de nutrientes (Liu, 2015), lo que se refleja significativamente en el desempeño de los animales. Se pueden utilizar algunas estrategias para controlar esta inflamación y restablecer el buen funcionamiento del aparato digestivo mejorando también su desempeño. Normalmente, las estrategias adoptadas incluyen el suministro de aditivos nutricionales que ayudan a prevenir este problema, un ejemplo en este caso son las fitasas que actúan directamente sobre el sustrato específico (fitato) evitando así el daño que este compuesto puede causar. Otro enfoque es el uso de alcaloides cuaternarios que tienen una función más amplia y eficaz en este control inflamatorio, actuando localmente en el tracto gastrointestinal a través de la regulación de las proteínas mediadoras de la cascada inflamatoria.

El tracto gastrointestinal es muy complejo y extremadamente estratégico en la producción animal, cualquier compromiso de su integridad puede impactar directamente en el desempeño de los cerdos en cualquier fase de su ciclo. Sabiendo que la inflamación compromete la funcionalidad de cualquier órgano que se vea afectado por ella, todo proceso de producción que busque los mejores estándares de desempeño y rentabilidad debe tener claro que el éxito pasa también por el control de la inflamación intestinal en el hato.

Sólo así podemos garantizar que la dieta que fue formulada con precisión y que seguramente es la mayor parte de la inversión realizada contribuirá a que el animal demuestre todo su potencial.