Uso de alcaloides vegetales en piensos

Los alcaloides vegetales resultan beneficiosos para la integridad intestinal y mejoran los índices de conversión alimenticia en los cerdos.

Estos efectos se deben a la capacidad que poseen estas sustancias para regular los procesos inflamatorios en la mucosa intestinal.

El mayor coste en la producción de carne proviene de la alimentación animal.

A lo largo de los años, la industria alimentaria se ha servido de diferentes técnicas para mejorar la digestibilidad de los ingredientes del pienso, con el objetivo de mantener los costes de alimentación a precios asequibles para los productores de carne.

Estos antibióticos se mezclaban con la alimentación para reducir la respuesta inflamatoria en el tracto gastrointestinal y limitar el crecimiento microbiano.

Debido a su baja dosis de inclusión, se cree que el efecto potenciador del rendimiento de los APCs es más un resultado de la reducción de la respuesta inflamatoria que de su acción antimicrobiana (Niewold, 2007).

Sin embargo, el uso de APCs comporta un riesgo importante.

Por ello, la legislación se ha vuelto más y más estricta con respecto al uso de APCs en la producción de carne.

Durante la última década, la industria de piensos ha estado buscando aditivos alternativos para reemplazar los APCs.

Un aditivo alternativo necesita tener suficiente potencial antiinflamatorio para mejorar la salud intestinal (Niewold, 2012) y por lo tanto la digestibilidad del alimento.

Los procesos inflamatorios tienen un impacto en la producción animal ya que requieren cantidades considerables de energía y nutrientes.

Hasta un 30% de la energía ingerida puede perderse a causa de las respuestas inmunitarias (inflamatorias) en el tracto gastrointestinal (Lochmiller y Deerenberg, 2000).

Lógicamente, este hecho tiene un impacto negativo en la tasa de crecimiento y la conversión alimenticia, motivo por el cual las sustancias activas que muestran propiedades anti-inflamatorias resultan de gran interés para la producción animal.

Determinados alcaloides de las plantas, en particular los alcaloides isoquinolínicos (IQs), se han identificado como posibles alternativas a los APC.

Los efectos antiinflamatorios de los IQs están bien documentados tanto in vitro como in vivo (Drsata et al., 1996; Chaturvedi et al., 1997; Khadem et al., 2014).

El uso de estas sustancias se remonta de la medicina tradicional, pero actualmente se producen antiinflamatorios orales ricos en IQs a partir de plantas de la familia Papaveracaea para su uso específico en humanos.

Estas sustancias se pueden incorporar en los piensos, siendo una alternativa exitosa a la incorporación de APCs en el alimento.

Durante la última década se ha adquirido mucha experiencia sobre el efecto de los IQs en la alimentación de los cerdos (Kantas et al., 2015).

Aunque los IQs se pueden implementar en todas las etapas del ciclo de producción de cerdos (cerdas, lechones, destetados, acabados), este artículo se centra en su efecto del destete al acabado.

Se realizaron varias pruebas en la fase de transición de distintas granjas en cuatro países (España, Países Bajos, Hungría y Polonia), en un total de 1.742 cerdos.

Los resultados del metaanálisis sobre el índice de conversión alimentario (IC) se muestran en la Figura 1.

Los cerdos de un total de 36 granjas en fase de engorde y acabado (Europa, Tailandia, México, Chile y Brasil) fueron divididos aleatoriamente en grupos y recibieron dietas control o prueba (suplementadas y no suplementadas, representativas de cada región), basadas en una dieta rutinaria de engorde durante 14 semanas, desde la semana 10 hasta la 24.

Se midió la ingesta de alimento y la ganancia de peso de todos los cerdos para cada sitio.

En los ensayos se usó un rango de dosificación de IQs según las recomendaciones del fabricante (15-50 mg/kg de pienso).

En la Figura 2 se muestra el análisis de los resultados individuales.

En total, 32 de las 36 granjas vieron mejorado su IC (una media de un 3,4%) en los grupos alimentados con pienso suplementado con IQ.

Los datos de estos metaanálisis muestran que los IQs son moléculas seguras y útiles para la industria alimentaria, que proporcionan mejoras evidentes en el rendimiento (ingesta de alimento, tasa de crecimiento, IC) en la cadena de producción porcina cuando se administra a las dosis recomendadas (15-50 mg/kg de alimento).

Desde hace algunos años, la industria de la alimentación animal tiene la posibilidad de incluir dosis normalizadas de IQs en la alimentación a través de la premezcla de aditivos ‘Sangrovit®’ (Phytobiotics Feed Additives GmbH, Alemania).

En la Figura 3 se hace una comparación entre el promedio de la ganancia media diaria (GMD) de cerdos de engorde y acabado para 6 granjas comerciales diferentes usando Sangrovit®.

Se puede observar que la GMD mejoró un promedio del 2% para los animales cuya alimentación se suplementó con Sangrovit® en comparación con el control sin Sangrovit®.

Un producto estandarizado en su principio activo, y posee una trazabilidad a lo largo de su cadena de producción y formulación.

Sangrovit® no tiene un efecto antimicrobiano directo en las dosis recomendadas por el fabricante; su modo de acción se basa en la actividad anti-inflamatoria de los alcaloides que contiene sobre la mucosa intestinal.

Sangrovit® ya ha sido implementado por varias compañías alrededor del mundo en la producción de piensos para múltiples especies como parte de una estrategia de reemplazo de los APCs o para mejorar la eficiencia alimenticia, las tasas de crecimiento y los índices de conversión alimenticios.

La suplementación de la alimentación de los cerdos con alcaloides isoquinolínicos representa una herramienta para mejorar su salud intestinal, lo que da como resultado una mejora de los índices de conversión alimenticia.