Un estudio reciente desarrollado en México evaluó la energía neta (EN) de dos dietas utilizadas en la fase de finalización porcina —maíz + garbanzo y maíz + pasta de soya— aplicando calorimetría indirecta y ecuaciones de predicción. El trabajo, titulado “Determinación de energía neta en dietas maíz–garbanzo y maíz–pasta de soya en cerdos de finalización por calorimetría indirecta y ecuaciones de predicción”, fue elaborado por C. Baylón, J. Figueroa, J. Tirado, M. Bernal, J. Torrentera, L. Morales y A. Zaldívar, y forma parte de una investigación académica de carácter experimental.
El estudio parte de la necesidad de estimar con precisión la energía neta (EN) de dietas alternativas y convencionales, dado que este valor es determinante para ajustar la formulación en cerdos pesados y mejorar eficiencia, costos y respuesta productiva. El garbanzo, ingrediente de creciente disponibilidad en regiones de México, se presenta como una alternativa proteica y energética frente a la pasta de soya.
Metodología
Se trabajó con cerdos en etapa de finalización, alojados en cámaras metabólicas adaptadas para mediciones de calorimetría indirecta. Se registró el consumo de oxígeno, la producción de CO₂, la excreción de nitrógeno y el calor producido, a fin de calcular energía metabolizable (EM) y energía neta (EN). Paralelamente, se estimó la EN de ambas dietas utilizando ecuaciones predictivas comúnmente empleadas en nutrición porcina (Noblet et al., 1994; CVB, 2016).
Las dietas evaluadas fueron:
Ambas formuladas para cubrir requerimientos de cerdos pesados, con igual contenido energético teórico.
Resultados
Los datos obtenidos por calorimetría mostraron diferencias claras entre los tratamientos. La dieta maíz–garbanzo (DG) presentó mayor coeficiente de digestibilidad de la energía, lo que se tradujo en una energía neta superior respecto a la dieta tradicional con pasta de soya. En términos absolutos, la EN de DG fue entre 3 y 8 % mayor, dependiendo del método de cálculo.
Los autores señalan que el garbanzo exhibió una fermentabilidad moderada y una menor excreción urinaria de energía, lo que contribuyó a una mayor eficiencia en la utilización energética.
Por su parte, la dieta maíz–pasta de soya (DS) mostró un valor energético más bajo del esperado en comparación con las ecuaciones teóricas. Esto se atribuye a su mayor contenido de fibra insoluble y menor digestibilidad fecal, lo que redujo la EM y por ende la EN estimada por calorimetría.
Cuando se compararon los resultados experimentales con las ecuaciones de predicción, se detectó que las ecuaciones tendieron a sobreestimar la energía neta (EN) de ambas dietas, aunque con mayor discrepancia en la dieta con pasta de soya. Esto confirma que las ecuaciones generales no siempre reflejan con exactitud dietas que incluyen ingredientes alternativos o regionales como el garbanzo.
Conclusiones
Los autores concluyen que el garbanzo puede incorporarse en dietas de finalización como ingrediente energético-proteico eficiente, proporcionando una energía neta mayor que la pasta de soya cuando se utiliza en combinación con maíz. Asimismo, destacan que la calorimetría indirecta es indispensable para evaluar con precisión dietas no convencionales, dadas las limitaciones de las ecuaciones de predicción estándar.
Este estudio aporta evidencia relevante para nutricionistas y productores porcinos interesados en optimizar dietas de finalización, especialmente en regiones donde el garbanzo es económicamente competitivo frente a la soya.